Génesis 13:1-18 "Abram salió de Egipto con su esposa, con Lot y con todos sus bienes, en dirección a la dirección del Néguev. Abram se había hecho muy rico en ganado plata y oro. Desde el Néguev, Abram regresó por etapas hasta Betel, es decir, hasta el lugar donde había acampado al principio, entre Betel y Hai. En ese lugar había erigido antes un altar, y allí invocó Abram el nombre del Señor. También Lot, que iba acompañando a Abram, tenía rebaños, ganado y tiendas de campaña. La región donde estaban no daba abasto para mantener a los dos, porque tenían demasiado como para vivir juntos. Por eso comenzaron las fricciones entre los pastores de los rebaños de Abram y los que cuidaban los ganados de Lot. Además, los cananeos y ferezeos también habitaban allí en aquel tiempo. Así que Abram le dijo a Lot: No debe haber pleitos entre nosotros, ni entre nuestros pastores, porque somos parientes. Allí tienes toda la tierra a tu disposición. Por favor, aléjate de mí. Si te vas a la izquierda, yo me iré a la derecha, y si te vas a la derecha, yo me iré a la izquierda.
Lot levantó la vista y observó que todo el valle del Jordán, hasta Zoar, era tierra de regadío, como el jardín del Señor o como la tierra de Egipto. Así era antes de que el Señor destruyera a Sodoma y a Gomorra. Entonces Lot escogió para sí todo el valle del Jordán, y partió hacia el oriente. Fue así como Abram y Lot se separaron. Abram se quedó a vivir en la tierra de Canaán, mientras que Lot se fue a vivir entre las ciudades del valle, estableciendo su campamento cerca de la ciudad de Sodoma. Los habitantes de Sodoma eran malvados y cometían muy grandes pecados contra el Señor.
Después de que Lot se separó de Abram, el Señor le dijo: Abram, levanta la vista desde el lugar donde estás, y mira hacia el norte y hacia el sur, hacia el este y hacia el oeste. Yo te daré a ti y a tu descendencia, para siempre, toda la tierra que abarca tu mirada. Multiplicaré tu descendencia como el polvo de la tierra. Si alguien puede contar el polvo de la tierra, también podrá contar tus descendientes. ¡Ve y recorre el país a lo largo y a lo ancho, porque a ti te lo daré! Entonces Abram levantó su campamento y se fue a vivir cerca de Hebrón, junto al encinar de Mamré. Allí erigió una altar al Señor".
¿A cuántas les cuesta tomar decisiones?
¿Cuántas tienen que tomar una decisión en este tiempo y les está costando? dan vueltas y vueltas.
Gloria a Dios porque este tema va a ser de bendición para tu vida.
Tomar decisiones es una de las tareas más difíciles que hay en la vida, por eso siempre preguntamos ¿qué hago? ¿Voy o no voy?, ¿decido esto, decido aquello?
No queremos equivocarnos. Es más sencillo decidir entre lo malo y lo bueno, cuando llegamos a cierto nivel de madurez en nuestra vida, cierto crecimiento espiritual, nos es fácil decidir entre lo malo y lo bueno. Decimos, esto no, yo sé que esto no me conviene y yo sé que esto es bueno, esa decisión no es tan complicada. El problema es que cuando llegamos a cierto nivel espiritual, cierto nivel de madurez, la peor decisión es decidir algo entre lo bueno y lo mejor, decidir entre lo que es bueno y lo que es mejor para mi es mucho más difícil, que decidir entre lo bueno y lo malo. Yo tengo algo bueno pero tengo algo mejor, y la verdad que no sé qué decidir, porque no le veo la diferencia, y hoy vamos a descubrir la diferencia entre tener lo bueno en la vida y tener lo bendecido. Una cosa es tener lo bueno y otra cosa es tener lo bendecido. ¿Cuántas quieren lo bendecido? yo quiero lo bendecido.
Vamos a decidir entre estas dos cosas, porque hay gente que está en este lugar que tal vez se haya conformado con lo bueno de su vida, sin darse cuenta que todavía hay más, que todavía te falta tener para tu vida lo que está bendecido. Yo quiero lo bendecido.
¿Cuál es la diferencia entre lo bueno y lo bendecido? está en la historia que leímos anteriormente. Lot tenía lo bueno, porque Lot también era rico. Lot tenía ganado, tenía de todo, o sea que Lot tenía lo bueno, pero Abram tenía lo bendecido. ¿Cuántas saben que hay más para su vida? yo lo quiero. Él va a soltar para tu vida lo bendecido de Dios.
Gloria a Dios.
¿Qué es lo bendecido? es lo prometido. Vos podés tener lo bueno, pero podés tener lo bendecido, que es lo prometido. A veces tenés muchas cosas pero tal vez no tengas lo prometido. Por ejemplo, te pasó alguna vez que tenías que ir a una fiesta, y fuiste a mirar en tu placard y quisiste ponerte un vestido, pero de pronto te faltaba el par de zapatos para ese vestido, tenías un montón de zapatos, pero vos querías uno especial para ese vestido, y no lo tenías.
O querías preparar una comida, tenías todos los ingredientes pero había uno que le querías poner, y eso no lo conseguiste. Tenés de todo, pero eso no lo tenés, eso es lo prometido. Eso que me falta, es lo prometido. Hay gente que me dice: Alejandra yo tengo todo, tengo que darle gracias a Dios por todo por lo que tengo, pero sin embargo siempre siento que me falta algo, eso que te falta es lo prometido. ¿Cuántas quieren lo prometido de Dios?
Leímos la historia preciosa, yo la leí muchas veces y cuando uno le da una interpretación de algo, vos seguís teniéndola por toda tu vida, hasta que venga una revelación y te cambie, yo siempre creía que esta historia, como me la habían explicado, se trataba de dos hombres que tenían que tomar cada uno una decisión, uno tomó una buena decisión y el otro tomó una mala decisión. Abram tomó la buena decisión y Lot tomó la decisión de irse a unas tierras que eran tierras no bendecidas por Dios. Porque él había elegido por sus ojos, por su mirada, por lo que vio bueno, y se dejó llevar, pero leyendo me di cuenta que acá, no habla de dos decisiones, acá está hablando de un hombre que tomó una decisión, una persona una decisión, una mujer, una decisión. Porque el centro de atención de Dios en esta historia, no está en Lot, está en Abram, el centro de atención, la bendición, Dios se la quería dar a Abram, Lot estaba aparte de esta historia. La decisión y la bendición eran para Abram. Dios tiene sus ojos puestos en mí, yo soy la protagonista de la historia de Dios.
Somos las protagonistas Dios tiene su mirada en nosotras, el centro de atención de Dios somos nosotras, sos vos.
¿A quién le quiere enseñar Dios? a mí,
¿A quién quiere prosperar Dios? a mí,
¿A quién quiere bendecir Dios? a mí,
¿A quién quiere sanar Dios? a mí,
¿A quién quiere perdonar Dios? a mi
Dios te mira con amor, porque él te quiere bendecir, amén gloria a Dios por eso.
El centro de atención de Dios está en tu vida.
Abram era un hombre rico, y tuvo que tomar una decisión, porque Lot no tuvo que tomar ninguna decisión, el que tomó la decisión fue Abram, y el que cambio toda la historia fue Abram.
Abram era un hombre rico, tenía todo lo bueno, ganado, plata, oro, tierra, pero tenía algo, tenía una promesa, pero una promesa detenida. Tenía de todo, pero también tenía una promesa que estaba detenida.
Y no hay nada más triste en la vida que tener una promesa de Dios y que esté detenida. Tal vez estés viviendo muchas cosas buenas en tu vida, vos venís a la iglesia, recibís bendición el milagro de Dios, pero no hay nada más triste en la vida, que tener de todo, tener todo lo bueno de Dios, pero que haya una promesa en tu vida, detenida. Y a veces llamamos bendición a lo que no es bendición, ¿estás llamando a eso que te pasó, a eso que estás viviendo?, ¿bendición? Tal vez digas, eso es bueno, pero todavía no es la bendición, porque para que se suelte la bendición tiene que derribar esa promesa que está detenida, mientras la promesa esté detenida, vas a vivir en lo bueno, pero te va a faltar la bendición. Dios le dijo a Abram cuando le habló: vete de tu tierra y de tu parentela, este hombre se fue de la tierra, pero no se fue de la parentela, porque se lo llevó a Lot. O sea la obediencia de Abram fue a medias, y cuando vos tenés obediencia a medias, la bendición es a medias. ¿Cuántas quieren la bendición completa? Tengo que ser obediente.
Obediencia a medias te va a desatar lo bueno, vas a caminar en lo bueno, me está yendo bien, Dios me dio esta sanidad, Dios me dio este trabajo, Dios hizo esto con mi familia, estás en lo bueno, pero Dios dice, hay otro nivel, que es el nivel de la bendición que se desata con la obediencia. Tengo que obedecer.
Cuándo se dio cuenta de esto Abram, y esa es la decisión que tomó; él en un momento se da cuenta que tenía de todo, que estaba saturado de todo, ganado, miraba para un lado oro, plata, su familia bendecida, todo lindo, estaba viviendo en lo bueno, pero dijo, hay algo que no me hace sentir bien, hay algo que me está faltando, eso, me falta eso, porque él había antes recibido una promesa y esa promesa él no la estaba viendo, no se estaba cumpliendo en su vida, esa promesa estaba detenida por falta de obediencia, porque él obedeció por la mitad. ¿Cuántas veces nosotras obedecemos por la mitad? Obedecemos la parte que nos gusta la otra parte que nos resulta más difícil, como que nos tomamos un poco más de tiempo y Dios le dijo, te tenés que sacar a Lot de encima si querés que se suelte la bendición, si querés que se suelte la promesa, te tenés que sacar a Lot de encima. Lot representa las cargas que todos tenemos. Lot representa aquello que estamos reteniendo, que no queremos soltar, hay tantas cosas queridas mujeres que tenemos que empezar a soltar si queremos recibir bendición. Las mujeres somos tan agarradas:
- a veces las mujeres nos agarramos a un pensamiento y no lo soltamos,
- nos agarramos a una persona y no la soltamos,
- nos agarramos a un estilo de vida y no lo soltamos,
- nos agarramos al espíritu de víctima y no lo soltamos,
- nos agarramos al llanto y no lo soltamos.
Y podemos estar haciendo un montón de tiempo y no podemos soltar a "Lot", y Dios te dice si querés vivir en bendición, tenés que soltar a Lot, tenés que desprenderte de Lot. ¿Qué representa Lot? representa ese hábito que tenés y no podes dejar. He hablado con cantidad de mujeres que me dicen, Alejandra voy todas las tardes al Bingo, y pierdo todo, y ¿por qué vas al Bingo? porque me siento sola, y cree que su problema de soledad lo va a resolver yendo al Bingo. Si vos vas al Bingo, como van todas las mujeres a las tres de la tarde, y encontrás un hombre a esa hora, sonaste, si un hombre está a las tres de la tarde en el Bingo sonaste. No vas a sanar la soledad, mujeres que no pueden soltar a ese Lot, a esa carga que llevan sobre su vida, porque ni siquiera lo disfrutan, es una adicción, y la adicción parece que es un disfrute, pero no es un ningún disfrute por eso tenés que empezar a soltar a los Lot de tu vida, es adicción. Ese hábito, el apego a esa persona, es tu Lot. Dios ya te dijo, soltate de esa persona que te daña, soltate de esa persona que te está enfermando, soltate de esa persona que te está haciendo mal, y vos seguís cargando a esa persona en tu vida. Soltá ese rencor, tal vez tu Lot sea odio, sea rencor, sea bronca, sea la angustia permanente que vivís. ¿Cuál es tu Lot? Identifícalo, tal vez tu Lot sea el orgullo, yo voy a lograr esto, aquello, y eso está bien, el problema es cuando solamente miras eso, y no te interesa nada más en la vida. Tal vez tu Lot sea tu reputación, tal vez tu Lot sea esa relación personal que tenés con alguien, dolorosa, sea ese llanto, esa angustia, cuándo Ana recibió a su hijo, cuando soltó a todos los Lot que tenia cargados sobre sus espaldas, su marido que era un nene más. Soltar no es que le doy una patada, soltar es decir, Señor esto es entre vos y él, no me corresponde a mí meterme en esa relación, eso es soltar. Mi hijo Señor, yo lo suelto, no me corresponde a mí que este hijo haga, no, que siga el camino que vos le diseñaste para él, eso es soltar. Ana recibe a su hijo, recibe la promesa, y se le desata la bendición, porque Ana vivía en lo bueno, tenía un marido, tenía casa, era una mujer que iba por la vida como quería, pero sin embargo, ella viviendo en lo bueno dijo: hay algo más que necesito, ella quería la bendición y la bendición era la promesa. Hay una promesa sobre tu vida y si está detenida algo se va a soltar cuando sueltes a ese Lot, y va a venir sobre tu vida, vas a dejar de vivir en lo bueno para empezar a vivir en la bendición.
Hay algo que tenés que soltar, tal vez me digas que ya soltaste todo, no estás cargando algo pero sin embargo no podes decidirte. ¿Cuál fue la principal decisión que tomó Abram? obedecer no fue la tierra, porque cuando él se dio cuenta que había obedecido por la mitad lo agarró a Lot y le dijo, mirá elegí lo que quieras. Cuando vos a alguien le podés decir agarrá lo que quieras, no me importa lo que te lleves, es porque hay algo más importante que te diste cuenta, sino le hubiese dicho Abram, esto es para mi, repartamos partes iguales, Abram (era inteligente) le dijo agarrate lo que quieras, no me importa, ándate para un lado yo me voy a ir por el otro, elegí vos. Cuando vos le das a alguien a elegir, y decís, yo no tengo problema, es porque vos te diste cuenta de que hay una recompensa mayor, que hay algo más grande que es para vos, por eso le das al otro a elegir, sino no le das a elegir. Cuando sabés que hay algo más grande, decís, elegí no me importa, lo que quieras, a mi me espera algo más grande, gloria a Dios por eso. Eso le pasó a este hombre, la única decisión que tuvo que tomar fue obediencia, obedecer. Cuando vos obedecés, no por la mitad, obedecés todo lo que Dios te ha dicho, y tengas que decidir no vas a tener ningún conflicto porque decidas lo que decidas, Dios te va a bendecir, porque primero hubo obediencia.
Cuando vos te estés preguntando a ver que decisión tomo, esto o aquello, entre lo bueno y lo mejor ¿qué hago?, ¿qué decisión tomo? vos tomas cualquier decisión, porque acordate primero si obedeciste, si lo hiciste, cualquier decisión va a estar bien, esa fue la única decisión que tomó Abram. ¿Cuando se le soltó la bendición? cuando le dijo, Lo me acordé que Dios me había dicho algo que tenía que obedecer y no lo hice: Lot aléjate de mi, andá donde quieras, escogé lo que quieras, hacete rico, no me importa, yo quiero que seas bendecido, pero por favor, aléjate de mi, cuando vos le decís a ese Lot que estás cargando, aléjate de mi, cuando vos tomaste la decisión de: basta de cargar con ese llanto, con ese dolor, con esa angustia, con ese vicio, con ese hábito, con ese pecado, con esa persona que te está afectando, con esa persona que no te corresponde, que no te pertenece, sin embargo la querés tener agarrada, cuando vos te alejás, soltás ese Lot, en ese mismo momento Dios te va a levantar la mirada y te va a hacer ver toda la tierra que él tiene para vos, porque los ojos de Dios están sobre tu vida para bendecirte, gloria a Dios.
Quitate a Lot de encima por favor. Hay gente que lo tiene en la espada a Lot, nena tenés unos cuantos Lot enganchados acá. Y ¿pero como hago para decidir?
Primero: Dios te dijo que te quites a Lot, que te quites la carga, que te seques las lágrimas, que sigas adelante, que dejes ese vicio, que dejes el pecado, que sigas adelante con más bendición, y vos todavía no te sacaste a Lot, si todavía no te sacaste a Lot, vas a tener angustia cuando tengas que decidir, y tal vez sea un riesgo decidir por una cosa o por la otra. Pero cuando vos primero obedecés, es la única decisión que tenés que tomar, Señor obedezco, me quito esto que me está perturbando, me está haciendo mal, no me permite avanzar, la bendición, la promesa, está detenida y yo quiero vivir un nuevo nivel de bendición. Cuando vos te sacas a Lot, obedecés, después tenés propuestas en la vida ¿cuál decido? Cualquiera, en ese momento va a venir sabiduría, revelación del cielo, porque primero obedeciste, porque es Dios que te va a levantar la mirada, y te va a hacer mirar la tierra, es Dios el que te va a decir hacia donde te vas a dirigir, eso es bueno porque primero tengo que obedecer y Dios te levanta la mirada para ver la bendición.
¿Saben cómo es esto? lo vamos a representar. Los pastores van a sostener fuerte una frazada uno de cada lado y una mujer de mucha fe. Tengo dos decisiones, si obedeciste primero Dios te va a guiar ¿cuál hago? salto de fe, tenés que dar un salto de fe. ¿Qué es dar un salto de fe? la mujer se va a tirar en la frazada, va a ser un salto de fe, esta mujer tiene que toma una decisión y ella va a dar un salto de fe, porque primero obedeció y Dios dice, ahora hay una decisión que tomar, arriésgate tírate (a la frazada) pero vamos a ponerle alas te sentís un poco más segura. ¿Te arriesgás? cuando cuente tres ella se va a lanzar. Ese es un salto de fe, esa es una mujer de fe, yo obedecí y ahora me puedo arriesgar porque Dios me va a sostener.
¿Qué es un salto de fe? no sé que decidir, si obedeciste primero, cualquier decisión es un salto de fe y me arriesgo.
¿Cuántas cosas te arriesgaste en la vida? ¿Cuántas veces saltaste sin tener mucha seguridad? eso es el salto de fe, pero primero tengo que saber si obedecí, primero tengo que saber si estoy a cuentas con Dios, si eso que Dios me dijo, esta promesa es para tu vida, pero sácate a Lot, sácate eso que te carga, que te pesa, que no te permite avanzar en la vida, primero obediencia y después de la obediencia yo me arriesgo. porque esto es como en un circo que viene el trapecista y se prepara, tiene que hacer una pirueta y saltar, y el trapecista se arriesga, dicen los que saben de circo, que el trapecista no tiene que hacer nada, solamente soltarse y volar, todo el trabajo lo hace el que está abajo para sostenerlo, ese es el que tiene que mirar bien, el que tiene que estar atento, ¿saben cómo se le llama a esa persona? el atrapador, entonces viene el trapecista, hace equilibrio y en un momento se tiene que soltar, y cuando se suelta no tiene control de nada, eso es arriesgarse en Dios, yo no tengo el control de nada, para las mujeres perfeccionistas que quieren controlar todo y no perderse ningún detalle, tenés que atreverte a arriesgarte, una vez que obedeciste arriésgate, y cuando se suelte y va girando sabe que hay un atrapador, que lo tiene que sostener, si el atrapador hiciera su trabajo mal, él caería y moriría, pero sin embargo el que se suelta confía en el atrapador. ¿Sabes quién es tu atrapador? el Señor es el que te va a atrapar cuando vos te tires y digas, yo me mando Señor, porque obedecí, yo soy una persona obediente, porque yo quiero hacer las cosas que a vos te agradan, Señor yo me mando, yo me tiro, como hizo esta mujer y el Señor está ahí, dispuesto a atraparte, él es tu atrapador y él no va a dejar que te caigas, él no va a permitir que te caigas. Pero me parece que tomé una mala decisión, él va a cambiar todo para bien, porque te atreviste a dar un salto de fe y a Dios le encanta la gente que se atreve a dar saltos de fe. ¿Cuántas mujeres y varones hay que se arriesgan a dar saltos de fe?
Abram obedeció, dijo, qué tonto fui, estaba viviendo en lo bueno, pero algo me faltaba, me di cuenta que algo ardía dentro mío, había algo en mi vida que me faltaba, había algo en mi vida, en lo emocional, que me faltaba, había algo en mi vida espiritual que faltaba, era la obediencia para que se soltara la bendición, está bueno vivir en lo bueno, está bueno disfrutar de lo bueno, pero no hay nada más lindo que disfrutar de la bendición, que es cuando la promesa de Dios se suelta.
Yo quiero decirte que Abram tomó la primer decisión de obedecer, y luego Dios le dio todo lo demás, él tomo la decisión de obedecer y Dios le dijo, todo lo que veas, él levanto la mirada, todo lo que veas es para vos y para tu descendencia. ¿Cuántas quieren eso? ¿Cuántas quieren vivir en plena bendición? ¿Cuántas se atreven a dar saltos de fe en este tiempo? ¿Cuántas está dudando? pero dicen Señor, yo me suelto en tus brazos y sé que me vas a atrapar.
Hoy te vamos a dar una palabra, pero no lo tome a la ligera, no es una palabrita que te dan y lo compartís con alguien, hay qué lindo, qué bueno, es una promesa de Dios, y del cumplimiento de esa promesa depende que empieces a vivir en bendición, por eso tenés que tomarla y no detenerla con nada, sacarte a los Lot que te están pesando. Yo no voy a dar palabra profética sino solamente ungiendo a los que están enfermos o familiares enfermos o destrabar un juicio.
Los pastores van a dar una palabra profética individual, personal, y anotarla y leerlo todo el tiempo, para que te des cuenta que eso si está detenido, es porque hay que obedecer algo anteriormente, Dios te está pidiendo obediencia anterior, de que te quites a Lot de tu vida.Amén.
Por. Alejandra Stamateas, Pastora del Ministerio Presencia de Dios, Argentina.
Lot levantó la vista y observó que todo el valle del Jordán, hasta Zoar, era tierra de regadío, como el jardín del Señor o como la tierra de Egipto. Así era antes de que el Señor destruyera a Sodoma y a Gomorra. Entonces Lot escogió para sí todo el valle del Jordán, y partió hacia el oriente. Fue así como Abram y Lot se separaron. Abram se quedó a vivir en la tierra de Canaán, mientras que Lot se fue a vivir entre las ciudades del valle, estableciendo su campamento cerca de la ciudad de Sodoma. Los habitantes de Sodoma eran malvados y cometían muy grandes pecados contra el Señor.
Después de que Lot se separó de Abram, el Señor le dijo: Abram, levanta la vista desde el lugar donde estás, y mira hacia el norte y hacia el sur, hacia el este y hacia el oeste. Yo te daré a ti y a tu descendencia, para siempre, toda la tierra que abarca tu mirada. Multiplicaré tu descendencia como el polvo de la tierra. Si alguien puede contar el polvo de la tierra, también podrá contar tus descendientes. ¡Ve y recorre el país a lo largo y a lo ancho, porque a ti te lo daré! Entonces Abram levantó su campamento y se fue a vivir cerca de Hebrón, junto al encinar de Mamré. Allí erigió una altar al Señor".
¿A cuántas les cuesta tomar decisiones?
¿Cuántas tienen que tomar una decisión en este tiempo y les está costando? dan vueltas y vueltas.
Gloria a Dios porque este tema va a ser de bendición para tu vida.
Tomar decisiones es una de las tareas más difíciles que hay en la vida, por eso siempre preguntamos ¿qué hago? ¿Voy o no voy?, ¿decido esto, decido aquello?
No queremos equivocarnos. Es más sencillo decidir entre lo malo y lo bueno, cuando llegamos a cierto nivel de madurez en nuestra vida, cierto crecimiento espiritual, nos es fácil decidir entre lo malo y lo bueno. Decimos, esto no, yo sé que esto no me conviene y yo sé que esto es bueno, esa decisión no es tan complicada. El problema es que cuando llegamos a cierto nivel espiritual, cierto nivel de madurez, la peor decisión es decidir algo entre lo bueno y lo mejor, decidir entre lo que es bueno y lo que es mejor para mi es mucho más difícil, que decidir entre lo bueno y lo malo. Yo tengo algo bueno pero tengo algo mejor, y la verdad que no sé qué decidir, porque no le veo la diferencia, y hoy vamos a descubrir la diferencia entre tener lo bueno en la vida y tener lo bendecido. Una cosa es tener lo bueno y otra cosa es tener lo bendecido. ¿Cuántas quieren lo bendecido? yo quiero lo bendecido.
Vamos a decidir entre estas dos cosas, porque hay gente que está en este lugar que tal vez se haya conformado con lo bueno de su vida, sin darse cuenta que todavía hay más, que todavía te falta tener para tu vida lo que está bendecido. Yo quiero lo bendecido.
¿Cuál es la diferencia entre lo bueno y lo bendecido? está en la historia que leímos anteriormente. Lot tenía lo bueno, porque Lot también era rico. Lot tenía ganado, tenía de todo, o sea que Lot tenía lo bueno, pero Abram tenía lo bendecido. ¿Cuántas saben que hay más para su vida? yo lo quiero. Él va a soltar para tu vida lo bendecido de Dios.
Gloria a Dios.
¿Qué es lo bendecido? es lo prometido. Vos podés tener lo bueno, pero podés tener lo bendecido, que es lo prometido. A veces tenés muchas cosas pero tal vez no tengas lo prometido. Por ejemplo, te pasó alguna vez que tenías que ir a una fiesta, y fuiste a mirar en tu placard y quisiste ponerte un vestido, pero de pronto te faltaba el par de zapatos para ese vestido, tenías un montón de zapatos, pero vos querías uno especial para ese vestido, y no lo tenías.
O querías preparar una comida, tenías todos los ingredientes pero había uno que le querías poner, y eso no lo conseguiste. Tenés de todo, pero eso no lo tenés, eso es lo prometido. Eso que me falta, es lo prometido. Hay gente que me dice: Alejandra yo tengo todo, tengo que darle gracias a Dios por todo por lo que tengo, pero sin embargo siempre siento que me falta algo, eso que te falta es lo prometido. ¿Cuántas quieren lo prometido de Dios?
Leímos la historia preciosa, yo la leí muchas veces y cuando uno le da una interpretación de algo, vos seguís teniéndola por toda tu vida, hasta que venga una revelación y te cambie, yo siempre creía que esta historia, como me la habían explicado, se trataba de dos hombres que tenían que tomar cada uno una decisión, uno tomó una buena decisión y el otro tomó una mala decisión. Abram tomó la buena decisión y Lot tomó la decisión de irse a unas tierras que eran tierras no bendecidas por Dios. Porque él había elegido por sus ojos, por su mirada, por lo que vio bueno, y se dejó llevar, pero leyendo me di cuenta que acá, no habla de dos decisiones, acá está hablando de un hombre que tomó una decisión, una persona una decisión, una mujer, una decisión. Porque el centro de atención de Dios en esta historia, no está en Lot, está en Abram, el centro de atención, la bendición, Dios se la quería dar a Abram, Lot estaba aparte de esta historia. La decisión y la bendición eran para Abram. Dios tiene sus ojos puestos en mí, yo soy la protagonista de la historia de Dios.
Somos las protagonistas Dios tiene su mirada en nosotras, el centro de atención de Dios somos nosotras, sos vos.
¿A quién le quiere enseñar Dios? a mí,
¿A quién quiere prosperar Dios? a mí,
¿A quién quiere bendecir Dios? a mí,
¿A quién quiere sanar Dios? a mí,
¿A quién quiere perdonar Dios? a mi
Dios te mira con amor, porque él te quiere bendecir, amén gloria a Dios por eso.
El centro de atención de Dios está en tu vida.
Abram era un hombre rico, y tuvo que tomar una decisión, porque Lot no tuvo que tomar ninguna decisión, el que tomó la decisión fue Abram, y el que cambio toda la historia fue Abram.
Abram era un hombre rico, tenía todo lo bueno, ganado, plata, oro, tierra, pero tenía algo, tenía una promesa, pero una promesa detenida. Tenía de todo, pero también tenía una promesa que estaba detenida.
Y no hay nada más triste en la vida que tener una promesa de Dios y que esté detenida. Tal vez estés viviendo muchas cosas buenas en tu vida, vos venís a la iglesia, recibís bendición el milagro de Dios, pero no hay nada más triste en la vida, que tener de todo, tener todo lo bueno de Dios, pero que haya una promesa en tu vida, detenida. Y a veces llamamos bendición a lo que no es bendición, ¿estás llamando a eso que te pasó, a eso que estás viviendo?, ¿bendición? Tal vez digas, eso es bueno, pero todavía no es la bendición, porque para que se suelte la bendición tiene que derribar esa promesa que está detenida, mientras la promesa esté detenida, vas a vivir en lo bueno, pero te va a faltar la bendición. Dios le dijo a Abram cuando le habló: vete de tu tierra y de tu parentela, este hombre se fue de la tierra, pero no se fue de la parentela, porque se lo llevó a Lot. O sea la obediencia de Abram fue a medias, y cuando vos tenés obediencia a medias, la bendición es a medias. ¿Cuántas quieren la bendición completa? Tengo que ser obediente.
Obediencia a medias te va a desatar lo bueno, vas a caminar en lo bueno, me está yendo bien, Dios me dio esta sanidad, Dios me dio este trabajo, Dios hizo esto con mi familia, estás en lo bueno, pero Dios dice, hay otro nivel, que es el nivel de la bendición que se desata con la obediencia. Tengo que obedecer.
Cuándo se dio cuenta de esto Abram, y esa es la decisión que tomó; él en un momento se da cuenta que tenía de todo, que estaba saturado de todo, ganado, miraba para un lado oro, plata, su familia bendecida, todo lindo, estaba viviendo en lo bueno, pero dijo, hay algo que no me hace sentir bien, hay algo que me está faltando, eso, me falta eso, porque él había antes recibido una promesa y esa promesa él no la estaba viendo, no se estaba cumpliendo en su vida, esa promesa estaba detenida por falta de obediencia, porque él obedeció por la mitad. ¿Cuántas veces nosotras obedecemos por la mitad? Obedecemos la parte que nos gusta la otra parte que nos resulta más difícil, como que nos tomamos un poco más de tiempo y Dios le dijo, te tenés que sacar a Lot de encima si querés que se suelte la bendición, si querés que se suelte la promesa, te tenés que sacar a Lot de encima. Lot representa las cargas que todos tenemos. Lot representa aquello que estamos reteniendo, que no queremos soltar, hay tantas cosas queridas mujeres que tenemos que empezar a soltar si queremos recibir bendición. Las mujeres somos tan agarradas:
- a veces las mujeres nos agarramos a un pensamiento y no lo soltamos,
- nos agarramos a una persona y no la soltamos,
- nos agarramos a un estilo de vida y no lo soltamos,
- nos agarramos al espíritu de víctima y no lo soltamos,
- nos agarramos al llanto y no lo soltamos.
Y podemos estar haciendo un montón de tiempo y no podemos soltar a "Lot", y Dios te dice si querés vivir en bendición, tenés que soltar a Lot, tenés que desprenderte de Lot. ¿Qué representa Lot? representa ese hábito que tenés y no podes dejar. He hablado con cantidad de mujeres que me dicen, Alejandra voy todas las tardes al Bingo, y pierdo todo, y ¿por qué vas al Bingo? porque me siento sola, y cree que su problema de soledad lo va a resolver yendo al Bingo. Si vos vas al Bingo, como van todas las mujeres a las tres de la tarde, y encontrás un hombre a esa hora, sonaste, si un hombre está a las tres de la tarde en el Bingo sonaste. No vas a sanar la soledad, mujeres que no pueden soltar a ese Lot, a esa carga que llevan sobre su vida, porque ni siquiera lo disfrutan, es una adicción, y la adicción parece que es un disfrute, pero no es un ningún disfrute por eso tenés que empezar a soltar a los Lot de tu vida, es adicción. Ese hábito, el apego a esa persona, es tu Lot. Dios ya te dijo, soltate de esa persona que te daña, soltate de esa persona que te está enfermando, soltate de esa persona que te está haciendo mal, y vos seguís cargando a esa persona en tu vida. Soltá ese rencor, tal vez tu Lot sea odio, sea rencor, sea bronca, sea la angustia permanente que vivís. ¿Cuál es tu Lot? Identifícalo, tal vez tu Lot sea el orgullo, yo voy a lograr esto, aquello, y eso está bien, el problema es cuando solamente miras eso, y no te interesa nada más en la vida. Tal vez tu Lot sea tu reputación, tal vez tu Lot sea esa relación personal que tenés con alguien, dolorosa, sea ese llanto, esa angustia, cuándo Ana recibió a su hijo, cuando soltó a todos los Lot que tenia cargados sobre sus espaldas, su marido que era un nene más. Soltar no es que le doy una patada, soltar es decir, Señor esto es entre vos y él, no me corresponde a mí meterme en esa relación, eso es soltar. Mi hijo Señor, yo lo suelto, no me corresponde a mí que este hijo haga, no, que siga el camino que vos le diseñaste para él, eso es soltar. Ana recibe a su hijo, recibe la promesa, y se le desata la bendición, porque Ana vivía en lo bueno, tenía un marido, tenía casa, era una mujer que iba por la vida como quería, pero sin embargo, ella viviendo en lo bueno dijo: hay algo más que necesito, ella quería la bendición y la bendición era la promesa. Hay una promesa sobre tu vida y si está detenida algo se va a soltar cuando sueltes a ese Lot, y va a venir sobre tu vida, vas a dejar de vivir en lo bueno para empezar a vivir en la bendición.
Hay algo que tenés que soltar, tal vez me digas que ya soltaste todo, no estás cargando algo pero sin embargo no podes decidirte. ¿Cuál fue la principal decisión que tomó Abram? obedecer no fue la tierra, porque cuando él se dio cuenta que había obedecido por la mitad lo agarró a Lot y le dijo, mirá elegí lo que quieras. Cuando vos a alguien le podés decir agarrá lo que quieras, no me importa lo que te lleves, es porque hay algo más importante que te diste cuenta, sino le hubiese dicho Abram, esto es para mi, repartamos partes iguales, Abram (era inteligente) le dijo agarrate lo que quieras, no me importa, ándate para un lado yo me voy a ir por el otro, elegí vos. Cuando vos le das a alguien a elegir, y decís, yo no tengo problema, es porque vos te diste cuenta de que hay una recompensa mayor, que hay algo más grande que es para vos, por eso le das al otro a elegir, sino no le das a elegir. Cuando sabés que hay algo más grande, decís, elegí no me importa, lo que quieras, a mi me espera algo más grande, gloria a Dios por eso. Eso le pasó a este hombre, la única decisión que tuvo que tomar fue obediencia, obedecer. Cuando vos obedecés, no por la mitad, obedecés todo lo que Dios te ha dicho, y tengas que decidir no vas a tener ningún conflicto porque decidas lo que decidas, Dios te va a bendecir, porque primero hubo obediencia.
Cuando vos te estés preguntando a ver que decisión tomo, esto o aquello, entre lo bueno y lo mejor ¿qué hago?, ¿qué decisión tomo? vos tomas cualquier decisión, porque acordate primero si obedeciste, si lo hiciste, cualquier decisión va a estar bien, esa fue la única decisión que tomó Abram. ¿Cuando se le soltó la bendición? cuando le dijo, Lo me acordé que Dios me había dicho algo que tenía que obedecer y no lo hice: Lot aléjate de mi, andá donde quieras, escogé lo que quieras, hacete rico, no me importa, yo quiero que seas bendecido, pero por favor, aléjate de mi, cuando vos le decís a ese Lot que estás cargando, aléjate de mi, cuando vos tomaste la decisión de: basta de cargar con ese llanto, con ese dolor, con esa angustia, con ese vicio, con ese hábito, con ese pecado, con esa persona que te está afectando, con esa persona que no te corresponde, que no te pertenece, sin embargo la querés tener agarrada, cuando vos te alejás, soltás ese Lot, en ese mismo momento Dios te va a levantar la mirada y te va a hacer ver toda la tierra que él tiene para vos, porque los ojos de Dios están sobre tu vida para bendecirte, gloria a Dios.
Quitate a Lot de encima por favor. Hay gente que lo tiene en la espada a Lot, nena tenés unos cuantos Lot enganchados acá. Y ¿pero como hago para decidir?
Primero: Dios te dijo que te quites a Lot, que te quites la carga, que te seques las lágrimas, que sigas adelante, que dejes ese vicio, que dejes el pecado, que sigas adelante con más bendición, y vos todavía no te sacaste a Lot, si todavía no te sacaste a Lot, vas a tener angustia cuando tengas que decidir, y tal vez sea un riesgo decidir por una cosa o por la otra. Pero cuando vos primero obedecés, es la única decisión que tenés que tomar, Señor obedezco, me quito esto que me está perturbando, me está haciendo mal, no me permite avanzar, la bendición, la promesa, está detenida y yo quiero vivir un nuevo nivel de bendición. Cuando vos te sacas a Lot, obedecés, después tenés propuestas en la vida ¿cuál decido? Cualquiera, en ese momento va a venir sabiduría, revelación del cielo, porque primero obedeciste, porque es Dios que te va a levantar la mirada, y te va a hacer mirar la tierra, es Dios el que te va a decir hacia donde te vas a dirigir, eso es bueno porque primero tengo que obedecer y Dios te levanta la mirada para ver la bendición.
¿Saben cómo es esto? lo vamos a representar. Los pastores van a sostener fuerte una frazada uno de cada lado y una mujer de mucha fe. Tengo dos decisiones, si obedeciste primero Dios te va a guiar ¿cuál hago? salto de fe, tenés que dar un salto de fe. ¿Qué es dar un salto de fe? la mujer se va a tirar en la frazada, va a ser un salto de fe, esta mujer tiene que toma una decisión y ella va a dar un salto de fe, porque primero obedeció y Dios dice, ahora hay una decisión que tomar, arriésgate tírate (a la frazada) pero vamos a ponerle alas te sentís un poco más segura. ¿Te arriesgás? cuando cuente tres ella se va a lanzar. Ese es un salto de fe, esa es una mujer de fe, yo obedecí y ahora me puedo arriesgar porque Dios me va a sostener.
¿Qué es un salto de fe? no sé que decidir, si obedeciste primero, cualquier decisión es un salto de fe y me arriesgo.
¿Cuántas cosas te arriesgaste en la vida? ¿Cuántas veces saltaste sin tener mucha seguridad? eso es el salto de fe, pero primero tengo que saber si obedecí, primero tengo que saber si estoy a cuentas con Dios, si eso que Dios me dijo, esta promesa es para tu vida, pero sácate a Lot, sácate eso que te carga, que te pesa, que no te permite avanzar en la vida, primero obediencia y después de la obediencia yo me arriesgo. porque esto es como en un circo que viene el trapecista y se prepara, tiene que hacer una pirueta y saltar, y el trapecista se arriesga, dicen los que saben de circo, que el trapecista no tiene que hacer nada, solamente soltarse y volar, todo el trabajo lo hace el que está abajo para sostenerlo, ese es el que tiene que mirar bien, el que tiene que estar atento, ¿saben cómo se le llama a esa persona? el atrapador, entonces viene el trapecista, hace equilibrio y en un momento se tiene que soltar, y cuando se suelta no tiene control de nada, eso es arriesgarse en Dios, yo no tengo el control de nada, para las mujeres perfeccionistas que quieren controlar todo y no perderse ningún detalle, tenés que atreverte a arriesgarte, una vez que obedeciste arriésgate, y cuando se suelte y va girando sabe que hay un atrapador, que lo tiene que sostener, si el atrapador hiciera su trabajo mal, él caería y moriría, pero sin embargo el que se suelta confía en el atrapador. ¿Sabes quién es tu atrapador? el Señor es el que te va a atrapar cuando vos te tires y digas, yo me mando Señor, porque obedecí, yo soy una persona obediente, porque yo quiero hacer las cosas que a vos te agradan, Señor yo me mando, yo me tiro, como hizo esta mujer y el Señor está ahí, dispuesto a atraparte, él es tu atrapador y él no va a dejar que te caigas, él no va a permitir que te caigas. Pero me parece que tomé una mala decisión, él va a cambiar todo para bien, porque te atreviste a dar un salto de fe y a Dios le encanta la gente que se atreve a dar saltos de fe. ¿Cuántas mujeres y varones hay que se arriesgan a dar saltos de fe?
Abram obedeció, dijo, qué tonto fui, estaba viviendo en lo bueno, pero algo me faltaba, me di cuenta que algo ardía dentro mío, había algo en mi vida que me faltaba, había algo en mi vida, en lo emocional, que me faltaba, había algo en mi vida espiritual que faltaba, era la obediencia para que se soltara la bendición, está bueno vivir en lo bueno, está bueno disfrutar de lo bueno, pero no hay nada más lindo que disfrutar de la bendición, que es cuando la promesa de Dios se suelta.
Yo quiero decirte que Abram tomó la primer decisión de obedecer, y luego Dios le dio todo lo demás, él tomo la decisión de obedecer y Dios le dijo, todo lo que veas, él levanto la mirada, todo lo que veas es para vos y para tu descendencia. ¿Cuántas quieren eso? ¿Cuántas quieren vivir en plena bendición? ¿Cuántas se atreven a dar saltos de fe en este tiempo? ¿Cuántas está dudando? pero dicen Señor, yo me suelto en tus brazos y sé que me vas a atrapar.
Hoy te vamos a dar una palabra, pero no lo tome a la ligera, no es una palabrita que te dan y lo compartís con alguien, hay qué lindo, qué bueno, es una promesa de Dios, y del cumplimiento de esa promesa depende que empieces a vivir en bendición, por eso tenés que tomarla y no detenerla con nada, sacarte a los Lot que te están pesando. Yo no voy a dar palabra profética sino solamente ungiendo a los que están enfermos o familiares enfermos o destrabar un juicio.
Los pastores van a dar una palabra profética individual, personal, y anotarla y leerlo todo el tiempo, para que te des cuenta que eso si está detenido, es porque hay que obedecer algo anteriormente, Dios te está pidiendo obediencia anterior, de que te quites a Lot de tu vida.Amén.
Por. Alejandra Stamateas, Pastora del Ministerio Presencia de Dios, Argentina.
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