Lectura: Hechos 17:22-31
Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra… —Hechos 17:26
Allá por la década de 1930, el hogar de mi niñez estaba lleno de amor y felicidad, pero mis padres muchas veces no estaban. En aquellas ocasiones, el centro del afecto era la cocina y nuestra pequeña y alegre ama de llaves llamada Annie.
Yo pasaba muchas horas con ella, ambos sentados a la mesa de la cocina leyendo libros o jugando y escuchándola cantar o tararear himnos y canciones espirituales afroamericanas. De su corazón, brotaba constantemente una fuente de sabiduría, felicidad y alabanza.
Una mañana, con un infantil arrebato, hice un comentario racista que había oído. «Ay, no», dijo ella, y después expresó el sentir de su corazón con una amable explicación del daño y lo hiriente de esa frase; todo acompañado por una terrible tristeza en su mirada. Nunca volví a usar esa palabra.
Aprendí que causamos una tristeza inimaginable cuando deshonramos y humillamos a otros con nuestra intolerancia. Todos los seres humanos están creados a la imagen de Dios, más que cualquier otra criatura, y son dignos de respeto. Menospreciar esa imagen es dañar hasta lo más profundo a otra persona.
Hay una sola raza: la raza humana. Dios «… de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra» (Hechos 17:26). Pertenecemos a la misma familia y fuimos hechos para valorarnos y amarnos unos a otros.
—DHR
Dios desea que respetemos a todos porque cada uno fue hecho a su imagen.
NUESTRO PAN DIARIO
El reencuentro
Lectura: Apocalipsis 7:9-17
… el Cordero que está en medio del trono [nos] pastoreará, y [nos] guiará a fuentes de aguas de vida… —Apocalipsis 7:17
Oswald Chambers, durante su período de servicio como capellán de la Asociación Cristiana de Jóvenes en Egipto (1915-1917), produjo un impacto en la vida de muchos soldados que murieron en la Primera Guerra Mundial. El 6 de noviembre de 1916, Chambers escribió en su diario: «Recibimos una carta de un amigo desde Nueva Zelanda, donde nos dice que mataron a Ted Strack. Por lo tanto, Ted Strack “partió para estar con Jesús”. Así es exactamente como él lo hubiera puesto […]. Él era una tosca belleza de la naturaleza y de la gracia, un pequeño santo amoroso y valiente. Gracias a Dios por cada recuerdo de él […]. De este modo, van reuniéndose uno tras otro».
Cuando padecemos la muerte de nuestros seres amados, nos aferramos a la promesa de Jesús de la vida más allá de la tumba. El libro de Apocalipsis registra la visión de Juan sobre una gran multitud de toda nación, tribu y lengua reunida alrededor del trono de Dios en el cielo (7:9). La verdad general de este pasaje es un encuentro feliz y eterno cuando «… el Cordero que está en medio del trono [nos] pastoreará, y [nos] guiará a fuentes de aguas de vida…» (v. 17).
La muerte de todo creyente en Cristo prefigura el día cuando nos reuniremos con ellos para estar con el Señor. En medio de la tristeza que hoy nos embarga, tenemos esperanza, porque vemos que ellos «van reuniéndose uno tras otro».
—DCM
Las despedidas son la ley de la tierra; los reencuentros son la ley del cielo.
NUESTRO PAN DIARIO
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ESPACIO PARA LA REFLEXION PASTORAL
Principio # 13
Trabajar de forma estratégica
Por. Daniel González, Argentina
“Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire”. 1 Corintios 9.26
Muchos manejan su negocio, su profesión, su trabajo, su ministerio de esta forma, a la ventura, tirando golpes al aire a ver si embocan uno.
Para crecer en aquello en lo que te desempeñás y desgastarte menos en lo que hacés debés tener presente cuatro aspectos fundamentales.
-Especialización: Es tu punto fuerte en aquello que hacés, sea una capacidad o un producto, o un área en el que sos especialista, no te olvides que vivimos en la era de la especialización, y que el “generalismo” está en extinción.
-Diferenciación: Es lo que te distingue de los demás, excelencia en tu oficio, el mejor precio, el producto que vendés, rapidez en el servicio que prestás, la pregunta clave es: ¿Por qué es mejor elegirte a vos y no a otro?
-Segmentación: Esto significa definir con claridad a quién apunta mejor el producto que vendés, el servicio que prestás o el trabajo que realizás. Hoy en día cada vez se presta más atención al segmento.
-Concentración: Concentrate en tu especialidad y no te disperses, tené siempre presente lo que te diferencia de los demás, hacé valer esa ventaja comparativa, y dedicate al segmento donde podés obtener los mejores resultados por tus esfuerzos.
Esta es la forma correcta de desempeñarnos, siendo bien específicos en lo que hacemos y para quién debemos hacerlo, entonces comenzaremos a progresar como nunca antes.
Hoy el trabajar de forma estratégica es una ventaja, en breve será indispensable, disponete cuanto antes a ser estratégico en aquello que realizás para poder crecer en lo que hacés y desgastarte lo menos posible mejorando así tu calidad de vida.
Yo bendigo tu vida con capacidad estratégica, para que puedas dejar de correr a la ventura y tirar golpes al aire y ser estratégico en tu manera de desempeñarte.
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Verdaderamente libres
Por. Rev. Juan O. Crudo, Argentina
“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.”
Juan 8:36
A medida que vamos renovando nuestra mente con la verdad, vamos dejando que Dios se manifieste en todas las formas que desee en nuestra vida. De manera que todo lo que usted vaya sembrando en otras personas le estará dando oportunidad para confiar en el plan de Dios. Cuando leemos y meditamos en la Palabra de Dios estamos haciendo participar a Dios en nuestras vidas. En el pasado no nos podíamos imaginar que podíamos perdonar o amar como lo hacemos ahora. Cristo se va revelando en su vida y Él dijo: “Si el hijo os libertare serán verdaderamente libres.” Es decir que hay una forma falsa de ser libres, que es la religión, una forma en que las personas creen que son libres pero no lo son. Cristo, la Palabra, es quien nos da una gloriosa libertad. La verdadera libertad. Por eso lo invito hoy a que comience a darle más participación a Cristo en sus vidas. Verá que comenzará a manifestar cosas importantes en esta tierra, manifestará la gloria de Dios. Usted no será necio ni negligente porque está lleno de la naturaleza y la mente de Cristo.
Declare: “Soy semejante a Cristo y voy a andar en esta tierra como él anduvo. Si el hijo ya me hizo libre, caminaré verdaderamente libre.”
Usted tiene que entender que Dios mandó a su hijo a la tierra para traerle la revelación de su Palabra. Jesús mismo era la Palabra de Dios hecha carne. La Palabra dice que es el Verbo. Observe Juan 1:1 y 2.“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios.”
Mire ahora el versículo14: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.”Espero que le quede claro. Jesús es el hijo de Dios, es el Verbo que en el principio estaba con Dios y que luego fue hecho carne. Luego murió y resucitó y hoy está sentado a la diestra del Padre.
Cuando Cristo murió y resucitó lo hizo libre de toda maldición, de la muerte, de la enfermedad y de todo lo que se le ocurra.Usted ya no tiene que vivir esclavo de nada, porque ya fue hecho libre. Usted ya está sano, ya está bendecido, ya está libre de toda deuda, ya es libre del temor. Comience a declararlo ahora mismo para que pueda verlo hecho realidad en su vida. Recuerde que la Palabra tiene poder y usted es el encargado de soltarlo a través de su boca.
Oración: Padre, hoy me declaro verdaderamente libre. Ya no viviré más en esclavitud de nada que no me deje servirte. Soy libre, soy libre, soy libre. Lo creo y lo recibo. En el nombre de Jesús, amén.
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EL RINCON DE LA MEDITACION PASTORAL
SIN SANTIDAD NADIE VERA AL SEÑOR
Pr Lic. Guillermo Sebastián Olivera
Hebreos 12:14 Procurad la paz con todos, y la santidad sin la cual nadie verá al Señor.
INTRODUCCIÓN
Los lectores conocían el ritual de la limpieza que los preparaba para la adoración, y sabían que debían ser "santos" o "limpios" a fin de poder entrar en el templo. El pecado siempre obstaculiza nuestra visión de Dios; por lo tanto, si queremos ver a Dios, debemos obedecerle y renunciar al pecado. Vivir en santidad armoniza con vivir en paz. Una buena relación con Dios conduce a una buena relación con la comunidad de creyentes. Aunque no siempre vamos a sentir amor por todos los creyentes, debemos buscar la paz a medida que logramos ser más semejantes a Cristo.
Jurar con engaño significa mentir bajo juramento.
¡Qué gran valor le da Dios a la honestidad! La deshonestidad surge con mucha facilidad, sobre todo cuando la veracidad total puede costarnos algo, hacernos sentir incómodos o colocarnos en una posición desfavorable. Sin una comunicación sincera, las relaciones se obstaculizan. Sin honestidad (pureza), se vuelve imposible una relación con Dios. Si mentimos a otros, comenzamos a engañarnos a nosotros mismos. Dios no puede oírnos ni hablarnos si levantamos un muro de autoengaño.
DESARROLLO
Seguid la paz con todos en especial con los hermanos, de modo que los “cojos” entre ellos “no salgan del camino”, y ninguno de ellos “carezca de la gracia de Dios”. Santidad un término griego distinto de la “santidad” de Dios. Tradúzcase aquí “la santificación”. La de Dios es santidad absoluta; nuestra porción es vestirnos la santidad de él, volviéndonos “santos como él es santo”, por la santificación. Mientras sigamos “la paz con todos”, no hemos de procurar complacerlos, de modo que hagamos de la voluntad de Dios y de nuestra santificación un objeto secundario; esto último debe ser nuestra primera finalidad nadie verá al Señor—no lo verá como hijo; en la gloria celestial. En el Oriente nadie salvo los favoritos más grandes son admitidos al honor de ver al rey. El Señor siendo puro y santo, sólo los puros y santos lo verán. Sin la santidad en ellos, no podrían gozar de él, quien es la santidad misma. La conexión de la pureza con el ver al Señor aparece en. se dice que todos verán al Señor; pero eso será como Juez, no como su porción perenne y a su Dios, como es el significado aquí. El verbo griego no denota meramente la acción de ver, sino el estado de mente del vidente a la que se presenta el objeto: “Ellos verdaderamente comprenderán a Dios”. Nadie sino los santos podrían apreciar al Dios santo; nadie sino ellos solos permanecerán en su presencia. “Los malos sólo lo verán en su forma como Hijo del hombre; sin embargo, será en la gloria en donde él juzgará, no en la humildad, en la cual fue juzgado. Su forma como Dios, en la que es igual al Padre, sin duda los impíos no lo verán; son sólo los puros de corazón los que verán a Dios” [Agustín]. “Vendrá a juzgar, quien estuvo delante de un juez. El vendrá en la forma en que fue juzgado, para que vean al que traspasaron; el que antes estuvo velado, vendrá manifestado en poder; él, como juez, condenará a los verdaderos culpables, el mismo que fue falsamente tenido por culpable.”
Los creyentes tienen la responsabilidad y la obligación especial de mantener unas vidas santas, porque ellos ya no están ciegos o muertos como cuando eran incrédulos. Con una nueva naturaleza en ellos, los cristianos ya no tienen excusa para continuar practicando el pecado ni para vivir sin dar gloria a Dios cada día. El ser humano puede escalar en la vida de santidad paso a paso, avanzar más en algunos periodos de su vida, pero volverse lento en otros. El creyente avanza en la santidad a la par que profundiza y se fortalece en la gracia de Dios. Cuando se lee en 1 Tesalonicenses 5:23 “Que el Dios de paz los santifique por completo” se puede inferir que hay grados de santidad y que cada vez podemos ser más santos; Pedro dice “crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor” dando la pauta para la búsqueda constante de una mayor santidad.
La lectura de la Biblia, la oración privada regular, la asistencia a las reuniones de la iglesia, el escuchar la Palabra de Dios habitualmente y la recepción regular de la Cena del Señor son medios escriturales que ayudan a una persona a ser cada vez más santa. Si un creyente no es diligente en estos eventos espirituales será muy raro encontrar algún progreso en la santificación.
CONCLUSIÓN
Por cuanto ha establecido un día en el cual ha de juzgar al mundo—Tal lenguaje, fuera de duda, enseña que el juicio será, en su esencia, un solemne tribunal judicial celebrado sobre toda la humanidad a un mismo tiempo. Por aquel varón al cual determinó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos. Esta es la evidencia más patente para la humanidad en general, de la autoridad judicial de que el Resucitado está revestido.
Santificado apartado como santo para el uso de personas creyentes: separado de “la criatura”, que está bajo la servidumbre de corrupción. Así como en la Cena del Señor, la nación santifica los elementos, separándolos de su posición contraria al mundo espiritual y colocándolos en su verdadera relación con la nueva vida. Así en todo uso de cosa creada, la oración agradecida tiene el mismo efecto, y debería usarse siempre. Por la palabra de Dios y por la oración—es decir, “por medio de la oración intercesoria” (así el griego), es decir, oración consagrante a favor de la “creación” o alimento, y consistiendo aquella oración principalmente en “la palabra de Dios.”
Las llamadas Constituciones Apostólicas, 7:49, dan esta antigua oración de agradecimiento, la cual consiste casi exclusivamente en versículos de las Escrituras, “Bendito eres tú, O Señor, quien me das de comer desde mi juventud, quien das alimento a toda carne: Llena nuestros corazones de gozo y alegría para que nosotros, teniendo toda suficiencia, abundemos para toda buena obra en Cristo Jesús nuestro Señor, por quien sean a ti la gloria, el honor y la potencia para siempre Amén.” En el caso de hombres inspirados, “la palabra de Dios” se refería a las oraciones inspiradas de ellos; pero como habla Pablo en general, inclusive del hacimiento de gracias por las comidas de hombres no inspirados, “la palabra de Dios” más probablemente se refiere a las palabras tomadas de las Escrituras, usadas en oraciones de agradecimiento.
Si no somos santos antes de morir, no lo seremos después en la gloria.
¿Qué placer o gusto puede esperar una persona que en esta vida despreció la santidad si en el cielo sólo estarán personas santas? ¿De qué hablará con todas las personas redimidas por Cristo? ¿Qué podrá esperar una persona que vivió entre la mundanalidad y el pecado de un lugar como el cielo donde todo es santo? “Cuando un águila esté feliz en una jaula de hierro, cuando una oveja sea feliz en el agua, cuando un búho sea feliz en un día soleado, cuando un pez sea feliz en tierra seca, entonces, sólo entonces, admitiré que un hombre no santificado puede estar feliz en el cielo”.
Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra… —Hechos 17:26
Allá por la década de 1930, el hogar de mi niñez estaba lleno de amor y felicidad, pero mis padres muchas veces no estaban. En aquellas ocasiones, el centro del afecto era la cocina y nuestra pequeña y alegre ama de llaves llamada Annie.
Yo pasaba muchas horas con ella, ambos sentados a la mesa de la cocina leyendo libros o jugando y escuchándola cantar o tararear himnos y canciones espirituales afroamericanas. De su corazón, brotaba constantemente una fuente de sabiduría, felicidad y alabanza.
Una mañana, con un infantil arrebato, hice un comentario racista que había oído. «Ay, no», dijo ella, y después expresó el sentir de su corazón con una amable explicación del daño y lo hiriente de esa frase; todo acompañado por una terrible tristeza en su mirada. Nunca volví a usar esa palabra.
Aprendí que causamos una tristeza inimaginable cuando deshonramos y humillamos a otros con nuestra intolerancia. Todos los seres humanos están creados a la imagen de Dios, más que cualquier otra criatura, y son dignos de respeto. Menospreciar esa imagen es dañar hasta lo más profundo a otra persona.
Hay una sola raza: la raza humana. Dios «… de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra» (Hechos 17:26). Pertenecemos a la misma familia y fuimos hechos para valorarnos y amarnos unos a otros.
—DHR
Dios desea que respetemos a todos porque cada uno fue hecho a su imagen.
NUESTRO PAN DIARIO
El reencuentro
Lectura: Apocalipsis 7:9-17
… el Cordero que está en medio del trono [nos] pastoreará, y [nos] guiará a fuentes de aguas de vida… —Apocalipsis 7:17
Oswald Chambers, durante su período de servicio como capellán de la Asociación Cristiana de Jóvenes en Egipto (1915-1917), produjo un impacto en la vida de muchos soldados que murieron en la Primera Guerra Mundial. El 6 de noviembre de 1916, Chambers escribió en su diario: «Recibimos una carta de un amigo desde Nueva Zelanda, donde nos dice que mataron a Ted Strack. Por lo tanto, Ted Strack “partió para estar con Jesús”. Así es exactamente como él lo hubiera puesto […]. Él era una tosca belleza de la naturaleza y de la gracia, un pequeño santo amoroso y valiente. Gracias a Dios por cada recuerdo de él […]. De este modo, van reuniéndose uno tras otro».
Cuando padecemos la muerte de nuestros seres amados, nos aferramos a la promesa de Jesús de la vida más allá de la tumba. El libro de Apocalipsis registra la visión de Juan sobre una gran multitud de toda nación, tribu y lengua reunida alrededor del trono de Dios en el cielo (7:9). La verdad general de este pasaje es un encuentro feliz y eterno cuando «… el Cordero que está en medio del trono [nos] pastoreará, y [nos] guiará a fuentes de aguas de vida…» (v. 17).
La muerte de todo creyente en Cristo prefigura el día cuando nos reuniremos con ellos para estar con el Señor. En medio de la tristeza que hoy nos embarga, tenemos esperanza, porque vemos que ellos «van reuniéndose uno tras otro».
—DCM
Las despedidas son la ley de la tierra; los reencuentros son la ley del cielo.
NUESTRO PAN DIARIO
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ESPACIO PARA LA REFLEXION PASTORAL
Principio # 13
Trabajar de forma estratégica
Por. Daniel González, Argentina
“Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire”. 1 Corintios 9.26
Muchos manejan su negocio, su profesión, su trabajo, su ministerio de esta forma, a la ventura, tirando golpes al aire a ver si embocan uno.
Para crecer en aquello en lo que te desempeñás y desgastarte menos en lo que hacés debés tener presente cuatro aspectos fundamentales.
-Especialización: Es tu punto fuerte en aquello que hacés, sea una capacidad o un producto, o un área en el que sos especialista, no te olvides que vivimos en la era de la especialización, y que el “generalismo” está en extinción.
-Diferenciación: Es lo que te distingue de los demás, excelencia en tu oficio, el mejor precio, el producto que vendés, rapidez en el servicio que prestás, la pregunta clave es: ¿Por qué es mejor elegirte a vos y no a otro?
-Segmentación: Esto significa definir con claridad a quién apunta mejor el producto que vendés, el servicio que prestás o el trabajo que realizás. Hoy en día cada vez se presta más atención al segmento.
-Concentración: Concentrate en tu especialidad y no te disperses, tené siempre presente lo que te diferencia de los demás, hacé valer esa ventaja comparativa, y dedicate al segmento donde podés obtener los mejores resultados por tus esfuerzos.
Esta es la forma correcta de desempeñarnos, siendo bien específicos en lo que hacemos y para quién debemos hacerlo, entonces comenzaremos a progresar como nunca antes.
Hoy el trabajar de forma estratégica es una ventaja, en breve será indispensable, disponete cuanto antes a ser estratégico en aquello que realizás para poder crecer en lo que hacés y desgastarte lo menos posible mejorando así tu calidad de vida.
Yo bendigo tu vida con capacidad estratégica, para que puedas dejar de correr a la ventura y tirar golpes al aire y ser estratégico en tu manera de desempeñarte.
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Verdaderamente libres
Por. Rev. Juan O. Crudo, Argentina
“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.”
Juan 8:36
A medida que vamos renovando nuestra mente con la verdad, vamos dejando que Dios se manifieste en todas las formas que desee en nuestra vida. De manera que todo lo que usted vaya sembrando en otras personas le estará dando oportunidad para confiar en el plan de Dios. Cuando leemos y meditamos en la Palabra de Dios estamos haciendo participar a Dios en nuestras vidas. En el pasado no nos podíamos imaginar que podíamos perdonar o amar como lo hacemos ahora. Cristo se va revelando en su vida y Él dijo: “Si el hijo os libertare serán verdaderamente libres.” Es decir que hay una forma falsa de ser libres, que es la religión, una forma en que las personas creen que son libres pero no lo son. Cristo, la Palabra, es quien nos da una gloriosa libertad. La verdadera libertad. Por eso lo invito hoy a que comience a darle más participación a Cristo en sus vidas. Verá que comenzará a manifestar cosas importantes en esta tierra, manifestará la gloria de Dios. Usted no será necio ni negligente porque está lleno de la naturaleza y la mente de Cristo.
Declare: “Soy semejante a Cristo y voy a andar en esta tierra como él anduvo. Si el hijo ya me hizo libre, caminaré verdaderamente libre.”
Usted tiene que entender que Dios mandó a su hijo a la tierra para traerle la revelación de su Palabra. Jesús mismo era la Palabra de Dios hecha carne. La Palabra dice que es el Verbo. Observe Juan 1:1 y 2.“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios.”
Mire ahora el versículo14: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.”Espero que le quede claro. Jesús es el hijo de Dios, es el Verbo que en el principio estaba con Dios y que luego fue hecho carne. Luego murió y resucitó y hoy está sentado a la diestra del Padre.
Cuando Cristo murió y resucitó lo hizo libre de toda maldición, de la muerte, de la enfermedad y de todo lo que se le ocurra.Usted ya no tiene que vivir esclavo de nada, porque ya fue hecho libre. Usted ya está sano, ya está bendecido, ya está libre de toda deuda, ya es libre del temor. Comience a declararlo ahora mismo para que pueda verlo hecho realidad en su vida. Recuerde que la Palabra tiene poder y usted es el encargado de soltarlo a través de su boca.
Oración: Padre, hoy me declaro verdaderamente libre. Ya no viviré más en esclavitud de nada que no me deje servirte. Soy libre, soy libre, soy libre. Lo creo y lo recibo. En el nombre de Jesús, amén.
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EL RINCON DE LA MEDITACION PASTORAL
SIN SANTIDAD NADIE VERA AL SEÑOR
Pr Lic. Guillermo Sebastián Olivera
Hebreos 12:14 Procurad la paz con todos, y la santidad sin la cual nadie verá al Señor.
INTRODUCCIÓN
Los lectores conocían el ritual de la limpieza que los preparaba para la adoración, y sabían que debían ser "santos" o "limpios" a fin de poder entrar en el templo. El pecado siempre obstaculiza nuestra visión de Dios; por lo tanto, si queremos ver a Dios, debemos obedecerle y renunciar al pecado. Vivir en santidad armoniza con vivir en paz. Una buena relación con Dios conduce a una buena relación con la comunidad de creyentes. Aunque no siempre vamos a sentir amor por todos los creyentes, debemos buscar la paz a medida que logramos ser más semejantes a Cristo.
Jurar con engaño significa mentir bajo juramento.
¡Qué gran valor le da Dios a la honestidad! La deshonestidad surge con mucha facilidad, sobre todo cuando la veracidad total puede costarnos algo, hacernos sentir incómodos o colocarnos en una posición desfavorable. Sin una comunicación sincera, las relaciones se obstaculizan. Sin honestidad (pureza), se vuelve imposible una relación con Dios. Si mentimos a otros, comenzamos a engañarnos a nosotros mismos. Dios no puede oírnos ni hablarnos si levantamos un muro de autoengaño.
DESARROLLO
Seguid la paz con todos en especial con los hermanos, de modo que los “cojos” entre ellos “no salgan del camino”, y ninguno de ellos “carezca de la gracia de Dios”. Santidad un término griego distinto de la “santidad” de Dios. Tradúzcase aquí “la santificación”. La de Dios es santidad absoluta; nuestra porción es vestirnos la santidad de él, volviéndonos “santos como él es santo”, por la santificación. Mientras sigamos “la paz con todos”, no hemos de procurar complacerlos, de modo que hagamos de la voluntad de Dios y de nuestra santificación un objeto secundario; esto último debe ser nuestra primera finalidad nadie verá al Señor—no lo verá como hijo; en la gloria celestial. En el Oriente nadie salvo los favoritos más grandes son admitidos al honor de ver al rey. El Señor siendo puro y santo, sólo los puros y santos lo verán. Sin la santidad en ellos, no podrían gozar de él, quien es la santidad misma. La conexión de la pureza con el ver al Señor aparece en. se dice que todos verán al Señor; pero eso será como Juez, no como su porción perenne y a su Dios, como es el significado aquí. El verbo griego no denota meramente la acción de ver, sino el estado de mente del vidente a la que se presenta el objeto: “Ellos verdaderamente comprenderán a Dios”. Nadie sino los santos podrían apreciar al Dios santo; nadie sino ellos solos permanecerán en su presencia. “Los malos sólo lo verán en su forma como Hijo del hombre; sin embargo, será en la gloria en donde él juzgará, no en la humildad, en la cual fue juzgado. Su forma como Dios, en la que es igual al Padre, sin duda los impíos no lo verán; son sólo los puros de corazón los que verán a Dios” [Agustín]. “Vendrá a juzgar, quien estuvo delante de un juez. El vendrá en la forma en que fue juzgado, para que vean al que traspasaron; el que antes estuvo velado, vendrá manifestado en poder; él, como juez, condenará a los verdaderos culpables, el mismo que fue falsamente tenido por culpable.”
Los creyentes tienen la responsabilidad y la obligación especial de mantener unas vidas santas, porque ellos ya no están ciegos o muertos como cuando eran incrédulos. Con una nueva naturaleza en ellos, los cristianos ya no tienen excusa para continuar practicando el pecado ni para vivir sin dar gloria a Dios cada día. El ser humano puede escalar en la vida de santidad paso a paso, avanzar más en algunos periodos de su vida, pero volverse lento en otros. El creyente avanza en la santidad a la par que profundiza y se fortalece en la gracia de Dios. Cuando se lee en 1 Tesalonicenses 5:23 “Que el Dios de paz los santifique por completo” se puede inferir que hay grados de santidad y que cada vez podemos ser más santos; Pedro dice “crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor” dando la pauta para la búsqueda constante de una mayor santidad.
La lectura de la Biblia, la oración privada regular, la asistencia a las reuniones de la iglesia, el escuchar la Palabra de Dios habitualmente y la recepción regular de la Cena del Señor son medios escriturales que ayudan a una persona a ser cada vez más santa. Si un creyente no es diligente en estos eventos espirituales será muy raro encontrar algún progreso en la santificación.
CONCLUSIÓN
Por cuanto ha establecido un día en el cual ha de juzgar al mundo—Tal lenguaje, fuera de duda, enseña que el juicio será, en su esencia, un solemne tribunal judicial celebrado sobre toda la humanidad a un mismo tiempo. Por aquel varón al cual determinó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos. Esta es la evidencia más patente para la humanidad en general, de la autoridad judicial de que el Resucitado está revestido.
Santificado apartado como santo para el uso de personas creyentes: separado de “la criatura”, que está bajo la servidumbre de corrupción. Así como en la Cena del Señor, la nación santifica los elementos, separándolos de su posición contraria al mundo espiritual y colocándolos en su verdadera relación con la nueva vida. Así en todo uso de cosa creada, la oración agradecida tiene el mismo efecto, y debería usarse siempre. Por la palabra de Dios y por la oración—es decir, “por medio de la oración intercesoria” (así el griego), es decir, oración consagrante a favor de la “creación” o alimento, y consistiendo aquella oración principalmente en “la palabra de Dios.”
Las llamadas Constituciones Apostólicas, 7:49, dan esta antigua oración de agradecimiento, la cual consiste casi exclusivamente en versículos de las Escrituras, “Bendito eres tú, O Señor, quien me das de comer desde mi juventud, quien das alimento a toda carne: Llena nuestros corazones de gozo y alegría para que nosotros, teniendo toda suficiencia, abundemos para toda buena obra en Cristo Jesús nuestro Señor, por quien sean a ti la gloria, el honor y la potencia para siempre Amén.” En el caso de hombres inspirados, “la palabra de Dios” se refería a las oraciones inspiradas de ellos; pero como habla Pablo en general, inclusive del hacimiento de gracias por las comidas de hombres no inspirados, “la palabra de Dios” más probablemente se refiere a las palabras tomadas de las Escrituras, usadas en oraciones de agradecimiento.
Si no somos santos antes de morir, no lo seremos después en la gloria.
¿Qué placer o gusto puede esperar una persona que en esta vida despreció la santidad si en el cielo sólo estarán personas santas? ¿De qué hablará con todas las personas redimidas por Cristo? ¿Qué podrá esperar una persona que vivió entre la mundanalidad y el pecado de un lugar como el cielo donde todo es santo? “Cuando un águila esté feliz en una jaula de hierro, cuando una oveja sea feliz en el agua, cuando un búho sea feliz en un día soleado, cuando un pez sea feliz en tierra seca, entonces, sólo entonces, admitiré que un hombre no santificado puede estar feliz en el cielo”.
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