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miércoles, 24 de febrero de 2010

No importa la cantidad sino la calidad

“Entonces Jehová dijo a Gedeón: Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré, y entregaré a los madianitas en tus manos; y váyase toda la demás gente cada uno a su lugar.”
Jueces 7:7
Gedeón acompañó la idea de Dios, y salió a combatir a los madianitas con treinta y dos mil hombres. Esa era su idea, pero Dios no pensaba lo mismo. Gedeón quiso tener cantidad de guerreros para asegurarse la batalla, pero con Dios eso es diferente. Dios miraba el corazón de ellos y buscaba fe.
De los treinta y dos mil hombres, Gedeón sólo pudo quedarse con trescientos ¿Por qué? Porque Dios había visto sus corazones y había encontrado en ellos acciones de fe. Con sólo esos valientes Gedeón iba a tener la victoria. Trescientos valientes que confiaban en Dios. Fíjese que además ellos tenían armas no convencionales, una tea ardiendo, un cántaro y una trompeta. Pero eso bastaba para la victoria. De esa manera se mueve Dios. Aunque a veces nosotros no lo podamos entender. Sólo hay que obedecerle.
Gedeón era un hombre temeroso, pero Dios lo llamaba “esforzado y valiente”. Así lo veía Dios y así debemos vernos nosotros, como él nos mira. Al Señor le alcanzaba con esta gente que creía y confiaba en Él. La calidad de sus corazones era la más poderosa arma que ellos podían llevar a la batalla.
En Zacarías 4:6 leemos: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.” ¿Lo entiende? Lo importante es estar del lado de Dios, tener un corazón obediente y lleno de fe. Si usted lo alimenta cada día con la Verdad, su fe irá en aumento y cada vez le costará menos creerle a Dios. Si Dios lo dijo, así será. Usted está en los planes de Dios y está formando su vida. Él lo está impulsando conforme a Su propósito y lo va a respaldar de todas las formas. Se va a dar cuenta que lo que era un problema, se transformará en una victoria y un testimonio de bendición. Lo que parecía que no lo dejaba alcanzar su destino de bendición va a quedar atrás. Dios mira a las personas que están dispuestas a hacer las cosas a Su manera, por eso dijo que debían ir sólo esos trescientos.
Puede seguir leyendo la historia a lo largo de los versículos siguientes para comprobar que por medio de un paso de obediencia y confianza, usted puede levantarse con la fuerza de Dios.
Oración: Padre, hoy me declaro un vencedor porque posiciono mi corazón en obediencia a tu palabra. Aumentaré mi fe cada día con el alimento que sale de tu boca y aunque mis enemigo parezcan más, sé que de tu mano la victoria está de mi lado. Lo creo, en el nombre de Jesús, amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo, pastor del ministerio Cristo la Solución, Argentina.

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