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jueves, 18 de febrero de 2010

Manejando las broncas exitosamente

Lucas 9; 51: "Como se acercaba el tiempo de que fuera llevado al cielo, Jesús se hizo el firme propósito de ir a Jerusalén. Envió por delante mensajeros, que entraron en un pueblo samaritano para prepararle alojamiento; pero allí la gente no quiso recibirlo porque se dirigía a Jerusalén. Cuando los discípulos Jacobo y Juan vieron esto, le preguntaron:
- Señor, ¿quieres que hagamos caer fuego del cielo para que los destruya?
Pero Jesús se volvió a ellos y los reprendió. Luego siguieron la jornada a otra aldea."

Lucas 9; 57: "Iban por el camino cuando alguien le dijo:
--Te seguiré a dondequiera que vayas.
--Las zorras tienen madrigueras y las aves tienen nidos --le respondió Jesús--, pero el Hijo del hombre no tiene dónde recostar la cabeza.
A otro le dijo: --Sígueme.
--Señor --le contestó--, primero déjame ir a enterrar a mi padre.
--Deja que los muertos entierren a sus propios muertos, pero tú ve y proclama el reino de Dios --le replicó Jesús.
Otro afirmó:
--Te seguiré, Señor; pero primero
déjame despedirme de mi familia.
Jesús le respondió: --Nadie que mire atrás después de poner la mano en el arado es apto para el reino de Dios."
Sentir enojo es normal, el enojo es una emoción de fuerza. El enojo es la fuerza emocional que nos hace seguir adelante. Nos enojamos cuando esperamos una cosa y recibimos otra. El problema no está en enojarse, sino cuando guardamos o reprimimos el enojo. Cuando guardamos el enojo comienzan a suceder cosas altamente negativas.
Síndrome de la mosquita muerta: Hay personas que guardaron la bronca y no se dieron cuenta. No registraron que estaban enojados. La gran mayoría de la gente con depresión padece este síndrome.
Síndrome de la bomba de tiempo: El que guarda la bronca y es conciente de eso.
Síndrome del veneno por gotas: Tragan la bronca y la sacan por gotas, de a poco.
Esto pasa porque hay miedo de expresarse. Nos mintieron diciendo que hay dos modelos de bronca; el nivel apagado y el nivel encendido; no hay término medio. Hay niveles de bronca; hay luces; hay una luz roja, una amarilla y otra negra; la negra es la explosión. Yo me puedo enojar, pero tengo que evitar llegar a la luz negra.
Jacobo y Juan eran conocidos como 'hijos del trueno'. Estaban apagados o estaban encendidos. Como Jesús tenía que ir a Jerusalén, les pidió que fueran a Samaria para prepararle el alojamiento. Cuando llegaron, los samaritanos les dijeron que no iban a recibir a Jesús, lo que hizo que volvieran enojados a buscar a Jesús para preguntarle si quería que orando, descendieran fuego del cielo.
Cuando nos enojamos tenemos que:
1- Interrogar el enojo:
Preguntate por qué estás enojado y si vale la pena que te enojes por lo que te enojaste. Jacobo y Juan no soportaban el rechazo, por eso cuando llegaron a Samaria se les activó el rechazo de ellos. No podemos sentir dos emociones al mismo tiempo, sentimos una emoción por vez.
2- Saber hablar: Tenemos que hablar en positivo. Por ejemplo: "Yo necesito que hagas menos ruido", "yo necesito que me trates bien". Nunca empieces una conversación hablando del otro. Hay que saber pedir. Cuando empezás una conversación diciendo "vos hiciste esto", cerraste el diálogo. Cuando Jesús pasa por Samaria, se le acercan tres mentirosos para decirle que iban a seguirlo. Jesús no pierde el control, les habla y no lo hizo por ellos, sino porque quería ministrar a Jacobo y a Juan. Jesús sabía que en Samaria iban a rechazarlo y sin embargo los mandó a Jacobo y a Juan porque quería entrenarlos.
3- Irnos si hay alguien enojado: Cuando ves a una persona enojada no le digas que se calme porque va a ponerse peor. Cuando ves a alguien enojado, decile que preferís irte porque te estás empezando a enojar y no querés hablar así; aunque no sea cierto. La bronca es contagiosa.
4- Buscar más información: Dice la Biblia que el gran entendimiento es tardo para darle rienda al enojo. No te apresures cuando vayas a interpretar. Cuando estamos enojados nuestro cuerpo también tiene que dejar de pelear. Hay personas que dejaron de pelear en su mente, pero siguen peleando en su cuerpo.
Tengo un futuro glorioso: Como es mi futuro va a ser mi presente. Cuando Dios llama a una persona lo primero que hace es hablarle del futuro. Si en Samaria te rechazan, en Jerusalén te van a querer. Si fuiste rechazado vas a encontrar el lugar donde vas a ser bendecido.
Todo es mío: Si te echaron de un lugar que no te importe, andá a otro. Declará que todo es tuyo. Cuando Jesús se encontró con estos hombres que le dijeron que iban a seguirlo siempre, el primero le dijo que le permitiera enterrar primero a su padre; Jesús a ese hombre le dijo que dejara de escuchar la voz del padre. El segundo le dijo que quería despedirse de su familia; ese hombre quería consultar. Tenés que dejar de guiarte por lo que los demás te dicen. Las voces externas tienen que desaparecer. Nadie puede ir hacia el futuro mirando para atrás.
La gente agrede para que seas como ellos. No dejes que la gente determine cómo vas a actuar. Aunque en Samaria no los recibieron, algo de Dios quedó allá y años después, cuando llegó Felipe se parió un avivamiento.
En el lugar donde te maltraten y te rechacen, algo de Dios va a quedar sembrado. Nunca pierdas la esperanza que tus enemigos sean cambiados. Hay lugares por los que hemos pasado pero todavía no cosechamos; quedate tranquilo, porque Dios va a enviar a un Felipe. Donde hoy estás no es todo lo lejos que vas a llegar. Hay sueños más grandes. Enojo enfocado a la gente es tensión; enojo enfocado en la solución es expansión. Poné todos tus enojos en las soluciones; porque vamos para cosas grandes.
Por. Rev. Bernardo Stamateas, Pastor del Ministerio Presencia de Dios, Argentina.

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