“Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.”
2 Corintios 8:9
¿Lo sabía? Jesús murió para darle una herencia. Porque en su muerte y resurrección está toda su victoria, y venció a Satanás. Esa es su herencia, ser un vencedor sobre el enemigo, sobre el pecado y que por sus llagas ya fue curado. Si la Palabra lo dice, entonces así es. Usted ya fue sano. Cuando lo confiesa está afirmando su creencia. Y va a disfrutar de la buena salud.
Jesús, en la Cruz, siendo rico se hizo pobre para que nosotros en su pobreza fuésemos enriquecidos. Ahí llevo la maldición de la pobreza y la miseria para que nosotros recibiéramos la herencia de la bendición financiera también. El murió para darnos una herencia y que disfrutáramos de ella. Lo peor que puede pasar es tener una herencia y vivir como alguien pobre, carente, como doliente, como triste cuando en la herencia tenemos el gozo del Espíritu Santo, el favor del cielo. Si afirma la verdad en su vida y confiesa la Palabra de Dios usted está bendecido con toda bendición y sentado en lugares celestiales, afirmando su creencia.
Si Cristo pasó por la cruz fue para que hoy usted pudiera disfrutar de muchas cosas que por el pecado con el primer Adán se había cortado. Hoy, usted, viviendo bajo el Nuevo pacto y con la bendición y el sacrificio del segundo Adán (Jesucristo) ya fue libre de toda maldición del pecado y es heredero según la promesa. Es heredero de todo lo que Dios Padre creó para usted y coheredero junto con Cristo. Por eso es importante que usted conozca todos los beneficios que tiene como heredero para que pueda disfrutar de ellos ó ¿fue en vano el sacrificio de Cristo? Por supuesto que no. Los beneficios están y es usted el encargado de tomarlos y hacerlos realidad en su vida.
Oración: Padre, gracias por hacerme tu heredero y darme una herencia para disfrutar en esta vida. Hoy la tomaré y te honraré con mi vida. Te amo porque sé que tú me amaste primero. En el nombre de Jesús, amén.
2 Corintios 8:9
¿Lo sabía? Jesús murió para darle una herencia. Porque en su muerte y resurrección está toda su victoria, y venció a Satanás. Esa es su herencia, ser un vencedor sobre el enemigo, sobre el pecado y que por sus llagas ya fue curado. Si la Palabra lo dice, entonces así es. Usted ya fue sano. Cuando lo confiesa está afirmando su creencia. Y va a disfrutar de la buena salud.
Jesús, en la Cruz, siendo rico se hizo pobre para que nosotros en su pobreza fuésemos enriquecidos. Ahí llevo la maldición de la pobreza y la miseria para que nosotros recibiéramos la herencia de la bendición financiera también. El murió para darnos una herencia y que disfrutáramos de ella. Lo peor que puede pasar es tener una herencia y vivir como alguien pobre, carente, como doliente, como triste cuando en la herencia tenemos el gozo del Espíritu Santo, el favor del cielo. Si afirma la verdad en su vida y confiesa la Palabra de Dios usted está bendecido con toda bendición y sentado en lugares celestiales, afirmando su creencia.
Si Cristo pasó por la cruz fue para que hoy usted pudiera disfrutar de muchas cosas que por el pecado con el primer Adán se había cortado. Hoy, usted, viviendo bajo el Nuevo pacto y con la bendición y el sacrificio del segundo Adán (Jesucristo) ya fue libre de toda maldición del pecado y es heredero según la promesa. Es heredero de todo lo que Dios Padre creó para usted y coheredero junto con Cristo. Por eso es importante que usted conozca todos los beneficios que tiene como heredero para que pueda disfrutar de ellos ó ¿fue en vano el sacrificio de Cristo? Por supuesto que no. Los beneficios están y es usted el encargado de tomarlos y hacerlos realidad en su vida.
Oración: Padre, gracias por hacerme tu heredero y darme una herencia para disfrutar en esta vida. Hoy la tomaré y te honraré con mi vida. Te amo porque sé que tú me amaste primero. En el nombre de Jesús, amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo. Argentina.
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