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habéis llegado a sernos muy queridos. —1 Tesalonicenses 2:8
Lectura:
1 Tesalonicenses 2:6-14
La
biblia en un año: Josué 10-12;Lucas 1:39-56
Durante
la década de 1980, una clase para solteros en nuestra iglesia se transformó en
una familia muy unida para muchos que habían perdido a un cónyuge por un
divorcio o la muerte. Cuando alguien necesitaba mudarse, los miembros de la
clase ayudaban a empacar, transportaban muebles y colaboraban con comida. Los
cumpleaños y las fiestas ya no eran momentos solitarios, porque la fe y la
amistad se habían fundido en una relación duradera y alentadora. Muchos de
estos vínculos forjados durante la adversidad hace ya tres décadas siguen
floreciendo y sustentando hoy a individuos y familias.
Las
cartas de Pablo a los seguidores de Jesús en Tesalónica pinta una imagen de las
relaciones vivificantes en la familia de Dios. «Antes fuimos tiernos entre
vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos» (1
Tesalonicenses 2:7). «Porque os acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y
fatiga; […] para no ser gravosos a ninguno de vosotros…» (v. 9). «… como el
padre a sus hijos, exhortábamos y consolábamos a cada uno de vosotros» (v. 11).
Como madres, padres, hermanos y hermanas, Pablo y sus compañeros compartían el
evangelio y sus vidas con estos creyentes que habían llegado a serles muy
queridos (v. 8).
En su
familia, Dios nos proporciona madres, padres, hermanas y hermanos. El Señor
brinda su gozo cuando compartimos nuestras vidas juntos en su gracia y amor.
Dios
nos ama a ti y a mí; por eso, amémonos los unos a los otros.
Nuestro
Pan Diario
Misericordia y justicia
El
Señor es bueno, fortaleza en el día de la angustia… —Nahum 1:7
Lectura:
Nahum 1:1-9
La
biblia en un año: Josué 7-9;Lucas 1:21-38
Cuando un
acusado comparece ante un juez, se encuentra a merced del tribunal. Si es
inocente, el tribunal debería ser un refugio. Pero, si es culpable, se espera
que la corte lo castigue.
En
Nahum, vemos a Dios como un refugio y como un juez. Leemos: «Bueno es el Señor;
es refugio en el día de la angustia…» (1:7 nvi), pero también se afirma: «Mas
con inundación impetuosa consumirá a sus adversarios, y tinieblas perseguirán a
sus enemigos» (v. 8). Unos 100 años antes, Nínive se había arrepentido después
de la predicación de Jonás sobre el perdón de Dios, y la tierra había
disfrutado de seguridad (Jonás 3:10). No obstante, durante la época de Nahum,
esta ciudad empezó a tramar el mal contra el Señor (Nahum 1:11 nvi); entonces,
en el capítulo 3, el profeta detalla su destrucción.
Muchas
personas solo conocen uno de los lados del trato de Dios con la raza humana.
Creen que el Señor es santo y quiere castigarnos, o que es misericordioso y
solo desea mostrarnos bondad. En realidad, Él es Juez y Refugio. Pedro escribe
que Jesús encomendó «la causa al que juzga justamente» (1 Pedro 2:23). Como
resultado, «llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para
que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia» (v. 24).
¡Toda
la verdad sobre Dios es una buena noticia! El Señor es Juez, pero, gracias a
Jesús, también podemos acudir a Él para buscar refugio.
La
justicia y la misericordia de Dios se encuentran en la cruz.
Nuestro
Pan Diario
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NOTICIAS CRISTIANAS
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