Lectura: 1 Corintios 13:4-8
Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; […] y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno. —Salmo 139:23-24
¿Es posible ser demasiado servicial? ¿Puede nuestra amabilidad, a la larga, dificultarles la vida a los demás? Sí, si somos pesados, impertinentes, asfixiantes, manipuladores o dominantes. Si lo único que motiva nuestro servicio es la ansiedad, quizá estemos simplemente tratando de ayudarnos a nosotros mismos.
Entonces, ¿cómo podemos saber si nuestro corazón y nuestras acciones serviciales reflejan en verdad el amor incondicional de Dios? ¿Cómo podemos amar con motivaciones puras? (Proverbios 16:2; 21:2; 1 Corintios 4:5).
Podemos orar a Dios y pedirle que nos muestre si estamos perjudicando u obstaculizando de algún modo a los demás (Salmo 139:23-24). Rogarle que nos ayude a mostrar ese amor que «… es sufrido, es benigno; […] no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor» (1 Corintios 13:4-5).
Nuestros esfuerzos por ayudar a otros, en especial a aquellos que más amamos, siempre estarán acompañados de cierta ansiedad. Pero podemos, por la gracia de Dios, empezar a amar sin restricciones, como lo hace el Señor. Desde luego, la prueba y la medida de nuestro progreso será la forma de reaccionar cuando nuestra «amabilidad» pase inadvertida o no sea recompensada (ver Lucas 14:12-14).
Señor, ayúdanos a amar con motivos puros y para beneficio de los demás; a amar incondicionalmente, sin esperar nada a cambio.
—DHR
En nuestro deseo de ayudar, amemos con una motivación correcta.
La mesa más larga del mundo
Lectura: Mateo 26:26-30
… no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día… —Mateo 26:29
El domingo 18 de julio de 2010, una de las carreteras más transitadas de Europa se convirtió en lo que se llamó «la mesa más larga del mundo». Los oficiales cerraron un tramo de 60 kilómetros (37 millas) de la Autopista A40, en Alemania, para que la gente pudiera caminar, andar en bicicleta o sentarse a una de las 20.000 mesas puestas en el camino. Se calcula que unos dos millones de personas fueron a disfrutar de ese evento, cuyo director esperaba que conectara personas de muchas culturas, generaciones y naciones.
Este suceso me hizo pensar en una mesa aún más grandiosa alrededor de la cual los creyentes en Cristo se reúnen para compartir la Santa Cena. En esta reunión de comunión, recordamos la muerte de Jesús por nosotros y anunciamos su ansiado regreso, el clímax de la historia.
Justo antes de que Jesús fuera crucificado, compartió la cena de la Pascua con sus discípulos, y les dijo: «… no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre» (Mateo 26:29).
La mesa del Señor reúne a todos aquellos a quienes Cristo ha redimido por su sangre, «…de todo linaje y lengua y pueblo y nación» (Apocalipsis 5:9). Un día, en una escena de comunión y gozo, todos los que son de Cristo se sentarán junto con Él a la mesa que eclipsará aquella reunión de la autopista alemana. ¡Con gozo, anticipamos el momento de compartir juntos la mesa celestial!
—DCM
El amor de Cristo genera unidad en la diversidad.
NUESTRO PAN DIARIO
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Respuestas pastorales:
¿Tengo llamado al pastorado?
En este momento histórico que está viviendo la Iglesia de nuestro Señor Jesucristo, considero, que el llamamiento al ministerio pastoral, es una moneda con dos caras:
1- El llamamiento que Dios hace al cristiano.
2- La confirmación que el Espíritu Santo hace al cuerpo de ancianos.
Aunque no es mi intención hacer doctrina de la experiencia del apóstol Pablo, pienso, que es de gran relevancia, evaluar, la experiencia que el apóstol Pablo tuvo en su llamamiento. En Hechos 9:1-19, se nos registra el llamamiento que el Señor Jesucristo le hizo a Pablo, mientras que en Hechos 13:1-3, encontramos al Espíritu Santo confirmándoles a los ancianos de la iglesia de Antioquía tal llamamiento. Continue leyendo...
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Felices Pascuas. Notivida
Dice San Agustín "No es grande cosa creer que Cristo murió; porque eso también lo creen los paganos y judíos y todos los inicuos”. Murieron Rosas y Sarmiento, Hernández e Ingenieros, el niño por nacer asesinado en Chubut y el funcionario que abogó por el crimen. Que Cristo murió en la cruz es un dato histórico; pero San Agustín añade: “La fe de los cristianos es la Resurrección de Cristo; esto es lo que tenemos por cosa grande”.
Cristo es un Rey victorioso que convirtió al madero en estandarte triunfal.
Por eso no somos testigos pasivos del calvario moderno, somos milicia de un vencedor que va a volver; no ya en figura de siervo, sino en figura de Rey.
De allí brota nuestro consuelo y nuestra alegría, aún en esta hora oscura de la Patria.
Que el Resucitado nos sostenga en la guardia.
Santas y Felices Pascuas. Notivida
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Lucas Leys analiza los errores que cometió la Catedral de Cristal
Muy pocas veces se está en frente de una importante declaración donde se analiza y se expone con argumentos sólidos del por qué una de las iglesias mas importantes de Estados Unidos se vino abajo. Lucas Leys, se atrevió a reflexionar respecto al tema, titulando en su blog: “El Fracaso de la Catedral de Cristal”. Pero no lo hizo desde afuera, sin saber a profundidad cómo funcionaba Catedral, sino que lo hizo desde el interior, pues él perteneció a la congregación hispana como pastor de jóvenes hasta el año 2002, desde entonces lleva 10 años al frente de Especialidades Juveniles.
Cabe mencionar que Lucas, en su análisis no se enfoca en el trabajo que ha hecho Dante Gebel en la congregación hispana de Catedral de Cristal sino más bien en Robert Schuller, por lo que cita según él: “3 errores que se cometieron en la Catedral, que los pastores latinos de las próximas generaciones, DEBEMOS evitar”.
1. Construir templos con el ego y no con la cabeza.
Aquí Lucas, afirma que Schuller, “se dio cuenta que toda iglesia que construye un templo, crece. ¿Y cuál es el problema de eso? Ninguno, si al hacer el templo se presupuesta pensando también en los costos de mantener el templo ¿Por qué? Porque esta es la sorpresa: Cuesta mucho más caro mantener un templo que construirlo y una vez construido ya no hay meta visible y es mucho más difícil motivar a la gente porque ahora hace falta pagar el aire acondicionado, las cuentas de luz y el agua de los baños”. Desde el mismo punto Lucas, dice que la funcionalidad de Catedral de Cristal era una pesadilla en cuanto a su estructura interior. “Así los problemas seguían y seguían. (y encima Schuller decía que él era un gran arquitecto y la congregación le aplaudía cuando lo decía…)”.
Cabe dentro de este mismo lugar que “el dinero con el que se construía (Catedral) no venía de la congregación sino de ofrendas especiales de gente rica externa que de tanto en tanto le donaba a Schuller. Osea, no había nada de malo en usar esas ofrendas pero es muy peligroso hacer presupuestos millonarios basados en ofrendas esporádicas y no en la congregación estable”. “Y por último, todo el gasto descomunal en el templo y el campus había causado una cultura de que todo era tan valioso que era inmodificable y hasta sagrado. Aunque no funcionara, al haber costado tanto, no se podía cambiar nada. La congregación estaba para servir al templo y no el templo a la congregación”.
2. Rodearse solamente de chupamedias y practicar el nepotismo
El segundo punto de Lucas causa mucha gracia por el término popular que emplea al decir “chupamedias”, según el líder de jóvenes, en Catedral de Cristal existía o existe aún ese tipo de personas que rodeaba a Robert Schuller. “El staff de la iglesia le tenía miedo al pastor. Cuando el pasaba o se acercaba todos actuaban como que estuvieran tratando de encubrir algo. Primero lo noté en las secretarias y los servidores pero al ir a reuniones de pastores me di cuenta que también era una cultura. Todos le decían a Schuller, lo que quería escuchar en vez de lo que tenía que escuchar”.
“Yo llegué jovencito y sin conocer demasiado de él, pero la mayoría de los que trabajaban en la iglesia a diferencia de mí, le habían visto lograr tantas cosas a impresionar a tanta gente que le tenían tanta admiración que les había hecho olvidar una premisa bíblica fundamental: todos somos pecadores y nos equivocamos, y el pastor también”.
Otro cuestionamiento que plantea Leys, es que según él cuando la familia Schuller estuvo al frente, el personal se componía de dos tipos de personas: “empleados y familia”, inclusive hasta no cristianos. “Éramos una empresa con empleados y no una comunidad de hermanos siervos”. “En todos los puestos claves de la iglesia había un familiar y siempre la pregunta que vagaba por el aire era: ¿Está ahí porque es bueno o por qué es familia? y la repuesta se demostró con sus dos sucesores: Su hijo llevó a la congregación de 10.000 a 1.000 en pocos años y luego su hija terminó de rematar el ministerio. (y no es porque no había buenos pastores disponibles que no pudieran hacer el trabajo)”.
3. No invertir en los jóvenes y creer que las estrategias son eternas.
Leys, también toca un punto muy crucial donde él tiene una vasta experiencia y es la del ministerio juvenil, tanto así que dice que la Catedral de Cristal “nunca tuvo un ministerio juvenil sano”, porque “Schuller no se dio cuenta que la congregación iba envejeciendo con él y no se estaba haciendo demasiado para atraer a las nuevas generaciones”. También, Schuller, no notó la diferencia entre “un templo lleno y una iglesia fuerte”, que careció de “un poderoso ministerio de niños y un estratégico ministerio de adolescentes”. “La congregación no es que solo se fue yendo, sino simplemente «muriendo» y no lo digo en sentido figurado”, dice Leys.
Schuller, pensó que sus estrategias y su modelo de crecimiento de iglesia no necesitaban actualizarse. “El formato de TV que por tantos años fue un éxito, ahora estaba quedando atrás pero el líder estaba convencido que no había nada que cambiar”, así que al final “lo mismo que hizo grande a la catedral también fue lo que la arruinó. La misma persona que la levantó fue la persona que la destruyó”, dice Lucas. Más al fondo, Lucas, exhorta fuertemente diciendo que muchas congregaciones han sido edificadas “por vanidad y no practicidad”, advirtiendo que hoy las iglesias necesitan personas que trabajen por amor y no por temor, también líderes que se dediquen a servir a la comunidad y no a su prominencia”.
Como Lucas, pensó que las críticas le vendrían por montón, formuló las siguientes preguntas con respuestas:
¿Creo que está mal edificar templos grandes y confortables? Por supuesto que no, y tengo claro que lo que en un lugar y para una congregación puede ser inapropiado puede ser apropiado en otra. Lo importante es que no sea el ego lo que inflame la llama y que siempre se tenga claro que la iglesia está formada por personas y los edificios son solo secundarios.
¿Creo que está mal que una iglesia contrate profesionales e incluya a la familia del pastor? Tampoco. Es lindo ver a familias enteras sirviendo al Señor. Pero no debe ser el pastor quien los elija sino la congregación porque esa es la versión bíblica de cómo se eligen lideres en la iglesia. Y respecto a empleados, qué bueno que tengamos mucha gente a tiempo completo en nuestras congregaciones, pero el pastor tiene que ser proactivo en rodearse de personas que le hablen con plena franqueza sin ningún tipo de temor a ninguna represalia y por eso no puede solamente estar rodeado de personas a las que le paga un sueldo.
Por último: ¿Creo que está mal confiar que las estrategias que nos trajeron hasta acá nos llevarán hasta allá? Definitivamente. Lo que sirve hoy no necesariamente servirá mañana. El único que no cambia es Cristo y lo sagrado es la palabra y la misión pero los métodos deben ser siempre actualizados. Fama y multitudes no es sinónimo de influencia y vidas cambiadas. El fracaso de la catedral es el fracaso de un modelo y no solamente de una institución o ministerio. Para nosotros, es una advertencia. Que un ministerio sea prospero hoy no significa que lo será mañana.
El artículo de Lucas Leys, fue posteado en su página específicamente en su blog el 2 de abril. Hay una segunda parte titulada: “El Fracaso de la Catedral de Cristal II”, en la que él aclara que su exposición no fue con la intención de atacar el ministerio y desarrollo que tuvo Dante Gebel en Catedral de Cristal a quien lo considera un gran colega y amigo, además que Lucas, cuando se retiró de la mega congregación, le habían pedido que regresara pero él dijo no, y cuando se le pidió que recomendara a alguien no dudó en decir que Dante, era el más indicado para pastorear la congregación hispana de Catedral de Cristal.
Fuente : Blog de Lucas Leys
Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; […] y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno. —Salmo 139:23-24
¿Es posible ser demasiado servicial? ¿Puede nuestra amabilidad, a la larga, dificultarles la vida a los demás? Sí, si somos pesados, impertinentes, asfixiantes, manipuladores o dominantes. Si lo único que motiva nuestro servicio es la ansiedad, quizá estemos simplemente tratando de ayudarnos a nosotros mismos.
Entonces, ¿cómo podemos saber si nuestro corazón y nuestras acciones serviciales reflejan en verdad el amor incondicional de Dios? ¿Cómo podemos amar con motivaciones puras? (Proverbios 16:2; 21:2; 1 Corintios 4:5).
Podemos orar a Dios y pedirle que nos muestre si estamos perjudicando u obstaculizando de algún modo a los demás (Salmo 139:23-24). Rogarle que nos ayude a mostrar ese amor que «… es sufrido, es benigno; […] no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor» (1 Corintios 13:4-5).
Nuestros esfuerzos por ayudar a otros, en especial a aquellos que más amamos, siempre estarán acompañados de cierta ansiedad. Pero podemos, por la gracia de Dios, empezar a amar sin restricciones, como lo hace el Señor. Desde luego, la prueba y la medida de nuestro progreso será la forma de reaccionar cuando nuestra «amabilidad» pase inadvertida o no sea recompensada (ver Lucas 14:12-14).
Señor, ayúdanos a amar con motivos puros y para beneficio de los demás; a amar incondicionalmente, sin esperar nada a cambio.
—DHR
En nuestro deseo de ayudar, amemos con una motivación correcta.
La mesa más larga del mundo
Lectura: Mateo 26:26-30
… no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día… —Mateo 26:29
El domingo 18 de julio de 2010, una de las carreteras más transitadas de Europa se convirtió en lo que se llamó «la mesa más larga del mundo». Los oficiales cerraron un tramo de 60 kilómetros (37 millas) de la Autopista A40, en Alemania, para que la gente pudiera caminar, andar en bicicleta o sentarse a una de las 20.000 mesas puestas en el camino. Se calcula que unos dos millones de personas fueron a disfrutar de ese evento, cuyo director esperaba que conectara personas de muchas culturas, generaciones y naciones.
Este suceso me hizo pensar en una mesa aún más grandiosa alrededor de la cual los creyentes en Cristo se reúnen para compartir la Santa Cena. En esta reunión de comunión, recordamos la muerte de Jesús por nosotros y anunciamos su ansiado regreso, el clímax de la historia.
Justo antes de que Jesús fuera crucificado, compartió la cena de la Pascua con sus discípulos, y les dijo: «… no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre» (Mateo 26:29).
La mesa del Señor reúne a todos aquellos a quienes Cristo ha redimido por su sangre, «…de todo linaje y lengua y pueblo y nación» (Apocalipsis 5:9). Un día, en una escena de comunión y gozo, todos los que son de Cristo se sentarán junto con Él a la mesa que eclipsará aquella reunión de la autopista alemana. ¡Con gozo, anticipamos el momento de compartir juntos la mesa celestial!
—DCM
El amor de Cristo genera unidad en la diversidad.
NUESTRO PAN DIARIO
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Respuestas pastorales:
¿Tengo llamado al pastorado?
En este momento histórico que está viviendo la Iglesia de nuestro Señor Jesucristo, considero, que el llamamiento al ministerio pastoral, es una moneda con dos caras:
1- El llamamiento que Dios hace al cristiano.
2- La confirmación que el Espíritu Santo hace al cuerpo de ancianos.
Aunque no es mi intención hacer doctrina de la experiencia del apóstol Pablo, pienso, que es de gran relevancia, evaluar, la experiencia que el apóstol Pablo tuvo en su llamamiento. En Hechos 9:1-19, se nos registra el llamamiento que el Señor Jesucristo le hizo a Pablo, mientras que en Hechos 13:1-3, encontramos al Espíritu Santo confirmándoles a los ancianos de la iglesia de Antioquía tal llamamiento. Continue leyendo...
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Felices Pascuas. Notivida
Dice San Agustín "No es grande cosa creer que Cristo murió; porque eso también lo creen los paganos y judíos y todos los inicuos”. Murieron Rosas y Sarmiento, Hernández e Ingenieros, el niño por nacer asesinado en Chubut y el funcionario que abogó por el crimen. Que Cristo murió en la cruz es un dato histórico; pero San Agustín añade: “La fe de los cristianos es la Resurrección de Cristo; esto es lo que tenemos por cosa grande”.
Cristo es un Rey victorioso que convirtió al madero en estandarte triunfal.
Por eso no somos testigos pasivos del calvario moderno, somos milicia de un vencedor que va a volver; no ya en figura de siervo, sino en figura de Rey.
De allí brota nuestro consuelo y nuestra alegría, aún en esta hora oscura de la Patria.
Que el Resucitado nos sostenga en la guardia.
Santas y Felices Pascuas. Notivida
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Lucas Leys analiza los errores que cometió la Catedral de Cristal
Muy pocas veces se está en frente de una importante declaración donde se analiza y se expone con argumentos sólidos del por qué una de las iglesias mas importantes de Estados Unidos se vino abajo. Lucas Leys, se atrevió a reflexionar respecto al tema, titulando en su blog: “El Fracaso de la Catedral de Cristal”. Pero no lo hizo desde afuera, sin saber a profundidad cómo funcionaba Catedral, sino que lo hizo desde el interior, pues él perteneció a la congregación hispana como pastor de jóvenes hasta el año 2002, desde entonces lleva 10 años al frente de Especialidades Juveniles.
Cabe mencionar que Lucas, en su análisis no se enfoca en el trabajo que ha hecho Dante Gebel en la congregación hispana de Catedral de Cristal sino más bien en Robert Schuller, por lo que cita según él: “3 errores que se cometieron en la Catedral, que los pastores latinos de las próximas generaciones, DEBEMOS evitar”.
1. Construir templos con el ego y no con la cabeza.
Aquí Lucas, afirma que Schuller, “se dio cuenta que toda iglesia que construye un templo, crece. ¿Y cuál es el problema de eso? Ninguno, si al hacer el templo se presupuesta pensando también en los costos de mantener el templo ¿Por qué? Porque esta es la sorpresa: Cuesta mucho más caro mantener un templo que construirlo y una vez construido ya no hay meta visible y es mucho más difícil motivar a la gente porque ahora hace falta pagar el aire acondicionado, las cuentas de luz y el agua de los baños”. Desde el mismo punto Lucas, dice que la funcionalidad de Catedral de Cristal era una pesadilla en cuanto a su estructura interior. “Así los problemas seguían y seguían. (y encima Schuller decía que él era un gran arquitecto y la congregación le aplaudía cuando lo decía…)”.
Cabe dentro de este mismo lugar que “el dinero con el que se construía (Catedral) no venía de la congregación sino de ofrendas especiales de gente rica externa que de tanto en tanto le donaba a Schuller. Osea, no había nada de malo en usar esas ofrendas pero es muy peligroso hacer presupuestos millonarios basados en ofrendas esporádicas y no en la congregación estable”. “Y por último, todo el gasto descomunal en el templo y el campus había causado una cultura de que todo era tan valioso que era inmodificable y hasta sagrado. Aunque no funcionara, al haber costado tanto, no se podía cambiar nada. La congregación estaba para servir al templo y no el templo a la congregación”.
2. Rodearse solamente de chupamedias y practicar el nepotismo
El segundo punto de Lucas causa mucha gracia por el término popular que emplea al decir “chupamedias”, según el líder de jóvenes, en Catedral de Cristal existía o existe aún ese tipo de personas que rodeaba a Robert Schuller. “El staff de la iglesia le tenía miedo al pastor. Cuando el pasaba o se acercaba todos actuaban como que estuvieran tratando de encubrir algo. Primero lo noté en las secretarias y los servidores pero al ir a reuniones de pastores me di cuenta que también era una cultura. Todos le decían a Schuller, lo que quería escuchar en vez de lo que tenía que escuchar”.
“Yo llegué jovencito y sin conocer demasiado de él, pero la mayoría de los que trabajaban en la iglesia a diferencia de mí, le habían visto lograr tantas cosas a impresionar a tanta gente que le tenían tanta admiración que les había hecho olvidar una premisa bíblica fundamental: todos somos pecadores y nos equivocamos, y el pastor también”.
Otro cuestionamiento que plantea Leys, es que según él cuando la familia Schuller estuvo al frente, el personal se componía de dos tipos de personas: “empleados y familia”, inclusive hasta no cristianos. “Éramos una empresa con empleados y no una comunidad de hermanos siervos”. “En todos los puestos claves de la iglesia había un familiar y siempre la pregunta que vagaba por el aire era: ¿Está ahí porque es bueno o por qué es familia? y la repuesta se demostró con sus dos sucesores: Su hijo llevó a la congregación de 10.000 a 1.000 en pocos años y luego su hija terminó de rematar el ministerio. (y no es porque no había buenos pastores disponibles que no pudieran hacer el trabajo)”.
3. No invertir en los jóvenes y creer que las estrategias son eternas.
Leys, también toca un punto muy crucial donde él tiene una vasta experiencia y es la del ministerio juvenil, tanto así que dice que la Catedral de Cristal “nunca tuvo un ministerio juvenil sano”, porque “Schuller no se dio cuenta que la congregación iba envejeciendo con él y no se estaba haciendo demasiado para atraer a las nuevas generaciones”. También, Schuller, no notó la diferencia entre “un templo lleno y una iglesia fuerte”, que careció de “un poderoso ministerio de niños y un estratégico ministerio de adolescentes”. “La congregación no es que solo se fue yendo, sino simplemente «muriendo» y no lo digo en sentido figurado”, dice Leys.
Schuller, pensó que sus estrategias y su modelo de crecimiento de iglesia no necesitaban actualizarse. “El formato de TV que por tantos años fue un éxito, ahora estaba quedando atrás pero el líder estaba convencido que no había nada que cambiar”, así que al final “lo mismo que hizo grande a la catedral también fue lo que la arruinó. La misma persona que la levantó fue la persona que la destruyó”, dice Lucas. Más al fondo, Lucas, exhorta fuertemente diciendo que muchas congregaciones han sido edificadas “por vanidad y no practicidad”, advirtiendo que hoy las iglesias necesitan personas que trabajen por amor y no por temor, también líderes que se dediquen a servir a la comunidad y no a su prominencia”.
Como Lucas, pensó que las críticas le vendrían por montón, formuló las siguientes preguntas con respuestas:
¿Creo que está mal edificar templos grandes y confortables? Por supuesto que no, y tengo claro que lo que en un lugar y para una congregación puede ser inapropiado puede ser apropiado en otra. Lo importante es que no sea el ego lo que inflame la llama y que siempre se tenga claro que la iglesia está formada por personas y los edificios son solo secundarios.
¿Creo que está mal que una iglesia contrate profesionales e incluya a la familia del pastor? Tampoco. Es lindo ver a familias enteras sirviendo al Señor. Pero no debe ser el pastor quien los elija sino la congregación porque esa es la versión bíblica de cómo se eligen lideres en la iglesia. Y respecto a empleados, qué bueno que tengamos mucha gente a tiempo completo en nuestras congregaciones, pero el pastor tiene que ser proactivo en rodearse de personas que le hablen con plena franqueza sin ningún tipo de temor a ninguna represalia y por eso no puede solamente estar rodeado de personas a las que le paga un sueldo.
Por último: ¿Creo que está mal confiar que las estrategias que nos trajeron hasta acá nos llevarán hasta allá? Definitivamente. Lo que sirve hoy no necesariamente servirá mañana. El único que no cambia es Cristo y lo sagrado es la palabra y la misión pero los métodos deben ser siempre actualizados. Fama y multitudes no es sinónimo de influencia y vidas cambiadas. El fracaso de la catedral es el fracaso de un modelo y no solamente de una institución o ministerio. Para nosotros, es una advertencia. Que un ministerio sea prospero hoy no significa que lo será mañana.
El artículo de Lucas Leys, fue posteado en su página específicamente en su blog el 2 de abril. Hay una segunda parte titulada: “El Fracaso de la Catedral de Cristal II”, en la que él aclara que su exposición no fue con la intención de atacar el ministerio y desarrollo que tuvo Dante Gebel en Catedral de Cristal a quien lo considera un gran colega y amigo, además que Lucas, cuando se retiró de la mega congregación, le habían pedido que regresara pero él dijo no, y cuando se le pidió que recomendara a alguien no dudó en decir que Dante, era el más indicado para pastorear la congregación hispana de Catedral de Cristal.
Fuente : Blog de Lucas Leys
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