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jueves, 1 de enero de 2015

¿Mejor o peor?

Lectura: 2 Timoteo 3:1-5, 10-17
Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste… —2 Timoteo 3:14
Al principio de cada año, los expertos predicen lo que ocurrirá con la economía, la política, el clima y muchísimos temas más. ¿Habrá guerra o paz? ¿Pobreza o prosperidad? ¿Progreso o estancamiento? En todas partes, la gente espera que el nuevo año sea mejor que el anterior, pero nadie sabe qué sucederá.
No obstante, hay algo de lo que sí odemos estar seguros. Un orador que invitaron a nuestra iglesia sugirió que, cuando uno pregunta si el mundo mejorará o empeorará, la respuesta es: «¡Las dos cosas!».
Pablo le dijo a Timoteo: «En los postreros días vendrán tiempos peligrosos. […] los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido» (2 Timoteo 3:1, 13-14).
La Palabra de Dios inspirada nos instruye, nos corrige y nos alienta a seguir el camino del Señor (vv. 16-17). J. B. Phillips describió las Escrituras como nuestro «equipamiento completo», que nos prepara plenamente para todas las áreas de la obra de Dios.
A medida que la oscuridad espiritual de nuestro mundo se profundiza, la luz de Cristo brilla más intensamente a través de aquellos que conocen y aman al Señor. Jesús es nuestro gozo y esperanza… ¡hoy, mañana y siempre!
—DCM
Padre celestial, los problemas pueden desviar nuestros ojos de ti. Gracias porque tu Palabra nos mantiene enfocados. 
Los poderes del mal a tu alrededor no se comparan con el poder de Jesús en tu interior.
Nuestro Pan Diario

En el borde
Lectura: Josué 3:9-17
… el pueblo salió de sus tiendas para pasar el Jordán con los sacerdotes llevando el arca del pacto delante… —Josué 3:14 lbla
Mi hijita estaba de pie, temerosa, en el borde de la piscina. Como todavía no sabía nadar, estaba recién aprendiendo a sentirse cómoda en el agua. Su instructor la esperaba dentro de la piscina con los brazos extendidos. Mientras mi hija vacilaba, pude percibir las preguntas a través de sus ojos: ¿Me sostendrás? ¿Qué pasará si se me hunde la cabeza?
Quizá los israelitas se preguntaban qué podría suceder cuando cruzaran el río Jordán. ¿Podían confiar en que Dios haría aparecer el lecho seco? ¿Estaba Él guiando a Josué, su nuevo líder, como había guiado a Moisés? ¿Los ayudaría el Señor a derrotar a los amenazadores cananeos que vivían al otro lado del río?
Para averiguar las respuestas a estas preguntas, tenían que probar su fe mediante una acción: «… partió el pueblo de sus tiendas para pasar el Jordán, con los sacerdotes delante del pueblo llevando el arca del pacto» (Josué 3:14). Poner en práctica su fe les permitió ver que Dios estaba con ellos, que seguía dirigiendo a Josué y que los ayudaría a establecerse en Canaán (vv. 7, 10, 17).
Si enfrentas una prueba de fe, puedes avanzar confiando en el carácter de Dios y en la infalibilidad de sus promesas. Depender del Señor te ayudará a dar un paso hacia donde Él desea que estés.
—JBS
Señor, tendemos a olvidarnos de tu bondad y cuidado. Queremos confiar en ti en este nuevo año, a pesar de las incertidumbres, porque eres confiable. 
El miedo desaparece cuando confiamos en nuestro Padre.
Nuestro Pan Diario
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PENSALO
Falsas creencias en relación a los abusadores (parte II)
- Creer que todas las personas tienen ideas perversas
Luego de una charla de concientización acerca de abuso sexual infantil, generalmente, las personas reaccionan con desconfianza hacia quienes le rodean e intentan educar a sus hijos en la prevención, pero transfiriendo ansiedades y temores que impiden la sana socialización de los menores. Para evitar estos males sugerimos compartir con los niños/as el libro Cuentos que no son cuentos como herramienta de prevención, ya que de manera lúdica enseña cómo cuidarse.
- Creer que el abuso fue una manifestación de cariño mal interpretada
En realidad esto no sucede jamás. Primero, no se puede confundir el cariño con el abuso sexual infantil, ni aducir que los hechos han sido malinterpretados. En el abuso no hay expresiones de cariño, en todo caso hay actos de manipulación usando el cariño para ganarse el favor del niño. Esto ocurre porque el menor no es importante para el abusador; no importan sus intereses, deseos o percepciones. El abusador es un narcisista (egoísta en estado extremo) que busca su propia satisfacción y no el bienestar del menor, de ahí que cuando expresa cariño, lo hace sólo con el fin de lograr su objetivo de abuso. El abusador vivencia las necesidades del niño/a de manera distorsionada para ajustarlas a sus propias ideas y necesidades. "El niño/a no es reconocido como tal sino como la superficie de proyección sobre la que desfilan las propias fantasías del adulto abusador" (Hayez, 1992).
EN EL ABUSO SEXUAL INFANTIL EXISTE UN RIESGO REAL DE SADISMO. EN ALGUNOS CASOS, LA RELACIÓN SE VUELVE AGRESIVA Y HASTA PUEDE LLEGAR AL HOMICIDIO. POR ENDE, JAMÁS PUEDE JUSTIFICARSE EL ABUSO DICIENDO QUE ES UNA EXPRESIÓN DE 'AMOR O CARIÑO'.
- Creer que compartir la situación con los familiares es equiparable a la denuncia
Que los padres o tutores conozcan la realidad del abuso (ante indicadores específicos que presenta un menor) no implica que los mismos defiendan a la víctima, busquen ayuda o hagan la denuncia. Por ende, la comunicación no anula el compromiso de la denuncia. Si usted es agente público, docente, líder espiritual o está en una función de autoridad sobre el menor debe saber que su silencio puede implicar su propio procesamiento judicial.
- Creer que no es obligación denunciar un abuso
Esta falta de compromiso social por el temor a implicarse en el proceso expone a muchos niños/as a un padecimiento indefinido. Lo más triste y trágico es consentir un abuso a sabiendas o con sospechas de que está ocurriendo. No hay peor mal que ver sufrir a un niño/a y permitir que ello continúe. ¡Qué éste no sea su caso!
El abuso siempre produce consecuencias físicas o psicológicas que reducen el bienestar de la víctima e interfiere en su normal desarrollo. Por tal motivo no se debe guardar silencio o ser indiferente frente a una situación sospechada o manifiesta de abuso sexual; la misma no debe ser tolerada o justificada bajo ninguna circunstancia. Por amor a los niños, involúcrese. Hemos sido llamados a guardar, conservar, cuidar y retener integralmente la vida de nuestros niños y niñas. Convertirse en un factor de protección para las víctimas de abuso sexual se ha transformado en el reto más importante para la iglesia. Asumamos nuestro rol profético denunciando el abuso sexual. ¡Rompamos el silencio!

Fuente: Boletín Placeres perfectos, Nº 12, Diciembre 2014.

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NOTICIAS CRISTIANAS




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