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domingo, 28 de febrero de 2010

Vivir el presente

Léase Jeremías 29.4-7
No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir... -– Romanos 12.2 (VPEE)
A menudo me sobrecogen sentimientos de incapacidad e incertidumbre, especialmente cuando estoy considerando si estoy o no siguiendo la voluntad de Dios para mi vida. ¿Qué debo estar haciendo para el Señor? ¿Cuándo debo hacerlo? ¿Dónde? ¿Cómo? Al enfocarme en mis dudas y temores me sobrecoge una parálisis emocional que me impide participar plenamente en la vida.
Al reflexionar en Jeremías 29.4-7, me impresionó la frase «A todos los que hizo salir desterrados de Jerusalén a Babilonia...» (versículo 4). Me hizo comprender que yo también estoy en el exilio, y que el Señor mismo me ha colocado donde estoy. Esta conexión personal me ayudó a identificarme con el pasaje de la Biblia y a entender su aplicación a mi vida.
Ahora, en vez de estar preocupado con dudas y temores, estoy seguro de que estoy donde Dios quiere que esté. Mi llamado es claro: desarrollar relaciones personales significativas, participar en la edificación del reino de Dios por el estimonio fiel, y orar y trabajar por la prosperidad de mi comunidad.

Sr. Chuck Hudspath (Illinois, EUA)
Oración:
Señor, ayúdanos y guíanos mientras procuramos hacer tu obra en nuestras comunidades. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA
Cuando buscamos y escuchamos, veremos y escucharemos a Dios.
OREMOS:
Para hacer la voluntad de Dios.

Tomado de http://www.upperroom.org/elaposentoalto/

sábado, 27 de febrero de 2010

¿Cuánto tiene?

“Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos.” Mateo 25:14-15
Algunas personas creen que todo lo que tienen se mide por lo que poseen dentro de sus bolsillos ahora. Pero están muy equivocados. Dios nos ha dado mucho. Nadie debería animarse a decir que Dios no le dio nada. Como hijo de Dios, usted tiene entre muchas cosas que le han sido dadas, la unción del Santo, la mente de Cristo, la ciudadanía del cielo ¿Eso le parece poco?
Mire un poquito los versículos 28 y 29 de Mateo 25. Hablan de aquel que no usó bien el talento que recibió de Dios. Al que no le da importancia a lo que le fue dado dice que se le debe quitar para dárselo a aquél que realmente se va a ocupar de multiplicarlo. Fíjese que el hombre le dio a cada siervo según su capacidad ¿Podemos darle un millón de pesos a un niño pequeño y pensar que nos lo devolverá con intereses? Por supuesto que no. Necesita estar capacitado para tal acción. De la misma manera ocurre en la realidad. El que tiene mucho, por algo lo tiene.
Todos nosotros tenemos que agradecerle a Dios porque estamos recibiendo luz y revelación para caminar en una vida de gloria y ayudarle a las personas a ser bendecidas, pero también para comprender que todos tienen algo para ser productivos en la vida. Estamos hablando de que cada hijo de Dios tiene algo que le ha sido dado para producir más. Hablamos de buena administración. Esto rompe con muchas ideas humanas de “repartir equitativamente” porque mucha gente no tiene nada porque no supo administrar lo que tenía.
De acuerdo a lo que dice la Palabra, el versículo 15 dice que nos dio de acuerdo a la habilidad de hacer algo para que podamos canalizar lo que Dios ha puesto en nuestra vida. El versículo 17 dice que fue y negoció. Negoció lo que Dios le dio para usarlo en una tarea asignada. Eso es lo que Dios quiere que hagamos con lo que él ya nos dio. Dios da semilla al que siembra. Si no sembramos no tenemos cosecha. Si no producimos nada, nunca obtendremos producción. Busque en su vida todo lo que Dios le dio: en lo espiritual, en lo físico, en su alma y en lo material. Todos tenemos algo para multiplicar.
Sea un buen administrador del amor que Dios le dio, de las habilidades que Dios le dio, de los dones que le otorgó, de los recursos con los cuales lo premió. Observe cada área de su vida y medite en esta Palabra de Mateo 25. Dios quiere mostrarle hoy que tiene muchas bendiciones preparadas para su vida.
Oración: Padre, gracias por todo los que pusiste en mi vida. Gracias por darme la habilidad para poder multiplicarlo. Quiero ser productivo para tu reino y que no me sea quitado, sino que me sea añadido para poder dar cada vez más. Yo sé que lo alcanzaré. En el nombre de Jesús, amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo, Argentina.

viernes, 26 de febrero de 2010

Obedientes a la Palabra para enfrentar contratiempos y retrasos

“Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.” Éxodo 14:13 y 14
Dios le dijo a Abraham: “Vas a tener hijos, descendencia”. Pasaban los años y no aparecían,sin embargo, la fe estaba porque sabía que Dios era poderoso para darle lo que le había prometido. En el caso de David, desde que es ungido para ser rey pasaron muchos años hasta que se sentó en el trono. Sin embargo, no fue al otro día y le dijo a Saúl: “Córrete que llegó el nuevo rey”. ¡No! Esperó y atravesó ese tiempo demostrando coraje, valentía, visión, sabiendo que al final el plan se iba a cumplir con Dios. Nunca se rindió sino que siguió adelante.
Hoy usted puede hacer lo mismo que ellos ¡Nunca se rinda! El que vive dentro de usted es mayor que él que está en el mundo. Él que está en el mundo va a trabajar detrás de las circunstancias para hacerle creer que no hay salida, que no hay victoria, ¡pero no le crea!
Moisés siempre tuvo un llamado para liberar al pueblo de Dios de la esclavitud de Egipto. Pero, después de matar a ese egipcio, la Palabra de Dios nos muestra que estuvo cuarenta años en el desierto. Imagínese que la persona que iba a liberar a toda una nación ya no conocía a nadie y hasta el Faraón había cambiado. Pero después de cuarenta años viene Dios a revelarse a través de una zarza ardiendo y lo llama y le renueva ese llamado. Tuvieron que pasar cuarenta años adaptado a otra cosa, y sin ni siquiera tratar el tema. Luego Dios a través de una zarza le empieza hablar. Dios lo llama y le muestra una gran visión en un plan que lo va a ir viviendo día tras día. De alguna manera, uno puede ver eso como un retraso grande, pero Dios lo llama a Moisés, lo envía y él acepta la asignación. Es obediente y esa obediencia hizo mover a Dios para que pudiera ver un gran final en su vida.
Dios puede confiar en que usted va a ir adelante con el plan de Él, con el plan de bendición de familia, con el plan financiero, con el plan ministerial porque la garantía es que usted le vaya obedeciendo a la Palabra de Dios.
Recuerde: la clave es la obediencia. No se rinda, tome coraje, sea obediente y llegará muy lejos. Usted verá hecho realidad el sueño de Dios en su vida. Créalo.
Oración: Padre, hoy creo a tu palabra y seré obediente a ella. Sé que obtendré la victoria y los contratiempos no podrán detenerme. Lo declaro, en el nombre de Jesús, amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo, Argentina

jueves, 25 de febrero de 2010

La ley de la siembra y la cosecha

“Y éstos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno.”
Marcos 4:20
La ley principal del reino de Dios es siembra y cosecha. Así es el reino de Dios dijo Jesús en Marcos 4, como un hombre que salió a sembrar, durmió, se levantó y vio que la semilla que había sembrado produjo planta, espiga, grano, y luego cosecha. La siembra produce cosecha de gloria para usted.
Si usted siembra una semilla va a crecer. No se tiene que poner a orar y a rogar que por favor la semilla germine de la mañana a la noche, tiene que creer. Va a crecer porque tiene la vida dentro. Usted no sabe cómo, pero sí sabe que Dios es el que da el crecimiento. Lo único que tiene que ir haciendo es moverse en fe, pero también moverse en los principios que van a producir su mañana. Puede orar en un terreno para que crezca maíz, pero si no plantó nada, no va a crecer nada, sólo va a haber pasto. Nuestro Dios hace cosas grandes a favor de nosotros, pero no es nuestro camino de andar de problemas en problemas y de vez en cuando recibir algún milagro, sino que vamos en un camino de gloria en gloria y en ese camino hay una parte que nos toca hacer a nosotros: sembrar. Habrá adversidades en el camino pero va a triunfar sobre ellas porque usted siembra a otro nivel.
Recuerde que una persona de excelencia depende de su siembra para cambiar su futuro y que su confesión de fe es una semilla poderosa también. La seguridad que nos da esta ley es que cada vez que sembremos tendremos una cosecha. Lo único que usted tiene que hacer es poner la semilla en buena tierra y cuidarla cada día. Pero nada más. Usted no es el que hace crecer la planta, esa es la parte de Dios.
Esta ley funciona en lo natural y en lo espiritual. Siembre semillas de fe y riéguelas con confesiones positivas de fe que tiene de la Palabra de Dios. Pruebe esta ley en cada área de su vida y verá que funcionará trayéndole cosecha.
Oración: Padre, gracias por hacerme conocer esta ley por la cual funciona tu reino. Ahora me moveré en ella y me convertiré un sembrador fiel. Sé que obtendré grandes cosechas. Lo creo, en el nombre de Jesús, amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo, Argentina.

miércoles, 24 de febrero de 2010

No importa la cantidad sino la calidad

“Entonces Jehová dijo a Gedeón: Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré, y entregaré a los madianitas en tus manos; y váyase toda la demás gente cada uno a su lugar.”
Jueces 7:7
Gedeón acompañó la idea de Dios, y salió a combatir a los madianitas con treinta y dos mil hombres. Esa era su idea, pero Dios no pensaba lo mismo. Gedeón quiso tener cantidad de guerreros para asegurarse la batalla, pero con Dios eso es diferente. Dios miraba el corazón de ellos y buscaba fe.
De los treinta y dos mil hombres, Gedeón sólo pudo quedarse con trescientos ¿Por qué? Porque Dios había visto sus corazones y había encontrado en ellos acciones de fe. Con sólo esos valientes Gedeón iba a tener la victoria. Trescientos valientes que confiaban en Dios. Fíjese que además ellos tenían armas no convencionales, una tea ardiendo, un cántaro y una trompeta. Pero eso bastaba para la victoria. De esa manera se mueve Dios. Aunque a veces nosotros no lo podamos entender. Sólo hay que obedecerle.
Gedeón era un hombre temeroso, pero Dios lo llamaba “esforzado y valiente”. Así lo veía Dios y así debemos vernos nosotros, como él nos mira. Al Señor le alcanzaba con esta gente que creía y confiaba en Él. La calidad de sus corazones era la más poderosa arma que ellos podían llevar a la batalla.
En Zacarías 4:6 leemos: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.” ¿Lo entiende? Lo importante es estar del lado de Dios, tener un corazón obediente y lleno de fe. Si usted lo alimenta cada día con la Verdad, su fe irá en aumento y cada vez le costará menos creerle a Dios. Si Dios lo dijo, así será. Usted está en los planes de Dios y está formando su vida. Él lo está impulsando conforme a Su propósito y lo va a respaldar de todas las formas. Se va a dar cuenta que lo que era un problema, se transformará en una victoria y un testimonio de bendición. Lo que parecía que no lo dejaba alcanzar su destino de bendición va a quedar atrás. Dios mira a las personas que están dispuestas a hacer las cosas a Su manera, por eso dijo que debían ir sólo esos trescientos.
Puede seguir leyendo la historia a lo largo de los versículos siguientes para comprobar que por medio de un paso de obediencia y confianza, usted puede levantarse con la fuerza de Dios.
Oración: Padre, hoy me declaro un vencedor porque posiciono mi corazón en obediencia a tu palabra. Aumentaré mi fe cada día con el alimento que sale de tu boca y aunque mis enemigo parezcan más, sé que de tu mano la victoria está de mi lado. Lo creo, en el nombre de Jesús, amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo, pastor del ministerio Cristo la Solución, Argentina.

martes, 23 de febrero de 2010

La fe es fundamental

“1Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. 2Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. 3Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.” Hebreos 11:1-3
La fe es fundamental y es alimentada por la Palabra de Dios. Por eso la Escritura dice que la fe viene por el oír y el oír la Palabra de Dios. Al ir oyendo la Palabra usted recibe como un impulso de parte del Señor para animarse a caminar hacia su destino. Abraham tenía 75 años y ya estaba cerrando el ciclo de la vida y parecía que sólo tenía una familia que casi terminaba en ellos dos (Él y Sara) y nada más. Dios le habla que iba a tener una descendencia, que de él nacería una nación grande, y que él sería bendición para todas las familias de la tierra. Él le cree y se encamina en ese plan, cree en ese destino. El tiempo fue pasando y sin embargo, él no ve nada pero tiene la fe puesta en el Señor. Cuando uno tiene la confianza puesta en el Señor y en su Palabra sabe que Él no le va a fallar, que no lo va a defraudar. Abraham no estaba mirando a una ciudad que se había edificado con ladrillos sino que miraba algo espiritual, cuyo arquitecto, el que planifica todo y el constructor, es Dios. Aunque él transitaba por el desierto y no había nada edificado, sino sólo tiendas, podía ver con los ojos de la fe. Él iba moviéndose en un nivel espiritual, sabiendo que Dios estaba construyendo algo poderoso.
Aunque sus ojos naturales todavía no vean nada, comience a ver con los ojos de la fe. El que planifica todo es Dios, él es quien lo construye. Nosotros vamos recibiendo en nuestro interior ese plano, esa guía para ir moviéndonos en esa dirección. Y todo lo que Dios va operando en su vida es para que usted descubra ese tesoro que hay en su interior, para que se vaya manifestando Cristo y su gloria a través de su vida. Abraham dejó la mejor ciudad en la que podía vivir, Ur de los caldeos y caminó por el desierto. Hasta tuvo que dormir en carpa. Pero iba feliz y gozoso porque iba tras del sueño de Dios.
Por eso hoy quiero que sepa que la fe es fundamental para alcanzar el sueño de Dios para su vida. La fe es ver, lo que no se ve con los ojos naturales. Usted ve algo que todavía no se ha manifestado en lo natural, pero que se manifestará si usted sigue creyendo. Y si Dios lo dice, así será. Sólo tiene que creer.
Oración: Padre amado estoy caminando hacia mi destino de gloria y lo hago con fe porque hoy comprendí que es fundamental para alcanzarlo. Lo creo y lo veré manifestado. En el nombre de Jesús, amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo, Argentina

lunes, 22 de febrero de 2010

La fe verdadera

Dios sacia a los hambrientos, Dios toca a los apasionados, tu actitud determina tu altitud. Romanos 4:18, nos muestra como Abraham creyó esperanza contra esperanza creyendo la Palabra que había recibido de que sería padre de muchas generaciones y no dudó, aunque era de noventa y nueve años y Sara estéril, sino que se fortaleció con esa promesa recibida y dio la gloria a Dios. Habrá situaciones en contra en tu vida, pero siempre hay esperanza, tanto en el ámbito natural como en el espiritual, la fe es contada por justicia como en el caso de Abraham que aunque era de esa edad y su mujer estéril creyó en la promesa. Si miras a los patriarcas del Antiguo Testamento te darás cuenta que ellos no solo fueron reconocidos por el cumplimiento de las leyes de Dios sino por la fe en El. Cuando Jesús vino fortaleció el concepto de la fe, en los diecinueve casos de sanidades especificas, siempre Jesús dijo hágase conforme a tu fe. No podemos obviar que además de que la gente fue sana por Jesús también fue necesario que creyera en la Palabra dada por Él, creer desata el milagro.
El que tiene fe verá la Gloria de Dios, conquistará reinos, derribará muros, tapará la boca de leones, esta es la fe que vence al mundo, no sabemos quien, ni cuando pero tenemos la certeza de que las cosas que aún no vemos pronto las tendremos delante de nuestros ojos. La fe es la certeza de lo que esperamos y la convicción de lo que no se ve, muchas veces a la hora de la ministración la gente se muestra como si tuviera fe, pero en realidad lo que tienen son heridas o situaciones que los debilitan. Existen ciertos tipos de discípulos como lo describe Juan 20:24 en adelante, describe a Tomás, que aunque era uno de los doce era incrédulo, al punto que Jesús le hizo poner su mano en su costado y le mostró las heridas de los clavos en sus manos para que pudiera creer que aunque había durado tres días en el sepulcro resucitó, y le dijo Tomás porque viste creíste dichosos los que creen sin haber visto. Tu fe no puede ser después de haber visto, eso no es fe, si vas a creer después que ya tengas un hijo no tiene sentido.
Hay gente que habla cosas pero no las cree y hay otras que creemos y hablamos de lo que hemos creído, muchas veces no tenemos ni idea pero sabemos que algo viene de parte de Dios, los que tienen fe disfrutan de su vida cristiana porque saben que algo va a pasar, en cambio los que son como Tomás son aburridos.
La fe hace que el que cree se prepare y se vista como quien espera algo grande, como nosotros. La fe es victoria antes de la victoria.
Esta ciudad va a estar a los pies de Cristo, los Tomás solo hablan de crímenes, de lo malo que sucede en la ciudad, pero nosotros hablamos lo que Dios tiene para esta ciudad. Como en 1 de Samuel 4:2, nos muestra la fe del sacerdote, si no hay verdadero arrepentimiento, la presencia de Dios para vos se convierte en un amuleto. Hay quienes creen que aún haciendo lo malo, porque buscan de Dios tendrán la bendición de Él, creen que aún si roban porque vienen a la Iglesia , diezman y ofrendan no les va a pasar nada. O en cuanto a la salud si no se cuidan vivirán las consecuencias, porque aún cuando mi confianza está depositada en el Señor yo consulto médicos previniendo cualquier dolor, aún sabiendo que Jesús pagó por mi enfermedad, a veces la gente cree manipular a Dios, eso no es fe, la fe no es ciega, la fe ve claramente, cuando recibes una Palabra de parte de Dios crees que aquello va a suceder.
La fe es fundamentada en la Palabra de Dios, si quieres ver la Gloria de Dios no lo harás con la fe de Tomás. Cada vez que estés frente al mar no vas a decir ábrete, porque esa Palabra fue dada a Moisés, Dios te dará una Palabra para vos, que te vas a sostener con seguridad. Abraham hizo tres cosas:
1. Cambio su nombre de Abran a Abraham.
2. No miró las circunstancias, aún cuando era su cuerpo viejo y la matriz de Sara estéril, el que mira las circunstancias se hunde, así como Noé que dejo una ventana en la parte de arriba del arca con una medida de un codo por un codo con el fin de mirar al cielo, así mismo, vos debes mirar que dice en la Palabra de Dios.
3. Abraham se fortaleció dando la Gloria a Dios, cuando la cosa se pone dura solo debemos adorar, y si el síntoma reaparece adora a Dios
Por Ada Urbana, misionera, Argentina.

domingo, 21 de febrero de 2010

Una actitud de fe en todo

“Y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”. Efesios 4:23
Seguramente habrá escuchado alguna vez a algún entrenador físico diciéndole a su equipo que pongan “actitud” frente al rival en un partido muy importante. ¿Sabe qué quiere decir “actitud”? Actitud es la preparación mental para interpretar el ambiente para responder con una actitud de fe. No debo responder según cómo me trataron. Imagínese a un arquero de fútbol enojándose con un jugador contrario por patear hacia su arco. Esa no sería una buena actitud. Él debería estar interpretando el ambiente para poder responder correctamente.
Observemos ahora a Josué y Caleb.Ellos fueron junto a otros espías a ver la misma tierra. Pero hubo una gran diferencia entre ellos y los otros espías. Ellos dijeron que si Dios estaba con ellos iban a triunfar. En cambio, los demás interpretaron el ambiente con una mentalidad negativa. Dijeron que había gigantes y que ellos eran como langostas. En el ejemplo del arquero sería como si éste cuando le meten un gol ya diera el partido por perdido. La actitud de los diez los llevó a perder todo hasta su propia vida. Sin embargo, Josué y Caleb tuvieron la actitud para recibir más. No sólo iban a entrar a la tierra prometida sino que la iban a administrar y conquistar.
¿Cómo debemos interpretar entonces el ambiente? Lo debemos interpretar a la manera de Dios. Renovar la mente para tener la actitud correcta. La actitud es importante frente a todo, por eso se tiene que ir renovando su mentalidad. Alimente su fe día a día con la Palabra de Dios. Póngase de acuerdo con él. Usted ya está en el reino de Dios y es imposible que tenga una mentalidad de derrotado ¡Tenga una actitud de fe!
Oración: Padre, hoy me dispongo a renovar mi mente con tu Palabra cada día porque quiero moverme en esta vida con una actitud de fe y victoria. ¡Soy tu hijo y por eso me declaro un ganador! Lo creo, en el nombre de Jesús, amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo, Argentina

sábado, 20 de febrero de 2010

Caminar en obediencia nos dirige hacia la posición correcta

“Si oyeren, y le sirvieren, acabarán sus días en bienestar, y sus años en dicha.” Job 36:11
La obediencia es donde tenemos que estar parados por causa de la fe para recibir y trasmitir las bendiciones de Dios que van en aumento. La obediencia abre las puertas para el incremento sobrenatural. La única manera de manifestar la fe a través de nuestra vida es obedeciendo a la Palabra de Dios. Sin obediencia a la Palabra de Dios, la fe no tiene espacio para moverse. Dios lo demuestra a través de su Palabra una y otra vez. En el libro de Deuteronomio cuando Dios le habla al pueblo para obedezca le dice que la recompensa está por venir. Hay cosas que Dios va a hablar en su vida en lo personal. Esto lo habilitará a caminar en esa posición donde tiene el derecho de vivir en sobreabundancia. Dios conoce los corazones y sabe quién está disponible para obedecerle. Cuando uno aprende a obedecer a la Palabra, entonces comienza a abrir su corazón para recibirla. No es sólo para los predicadores, sino para todos los creyentes que caminan en humildad y que recepcionan la Palabra con fe.
Mire este ejemplo, como padres naturales, que vemos las cosas que pueden ocurrir, le advertimos a nuestros hijos y ellos nos responden: “Lo voy a hacer a mi manera.” Usted ya se da cuenta por anticipado que eso que su hijo va a hacer le traerá una frustración. A Dios le pasa lo mismo, nos mira, nos enseña, nos habla pero le venimos después con frustración. Cada persona tiene la libertad de elegir lo que está recibiendo. Usted tiene que decidir estar parado en la posición correcta donde la bendición fluye. Si va respetando lo pequeño y lo va corrigiendo, Dios lo va llevando por un camino de excelencia. Como Dios nos conoce a todos, sabe que algunos somos lentos para la disposición mientras que otros enseguida lo ponen en práctica. Observe el pasaje de Job 36:11 y medite en él. La obediencia trae bienestar y dicha. Quiere decir que la bendición irá en aumento porque lo está haciendo a la manera de Dios.
Entonces usted va a terminar su vida en bienestar y dicha, en bendición y prosperidad. Como eso lo trasmitió a sus herederos, ellos también van a tener casas para repartir. Usted recibió la Palabra y estableció los principios y la sabiduría en su vida y en su familia por generaciones. Crea a la Palabra, póngala por obra y disfrute de las bendiciones.
Oración: Padre, hoy caminaré en obediencia para posicionarme correctamente en donde vos querés Sé que tiene preparado para mi un futuro de bendición que se transmitirá a mis generaciones por guardar tu pacto. Lo creo en el nombre de Jesús, amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo

viernes, 19 de febrero de 2010

Conforme a su anhelo

“Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación, conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte.” Filipenses 1.19-20
En ese momento, durante la escritura de Filipenses, Pablo estaba en la cárcel. Y a pesar de estar en ese lugar estaba siendo de gran influencia para mucha gente. Habla de que estemos siempre gozosos y también que Cristo suplirá todo. “… esto resultará en mi liberación, conforme a mi anhelo y esperanza…” ¡Conforme a su anhelo! Eso es lo que él esperaba, eso dice la carta. ¿Se resigna usted a recibir cualquier cosa o está generando lo que crea la Palabra para que produzca lo que Dios ha prometido? Él dice que lo que va a experimentar es liberación, porque es conforme a lo que está esperando y en nada será avergonzado.
Para este ciclo de tiempo, la Palabra de Dios dice que nunca más usted pasará vergüenza porque tiene la expectativa de que su cosecha viene; como esa lluvia que viene sobre la semilla sembrada. Se va a ser con la provisión de lo que Dios le ha prometido. Si usted no confía en nada de todo eso, ha desaprovechado los beneficios del reino de Dios. No puede decir que Dios se ha olvidado de usted, sino que Él ha hecho todo para que reciba lo más grande del Señor. El plan de Dios siempre ha sido abundancia en todas las áreas de su vida. La expectativa en nuestro corazón juega un rol muy importante y el resultado viene por su actitud de agradecimiento y confianza en las promesas de la Palabra que va plantando en su corazón.
Si por la mañana, usted se levanta y hace unas oraciones de fe, se mueve con la Palabra, Dios le revelará algo mayor. ¿Qué está activando cuando hace esto? La intervención de Dios. Se halla en una expectativa para que Dios intervenga en su vida. Recuerde, conforme a su anhelo debe ser su confesión. Y su anhelo debe estar puesto en la Palabra de Dios, en hacer su Voluntad.
Oración: Padre, hoy quiero confesarte mi anhelo de hacer tu Voluntad. Gracias por tu revelación y guía de lo que tengo que hacer para recibir lo que estoy esperando. Te creo y sé que recibiré mi cosecha. En el nombre de Jesús, amén.
Por. Rev. Juan O Crudo, Argentina.

jueves, 18 de febrero de 2010

Manejando las broncas exitosamente

Lucas 9; 51: "Como se acercaba el tiempo de que fuera llevado al cielo, Jesús se hizo el firme propósito de ir a Jerusalén. Envió por delante mensajeros, que entraron en un pueblo samaritano para prepararle alojamiento; pero allí la gente no quiso recibirlo porque se dirigía a Jerusalén. Cuando los discípulos Jacobo y Juan vieron esto, le preguntaron:
- Señor, ¿quieres que hagamos caer fuego del cielo para que los destruya?
Pero Jesús se volvió a ellos y los reprendió. Luego siguieron la jornada a otra aldea."

Lucas 9; 57: "Iban por el camino cuando alguien le dijo:
--Te seguiré a dondequiera que vayas.
--Las zorras tienen madrigueras y las aves tienen nidos --le respondió Jesús--, pero el Hijo del hombre no tiene dónde recostar la cabeza.
A otro le dijo: --Sígueme.
--Señor --le contestó--, primero déjame ir a enterrar a mi padre.
--Deja que los muertos entierren a sus propios muertos, pero tú ve y proclama el reino de Dios --le replicó Jesús.
Otro afirmó:
--Te seguiré, Señor; pero primero
déjame despedirme de mi familia.
Jesús le respondió: --Nadie que mire atrás después de poner la mano en el arado es apto para el reino de Dios."
Sentir enojo es normal, el enojo es una emoción de fuerza. El enojo es la fuerza emocional que nos hace seguir adelante. Nos enojamos cuando esperamos una cosa y recibimos otra. El problema no está en enojarse, sino cuando guardamos o reprimimos el enojo. Cuando guardamos el enojo comienzan a suceder cosas altamente negativas.
Síndrome de la mosquita muerta: Hay personas que guardaron la bronca y no se dieron cuenta. No registraron que estaban enojados. La gran mayoría de la gente con depresión padece este síndrome.
Síndrome de la bomba de tiempo: El que guarda la bronca y es conciente de eso.
Síndrome del veneno por gotas: Tragan la bronca y la sacan por gotas, de a poco.
Esto pasa porque hay miedo de expresarse. Nos mintieron diciendo que hay dos modelos de bronca; el nivel apagado y el nivel encendido; no hay término medio. Hay niveles de bronca; hay luces; hay una luz roja, una amarilla y otra negra; la negra es la explosión. Yo me puedo enojar, pero tengo que evitar llegar a la luz negra.
Jacobo y Juan eran conocidos como 'hijos del trueno'. Estaban apagados o estaban encendidos. Como Jesús tenía que ir a Jerusalén, les pidió que fueran a Samaria para prepararle el alojamiento. Cuando llegaron, los samaritanos les dijeron que no iban a recibir a Jesús, lo que hizo que volvieran enojados a buscar a Jesús para preguntarle si quería que orando, descendieran fuego del cielo.
Cuando nos enojamos tenemos que:
1- Interrogar el enojo:
Preguntate por qué estás enojado y si vale la pena que te enojes por lo que te enojaste. Jacobo y Juan no soportaban el rechazo, por eso cuando llegaron a Samaria se les activó el rechazo de ellos. No podemos sentir dos emociones al mismo tiempo, sentimos una emoción por vez.
2- Saber hablar: Tenemos que hablar en positivo. Por ejemplo: "Yo necesito que hagas menos ruido", "yo necesito que me trates bien". Nunca empieces una conversación hablando del otro. Hay que saber pedir. Cuando empezás una conversación diciendo "vos hiciste esto", cerraste el diálogo. Cuando Jesús pasa por Samaria, se le acercan tres mentirosos para decirle que iban a seguirlo. Jesús no pierde el control, les habla y no lo hizo por ellos, sino porque quería ministrar a Jacobo y a Juan. Jesús sabía que en Samaria iban a rechazarlo y sin embargo los mandó a Jacobo y a Juan porque quería entrenarlos.
3- Irnos si hay alguien enojado: Cuando ves a una persona enojada no le digas que se calme porque va a ponerse peor. Cuando ves a alguien enojado, decile que preferís irte porque te estás empezando a enojar y no querés hablar así; aunque no sea cierto. La bronca es contagiosa.
4- Buscar más información: Dice la Biblia que el gran entendimiento es tardo para darle rienda al enojo. No te apresures cuando vayas a interpretar. Cuando estamos enojados nuestro cuerpo también tiene que dejar de pelear. Hay personas que dejaron de pelear en su mente, pero siguen peleando en su cuerpo.
Tengo un futuro glorioso: Como es mi futuro va a ser mi presente. Cuando Dios llama a una persona lo primero que hace es hablarle del futuro. Si en Samaria te rechazan, en Jerusalén te van a querer. Si fuiste rechazado vas a encontrar el lugar donde vas a ser bendecido.
Todo es mío: Si te echaron de un lugar que no te importe, andá a otro. Declará que todo es tuyo. Cuando Jesús se encontró con estos hombres que le dijeron que iban a seguirlo siempre, el primero le dijo que le permitiera enterrar primero a su padre; Jesús a ese hombre le dijo que dejara de escuchar la voz del padre. El segundo le dijo que quería despedirse de su familia; ese hombre quería consultar. Tenés que dejar de guiarte por lo que los demás te dicen. Las voces externas tienen que desaparecer. Nadie puede ir hacia el futuro mirando para atrás.
La gente agrede para que seas como ellos. No dejes que la gente determine cómo vas a actuar. Aunque en Samaria no los recibieron, algo de Dios quedó allá y años después, cuando llegó Felipe se parió un avivamiento.
En el lugar donde te maltraten y te rechacen, algo de Dios va a quedar sembrado. Nunca pierdas la esperanza que tus enemigos sean cambiados. Hay lugares por los que hemos pasado pero todavía no cosechamos; quedate tranquilo, porque Dios va a enviar a un Felipe. Donde hoy estás no es todo lo lejos que vas a llegar. Hay sueños más grandes. Enojo enfocado a la gente es tensión; enojo enfocado en la solución es expansión. Poné todos tus enojos en las soluciones; porque vamos para cosas grandes.
Por. Rev. Bernardo Stamateas, Pastor del Ministerio Presencia de Dios, Argentina.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Esperando la manifestación

“Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. 9Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; 10porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.” Hebreos 11:8-10
El apóstol Juan dice en la escritura que somos hijos de Dios pero que aún no se ha manifestado lo que debemos de ser. Y que seremos semejantes a Él, a Dios. El Espíritu Santo trabaja en su interior para que descubra el tesoro que hay escondido dentro de usted.
Manifestación quiere decir que aparece algo que estaba escondido o ignorado. Todo en su vida tiene que ir en crecimiento. De esta manera usted irá a nuevos niveles que lo llevarán a caminar con autoridad espiritual, con sabiduría y respaldo de Dios para manifestar lo que va a ser: un hijo de Dios que trae los cielos a la tierra.
Abraham siguió a Dios para entrar en su destino. Recibió el llamado de Dios y comenzó a caminar en dirección hacia ese destino divino que tenía con el Señor, sin saber a dónde iba pero obedeció a la Palabra de Dios. Es clave obedecer a la voz y a la revelación de Dios en nuestra vida. No siempre vemos rápidamente lo que Dios tiene para nuestro propósito. A veces en el proceso vamos a tener que enfrentar contratiempos, pero justamente los hijos de Dios tienen que saber que siempre van a salir como ganadores.
Obedecer es fundamental, porque es el primer paso para ir caminando hacia nuestro destino. Abraham salió sin saber hacia donde iba. No tenía claro el panorama, pero sí sabía que estaba obedeciendo al Señor. A medida que la Palabra del Señor se va aplicando a su vida, usted va renovando la mente y va comenzando a ver por medio del entendimiento el destino espiritual que hay para su vida. Tiene que saber que tiene que ir dando pasos que acompañen ese destino espiritual. Dios le ha dado talentos, dones, gracia y todo eso tiene que comenzar a fluir más fuerte en su vida para acercarse a su destino y para que vaya cumpliendo aquello que Dios espera que usted cumpla. Espere la manifestación de lo que Dios le ha prometido caminando hacia su destino que es glorioso y de bendición.
Oración: Padre, hoy quiero agradecerte por lo que se va a manifestar en mi vida y que viene de ti. Caminaré hacia mi destino de gloria cada día con fe. Lo haré y sé que veré la manifestación de lo prometido, en el nombre de Jesús, amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo

martes, 16 de febrero de 2010

Hay que tener paciencia para enfrentar los contratiempos

“He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo.” Santiago 5:11
Hay algunas personas que dicen: “Ojalá, Dios lo oiga” cuando uno le habla palabras de fe y de bendición para su futuro. Eso en lugar de acelerar el plan de Dios, lo retrasa más todavía. De alguna manera, está diciendo que no creen lo que Dios dice y encima terminan la frase diciendo: “pero si viene, que venga”. No creen, pero piensan que aunque sea de rebote les puede llegar. Esa no es la actitud que hay que tener para desarrollar el plan de Dios.
Fíjese en la vida de Job, un hombre que tuvo un ataque tras otro y pérdidas tremendas. Piense un momento ¿Qué hubiera hecho usted en su lugar? Porque muchos culpan a Dios o a otras personas en esos momentos. Pero ¿Qué nos dice la Palabra? Que los que oímos de la paciencia de Job, tenemos que aprender, tenemos que ver que mayores problemas no le pudieron haber venido. Detrás de esos contratiempos se retrasaba la sanidad del cuerpo, la bendición en la familia, la prosperidad de su vida, pero en ningún área se rindió. Job venció todos los contratiempos y cuando finalizó ese tiempo fue doblemente más bendecido que antes. Los estudiosos de la Biblia dicen que ese lapso de sufrimiento que pasó no superó el año. Después de eso comenzó a recibir tantas más bendiciones que las que había tenido en toda su vida. Esto fue así porque fue paciente, no se resignó. Se enfocó en Dios y tuvo confianza, y dijo: “Yo sé que mi redentor vive, y aunque mi piel esté deshecha, yo sé que veré a Dios.”
Él nos da la bendición de enseñarnos cuál debe ser la actitud frente a los contratiempos y los retrasos de los resultados que esperamos, ¡hay que ser paciente! Y la paciencia es un poder espiritual que está dentro de su vida que hay que descubrirlo y hacerlo fluir. La paciencia se necesita para hacer que el sueño de Dios se manifieste, para que el propósito de Dios se extienda en su vida, familia, economía, y para poder ver completado el plan de Dios sobre la tierra. Ese plan será completado a través de cada uno de sus hijos. Dios no lo hizo nacer para sufrir, lo hizo nacer para que sea el instrumento de Dios sobre la tierra. ¡Hágalo realidad!
Oración: Padre, hoy me declaro tu instrumento. Comenzaré a correr la carrera con paciencia y no me rendiré ante ningún contratiempo que pueda aparecer en mi camino. Alcanzaré la meta con victoria. Lo creo y lo veré. En el nombre de Jesús, amén.
Por. Rev. Juan O Crudo, pastor del Ministerio Cristo la solución, Argentina.

lunes, 15 de febrero de 2010

El próximo año va a ser mejor

Zacarías: 2:1-4 "Alcé la vista ¡y vi ante mí un hombre que tenía en la mano un cordel de medir! Le pregunté: ¿A dónde vas? Y él me respondió: Voy a medir a Jerusalén. Quiero ver cuánto mide de ancho y cuánto de largo. Ya salía el ángel que hablaba conmigo cuando otro ángel vino a su encuentro y le dijo: Corre a decirle a ese joven: tanta gente habrá en Jerusalén, y tanto ganado, que Jerusalén llegara a ser una ciudad sin muros".
Esta es una promesa de Dios para nuestra vida. Cuando Dios se mete en tu vida, cuando Dios se mete en el asunto, no hay límites que te puedan detener, vas a ser una ciudad sin muros. Promesa de Dios para nosotros.
¿Por qué yo quise tratar este tema?
-En primer lugar: Porque yo afirmo que el año que viene va a ser mejor porque es promesa de Dios.
¿Qué es promesa de Dios? Dios dijo que iremos de gloria en gloria y de poder en poder, o sea, es lógico espiritualmente que el año que viene te vaya mejor que éste, porque dice la palabra que iremos de gloria en gloria y de poder en poder. ¿Cuántas van a ir de gloria en gloria y de poder en poder? hay más poder para el año que viene sobre tu vida. Yo lo creo, gloria a Dios por eso.
Dice la palabra que seremos como la luz de la aurora que va en aumento. ¿Cuántas van a aumentar el año que viene? vamos en aumento, vas a crecer el año que viene, no porque se me ocurra a mí, no porque vos uses mi fe, sino porque hay una promesa de parte de Dios que te dice, que todos los hijos de Dios iremos en aumento, vamos a crecer como la luz de la aurora y la palabra de Dios es absoluta y es la verdad. Cuando Dios te dice que a vos te va a ir mejor, ponele la firma, a vos el año que viene te va a ir mejor, te lo dice el mismo Dios, y cuando Dios promete algo, Dios lo cumple. El año que viene va a ser mejor que éste, lo decretamos porque la palabra de Dios ya lo prometió, amén.
-En segundo lugar yo afirmo que el año que viene va a ser mejor porque no vamos a comenzar de cero, hay algo que vos lograste en este año en las distintas áreas de tu vida.
Quiero que pienses lo que lograste, hay algo que lograste.
¿Cuántas lograron algo en la vida emocional?
¿Cuántas lograron algo en la vida física?
¿Cuántas lograron algo en la vida económica?
¿Cuántas crecieron en la vida espiritual?
Vos tenés una base hoy, no vas a partir de cero para el año que viene, vos hiciste un crecimiento, vos maduraste en este año, hay algo que aprendiste, hay algo que dejaste de hacer que te hacía mal, hay algo que empezaste a hacer que te está haciendo bien, hay cosas que vos obtuviste, hay cosas que deseabas y ya Dios te las dio, hay milagros que Dios hizo en tu vida, hay fe que creció dentro tuyo.
¿A cuántas les creció la fe en este año?
Hay pedidos que te atreviste a hacer que antes no te atrevías. ¿Cuántas tomaron decisiones en este año? gloria a Dios por eso. Tal vez antes no te atrevías, no vas a partir de cero, por eso te va a ir mejor el año que viene, no es una cosa que lo digo y voy a ver, y bueno tal vez me pase, tal vez no, primero porque Dios te lo prometió en su palabra y la palabra de Dios es sí y amén.
No partís de cero porque eso que adquiriste este año, eso que aprendiste, eso que lograste es un escalón, hoy estás más arriba que el otro año, por lo tanto como vas a estar más arriba, el año que viene vas a estar mejor. Yo crecí, y quiero decirte que vas a partir de una base, y esa base es tu semilla que dará fruto al ciento por uno, y eso que aprendiste en este año, esa madurez que tenés, esa decisión que tomaste, es algo que Dios plantó en tu vida, y lo que Dios planta nadie lo puede desarraigar.
Este mensaje es para tomarlo, todo lo que Dios plantó en tu vida no te preocupes nadie te lo va a quitar, lo que es tuyo es tuyo, querida mujer, hombre, lo que lograste ya lo lograste, ya está arraigado en vos, ya echó raíces, no tengas miedo, decís ¿y si lo pierdo?, ¿y si no me dura?, ¿y si alguien me lo saca?, ¿y si por una tontería mía hago un mal negocio y lo pierdo? Lo que es mío es mío, lo que Dios plantó nadie lo desarraiga. Lo que Dios plantó en mi nadie lo desarraiga.
-En tercer lugar: el año que viene va a ser mejor porque le voy a quitar los límites a Dios.
Este año hemos logrado cosas, pero aunque hemos logrado cosas siempre dentro nuestro hay un límite, los seres humanos somos especialistas en poner límites, nosotros sabemos que poco a poco vamos soltando cada vez más fe, y vamos logrando cosas, pero todavía tenemos ciertos límites, hay ciertas cosas que no nos atrevemos a imaginarnos, hay ciertas cosas que no nos atrevemos a orar, tal vez este año te atreviste a hacer una oración un poco distinta, pero hay una oración mejor todavía que podemos hacer pero ¿qué tenés que hacer para lograrlo? tenés que quitar límites.
Traje un metro, es para medir, y nosotros hacemos eso con nuestra vida, medimos, es como el pasaje que estábamos leyendo, el pasaje dice que fue alguien y quería medir la ciudad para ver que ancho y que largo tenia la ciudad, se fue con el cordel de medir, porque somos especialistas para medir todo, medimos las bendiciones, medimos las cosas negativas, medimos la vida de los demás, medimos los logros, vivimos midiendo todo, medimos nuestra fe, y Dios te dice, si el año que viene querés que te vaya mejor, tenés que soltar tu medida, tenés que soltar tus límites, porque siempre vivimos poniendo límites a Dios, a veces no nos damos cuenta que le ponemos límites a Dios, pero vivimos haciéndolo y Dios te dice, el año que viene tu hijo termina quinto año y va a ser el abanderado, y vos decís Señor, mi hijo se llevó este año siete materias, ¿que me estás diciendo?, y ya le pusimos un límite, medimos a nuestro hijo, nuestro hijo tiene coeficiente intelectual más o menos, porque se llevó siete materias. El Señor te dice, el año que viene te voy a dar tanta prosperidad que vas a poder comprarte esa casa que tanto deseaste en tu corazón, y vos le decís, Señor tengo mi boleta de gas y no tengo el dinero para pagar la boleta de gas de esta casa que estoy alquilando, ¿qué me estás diciendo? y ya le pusiste con tu boleta de gas el límite a Dios, ya mediste la bendición.
¿Saben quiénes eran expertos en medir? en la antigüedad, los fariseos, a ellos les encantaba tomar medida de todo, decían, cuanto das, cuanto no das, cuanto hacés, cuanto no hacés, cuanto pecaste, cuanto no pecaste, cuanto Dios perdona, cuanto Dios no te va a perdonar, a los fariseos legalistas les encantaba la medida, y a veces nosotros nos transformamos en fariseos, medimos todo, cada vez que Dios quiere soltar algo grande en nuestra vida, a nuestra mente viene la limitación, cada vez que estamos haciendo algo en nuestra mente viene el: no creo que ocurra, porque le estamos poniendo límites a Dios y Dios quiere que en este nuevo año que comienza, tires tu barra de medir, tires tu cordel de medir, porque Dios te va a dar algo tan grande que tus ojos cuando lo vean se van a sorprender, tu boca se va a llenar de risa.
Todo en lo que Dios intervenga no tiene límites. La medida que vos le ponés a Dios es cuanto le creés a Dios, porque teóricamente todos podemos decir, yo sé que para el que cree todo es posible, yo sé que me va a ir bien, yo sé que voy a lograr un montón de cosas; y teóricamente está todo muy bien, pero cuando vienen la situaciones que tenemos que enfrentar, cuando caemos en nuestra realidad, no usamos nuestra vida sobrenatural sino nuestra vara de medir: no creo que lo logre. ¿Qué límites le pusiste a Dios en este año? ¿cuáles fueron lo límites que le pusiste a Dios emocionalmente? mi marido no va a cambiar, mi hijo no se va a sanar, mi cuerpo no va a resistir, el dinero no me va a alcanzar, no voy a poder irme de vacaciones, no voy a poder tener este proyecto en mis manos, nunca voy a lograr aquello que quiero, no voy a poder terminar mi carrera, no voy a poder tener un ministerio grande y poderoso, no voy a poder hacer viajes a los lugares que más me gustan, no voy a poder tener mi casa, no voy a poder construir la habitación que yo quería tener, no voy a poder traer mi familia para que venga a pasar las fiestas conmigo. ¿Cuál es el límite que le pusiste a Dios? porque eso es lo que creés de Dios. El límite que vos le ponés a Dios, es cuanto le creés a él, cuanto le creés a Dios. Es verdad lo que decís con tu boca, pero cuando viene el tiempo de la realidad le pusiste una vara, le pusiste una medida. Señor, yo sé que mi sueldo lo voy a cobrar, pero no creo que me des tres sueldos juntos este mes, le pusiste límite a Dios con tu boca, con tu mente, lo hiciste. Dios quiere para el nuevo año que quites todos los límites que pusiste durante este año, porque Dios te dice, el año que viene va a ser mejor, el año que viene voy a hacer ese milagro que tanto estás esperando ¿por qué no lo hizo este año? porque Dios quiere que aprendas a quitar los límites que hay en tu mente, Dios quiere que aprendas a quitar los límites que hay en tu espíritu, Dios quiere que aprendas a dejar libre tu fe.
Tengo que dejar mi fe libre.
Cuando Dios habló a los hombres y mujeres en su Palabra, salvo una, fíjense como responden. Dice que le habló a Gedeón, y cuando le habla, él le dice, yo soy el menor de la casa de mi padre, Dios le habla a Gedeón y Gedeón se puso una medida, soy el menor, qué me estas pidiendo Dios, si no valgo nada, quien me va a escuchar a mí, que no estudié, que no me capacité, que soy la menor en mi casa, que nunca logré nada, que me porté tan mal en la vida, que me fue tan mal en un montón de decisiones que tomé, ¿quién soy yo Señor? y le puso una medida. Cuando Dios llamó a Moisés, y le dijo: Vas a ir a liberar a mí pueblo Moisés sacó su medida: soy tartamudo, qué me mandás a mi Dios, no sé hablar, le puso su medida. Todos tenemos una medida muy adentro: con este cuerpo Señor, qué voy a hacer eso, con esta manera de hablar, con esta ropa que tengo Señor, con la pobreza en la que estoy, en este lugar donde estoy viviendo, con el testimonio de mis hijos me llamaste a hacer eso, ¿cuál es la medida que estás usando?
Dice que Dios un día le prometió a Abram y a Sara un hijo, y ellos sacaron su medida y le dijeron, somos viejos ¿será esa la medida que le estás poniendo a Dios? ya soy vieja, se me pasó el cuarto de hora pastora, tengo setenta, que puedo hacer ahora en mi vida, nadie me toma en ningún trabajo, qué me está diciendo, que me va a prosperar con la jubilación y con la pensión que cobro de mi marido muerto, con eso Dios, ¿qué voy a hacer? ¿Cuál es la medida que le estás poniendo? y ellos dijeron, somos viejos, le sacaron la medida, todos tenemos una medida ¿cuál es el metro que estás usando para medir la bendición que Dios te quiere dar? Dios quiere que rompas esa medida ¿te atreverías a romper esa medida?, ¿te atreverías a romper eso que siempre repetís cuando Dios quiere darte un milagro?, cada vez que viene algo bueno en tu mente, ponés alguna medida. Tu hijo me va a servir en el ministerio. Vos decís ¿éste?, ¿con las amistades que tiene?, ¿éste que es cualquier cosa? que vive renegando de Dios, no. Pero tu marido va a ser un gran siervo mío, ¿éste que anda emborrachándose todo el día?, ¿éste que anda de mujer tras mujer? y le ponemos medidas a Dios, cuando Dios dice para la que cree todo es posible.
¿Te atreverías por un segundo a soñar sin límites? ¿Qué harías si no estuviera ese límite tuyo mental, espiritual? ¿Hacia adonde irías? ¿Cuántos viajes harías el próximo año si no hubiera límite? ¿Si hoy no estuviera tu límite económico? porque el viaje, decís, hay que tener plata para los pasajes, si alguien me regala un pasaje, ¿cuantos viajes harías si no te pusieras un límite económico en tu mente?, ¿y por qué no lo hacés si Dios no tiene límites? y Dios dice, querés que te vaya mejor, rompé tu medida, quebrá tu cordel de medida, quebrá tu metro. Decís, ya no me da el cuerpo, hay cosas que no memorizo, como me voy a poner a estudiar si no me acuerdo de nada, como voy a entrar a la universidad, hace años que terminé la secundaria, ahora me olvido de todo, ¿cuál es tu medida que impide el milagro que Dios quiere hacer? ¿Qué harías si no tuvieras límites? ¿Qué casa te comprarías? ¿En qué barrio vivirías? yo viviría en un country y ya le ponés el límite, ¿qué cosas harías si no tuvieras ningún límite? pastora ¿como sería el ministerio de ustedes si no tuvieran ningún límite? y los que ponemos límites somos nosotros y Dios te dice ¿querés que te vaya mejor el año que viene? quebrá tu vara de medir, tirá tu cordel de medir y empezá a hacer que tu fe fluya.
Lo único que quiero decirte es dejá libre tu fe, Dios nos dio la capacidad de creer, Dios nos dio la capacidad de soñar para que justamente, sepamos que él no tiene ningún límite, no le pongas ningún límite a Dios dejá libre tu fe ¿te atreverías? ¿Te atreverías por un segundo dejar libre tu fe en tu cuerpo?, ¿qué lograrías? uh me dirías pero con los kilos de más que tengo, dejá de poner límites, dejá libre tu fe ¿cómo sería tu familia si dejaras libre tu fe? como te gustaría verla ¿dónde te hubiese gustado pasar estas fiestas? por ejemplo, esa mujer o hombre que tiene su familia en España ¿cómo le hubiese gustado?, ¿Que la familia hubiera venido acá o ella ir para España? el año que viene lo vas a lograr si te atrevés a dejar libre tu fe ¿por qué no?¿a a cuántas les gustaría pasar las fiestas en Nueva York bajo la nieve? y ¿por qué estás acá? si querés estar acá, bárbaro, pero ¿te alcanzaría tu fe para el año que viene pasarlas allá?. ¿A cuantas les gustaría hacer un crucero? ¿Dejarías libre tu fe? ¿a cuántas les gustaría estar el año que viene sin ningún problema físico todo el año con una salud arriba? ¿podrías dejar libre tu fe aunque sea en esta tarde?, ¿podrías romper tu cordel de medir?, ¿podrías decir, Señor acá estoy hacé conmigo como quieras? eso le dijo María cuando le dijo vas a tener un hijo, y ella le dijo ¿como va a ser esto? y el Señor le dijo: el Espíritu Santo te cubrirá, pero ella no entendió nada, no me importa si no entiendo, Señor hacé como vos quieras, ¿cuántas le pueden decir para el año que viene, Señor hace como quieras? y saben que lo que quiere Dios es bueno ¿cuántas pueden dejar libre su fe? ¿Cuántas pueden decir el año que viene yo sé que me va a ir mejor? ¿Cuántas pueden romper su medida y decir yo sé que me va a ir mejor?
Vas a romper tu medida, lo que te impedía, primero lo rompés adentro y luego ves la bendición del cielo. Dejá libre tu fe.
Este año que viene va a ser un año de favores sobrenaturales.
Este año va a ser un año de oportunidades.
Este año va a ser un año de puertas abiertas.
Este año que pasamos fue muy bueno, porque estás en el ministerio y estás tomado de la mano de Dios, eso es más que bueno, y vas a pasar unas fiestas maravillosas, yo te lo profetizo, van a ser espectaculares, van a ser preciosas, van a ser esas fiestas soñadas porque vas a dejar libre tu fe, ¿por qué no predicarle este año a mi familia? ¿Por qué no levantar una copa y que cada uno se profetice a si mismo? les vas a enseñar a profetizarse. ¿A ver qué querés que te pase? decí, les vas a ayudar a quebrar sus límites. Lleven esta palabra que es corta y háganla escuchar después, o antes de las doce de la noche, y que cada uno quiebre su barrera mental, que cada uno tire su cordel de medir para expandirse, para crecer el próximo año. Porque el año que viene queridas mujeres, va a ser mucho mejor, nos va a ir mucho mejor, vamos a crecer de manera sorprendente. Cuando estuve en Estados Unidos el Señor me mostró algo, que después lo predicó el pastor Bernardo, que el año que viene va a ser un año donde nos vamos a reír tanto, que vamos a llorar de la risa, vamos a ser tan felices con lo que vamos a experimentar, y nos vamos a reír mucho, preparate para eso, preparate para lo bueno, vos que sos de esas mujeres víctimas, el año que viene no va a tener lugar eso, porque te vas a reír tanto, la bendición va a ser tan grande, que no te van a alcanzar los brazos para retener la bendición. Queridas mujeres y varones, el año que viene va a ser mucho mejor. Gloria a Dios, algo grande viene, algo mayor viene, porque hemos roto nuestra medida.
El año que viene creceré. Vas a quebrar tu límite, tu medida, él lo va a hacer. Algo grande en este quebrar tu límite, en este decir, Señor hágase conmigo de acuerdo a tu voluntad, hay algo grande y maravilloso que viene para mi.
Quiero que dejes a tu fe como va a ser tu vida emocional el año que viene, qué te va a pasar en tu vida emocional, como va a estar tu casa, tu familia, tus hijos, tu pareja, tus padres, soltá la fe, no hay ningún límite, Dios dice: quebrá el límite. Decís, no, pero siempre vivimos mal, siempre hubo peleas, no, no dejá tu fe crecer, volar, decirle Señor no te pongo límites. ¿Qué estás viendo sin límites?, ¿qué estás viendo?, ¿cómo estás viendo tu familia?, ¿bendecida?, ¿cómo ves tu casa?, quiero que veas tu casa, es esa en la que estás viviendo, arreglada o es una nueva, dejá crecer tu fe, dejá volar tu fe, no hay límites, ¿como ves a tus hijos sin ningún límite?, ¿cómo ves tu cuerpo?, ¿cómo te ves físicamente? ¿te ves viajando? ¿haciendo ese viaje espectacular? ¿cómo te ves festejando tu cumpleaños el año que viene?, qué bueno, qué lindo, y dónde estás veraneando, en Enero, Febrero, como son tus vacaciones ¿cómo las estás disfrutando? dejá volar tu fe, experimentá algo sin límites, porque Dios no tiene límites y Dios no quiere que te pongas límites, ¿Cómo va a ser tu grupo el año que viene?, ¿tu ministerio?, ¿hasta dónde vas a llegar?, ¿hasta donde va a ser? hasta donde quieras, porque Dios no tiene límites y cuando Dios está metido en el asunto todo lo que Dios hace es sin límites, soltá tu fe porque algo grande viene para tu vida.
¿A dónde vas? el Señor te va a decir ¿a dónde vas con tu mente?, ¿qué estás midiendo? te prometí algo ¿qué estás midiendo?, ¿qué estás contando? qué contás, el ejército que tenés?, ¿las fuerzas que te quedan?, ¿las monedas que tenés en tu cartera?, ¿los conocimientos que tenés en tu mente?, ¿la gente que te puede ayudar? o contás solo con mi palabra y mi promesa, que es si y que es amén, que no tiene límites. Cada vez que vas con tu mente a medir, a decir, no creo, esto es solo lo que tengo, Dios te va a decir, ¿a dónde vas? y te va a decretar tanta gente habrá en Jerusalén, y tanto ganado, que llegarás a ser una mujer sin muros.
El Señor nos va a hacer traspasar fronteras el año que viene, hemos traspasado algunas este año, pero el Señor nos va a hacer traspasar nuevas limitaciones, va a decir que ese muro está corrido, sin muros quiere decir que vas a poder pasar al otro lado sin problemas, no va a haber cuestionamientos, no tenés que cuestionarte nada, sin muros te dice el Señor, económicamente sin muros, emocionalmente sin muros, espiritualmente no hay muros, soltá tu fe, dejá libre tu fe, porque Dios no tiene limitaciones. Amén.

Por. Pastora Alejandra Stamateas, Argentina.

domingo, 14 de febrero de 2010

Lo Hago O No Lo Hago, Como Me Cuesta Tomar Decisiones

Génesis 13:1-18 "Abram salió de Egipto con su esposa, con Lot y con todos sus bienes, en dirección a la dirección del Néguev. Abram se había hecho muy rico en ganado plata y oro. Desde el Néguev, Abram regresó por etapas hasta Betel, es decir, hasta el lugar donde había acampado al principio, entre Betel y Hai. En ese lugar había erigido antes un altar, y allí invocó Abram el nombre del Señor. También Lot, que iba acompañando a Abram, tenía rebaños, ganado y tiendas de campaña. La región donde estaban no daba abasto para mantener a los dos, porque tenían demasiado como para vivir juntos. Por eso comenzaron las fricciones entre los pastores de los rebaños de Abram y los que cuidaban los ganados de Lot. Además, los cananeos y ferezeos también habitaban allí en aquel tiempo. Así que Abram le dijo a Lot: No debe haber pleitos entre nosotros, ni entre nuestros pastores, porque somos parientes. Allí tienes toda la tierra a tu disposición. Por favor, aléjate de mí. Si te vas a la izquierda, yo me iré a la derecha, y si te vas a la derecha, yo me iré a la izquierda.
Lot levantó la vista y observó que todo el valle del Jordán, hasta Zoar, era tierra de regadío, como el jardín del Señor o como la tierra de Egipto. Así era antes de que el Señor destruyera a Sodoma y a Gomorra. Entonces Lot escogió para sí todo el valle del Jordán, y partió hacia el oriente. Fue así como Abram y Lot se separaron. Abram se quedó a vivir en la tierra de Canaán, mientras que Lot se fue a vivir entre las ciudades del valle, estableciendo su campamento cerca de la ciudad de Sodoma. Los habitantes de Sodoma eran malvados y cometían muy grandes pecados contra el Señor.
Después de que Lot se separó de Abram, el Señor le dijo: Abram, levanta la vista desde el lugar donde estás, y mira hacia el norte y hacia el sur, hacia el este y hacia el oeste. Yo te daré a ti y a tu descendencia, para siempre, toda la tierra que abarca tu mirada. Multiplicaré tu descendencia como el polvo de la tierra. Si alguien puede contar el polvo de la tierra, también podrá contar tus descendientes. ¡Ve y recorre el país a lo largo y a lo ancho, porque a ti te lo daré! Entonces Abram levantó su campamento y se fue a vivir cerca de Hebrón, junto al encinar de Mamré. Allí erigió una altar al Señor".
¿A cuántas les cuesta tomar decisiones?
¿Cuántas tienen que tomar una decisión en este tiempo y les está costando? dan vueltas y vueltas.
Gloria a Dios porque este tema va a ser de bendición para tu vida.
Tomar decisiones es una de las tareas más difíciles que hay en la vida, por eso siempre preguntamos ¿qué hago? ¿Voy o no voy?, ¿decido esto, decido aquello?
No queremos equivocarnos. Es más sencillo decidir entre lo malo y lo bueno, cuando llegamos a cierto nivel de madurez en nuestra vida, cierto crecimiento espiritual, nos es fácil decidir entre lo malo y lo bueno. Decimos, esto no, yo sé que esto no me conviene y yo sé que esto es bueno, esa decisión no es tan complicada. El problema es que cuando llegamos a cierto nivel espiritual, cierto nivel de madurez, la peor decisión es decidir algo entre lo bueno y lo mejor, decidir entre lo que es bueno y lo que es mejor para mi es mucho más difícil, que decidir entre lo bueno y lo malo. Yo tengo algo bueno pero tengo algo mejor, y la verdad que no sé qué decidir, porque no le veo la diferencia, y hoy vamos a descubrir la diferencia entre tener lo bueno en la vida y tener lo bendecido. Una cosa es tener lo bueno y otra cosa es tener lo bendecido. ¿Cuántas quieren lo bendecido? yo quiero lo bendecido.
Vamos a decidir entre estas dos cosas, porque hay gente que está en este lugar que tal vez se haya conformado con lo bueno de su vida, sin darse cuenta que todavía hay más, que todavía te falta tener para tu vida lo que está bendecido. Yo quiero lo bendecido.
¿Cuál es la diferencia entre lo bueno y lo bendecido? está en la historia que leímos anteriormente. Lot tenía lo bueno, porque Lot también era rico. Lot tenía ganado, tenía de todo, o sea que Lot tenía lo bueno, pero Abram tenía lo bendecido. ¿Cuántas saben que hay más para su vida? yo lo quiero. Él va a soltar para tu vida lo bendecido de Dios.
Gloria a Dios.
¿Qué es lo bendecido? es lo prometido. Vos podés tener lo bueno, pero podés tener lo bendecido, que es lo prometido. A veces tenés muchas cosas pero tal vez no tengas lo prometido. Por ejemplo, te pasó alguna vez que tenías que ir a una fiesta, y fuiste a mirar en tu placard y quisiste ponerte un vestido, pero de pronto te faltaba el par de zapatos para ese vestido, tenías un montón de zapatos, pero vos querías uno especial para ese vestido, y no lo tenías.
O querías preparar una comida, tenías todos los ingredientes pero había uno que le querías poner, y eso no lo conseguiste. Tenés de todo, pero eso no lo tenés, eso es lo prometido. Eso que me falta, es lo prometido. Hay gente que me dice: Alejandra yo tengo todo, tengo que darle gracias a Dios por todo por lo que tengo, pero sin embargo siempre siento que me falta algo, eso que te falta es lo prometido. ¿Cuántas quieren lo prometido de Dios?
Leímos la historia preciosa, yo la leí muchas veces y cuando uno le da una interpretación de algo, vos seguís teniéndola por toda tu vida, hasta que venga una revelación y te cambie, yo siempre creía que esta historia, como me la habían explicado, se trataba de dos hombres que tenían que tomar cada uno una decisión, uno tomó una buena decisión y el otro tomó una mala decisión. Abram tomó la buena decisión y Lot tomó la decisión de irse a unas tierras que eran tierras no bendecidas por Dios. Porque él había elegido por sus ojos, por su mirada, por lo que vio bueno, y se dejó llevar, pero leyendo me di cuenta que acá, no habla de dos decisiones, acá está hablando de un hombre que tomó una decisión, una persona una decisión, una mujer, una decisión. Porque el centro de atención de Dios en esta historia, no está en Lot, está en Abram, el centro de atención, la bendición, Dios se la quería dar a Abram, Lot estaba aparte de esta historia. La decisión y la bendición eran para Abram. Dios tiene sus ojos puestos en mí, yo soy la protagonista de la historia de Dios.
Somos las protagonistas Dios tiene su mirada en nosotras, el centro de atención de Dios somos nosotras, sos vos.
¿A quién le quiere enseñar Dios? a mí,
¿A quién quiere prosperar Dios? a mí,
¿A quién quiere bendecir Dios? a mí,
¿A quién quiere sanar Dios? a mí,
¿A quién quiere perdonar Dios? a mi
Dios te mira con amor, porque él te quiere bendecir, amén gloria a Dios por eso.
El centro de atención de Dios está en tu vida.
Abram era un hombre rico, y tuvo que tomar una decisión, porque Lot no tuvo que tomar ninguna decisión, el que tomó la decisión fue Abram, y el que cambio toda la historia fue Abram.
Abram era un hombre rico, tenía todo lo bueno, ganado, plata, oro, tierra, pero tenía algo, tenía una promesa, pero una promesa detenida. Tenía de todo, pero también tenía una promesa que estaba detenida.
Y no hay nada más triste en la vida que tener una promesa de Dios y que esté detenida. Tal vez estés viviendo muchas cosas buenas en tu vida, vos venís a la iglesia, recibís bendición el milagro de Dios, pero no hay nada más triste en la vida, que tener de todo, tener todo lo bueno de Dios, pero que haya una promesa en tu vida, detenida. Y a veces llamamos bendición a lo que no es bendición, ¿estás llamando a eso que te pasó, a eso que estás viviendo?, ¿bendición? Tal vez digas, eso es bueno, pero todavía no es la bendición, porque para que se suelte la bendición tiene que derribar esa promesa que está detenida, mientras la promesa esté detenida, vas a vivir en lo bueno, pero te va a faltar la bendición. Dios le dijo a Abram cuando le habló: vete de tu tierra y de tu parentela, este hombre se fue de la tierra, pero no se fue de la parentela, porque se lo llevó a Lot. O sea la obediencia de Abram fue a medias, y cuando vos tenés obediencia a medias, la bendición es a medias. ¿Cuántas quieren la bendición completa? Tengo que ser obediente.
Obediencia a medias te va a desatar lo bueno, vas a caminar en lo bueno, me está yendo bien, Dios me dio esta sanidad, Dios me dio este trabajo, Dios hizo esto con mi familia, estás en lo bueno, pero Dios dice, hay otro nivel, que es el nivel de la bendición que se desata con la obediencia. Tengo que obedecer.
Cuándo se dio cuenta de esto Abram, y esa es la decisión que tomó; él en un momento se da cuenta que tenía de todo, que estaba saturado de todo, ganado, miraba para un lado oro, plata, su familia bendecida, todo lindo, estaba viviendo en lo bueno, pero dijo, hay algo que no me hace sentir bien, hay algo que me está faltando, eso, me falta eso, porque él había antes recibido una promesa y esa promesa él no la estaba viendo, no se estaba cumpliendo en su vida, esa promesa estaba detenida por falta de obediencia, porque él obedeció por la mitad. ¿Cuántas veces nosotras obedecemos por la mitad? Obedecemos la parte que nos gusta la otra parte que nos resulta más difícil, como que nos tomamos un poco más de tiempo y Dios le dijo, te tenés que sacar a Lot de encima si querés que se suelte la bendición, si querés que se suelte la promesa, te tenés que sacar a Lot de encima. Lot representa las cargas que todos tenemos. Lot representa aquello que estamos reteniendo, que no queremos soltar, hay tantas cosas queridas mujeres que tenemos que empezar a soltar si queremos recibir bendición. Las mujeres somos tan agarradas:
- a veces las mujeres nos agarramos a un pensamiento y no lo soltamos,
- nos agarramos a una persona y no la soltamos,
- nos agarramos a un estilo de vida y no lo soltamos,
- nos agarramos al espíritu de víctima y no lo soltamos,
- nos agarramos al llanto y no lo soltamos.
Y podemos estar haciendo un montón de tiempo y no podemos soltar a "Lot", y Dios te dice si querés vivir en bendición, tenés que soltar a Lot, tenés que desprenderte de Lot. ¿Qué representa Lot? representa ese hábito que tenés y no podes dejar. He hablado con cantidad de mujeres que me dicen, Alejandra voy todas las tardes al Bingo, y pierdo todo, y ¿por qué vas al Bingo? porque me siento sola, y cree que su problema de soledad lo va a resolver yendo al Bingo. Si vos vas al Bingo, como van todas las mujeres a las tres de la tarde, y encontrás un hombre a esa hora, sonaste, si un hombre está a las tres de la tarde en el Bingo sonaste. No vas a sanar la soledad, mujeres que no pueden soltar a ese Lot, a esa carga que llevan sobre su vida, porque ni siquiera lo disfrutan, es una adicción, y la adicción parece que es un disfrute, pero no es un ningún disfrute por eso tenés que empezar a soltar a los Lot de tu vida, es adicción. Ese hábito, el apego a esa persona, es tu Lot. Dios ya te dijo, soltate de esa persona que te daña, soltate de esa persona que te está enfermando, soltate de esa persona que te está haciendo mal, y vos seguís cargando a esa persona en tu vida. Soltá ese rencor, tal vez tu Lot sea odio, sea rencor, sea bronca, sea la angustia permanente que vivís. ¿Cuál es tu Lot? Identifícalo, tal vez tu Lot sea el orgullo, yo voy a lograr esto, aquello, y eso está bien, el problema es cuando solamente miras eso, y no te interesa nada más en la vida. Tal vez tu Lot sea tu reputación, tal vez tu Lot sea esa relación personal que tenés con alguien, dolorosa, sea ese llanto, esa angustia, cuándo Ana recibió a su hijo, cuando soltó a todos los Lot que tenia cargados sobre sus espaldas, su marido que era un nene más. Soltar no es que le doy una patada, soltar es decir, Señor esto es entre vos y él, no me corresponde a mí meterme en esa relación, eso es soltar. Mi hijo Señor, yo lo suelto, no me corresponde a mí que este hijo haga, no, que siga el camino que vos le diseñaste para él, eso es soltar. Ana recibe a su hijo, recibe la promesa, y se le desata la bendición, porque Ana vivía en lo bueno, tenía un marido, tenía casa, era una mujer que iba por la vida como quería, pero sin embargo, ella viviendo en lo bueno dijo: hay algo más que necesito, ella quería la bendición y la bendición era la promesa. Hay una promesa sobre tu vida y si está detenida algo se va a soltar cuando sueltes a ese Lot, y va a venir sobre tu vida, vas a dejar de vivir en lo bueno para empezar a vivir en la bendición.
Hay algo que tenés que soltar, tal vez me digas que ya soltaste todo, no estás cargando algo pero sin embargo no podes decidirte. ¿Cuál fue la principal decisión que tomó Abram? obedecer no fue la tierra, porque cuando él se dio cuenta que había obedecido por la mitad lo agarró a Lot y le dijo, mirá elegí lo que quieras. Cuando vos a alguien le podés decir agarrá lo que quieras, no me importa lo que te lleves, es porque hay algo más importante que te diste cuenta, sino le hubiese dicho Abram, esto es para mi, repartamos partes iguales, Abram (era inteligente) le dijo agarrate lo que quieras, no me importa, ándate para un lado yo me voy a ir por el otro, elegí vos. Cuando vos le das a alguien a elegir, y decís, yo no tengo problema, es porque vos te diste cuenta de que hay una recompensa mayor, que hay algo más grande que es para vos, por eso le das al otro a elegir, sino no le das a elegir. Cuando sabés que hay algo más grande, decís, elegí no me importa, lo que quieras, a mi me espera algo más grande, gloria a Dios por eso. Eso le pasó a este hombre, la única decisión que tuvo que tomar fue obediencia, obedecer. Cuando vos obedecés, no por la mitad, obedecés todo lo que Dios te ha dicho, y tengas que decidir no vas a tener ningún conflicto porque decidas lo que decidas, Dios te va a bendecir, porque primero hubo obediencia.
Cuando vos te estés preguntando a ver que decisión tomo, esto o aquello, entre lo bueno y lo mejor ¿qué hago?, ¿qué decisión tomo? vos tomas cualquier decisión, porque acordate primero si obedeciste, si lo hiciste, cualquier decisión va a estar bien, esa fue la única decisión que tomó Abram. ¿Cuando se le soltó la bendición? cuando le dijo, Lo me acordé que Dios me había dicho algo que tenía que obedecer y no lo hice: Lot aléjate de mi, andá donde quieras, escogé lo que quieras, hacete rico, no me importa, yo quiero que seas bendecido, pero por favor, aléjate de mi, cuando vos le decís a ese Lot que estás cargando, aléjate de mi, cuando vos tomaste la decisión de: basta de cargar con ese llanto, con ese dolor, con esa angustia, con ese vicio, con ese hábito, con ese pecado, con esa persona que te está afectando, con esa persona que no te corresponde, que no te pertenece, sin embargo la querés tener agarrada, cuando vos te alejás, soltás ese Lot, en ese mismo momento Dios te va a levantar la mirada y te va a hacer ver toda la tierra que él tiene para vos, porque los ojos de Dios están sobre tu vida para bendecirte, gloria a Dios.
Quitate a Lot de encima por favor. Hay gente que lo tiene en la espada a Lot, nena tenés unos cuantos Lot enganchados acá. Y ¿pero como hago para decidir?
Primero: Dios te dijo que te quites a Lot, que te quites la carga, que te seques las lágrimas, que sigas adelante, que dejes ese vicio, que dejes el pecado, que sigas adelante con más bendición, y vos todavía no te sacaste a Lot, si todavía no te sacaste a Lot, vas a tener angustia cuando tengas que decidir, y tal vez sea un riesgo decidir por una cosa o por la otra. Pero cuando vos primero obedecés, es la única decisión que tenés que tomar, Señor obedezco, me quito esto que me está perturbando, me está haciendo mal, no me permite avanzar, la bendición, la promesa, está detenida y yo quiero vivir un nuevo nivel de bendición. Cuando vos te sacas a Lot, obedecés, después tenés propuestas en la vida ¿cuál decido? Cualquiera, en ese momento va a venir sabiduría, revelación del cielo, porque primero obedeciste, porque es Dios que te va a levantar la mirada, y te va a hacer mirar la tierra, es Dios el que te va a decir hacia donde te vas a dirigir, eso es bueno porque primero tengo que obedecer y Dios te levanta la mirada para ver la bendición.
¿Saben cómo es esto? lo vamos a representar. Los pastores van a sostener fuerte una frazada uno de cada lado y una mujer de mucha fe. Tengo dos decisiones, si obedeciste primero Dios te va a guiar ¿cuál hago? salto de fe, tenés que dar un salto de fe. ¿Qué es dar un salto de fe? la mujer se va a tirar en la frazada, va a ser un salto de fe, esta mujer tiene que toma una decisión y ella va a dar un salto de fe, porque primero obedeció y Dios dice, ahora hay una decisión que tomar, arriésgate tírate (a la frazada) pero vamos a ponerle alas te sentís un poco más segura. ¿Te arriesgás? cuando cuente tres ella se va a lanzar. Ese es un salto de fe, esa es una mujer de fe, yo obedecí y ahora me puedo arriesgar porque Dios me va a sostener.
¿Qué es un salto de fe? no sé que decidir, si obedeciste primero, cualquier decisión es un salto de fe y me arriesgo.
¿Cuántas cosas te arriesgaste en la vida? ¿Cuántas veces saltaste sin tener mucha seguridad? eso es el salto de fe, pero primero tengo que saber si obedecí, primero tengo que saber si estoy a cuentas con Dios, si eso que Dios me dijo, esta promesa es para tu vida, pero sácate a Lot, sácate eso que te carga, que te pesa, que no te permite avanzar en la vida, primero obediencia y después de la obediencia yo me arriesgo. porque esto es como en un circo que viene el trapecista y se prepara, tiene que hacer una pirueta y saltar, y el trapecista se arriesga, dicen los que saben de circo, que el trapecista no tiene que hacer nada, solamente soltarse y volar, todo el trabajo lo hace el que está abajo para sostenerlo, ese es el que tiene que mirar bien, el que tiene que estar atento, ¿saben cómo se le llama a esa persona? el atrapador, entonces viene el trapecista, hace equilibrio y en un momento se tiene que soltar, y cuando se suelta no tiene control de nada, eso es arriesgarse en Dios, yo no tengo el control de nada, para las mujeres perfeccionistas que quieren controlar todo y no perderse ningún detalle, tenés que atreverte a arriesgarte, una vez que obedeciste arriésgate, y cuando se suelte y va girando sabe que hay un atrapador, que lo tiene que sostener, si el atrapador hiciera su trabajo mal, él caería y moriría, pero sin embargo el que se suelta confía en el atrapador. ¿Sabes quién es tu atrapador? el Señor es el que te va a atrapar cuando vos te tires y digas, yo me mando Señor, porque obedecí, yo soy una persona obediente, porque yo quiero hacer las cosas que a vos te agradan, Señor yo me mando, yo me tiro, como hizo esta mujer y el Señor está ahí, dispuesto a atraparte, él es tu atrapador y él no va a dejar que te caigas, él no va a permitir que te caigas. Pero me parece que tomé una mala decisión, él va a cambiar todo para bien, porque te atreviste a dar un salto de fe y a Dios le encanta la gente que se atreve a dar saltos de fe. ¿Cuántas mujeres y varones hay que se arriesgan a dar saltos de fe?
Abram obedeció, dijo, qué tonto fui, estaba viviendo en lo bueno, pero algo me faltaba, me di cuenta que algo ardía dentro mío, había algo en mi vida que me faltaba, había algo en mi vida, en lo emocional, que me faltaba, había algo en mi vida espiritual que faltaba, era la obediencia para que se soltara la bendición, está bueno vivir en lo bueno, está bueno disfrutar de lo bueno, pero no hay nada más lindo que disfrutar de la bendición, que es cuando la promesa de Dios se suelta.
Yo quiero decirte que Abram tomó la primer decisión de obedecer, y luego Dios le dio todo lo demás, él tomo la decisión de obedecer y Dios le dijo, todo lo que veas, él levanto la mirada, todo lo que veas es para vos y para tu descendencia. ¿Cuántas quieren eso? ¿Cuántas quieren vivir en plena bendición? ¿Cuántas se atreven a dar saltos de fe en este tiempo? ¿Cuántas está dudando? pero dicen Señor, yo me suelto en tus brazos y sé que me vas a atrapar.
Hoy te vamos a dar una palabra, pero no lo tome a la ligera, no es una palabrita que te dan y lo compartís con alguien, hay qué lindo, qué bueno, es una promesa de Dios, y del cumplimiento de esa promesa depende que empieces a vivir en bendición, por eso tenés que tomarla y no detenerla con nada, sacarte a los Lot que te están pesando. Yo no voy a dar palabra profética sino solamente ungiendo a los que están enfermos o familiares enfermos o destrabar un juicio.
Los pastores van a dar una palabra profética individual, personal, y anotarla y leerlo todo el tiempo, para que te des cuenta que eso si está detenido, es porque hay que obedecer algo anteriormente, Dios te está pidiendo obediencia anterior, de que te quites a Lot de tu vida.Amén.

Por. Alejandra Stamateas, Pastora del Ministerio Presencia de Dios, Argentina.

sábado, 13 de febrero de 2010

No se deje intimidar por los gigantes

“Salió entonces del campamento de los filisteos un paladín, el cual se llamaba Goliat, de Gat, y tenía de altura seis codos y un palmo. 5Y traía un casco de bronce en su cabeza, y llevaba una cota de malla; y era el peso de la cota cinco mil siclos de bronce. 6Sobre sus piernas traía grebas de bronce, y jabalina de bronce entre sus hombros. 7El asta de su lanza era como un rodillo de telar, y tenía el hierro de su lanza seiscientos siclos de hierro; e iba su escudero delante de él.” 1 Samuel 17:4-7
El gigante Goliat frente a los filisteos intimidaba a todo el pueblo. Fíjese que los versículos anteriores lo describen físicamente y también cuentan cómo era su armadura. Pero no bastaba todo eso para intimidar al pueblo sino que encima dice que tenía un escudero que iba delante de él, por las dudas nomás ¿Qué actitud tomaría frente a un gigante como este? Piénselo nomás.
La Biblia cuenta que el ejército que tenía que enfrentarse a ese gigante era, nada más y nada menos, que la gente que representaba a Dios en la tierra. ¿Pero sabe cuál fue su actitud frente al gigante? Versículo 24 de 1 Samuel 17: “Y todos los varones de Israel que veían aquel hombre huían de su presencia, y tenían gran temor.” ¿Era esa la actitud correcta para el pueblo de Dios? Por supuesto que no. Lo mismo pasa con usted y yo. En este tiempo no hay otra cosa posible que ver al pueblo de Dios trayendo la manifestación de Dios a la tierra. Llevamos al Espíritu Santo dentro todo lugar donde vamos. Eso es el poder mismo de Dios dentro de nosotros. No somos ganadores solamente adentro de las cuatro paredes del templo. Sabemos que nos acompaña un ejército de ángeles para traer gloria sobre la tierra y las cosas que emprendamos serán prosperadas porque somos la iglesia del Dios viviente. La Biblia dice que nada prevalecerá contra la iglesia del Señor.
Somos herederos de su bendición. Entonces vemos que la actitud es todo. Hay momentos para dar el paso de fe, el paso de coraje. El coraje es fundamental. Usted puede tener habilidades y recursos pero si no tiene coraje, de nada sirve. Todo el ejército tenía lo mismo que David pero el que venció fue David. Cuando usted escucha que es imposible cambiar algo, no escuche más de ahí en adelante, escuche lo que dice Dios y avance con su actitud de coraje. Puede recibir profecías y palabras de ciencia pero si no tiene una actitud, se lleva todo eso a la tumba porque no tuvo la actitud de cambiar en todo lo que recibió como palabra profética. David veía que todo el pueblo estaba con miedo y que hasta Saúl estaba escondido. Pero él tomó otra actitud. Se posicionó como un verdadero hijo de Dios, integrante del gran ejército del Todopoderoso.
¿Hay algún gigante en su vida? Puede ser una deuda, una mala relación, un problema de salud. ¿Qué actitud ha tenido hasta este momento frente a ese gigante? ¿Qué actitud tomará de ahora en adelante? Todos conocemos cómo termino la historia de David: salió victorioso porque derribó al gigante. Tomó la actitud correcta, la de un hijo de Dios. ¿Cómo piensa que saldrá usted si toma la actitud correcta? Victorioso. ¡Vencedor! Ya no se deje intimidar por los gigantes.
Oración: Padre, hoy conocí que tengo la victoria asegurada por ser parte de tu pueblo. La tomaré y ya no me dejaré intimidar por los gigantes de la vida, sino que pelearé y sé que venceré. Lo creo, en el nombre de Jesús, amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo, pastor del Ministerio Cristo la solución, Argentina.

viernes, 12 de febrero de 2010

Nunca se acomode a lo limitado

“Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros” Efesios 3:20
¿Sabe por qué hay personas que siempre están igual, que a veces usted las dejó de ver por años y cuando se reencuentra siguen dando vueltas en la misma calesita? Porque viven limitadas. El suministro de Dios para nuestras vidas no tiene límites. Los recursos de Dios no tienen límites porque son sobrenaturales. Dice Efesios que Dios es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente. No dice algunas, dice todas. Eso habla de algo ilimitado, como es Dios. Pero su capacidad de recibir tiene un límite si usted se acomodó y se acostumbró. Si se acostumbró a eso, se queda limitado.
Tiene que saber que cuando usted ora debe orar en base a lo ilimitado de Dios y no conforme a su capacidad limitada de recibir. “Señor, si soy digno dame un autito, nomás con que tenga cuatro ruedas me basta” ¡No! Porque eso va a ser lo que recibirá si pide así. A eso lo está limitando usted a Dios con su oración. ¿Y si Dios tenía preparado para usted un Mercedes? Nunca se acomode a lo limitado. Debe transformarse en alguien que tiene Palabra revelada de Dios, con unción apostólica para destruir yugos. No debe mirar las cosas conforme a lo natural porque lo de Dios no lo produce el mundo. Sus riquezas serán genuinas que vienen primero a su espíritu.
Cuando José estaba como esclavo desnudo dice la Biblia que era varón próspero y luego vino su manifestación porque dice que todo lo que hacía iba prosperando. Usted sabe que está bendecido para ser de bendición. Lo que tiene que recibir es lo que viene de Dios. Diga: ¡Si lo de Dios no tiene límites entonces voy a derribar todo lo que se levante contra el conocimiento del Dios de la abundancia con el poder de la Palabra de Dios! Usted puede contener sólo aquello que tiene capacidad para recibir. Si aprendió a ser humilde según la religión, cuando no se manifieste todo lo de Dios tendrá que justificar por qué sucedió eso. Hay yugos satánicos que se están destruyendo porque viene abundancia de sabiduría de todo lo bueno que Dios tiene para nuestras vidas. Recíbalo con confianza porque viene de Dios y es justamente lo que dice en su Palabra. Recuerde: Dios no tiene límites, no se los ponga usted.
Oración: Padre todopoderoso, grandioso e ilimitado, gracias porque ahora sé que puedo recibir ilimitadamente todo lo que preparaste para mí. Estoy dispuesto a recibirlo con confianza porque sé que viene de ti, está en mi propósito. Tú me creaste para traer los cielos a la tierra. Comenzaré a caminar en esa dirección, en el nombre de Jesús, amén.
Por. Rev. Juan O Crudo.

jueves, 11 de febrero de 2010

Avalancha de bendiciones

"Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad hasta la eternidad sobre los que le temen, y su justicia sobre los hijos de los hijos; sobre los que guardan su pacto, y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra.” Salmo 103:17-18
Tenemos pacto con Dios. Al aceptar a Jesús como nuestro Señor y Salvador entramos en pacto con Dios. Donde Él se comprometió a bendecirnos y nosotros a obedecerle. Obedecerle a Él es un gran privilegio, porque todo lo que nos pide Dios tiene detrás una avalancha de bendiciones para nuestras vidas.
Muchos hijos de Dios hoy no están disfrutando de ellas porque tienen los ojos puestos en los problemas en lugar de ponerlos en las promesas de la Palabra. Cada uno de nosotros debe anclar su alma en el pacto. Dios no miente y como dice en salmos 111:5, “Para siempre se acordará de su pacto”
Si está pasando por una situación difícil, mire a Dios, alábelo, porque Él tiene una promesa que lo llevará a la victoria en esa situación. Jesús ya conquistó todo en la cruz del calvario para que usted viva una vida de éxito. Busque en la Palabra la promesa de bendición. Si está pasando por una enfermedad, busque versículos donde está declarada la sanidad para su vida. Si está pasando por deudas, busque las promesas de garantía de liberación de deudas, si tiene un problema familiar o el que sea, siempre encontrará una promesa que contiene una orden divina para su vida.
Una vez que las haya encontrado, debe renovar su mente con ellas. Cambie a una mentalidad de pacto y actúe. Sólo caminando en pacto con Dios se puede caminar firme. La promesa y el pacto son sus dos seguridades.
No se queje, no medite en el problema. Créale a Dios y empiece a caminar diferente, actuando en su palabra por más que las circunstancias digan otra cosa.
Recuerde que usted es el encargado de liberar las promesas sobre su vida.
Las bendiciones serán abundantes y aumentarán sobre sus hijos y los hijos
de sus hijos.
Oración: Padre, tengo pacto contigo y sé que la bendición está sobre mi vida. Dame revelación para poder caminar cada día en tus promesas. En el nombre de Jesús. Amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo, pastor del Ministerio Cristo la solución, Argentina.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Oraciones de Hijo, Oraciones de Mendigo

Hechos 3; 1: "Un día subían Pedro y Juan al templo a las tres de la tarde, que es la hora de la oración. Junto a la puerta llamada Hermosa había un hombre lisiado de nacimiento, al que todos los días dejaban allí para que pidiera limosna a los que entraban en el templo. Cuando éste vio que Pedro y Juan estaban por entrar, les pidió limosna. Pedro, con Juan, mirándolo fijamente, le dijo: -- ¡Míranos!
El hombre fijó en ellos la mirada, esperando recibir algo."
Pedro y Juan fueron al templo a la hora de la oración. Cuando Dios va a hacer algo, será a través de la oración. Una de las cosas más maravillosas es aprender a orar. Orar puede ser algo espectacular y a su vez muy frustrante, porque uno puede orar toda la vida y a su vez no ver respuestas. Los discípulos le pidieron a Jesús que les enseñara a orar porque cuando Jesús oraba las cosas sucedían. Hay personas que creen que para que la oración sea eficaz tienen que juntar gente que ore por ellas; otros piensan que orar es decir lo que uno siente; pero Dios no se mueve por emoción, si Dios se moviera por dolor los hospitales estarían vacíos. Tenemos que pedirle a Dios hasta las cosas más obvias porque Dios estableció un pacto con el hombre, y Dios no interviene si el hombre no lo autoriza. Cuando yo oro le doy autorización a Dios para que intervenga en mis asuntos.
Cosas que tenemos que tener en cuenta para que nuestro nivel de oración se eleve.
Fe: Dios no se mueve por la emoción, se mueve por fe. Sino tengo fe y pido no sirve.
Jesús primero enseñaba y después sanaba, porque mientras Él hablaba la gente levantaba su fe ya que la fe viene por oír la Palabra de Dios. Dijo Jesús que la fe es como una semilla de mostaza. No dijo que era un grano de arena a pesar de que el tamaño es el mismo, porque la semilla se siembra, pero el granito de arena no. La fe se levanta por oír la Palabra, pero también hay que sembrarla. Hay un nivel de fe que no crece hasta que no siembres.
Disponibilidad: Si vos le pedís algo a Dios, tenés que tener disponibilidad frente a lo que Dios te diga que tenés que hacer.
Estar libre de lo que pedimos: Si no estás dispuesto a dar lo que le estás pidiendo a Dios, Dios no te lo va a dar. Cuando vos le pedís un auto a Dios, tenés saber si estás dispuesto a darlo. Dios no te va a dar nada que te ate.
Visión: Cuando nosotros oramos es porque hay un límite espiritual. La oración mueve el límite.
Antes de orar, tengo que ver en el espíritu el límite corrido. Por ejemplo, si no tenés auto y orás por eso, tenés que verte con tu coche. Porque si lo podés ver en tu espíritu, lo vas a poder ver con tus ojos físicos. Tenés que ver hecho en tu corazón todo lo que le estás pidiendo a Dios.
Hay dos tipos de oración, la primera es cuando ordeno y Dios interviene. Y la segunda es cuando yo le hablo a Dios. Cuando Jesús iba en el barco y la tormenta se levantó, Jesús le habló a la tormenta. Tenés que hablarle al problema, a la enfermedad.
Cuando Pedro y Juan vieron al paralítico tirado en la puerta, le ordenaron al paralítico que se levante.
Orar es ejercer autoridad.
La segunda manera de orar es hablando con Dios. Cuando ores preguntale a Dios si quiere decirte algo y quedate en silencio. A muchos nos pasó que hablamos algo que no sabíamos que teníamos dentro, esas cosas nos las da Dios. Este hombre estaba en la puerta del templo.
Hay personas que son mendigos, pero hay otras que son hijos. Hay diferencia entre vivir como un mendigo espiritual o un hijo espiritual. Hay tres características que tienen cada uno. Los mendigos vivían en la puerta del templo. Todos los mendigos de la Biblia estaban al costado del camino. El mendigo representa a la gente que 'casi' logra algo. Los hijos de Dios no estamos en la entrada, estamos dentro. Los hijos tenemos acceso a la casa de Papá.
Si soy bendecido, los demás serán bendecidos. Cuando uno cae, la familia cae; y cuando uno sube, la familia sube. Tenés que pensar en vos, hacé todo lo que te llene de energía. Tenés que invertir en vos y esto no es egoísmo.
Pedro y Juan le dijeron al mendigo, 'lo que tengo te doy, levantate'. Uno da lo que tiene, no podemos dar lo que no tenemos.
Los mendigos tienen llagas, los hijos somos sanos.
Los mendigos están heridos.
Los hijos podemos liberar a la gente de nosotros mismo. La gente no te pertenece, dejá que la gente haga lo que quiera. No necesitamos cambiar a nadie.
Dice que había un rey que se lastimaba los pies porque no tenía zapatos, entonces puso un edicto para que todos los pueblos maten vacas y hagan una alfombra para que él no volviera a lastimarse los pies. Pero una persona le dijo que sería mejor que él matase a una vaca y se hiciera sus zapatos.
¿No es mejor que cambies vos en vez de esperar que el mundo esté a tu disposición?
Las únicas palabras inspiradas para los hijos son las de Dios. No inspires las palabras de los demás.
Cuando Goliat quiso matar a David, David tomó su espada y lo decapitó. Todas las armas que se levantaron para destruirte terminarán en tu mano y vencerás a tu enemigo.
Peleá tu batalla con autoridad, porque cuando la venzas no será sólo para vos, sino también para tus hijos y los hijos de tus hijos.
Los mendigos viven de migajas, pero los hijos de abundancia.
Dios te hizo para cosas grandes, no permitas que nadie te rebaje: Sos hijo del Rey. No somos dueños del mundo, pero somos hijos del dueño. Y si somos hijos somos herederos.
Pedro y Juan caminaban juntos, Juan era tranquilo y Pedro opuesto. Eso me enseña que Dios te va a conectar con gente distinta a vos pero con la misma unción y la misma fe. Pedro y Juan se acercaron al paralítico y le dijeron "míranos", porque todos los grandes logros serán en equipos de fe. Dios te va a conectar con gente que te llevará a otro nivel de victoria.
Pedro y Juan lo tomaron de la mano, y lo levantaron. Dice que cuando se levantó sintió fuerzas en sus piernas, y cuando vio que podía pararse celebró. Este hombre cuando entró al templo, caminó y adoró.
Preparate para empezar a caminar y adorar, porque no habrá mendigos en el pueblo de Dios, sino que habrá hijos a los que todo lo que hagamos nos saldrá bien.
Fuente: Por. Rev. Bernardo Stamateas, Pastor del Ministerio Presencia de Dios
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