(Dios) el bienaventurado y solo Soberano… habita en luz inaccesible.1 Timoteo 6:15-16
(El apóstol Pablo anunció) el glorioso evangelio del Dios bendito. 1 Timoteo 1:11
¿Dónde encontrar la felicidad? La Biblia responde de forma radical: la felicidad está en Dios. Por encima de nosotros, más allá de nuestras alegrías y tristezas, más allá del bien y del mal que está por todas partes, hay una felicidad absoluta e inalterable. Esa felicidad está en la presencia de Dios.
Dios es llamado el “bienaventurado”, pues la felicidad está en su propia naturaleza. Una felicidad infinita lo llena en la plenitud de su ser, la cual quiere compartir con nosotros.
Los creyentes que han vivido antes de Cristo conocieron a Dios como el todopoderoso, es decir, Aquel que actuaba incluso más allá de las leyes de la naturaleza, o como Jehová, quien quiere salvar a los hombres y hacer de ellos su pueblo. Se dio a conocer como “el Santo”, el que no conoce el mal, perfecto en todo.
Sin embargo, la profundidad de sus palabras y de lo que Dios es nos fue revelada en su Hijo. Jesucristo vino a la tierra para mostrarnos el esplendor de su ser: él es luz y amor. En cuanto a la luz, él resplandece de verdad y de gracia; en cuanto al amor, dio a su Hijo por nuestros pecados. Sobre esta base de amor y de santidad Dios funda, por la eternidad, la felicidad de todos aquellos que ya la disfrutan; esta es su gloria.
Nada en la tierra puede ofrecernos una felicidad que nos satisfaga plenamente. Dios formó al hombre para él mismo y le dio un corazón tan profundo que sólo Dios puede llenarlo. ¡Hoy usted puede experimentar esa plenitud que está en Jesús!
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Dios es el Creador y Salvado
Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios. Eclesiastés 3:11
Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. 1 Corintios 1:21
(Pasajes del libro de Job)
¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia. ¿Quién ordenó sus medidas?… ¿Quién encerró con puertas el mar, cuando se derramaba saliéndose de su seno… Le puse puertas y cerrojo, y dije: Hasta aquí llegarás, y no pasarás adelante, y ahí pasará el orgullo de tus olas?… ¿Has entrado tú hasta las fuentes del mar, y has andado escudriñando el abismo? ¿Te han sido descubiertas las puertas de la muerte, y has visto las puertas de la sombra de muerte?… ¿Has entrado tú en los tesoros de la nieve?… ¿Quién repartió conducto al turbión, y camino a los relámpagos y truenos, haciendo llover sobre la tierra deshabitada?… (capítulo 38).
¿Es sabiduría contender con el Omnipotente? El que disputa con Dios, responda a esto. Entonces respondió Job al Señor y dijo: He aquí que yo soy vil; ¿qué te responderé? Mi mano pongo sobre mi boca. Una vez hablé, mas no responderé; aun dos veces, mas no volveré a hablar (capítulo 40). Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía… De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza… Y bendijo el Señor el postrer estado de Job más que el primero (capítulo 42).
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© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
http://labuenasemilla.net calendarios@labuenasemilla.net
http://ediciones-biblicas.ch
(El apóstol Pablo anunció) el glorioso evangelio del Dios bendito. 1 Timoteo 1:11
¿Dónde encontrar la felicidad? La Biblia responde de forma radical: la felicidad está en Dios. Por encima de nosotros, más allá de nuestras alegrías y tristezas, más allá del bien y del mal que está por todas partes, hay una felicidad absoluta e inalterable. Esa felicidad está en la presencia de Dios.
Dios es llamado el “bienaventurado”, pues la felicidad está en su propia naturaleza. Una felicidad infinita lo llena en la plenitud de su ser, la cual quiere compartir con nosotros.
Los creyentes que han vivido antes de Cristo conocieron a Dios como el todopoderoso, es decir, Aquel que actuaba incluso más allá de las leyes de la naturaleza, o como Jehová, quien quiere salvar a los hombres y hacer de ellos su pueblo. Se dio a conocer como “el Santo”, el que no conoce el mal, perfecto en todo.
Sin embargo, la profundidad de sus palabras y de lo que Dios es nos fue revelada en su Hijo. Jesucristo vino a la tierra para mostrarnos el esplendor de su ser: él es luz y amor. En cuanto a la luz, él resplandece de verdad y de gracia; en cuanto al amor, dio a su Hijo por nuestros pecados. Sobre esta base de amor y de santidad Dios funda, por la eternidad, la felicidad de todos aquellos que ya la disfrutan; esta es su gloria.
Nada en la tierra puede ofrecernos una felicidad que nos satisfaga plenamente. Dios formó al hombre para él mismo y le dio un corazón tan profundo que sólo Dios puede llenarlo. ¡Hoy usted puede experimentar esa plenitud que está en Jesús!
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Dios es el Creador y Salvado
Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios. Eclesiastés 3:11
Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. 1 Corintios 1:21
(Pasajes del libro de Job)
¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia. ¿Quién ordenó sus medidas?… ¿Quién encerró con puertas el mar, cuando se derramaba saliéndose de su seno… Le puse puertas y cerrojo, y dije: Hasta aquí llegarás, y no pasarás adelante, y ahí pasará el orgullo de tus olas?… ¿Has entrado tú hasta las fuentes del mar, y has andado escudriñando el abismo? ¿Te han sido descubiertas las puertas de la muerte, y has visto las puertas de la sombra de muerte?… ¿Has entrado tú en los tesoros de la nieve?… ¿Quién repartió conducto al turbión, y camino a los relámpagos y truenos, haciendo llover sobre la tierra deshabitada?… (capítulo 38).
¿Es sabiduría contender con el Omnipotente? El que disputa con Dios, responda a esto. Entonces respondió Job al Señor y dijo: He aquí que yo soy vil; ¿qué te responderé? Mi mano pongo sobre mi boca. Una vez hablé, mas no responderé; aun dos veces, mas no volveré a hablar (capítulo 40). Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía… De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza… Y bendijo el Señor el postrer estado de Job más que el primero (capítulo 42).
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