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viernes, 21 de septiembre de 2012

Muchos problemas

Lectura: Josué 1:1-7
… no te dejaré, ni te desampararé. —Josué 1:5
Un muchachito llamado Roberto empezó a pelearse con Daniel en el patio de la escuela después de un partido de fútbol. El maestro los separó, y ambos terminaron en la oficina del director. Más tarde, Daniel dijo: «Y por supuesto, como siempre, los dos nos metimos en problemas». Pero también contó que había aprendido una lección: «Dios siempre está con nosotros aunque nos metamos en muchos otros problemas como este».
La nación de Israel atravesaba un gran problema. Sin embargo, el Señor le prometió al nuevo líder de los israelitas: «… no te dejaré, ni te desampararé» (Josué 1:5). Josué estaba asumiendo el liderazgo de la nación después de la muerte de Moisés, justo antes de que entraran en la tierra prometida. Los problemas se vislumbraban en el horizonte ante las futuras e innumerables campañas militares contra sus enemigos (8:3; 9:1-2). Sin la presencia de Dios, no podrían empezar a conquistar la tierra.
Josué tenía una profunda fe en el Señor, tal como se evidenció cuando fue a espiar la tierra de Canaán (Números 14:6-9). No obstante, cuando asumió la función de líder, Dios bondadosamente le recordó que su presencia lo ayudaría a ser valiente. Lo mismo les promete hoy a sus hijos (Hebreos 13:5-6).
Para los hijos de Dios de todas las épocas, es una lección reconfortante saber que el Señor está siempre con nosotros. Incluso, cuando «nos metemos en muchos problemas como este».
—AMC
Cuando los problemas te llaman, llama a Dios.
NUESTRO PAN DIARIO
 
En medio del fuego

Lectura: Daniel 3:10-25
He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo… —Daniel 3:17
Envuelto en una manta en la camioneta de mi abuelo, vi cómo el fuego consumía nuestra casa. Mi padre dice que yo dormía profundamente mientras él nos llevaba a mí, a mi hermano y nuestras mascotas a un lugar seguro. Cuando me desperté y vi las enormes llamaradas, ya estaba a salvo. Era demasiado curioso y joven como para tener miedo.
Recuerdo varias cosas de aquella noche. Aunque estaba en la camioneta, el calor era intenso y el fuego, cautivante. También recuerdo el temor en los rostros de todos mientras revisaban una y otra vez para ver si todos los seres queridos estaban a salvo. Tiempo después, me enteré de que, en el caos, mi padre corrió en medio del fuego para buscar a mi abuelo, lo que impulsó a mi abuelo (el cual no estaba dentro de la casa) a entrar corriendo para buscar a mi padre. La valentía de ambos impactó a todos los que vieron eso aquella noche.
Me acuerdo de ese incendio cada vez que leo la historia de Sadrac, Mesac y Abed-nego. Cuando los amenazaron con el decreto que obligaba a inclinarse ante el rey o, de lo contrario, ser ejecutados (Daniel 3:10-12), estos tres valientes enfrentaron el fuego por ser fieles a Aquel a quien amaban (vv. 16-18). Y el Señor estuvo con ellos en medio de las llamas (v. 25).
Cuando las «llamas» de la vida nos prueben, quiera el Señor que aquellos que observan nuestras decisiones reconozcan que amamos a los demás y a Dios.
—RKK
Las pruebas son el terreno donde crece la fe. NUESTRO PAN DIARIO  
Un mensaje seductor

Lectura: 1 Samuel 3:1-10
… habla, porque tu siervo oye. —1 Samuel 3:10
Estás sentado en un teatro con las luces apagadas y disfrutando de un concierto, una obra o una película, cuando, de repente, se enciende la luz de un teléfono móvil mientras alguien lee un mensaje de texto que le llegó y, quizá, se toma un tiempo para responder. En su libro Superficiales: ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?, Nicholas Carr dice que, en nuestro conectado mundo, «la sensación de que tal vez tengamos un mensaje» está volviéndose cada vez más difícil de resistir.
Samuel era jovencito cuando oyó una voz que pronunciaba su nombre, y pensó que era del sacerdote Elí que estaba en el tabernáculo donde servía al Señor (1 Samuel 3:1-7). Cuando Elí se dio cuenta de que Dios estaba llamando a Samuel, le dijo cómo debía responder. Cuando el Señor lo llamó por tercera vez, «Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye» (v. 10). Esta actitud de alerta ante la voz de Dios se convirtió en un patrón en su vida, ya que «el Señor se manifestó a Samuel en Silo por la palabra del Señor» (v. 21).
¿Estamos hoy escuchando la voz de Dios cuando nos habla de nuestra vida? ¿Estamos más pendientes de la vibración de un teléfono móvil que de la voz suave y apacible del Señor que nos llega a través de su Palabra y de su Espíritu?
Quiera Dios que, como Samuel, aprendamos a discernir la voz del Señor y a decir: «Señor, habla. Estoy escuchando».
—DCM
No permitas que el ruido del mundo te impida oír la voz del Señor. NUESTRO PAN DIARIO --------------------------------------------------------------------------- EL RINCONCITO PARA EL QUEHACER PASTORAL Introducción a la Teología del Matrimonio
Cónyuge, jalando juntos

Por el Dr. Gerald Nyenhuis Hendrichse
EL MATRIMONIO COMO ORDENANZA DE LA CREACIÓN
Un enfoque cristiano sobre el matrimonio tiene que tener como punto de arranque la doctrina bíblica de la creación, esto lo aprendemos de Jesús mismo. Cuando los fariseos le preguntaron (Mat. 19:1-6, cf. Mar. 1 0:5-9) acerca del divorcio, una pregunta que a fuerza implica al matrimonio, Jesús respondió refiriéndose a las ordenanzas de la creación. La base de su argumentación es el hecho de la creación, con la idea de que todo lo creado, por el hecho de ser creado, tiene que ver con los propósitos del Creador. La naturaleza de todo lo creado está determinada por el Creador; por eso, la naturaleza del matrimonio también está determinada por el Creador. A esto se refiere Cristo cuando dice: “Él que los hizo al principio, varón y hembra los hizo”.
Para tener conocimientos sobre la creación del ser humano, tenemos que ir a los primeros capítulos de la Biblia, a Génesis 1:26-3; y 2: 7, 15-25. Estos son los textos a los que se refiere Jesús cuando responde a los fariseos. Tenemos que estudiarlos si queremos captar el pensamiento de Jesús sobre el matrimonio.
Si en cuanto al matrimonio, Jesús nos remite a la creación, tenemos que entender que el matrimonio tiene que ver con la naturaleza del ser humano. Lo primero que dice la Biblia sobre el ser humano es que su esencia es ser la imagen y semejanza de Dios. Lo dice con mucho énfasis: en 1:26 expresa su intención para hacerlo, y en v.27 se reporta que así lo hizo. El dato así se repite, haciéndolo resaltar. Se requeriría un largo tratado para examinar toda la importancia que tiene la imagen de Dios para el matrimonio. Aquí nada más nos importa mencionarla y estudiarla con más detalle en otro momento. Sin embargo, debemos notar que solamente el ser humano se casa. No se habla así de ninguna otra criatura. Los animales, los pájaros y los peces no se casan, pero el ser humano, sí. Esto se debe a que solamente éste último está creado a la imagen de Dios.
Todo esto nos hace pensar que el matrimonio no tiene que ver en primer lugar con la reproducción. Los animales, los pájaros y los peces también se reproducen, aunque no se casan. El matrimonio tiene que ver con la realización de la naturaleza humana como la imagen de Dios; y que en cuanto al ser humano, aunque incluye la reproducción, no es idéntica a ella....Leer mas
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