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de su pobreza echó todo el sustento que tenía (v. 4).
Lectura: Lucas 21:1-4
La
biblia en un año: Miqueas 6–7; Apocalipsis 13
El
tamborilero es una canción popular de Navidad escrita en 1941. Originariamente,
se conoció como Villancico del tambor, y se basa en una tradicional canción
navideña checa. Aunque los relatos de Mateo 1–2 y Lucas 2 no hacen
referencia a ningún niño que toque el tambor, la esencia de la letra alude
directamente al significado de adorar. Habla de un mago que invita a un
muchacho a la escena del nacimiento de Cristo; pero, a diferencia de los otros
magos, como el chico no lleva ningún regalo, le da lo que tiene. Entonces, toca
su tambor, mientras dice: «Interpreté para Él mejor que nunca».
Esto
evoca la clase de adoración que describió Jesús al referirse a la viuda y sus
dos monedas: «En verdad os digo, que esta viuda pobre echó más que todos.
Porque todos aquéllos echaron para las ofrendas de Dios de lo que les sobra;
mas ésta, de su pobreza echó todo el sustento que tenía» (Lucas 21:3-4).
Lo
único que tenía el chico del tambor era su instrumento, y la viuda, sus dos
monedas, pero el Dios a quien adoraban era digno de recibir todo lo que tenían.
El Señor es digno de todo lo nuestro también, ya que Él dio todo por nosotros.
Señor,
aquí estoy a tus pies para consagrar a ti todo lo que soy, lo que tengo y lo
que espero ser: mi vida entera.
Nuestro
Pan Diario
Descanso
navideño
Venid
a mí todos los que estáis trabajados y cargados… (v. 28).
Lectura: Mateo 11:28–12:8
La
biblia en un año: Amós 7–9; Apocalipsis 8
Cuando
era niño, repartía periódicos para ganar dinero. Tenía que levantarme a las
tres de la madrugada, los siete días de la semana, para que los 140 ejemplares
estuvieran en el domicilio correspondiente antes de las seis de la mañana.
Sin
embargo, un día del año era diferente. El periódico de Navidad lo entregábamos
el día anterior, lo cual significaba que la mañana del 25 de diciembre era
la única del año en que podía dormir y descansar como una persona normal.
Con el
paso de los años, he llegado a apreciar la Navidad por muchas razones, pero, en
aquellos tiempos, lo que la hacía especial era lo que la diferenciaba de las
demás jornadas del año: era un día de descanso.
En
aquel entonces, no entendía por completo el significado del verdadero descanso
que produce la Navidad; es decir, que Cristo vino para que todos los que están
agobiados por el peso de una ley que nunca puede cumplirse totalmente puedan
encontrar descanso a través del perdón que Él ofrece. Jesús declaró: «Venid a
mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar» (Mateo
11:28). En un mundo que presiona más allá de lo que podemos soportar
solos, el Señor nos invita a comenzar una relación con Él por fe para encontrar
el verdadero descanso.
Señor,
pongo en tus manos lo que hoy me pesa.
Nuestro
Pan Diario
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NOTICIAS CRISTIANAS
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