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miércoles, 9 de febrero de 2011

Creando un futuro próspero

“Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; 27y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo.”Marcos 4:26
Seguramente alguna vez se preguntó qué será de usted dentro de unos años ¿No es así? Quizá soñó o se sentó a planificar su futuro. Hoy quiero contarle que existe una sola manera de obtener un buen futuro. Primero, su futuro debe estar de acuerdo con aquel que Dios ha preparado para su vida. Segundo, sólo podrá obtenerlo a través del poder de la semilla. ¿Cómo es esto? Existe una ley en lo natural e igualmente en lo espiritual por la cual se mueve el Reino de Dios: la ley de la siembra y la cosecha. En la agricultura cuando usted siembra una semilla en tierra sabe que seguramente va a cosechar una planta del mismo género al que pertenece la semilla sembrada. En lo espiritual es igual. Observe este pasaje bíblico: “ Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo.”
El hombre hizo su parte pero sin saber cómo la planta comenzó a crecer. Usted no planta la semilla y se queda para siempre a su lado viendo cómo crece. Usted descansa porque sabe que crecerá sola. No depende de usted su crecimiento. Es Dios el que se encarga de eso. De la misma forma trabaja con la semilla espiritual, que puede ser la Palabra. Por eso es bueno que hable lo correcto sobre su vida. Siembre buenas semillas.
Todo lo que tiene que ver con nuestro futuro, tiene que ver con sembrar y cosechar. Porque si estamos sembrando las palabras correctas, palabras de amor y bendición, y actuamos sobre la palabra de Dios, nuestra cosecha va a responder a esa semilla que sembramos. Así que no le de lugar a equivocaciones del pasado tampoco, y no diga: “Estoy pagando la consecuencia.” Ya Cristo pagó por usted y por mí, somos libres, redimidos y canales de bendición. Y si alguna cosa no está funcionando como usted espera, cambie las semillas que está plantando y créale a Dios por algo superior, porque la bendición está destinada para usted. Ese es su futuro: de bendición y prosperidad. No existe otra cosa para los hijos de Dios. La clave para alcanzarlo es creerle a Dios y caminar en lo que él dice. Comience a sembrar cosas buenas para su futuro, verá cuán bendecido estará.
Oración: Padre, estoy muy agradecido porque sé que tienes un futuro próspero para mi vida. Hoy me determino a alcanzarlo. Comenzaré a sembrar buenas semillas. Dejaré el pasado atrás y me dedicaré a mirar hacia el frente, creyéndote y caminando hacia mi futuro glorioso. Lo alcanzaré, en el nombre de Jesús, amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo, Argentina.

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