“Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios.” Romanos 4:20
Comience con esta declaración: “Padre, sé que vas a completar algo en mí que has comenzado, no lo recibiré a medias, no me quedaré a mitad del camino, voy a alcanzar tu sueño para mi vida y para mis herederos. Lo creo” haciendo esta declaración usted habló algo que quizá todavía no pueda ver con los ojos naturales o entender con la mente natural. Cuántas cosas nosotros recibimos de la Palabra de Dios en los grupos de compañerismo, bajo el liderazgo espiritual de fe que Dios nos ha dado pero que no nos combina con la manera de pensar o con la visión natural.
Es en ese momento en el cual tiene que levantarse por encima de eso y saber que usted es un espíritu, posee un alma y vive en un cuerpo. Su espíritu puede recibir lo de Dios y trasmitirlo al alma y al cuerpo y al ambiente a su alrededor cuando usted tiene una mirada de fe en lo sobrenatural. ¿Entiende? Cuando le cree a Dios lo que Dios le ha prometido.
El espíritu suyo tiene vida, tiene la vida y la presencia de Dios, tiene la naturaleza divina y tiene eternidad. “El que cree en mi vive para siempre” dijo Jesús. Esa tarea de rejuvenecimiento que empezó el Señor la va a completar con gozo, alegría, dinámica y fe. Sólo tiene que creerlo en su espíritu. Abraham tenía espíritu y vida y decía: yo soy Abraham, padre de mucha gente. La fe de él estaba en Dios, en la Palabra, el las promesas en lo que Dios había dicho.
En lo natural pensamos en algo y parece imposible, pero si Dios lo ha dicho usted en su espíritu tiene que recibir la Palabra que es espíritu y vida. Esa palabra va a generar el resto de las cosas en su vida.
Cuando escuchamos que a alguien que tenía un tumor cerebral, le desaparece, es sólo la fe en Dios. No es un error médico o de una tomografía mal tomada. Es la verdad de Dios, porque los médicos no tienen explicación. Me cuentan que los médicos dicen que no saben lo que pasó, pero está bien que no lo sepan y cada vez va a pasar más eso. Hasta los médicos se van a poner contentos que no sepan lo que pasó porque intervino Dios. Dios es un Dios de milagros, es su padre, él tiene planes de bendición para su vida.
Él es el que lo trasladó de las tinieblas al reino de la luz admirable. Ahora lo está educando y entrenando porque en este reino se vive con la Palabra de Dios. Ella lo hace vivir por arriba de las circunstancias.
Lo hace dominar, gobernar y no con fuerzas naturales, no con una mentalidad natural, sino con las fuerzas del Espíritu Santo y de la Palabra de Dios.
Oración: Padre, hoy te creo. Tu Palabra es la Verdad máxima en mi vida. Si sale de tu boca, se cumplirá y yo me moveré en esa dirección. Lo haré, en el nombre de Jesús, amén.
Comience con esta declaración: “Padre, sé que vas a completar algo en mí que has comenzado, no lo recibiré a medias, no me quedaré a mitad del camino, voy a alcanzar tu sueño para mi vida y para mis herederos. Lo creo” haciendo esta declaración usted habló algo que quizá todavía no pueda ver con los ojos naturales o entender con la mente natural. Cuántas cosas nosotros recibimos de la Palabra de Dios en los grupos de compañerismo, bajo el liderazgo espiritual de fe que Dios nos ha dado pero que no nos combina con la manera de pensar o con la visión natural.
Es en ese momento en el cual tiene que levantarse por encima de eso y saber que usted es un espíritu, posee un alma y vive en un cuerpo. Su espíritu puede recibir lo de Dios y trasmitirlo al alma y al cuerpo y al ambiente a su alrededor cuando usted tiene una mirada de fe en lo sobrenatural. ¿Entiende? Cuando le cree a Dios lo que Dios le ha prometido.
El espíritu suyo tiene vida, tiene la vida y la presencia de Dios, tiene la naturaleza divina y tiene eternidad. “El que cree en mi vive para siempre” dijo Jesús. Esa tarea de rejuvenecimiento que empezó el Señor la va a completar con gozo, alegría, dinámica y fe. Sólo tiene que creerlo en su espíritu. Abraham tenía espíritu y vida y decía: yo soy Abraham, padre de mucha gente. La fe de él estaba en Dios, en la Palabra, el las promesas en lo que Dios había dicho.
En lo natural pensamos en algo y parece imposible, pero si Dios lo ha dicho usted en su espíritu tiene que recibir la Palabra que es espíritu y vida. Esa palabra va a generar el resto de las cosas en su vida.
Cuando escuchamos que a alguien que tenía un tumor cerebral, le desaparece, es sólo la fe en Dios. No es un error médico o de una tomografía mal tomada. Es la verdad de Dios, porque los médicos no tienen explicación. Me cuentan que los médicos dicen que no saben lo que pasó, pero está bien que no lo sepan y cada vez va a pasar más eso. Hasta los médicos se van a poner contentos que no sepan lo que pasó porque intervino Dios. Dios es un Dios de milagros, es su padre, él tiene planes de bendición para su vida.
Él es el que lo trasladó de las tinieblas al reino de la luz admirable. Ahora lo está educando y entrenando porque en este reino se vive con la Palabra de Dios. Ella lo hace vivir por arriba de las circunstancias.
Lo hace dominar, gobernar y no con fuerzas naturales, no con una mentalidad natural, sino con las fuerzas del Espíritu Santo y de la Palabra de Dios.
Oración: Padre, hoy te creo. Tu Palabra es la Verdad máxima en mi vida. Si sale de tu boca, se cumplirá y yo me moveré en esa dirección. Lo haré, en el nombre de Jesús, amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo. Argentina.
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