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lunes, 28 de febrero de 2011

Aguardando con paciencia

“Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.”Santiago 5:7
Lea atentamente este versículo de Santiago5. Vemos que se menciona al labrador para ayudarnos a entender la actitud correcta que va a traer una manifestación de lo que sembramos. El labrador espera el precioso fruto de la tierra aguardándolo con paciencia. Toda buena semilla que responde a la Palabra de Dios, va a tener el tiempo de la manifestación, luego de haber sido plantada.
Lo que le quiero transmitir en esta oportunidad es que muchas veces usted tendrá que esperar el tiempo de la cosecha. Toda semilla de la Palabra está destinada a cada uno de sus hijos. Eso es seguro. Todas Sus semillas son para cada hombre de pacto. Pero lo que no sabemos es el tiempo de esa manifestación, cuánto tardará en aparecer. Santiago muestra cómo el labrador siembra su semilla y espera con paciencia que venga la lluvia para que produzca.
Es importante, en primer lugar, que usted que es un labrador y tiene la semilla, la plante, para que luego, cuando venga la lluvia, el precioso fruto aparezca. Tiene que hacer las cosas a la manera de Dios para que Él intervenga. El pueblo de Israel plantaba la semilla y ésta recibía la lluvia temprana, y con esa humedad la semilla se afirmaba. Luego tiene que venir la lluvia tardía que producirá que el fruto aparezca.
Pero durante ese tiempo se debe tener paciencia y la paciencia no es una espera inactiva. El labrador va a cuidar la semilla desde el comienzo para que no aparezcan animales ni plagas que atenten contra ella. Eso es estar con paciencia pero activo. Y mientras tanto, el Espíritu Santo está trabajando y Dios le preparará la lluvia tardía.
Recuerde que toda semilla tiene poder reproductor; todo lo que viene de la Palabra en forma de semilla, tiene ese poder. Entonces usted tiene que desarrollar una mentalidad de acuerdo con lo que Dios ha planeado para que se desarrolle en el terreno del crecimiento. Debe esperar la intervención, la participación de Dios sobre la semilla que ya ha plantado. Todo lo que recibe y le va siendo revelando viene a ser sembrado en su vida para este tiempo. Muévase hacia delante con fe porque estará preparando la atmósfera o el clima para que la lluvia venga. Y mientras espera la manifestación de Dios sobre su vida, tiene que tener esa paciencia para aplicarla con fe y de manera constante. No abandone, aunque al presente no vea los resultados. La cosecha vendrá.
Oración: Padre, hoy aguardo con paciencia y me muevo en fe esperando la lluvia tardía que producirá el fruto. Sé que vendrá a su tiempo. Lo creo y lo recibo en el nombre de Jesús, amén. Por. Rev. Juan O. Crudo, Argentina.

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