“El amor…no hace nada indebido, no busca lo suyo…” 1 Corintios 13:5
El egoísmo es uno de los enemigos más grandes del matrimonio. El egoísmo siempre piensa en sí mismo, siempre reclama, siempre busca satisfacer lo propio.
El egoísmo es contrario al amor.
Si usted detecta cualquier actitud egoísta en su vida, deséchela porque puede corromper su matrimonio.
El amor siempre piensa en lo que puede dar, lo que puede hacer para que el otro esté mejor. El egoísmo dice: “pero, ¿qué hay de mí? ¿A mí cuando me van a dar? Si yo le doy y no me retribuyen nada ¿Y si me quedo sin lo que me gusta? ¡Yo también necesito!”
Las personas egoístas terminan cansando a los que lo rodean, se transforman en parásitos que succionan todo de los demás pero no dan nada y como consecuencia terminan en soledad.
El egoísmo separa de Dios, es un obstáculo para recibir bendición. Dios no da para que lo que da sea retenido, da para que demos.
Lea las escrituras y encontrará como Cristo (el novio) ama a la iglesia (Su novia) al punto de darlo todo por ella, Su misma vida.
Por lo tanto, ponga en actividad el amor de Dios y sea generoso. Piense en el otro. Cómprele algo que usted se hubiera comprado. Hónrelo y será honrado.
Erradique el temor de no ser correspondido. Dios siempre da cosecha a los que con corazón correcto actúan en su Palabra.
Oración: Padre, echo fuera todo egoísmo de mi vida. Me decido a caminar en tu amor, en ser un dador alegre y generoso. Gracias. En el nombre de Jesús. Amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo. Argentina.
El egoísmo es uno de los enemigos más grandes del matrimonio. El egoísmo siempre piensa en sí mismo, siempre reclama, siempre busca satisfacer lo propio.
El egoísmo es contrario al amor.
Si usted detecta cualquier actitud egoísta en su vida, deséchela porque puede corromper su matrimonio.
El amor siempre piensa en lo que puede dar, lo que puede hacer para que el otro esté mejor. El egoísmo dice: “pero, ¿qué hay de mí? ¿A mí cuando me van a dar? Si yo le doy y no me retribuyen nada ¿Y si me quedo sin lo que me gusta? ¡Yo también necesito!”
Las personas egoístas terminan cansando a los que lo rodean, se transforman en parásitos que succionan todo de los demás pero no dan nada y como consecuencia terminan en soledad.
El egoísmo separa de Dios, es un obstáculo para recibir bendición. Dios no da para que lo que da sea retenido, da para que demos.
Lea las escrituras y encontrará como Cristo (el novio) ama a la iglesia (Su novia) al punto de darlo todo por ella, Su misma vida.
Por lo tanto, ponga en actividad el amor de Dios y sea generoso. Piense en el otro. Cómprele algo que usted se hubiera comprado. Hónrelo y será honrado.
Erradique el temor de no ser correspondido. Dios siempre da cosecha a los que con corazón correcto actúan en su Palabra.
Oración: Padre, echo fuera todo egoísmo de mi vida. Me decido a caminar en tu amor, en ser un dador alegre y generoso. Gracias. En el nombre de Jesús. Amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo. Argentina.
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