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sábado, 11 de junio de 2016

La belleza de Roma



Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero… (v. 3).
Lectura: Juan 17:1-5
La biblia en un año: Juan 15
L a gloria del Imperio Romano proporcionó el telón de fondo para el nacimiento de Jesús. En 27 a.C., Augusto César, el primer emperador romano, dio fin a 200 años de guerra civil y empezó a llenar los vecindarios destruidos con monumentos, templos, plazas y complejos gubernamentales. Según el historiador romano Plinio el Viejo, eran «los edificios más hermosos que el mundo ha visto».
Pero, a pesar de su belleza, la ciudad eterna y su imperio tuvieron una historia de brutalidad que se extendió hasta la caída de Roma. Miles de esclavos, extranjeros, insurrectos y desertores del ejército eran crucificados junto a los caminos como advertencia para cualquiera que se atreviese a desafiar el poder de Roma.
¡Qué ironía que la muerte de Jesús en una cruz romana haya revelado una gloria eterna que hizo que el orgullo de Roma se pareciera a la belleza efímera de un atardecer!
¿Quién habría imaginado que, en la maldición y la agonía públicas de la cruz, encontraríamos la gloria eterna del amor, la presencia y el reino de Dios?
¿Quién podría haber anticipado que, un día, cielo y Tierra cantarían: «El Cordero que fue inmolado digno es de recibir el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, el honor, la gloria y la alabanza» (Apocalipsis 5:12)?
Padre, ayúdanos a mostrar tu sacrificio al mundo.
¡El Cordero que murió es el Señor que vive!

Tienes propósito
… cuando alguno sirva, hágalo según el poder que Dios le haya dado… (v. 11).
Lectura: 1 Pedro 4:7-11
La biblia en un año: Juan 14
Un día de mucho calor, mi sobrina vio a una mujer de pie junto a un semáforo, sosteniendo un cartel. Cuando se acercó con el auto, intentó leerlo, suponiendo que sería algún pedido de alimento o dinero. En cambio, se sorprendió al ver estas dos palabras:
«Tienes propósito».
Dios nos creó a cada uno con un propósito específico. Fundamentalmente, ese propósito es honrar al Señor, y una manera de hacerlo es supliendo las necesidades de los demás (1 Pedro 4:10-11).
Una madre de hijos pequeños puede encontrar propósito al limpiar narices congestionadas y hablarles a sus niños sobre Jesús. Un empleado con un trabajo que no le agrada mucho puede encontrar propósito haciendo su tarea a conciencia y recordando que sirve al Señor (Colosenses 3:23-24). Una mujer que ha perdido la vista puede encontrar propósito orando por sus hijos y nietos, y alentándolos a confiar en Dios.
El Salmo 139 afirma que, antes de que naciéramos, «todos los días de [nuestra] vida ya estaban en [su] libro» (v. 16 RVC). Fuimos hechos «asombrosa y maravillosamente» (v. 14 LBLA), para glorificar a nuestro Creador.
¡Nunca olvides que tienes propósito!
Señor, ayúdanos a verte en medio de nuestras circunstancias y a vislumbrar el propósito que infundes a cada situación.
Aunque todo parezca sin sentido, Dios sigue teniendo un propósito para tu vida.
Nuestro Pan Diario
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MEDITAR EN ESTO
ESFORZARSE vs. PERMANECER
Por Arnold Enns
“Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican.” Salmos 127:1
¿Qué quiere decir que Jehová construya la casa? Casi parece una contradicción cuando consideramos que es Dios quien quiere que nosotros sembremos, trabajemos y establezcamos Su obra. Sin embargo, Dios quiere que nosotros le permitamos a El ser el hacedor de todas las cosas (Jeremías 10:16).
El Salmista agrega: "Si el Señor no protege la ciudad, protegerla con guardias no sirve para nada. Es inútil que te esfuerces tanto, desde la mañana temprano hasta tarde en la noche, y te preocupes por conseguir alimento; porque Dios da descanso a sus amados." Salmo 127: 1-2
Dios nos está diciendo que hay una manera de trabajar sin tanto esfuerzo. Hay una manera de hacer las cosas sin fatigarse y estresarse. Su advertencia a cada uno de nosotros es evitar pensar que el resultado de nuestro trabajo descansa en base a nuestro sudor y nuestro esfuerzo.
Un día, Jesús llamó a Pedro de la orilla del lago y le sugirió que lanzara su red al otro lado de la embarcación. Fue este simple acto de obediencia que produjo una tremenda captura de peces que Pedro no habría recibido a menos que el permita al Señor ser el hacedor de esa obra. Todo lo que Pedro tenía que hacer era permanecer y obedecer a Jesus. El esfuerzo era válido pero el permanecer y obedecer era más importante.
El resultado o fruto de nuestro trabajo se basa en la obediencia en permanecer en El. Pablo agrega que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia (Rom. 9:16). ¡En otras palabras, podes esforzarte todo lo que tú quieras, pero si Dios no lo permite no llegaras a ningún sitio!
CONCEPTO IMPORTANTE
Fuimos llamados para trabajar y producir fruto. Construir requiere de un esfuerzo, pero el resultado nunca depende de nosotros. Solamente si permanecemos en El, tendremos un resultado con abundante fruto.
El desafío para nosotros es comprender que Él es el hacedor de todas las cosas. Nuestro esfuerzo es requerido para realizar la tarea que Él nos ha encomendado. Pero nuestra obediencia para permanecer en Él es un mandato que no puede ser obviado.
MOTIVO DE ORACION
Pídele en oración ahora mismo al Señor que te muestre la diferencia entre esforzarte por tus propios méritos y lo que significa descansar en El y permanecer en El para los resultados de tu trabajo.

Fuente: VTRH

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