¡Vos podes ayudarnos!

---

Translate


lunes, 22 de diciembre de 2014

Recuerda el envoltorio

Lectura: Filipenses 2:5-11
… [Jesús] se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres. —Filipenses 2:7
En Navidad, todos los años se repiten en casa algunos acontecimientos. Por ejemplo, el aviso de mi esposa a nuestros hijos y nietos cuando abren sus regalos: «No rompan el papel, ¡podemos usarlo el año que viene!». A ella le encanta hacer regalos bonitos, pero también le importa mucho el envoltorio. La presentación es parte de la belleza del contenido.
Me hace pensar en el envoltorio que Cristo escogió cuando vino como el don redentor para rescatarnos de nuestros pecados. Podría haberse envuelto en una asombrosa muestra de poder, iluminando el cielo con su presencia en una celestial demostración de gloria. Sin embargo, en una maravillosa inversión de Génesis 1:26, prefirió envolverse «semejante a los hombres» (Filipenses 2:7).
Entonces, ¿por qué es tan importante este envoltorio? Porque, al ser como nosotros, no desconoce nuestras luchas: experimentó una profunda soledad y un querido amigo lo traicionó; fue avergonzado públicamente, malinterpretado y falsamente acusado. En resumen: Él siente nuestro dolor. Por eso, el escritor de Hebreos nos dice que podemos acercarnos «confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro» (Hebreos 4:16).
Esta Navidad, cuando pienses en el regalo de Jesús, ¡recuerda tener en mente el «envoltorio»!
—JMS
¡Señor, gracias por envolverte a nuestra semejanza! Como entiendes nuestras luchas, ayúdanos a triunfar. 
No tengas en poco el envoltorio del mejor regalo de Navidad.
Nuestro Pan Diario

El momento oportuno
Lectura: Hebreos 9:11-22
… estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros… —Hebreos 9:11
El director estaba en el podio, recorriendo con la vista al coro y la orquesta. Los miembros del coro se ubicaron en sus lugares, acomodaron la música en sus carpetas y las sostuvieron a una altura que les permitiera ver al director. Los miembros de la orquesta colocaron la partitura en los atriles, se sentaron cómodamente y permanecieron quietos. El director esperó hasta que todos estuvieran listos. Entonces, tras una indicación con su batuta, los acordes del Mesías de Handel llenaron la catedral.
Envuelto por el sonido, sentí que me sumergía en la historia de Navidad; aquel momento oportuno cuando Dios con su batuta dio inicio a la obertura que comenzó con el nacimiento del Mesías, el «sumo sacerdote de los bienes venideros» (Hebreos 9:11).
Cada Navidad, cuando celebramos con música gloriosa la primera venida de Cristo, me viene a la mente que el pueblo de Dios, como los miembros de un coro y una orquesta, están preparándose para la próxima indicación del director, cuando el Señor venga otra vez. En aquel día, participaremos con Él en el movimiento final de la sinfonía de la redención divina, donde todo será hecho nuevo (Apocalipsis 21:5). Mientras aguardamos confiadamente, debemos mantener la vista puesta en el director y asegurarnos de estar listos.
—JAL 
El advenimiento de Cristo celebra su nacimiento y predice su regreso.
Nuestro Pan Diario

En el nombre de Jesús
Lectura: Juan 14:12-21
Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.
—Juan 16:24
Uno de mis álbumes de fotos favorito es de un almuerzo en familia, donde aparecen imágenes de mi padre, sus hijos con sus esposas, y sus nietos; todos en un momento de intercesión y acción de gracias.
Mi padre había tenido varios derrames cerebrales, y ya no hablaba tanto como antes. Sin embargo, durante aquel momento de oración, lo oí decir con profunda convicción: «¡Oramos en el nombre de Jesús!». Al año, papá dejó este mundo para entrar en la presencia de Aquel en cuyo nombre había depositado su confianza.
Jesús nos enseñó a orar en su nombre. La noche antes de ser crucificado, les prometió a sus discípulos: «Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido» (Juan 16:24). No obstante, la promesa de pedir en el nombre de Jesús no es un cheque en blanco para conseguir cualquier cosa que satisfaga nuestros caprichos personales.
Antes, esa misma noche, les había enseñado que Dios concede las peticiones hechas en su nombre, para que glorifiquen al Padre (Juan 14:13). Después, Jesús mismo oró angustiado: «Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú» (Mateo 26:39).
Al orar, nos sometemos a la sabiduría, el amor y la soberanía de Dios, y, con confianza, pedimos «en el nombre de Jesús».
—HDF
Padre, ayúdanos a querer aprender más de ti antes que conseguir que nos des algo. «Auméntanos la fe» (Lucas 17:5). 
Lo único que no está al alcance de la oración es lo que está fuera de la voluntad de Dios.
Nuestro Pan Diario
-------------------------------------------------------------------------------
NOTICIAS CRISTIANAS





Pastor evangélico increpa a diputados chilenos por aprobar proyecto de unión civil gay Leer más







Judíos que creen en Jesucristo alcanza un número record en Israel
Leer más







EE UU y Cuba inician una nueva etapa de relaciones diplomáticas
Leer más



No hay comentarios:

Publicar un comentario