Por. Rev. Juan O. Crudo, Argentina
“2 Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios.”Deuteronomio 28:2
Cuando usted oye la voz de Dios, él le enseña provechosamente, porque lo quiere encaminar. Tiene que decirle: “Señor pongo corazón y voluntad para poner en práctica esto. La palabra de Dios dice que vendrán todas estas bendiciones sobre su vida y lo alcanzarán.” No dice que tiene que correr tras la bendición. Dice que la bendición lo alcanzará. ¿Por hacer qué? Oír la voz de Jehová su Dios.
Cuando usted oye la voz de Dios y guarda su Palabra en su corazón ocurren cosa asombrosas en su ser. Su mano está conectada a su corazón y lo que su corazón dice su mano hará. Si su corazón tiene abundancia de la palabra, está determinado a caminar en ella. Entonces su mano le va a obedecer.
Lo que el señor le enseña va al corazón y del corazón va a su mano, nunca estará vacía, porque todo el que siembra, cosecha. Todo aquel que le cree a Dios y a la palabra estará bendecido.
Agradézcale al Padre Celestial, obedézcale a la Palabra de Dios. Obedecer a su palabra es vital para toda clase de bendición en su vida y especialmente para la bendición financiera. Por eso dice: “Que nunca se aparte de tu boca este libro.” “Que medites de día y de noche.”
Cuando usted medita en la Palabra, en los principios, usted está colocando en sus pensamientos los pensamientos de Dios. Entonces todo lo que es contrario a los pensamientos de Dios se empieza a debilitar y a caerse, porque usted pone primero lo que es primero, que es la Palabra.
Cuando es negligente para hablar, para oír, meditar, etc. su camino puede ir a los golpes porque no sabe en realidad cómo administrar las cosas y tiene que dedicarle tiempo a la meditación. La mayoría de la gente tiene la mente llena de preocupación, porque la alimenta con mucha información terrenal, se enfoca mucho en la circunstancia. Pero los hijos de Dios tenemos el secreto en la meditación de la Palabra de Dios que viene a nuestra vida para que la administremos, poniéndola en la boca, guardándola como un tesoro y cuidando de ponerla por obra.
Entonces si usted cuida de ponerla por obra, quiere decir que le da prioridad en su vida y permite que se vaya revelando en ella. Y al darle prioridad y ponerla por obra dice el Señor: “Harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien.” En su familia, en su matrimonio, en su noviazgo, en sus hijos, en su economía ¡Todo le irá bien!
Dios le dio sabiduría y entendimiento para administrar lo que viene a sus manos. Le enseñará sobrenaturalmente lo que usted no conoce en lo natural. Lo hizo con Salomón, lo va a hacer con su vida. Le dio sabiduría y entendimiento, y a usted le a dado espíritu de sabiduría, de revelación que alumbre los ojos de su entendimiento para que pueda ver lo que el hombre no puede ver ¡Dios bendice su economía! Dios es el dueño, el propietario y usted es el administrador.
Sepa usted que todo es de él, su vida es de él, su familia es de él. Él es el Señor de su vida, de su hogar. Él es el que bendecirá, es la fuente de toda su bendición, alegría, felicidad, de su dicha. Por eso oiga su voz, administre bien su matrimonio, su familia, su cuerpo, su alma y crea que Dios lo va a mantener siempre saludable y bendecido.
Oración: Padre, recibo hoy tu bendición porque creo que oyendo tu voz siempre vendrán a mi vida, me alcanzarán. Oír es la clave y eso es lo que haré a partir de este momento. Recibo tu sabiduría y revelación para ser un buen administrador de todo lo que viene a mi mano. Seré un dador alegre y generoso. En el nombre de Jesús, amén.
Revestido del nuevo hombre “10 Y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno.”Colosenses 3:10
Cada vez tiene que desarrollar una relación más íntima, continua y permanente con el Espíritu Santo para que se vaya revelando Cristo y su presencia, y para que se manifieste a través de su vida. Entonces se va a ir renovando hasta el conocimiento pleno, que es el fin. Pero va a ir en un proceso donde poco a poco las cosas van a ir funcionando a la manera de Dios y el reino de Dios se va a ir estableciendo. Él lo va llevando de gloria en gloria.
Eventualmente usted en el cielo alcanzará un lugar de plenitud, de lo completo y de lo excelente. Pero en esta tierra va desarrollando ese proceso de vida bendecida. Dios quiere que el proceso de abundancia comience y avance en usted, no en el cielo, aquí y ahora. Ahora comienza el proceso de prosperidad para el espíritu, para el alma y para el cuerpo. Va a ver lo completo, la plenitud manifestada en su vida, disfrute de su herencia aquí y ahora. Porque es un hijo de Dios que se mueve hacia delante por la fe en él y en su palabra. Le ha dado herencia y le ha dado la fe y la habilidad de multiplicar las riquezas que le ha dado. El que es fiel en lo poco, Dios lo pondrá sobre mucho.
Que el Espíritu de Dios lo ilumine interiormente y se revele cada vez más la presencia y todo el conocimiento de él y vaya caminando hacia su destino de gran bendición. Nunca retroceda ni desmaye, siga avanzando, fuerte, victorioso y bendecido, caminando hacia lo que Dios tiene para su vida. En su herencia ha puesto ángeles a su alrededor, en su herencia él peleará por usted frente a sus enemigos.
Cuando comprende la bendición de la multiplicación y de la herencia, va a ir cambiando interiormente. Es la imagen interior la que debe cambiar, porque en la exterior se va extendiendo la bendición y cada vez va a estar mejor. La vida interior es la que va siendo trasformada para ir a un nivel mayor de gloria, es la presencia del Señor y tiene que ser en forma continua. Porque los que somos en Cristo, estamos y nos movemos en Cristo.
Hay creyentes que creen que los predicadores sólo tienen revelación, cada creyente tiene que tener hambre y búsqueda de conocer algo que está como escondido en la palabra. Tiene que tener el deseo de que eso que parece un misterio se le vaya revelando. Entonces no va a estar dudando, en decir: ¿Tendré que hacer esto o lo otro para que prospere? ¡No! Va a estar caminando con la bendición de Dios y cambiando desde el interior todo su alrededor siendo influyente en su casa, en su familia con sus hijos.
La transformación va a ir avanzando en su vida de una manera preciosa. No sólo no se resigne de ser el mismo, no trate de mostrar una cosa y es otra. Usted tiene que ir siendo transformado de gloria en gloria desde el interior. Es que Dios es real y vive dentro suyo y quiere mostrarse a través de su vida, lo eligió Dios para mostrarse en esta tierra.
Por eso tiene que revestirse del nuevo hombre que es a imagen del que lo creó y que se va renovando hasta el conocimiento pleno.
Oración: Padre, hoy comienzo el proceso de revestirme del nuevo hombre porque no lo había dejado desarrollarse anteriormente. Sé que se verá reflejado en mi exterior y veré grandes cosas. La gente que me rodea también lo verá y podrán conocer que es por tu causa que hoy yo estoy bendecido. En el nombre de Jesús, amén.
Oracion de Salvacion por nuestros Seres Queridos
A menudo las personas se desaniman cuando oran por la salvación de sus seres queridos, y se preguntan si alguna vez sus oraciones en realidad ayudarán. Permítame asegurarle que ¡sí funcionarán! Éstas pueden convertirse en una poderosa fuerza en la vida de sus familiares y amigos, que no han sido salvos, si ora por ellos conforme a la sabiduría y a la Palabra de Dios.
El problema es que muchos cristianos no saben cómo orar de manera eficaz. Simplemente oran sin apuntarle a un objetivo específico, esperando obtener resultados. Esto es muy común cuando se trata de orar por los perdidos. No es raro ver a creyentes que han orado durante 20, 30, e incluso 40 años por la salvación de sus amigos o familiares, sin recibir la respuesta.
¿Qué exactamente están orando estas personas? Por lo general, se resume en una oración parecida a la siguiente: “¡Oh, Dios! Por favor, salva a mi hermano, él necesita ser salvo”. (¿No cree usted que Dios ya sabe que él necesita salvación?). Luego continúan, y comienzan a describir los pecados de su hermano: “Señor, anoche se embriagó otra vez, y también tuvimos que sacarlo de la cárcel. Si Tú no lo salvas, ¡nos enloquecerá a todos!”. Esto puede parecer gracioso; e incluso un poco exagerado, pero muchos de nosotros hemos orado de forma muy similar.
En realidad, no hemos logrado comprender que no existe ningún problema con el ser amado (o con cualquier otra persona) que aún no ha sido salvo, sino con el diablo. Pues ningún ser humano rechazaría por su propia voluntad la salvación que Jesús nos ofrece, al comprender realmente lo que ésta significa. ¡Ninguno! Entonces ¿por qué hay muchas personas que todavía no han sido salvas?
En 2 Corintios 4:4, hallamos la respuesta: “El dios de este mundo (el diablo) ha cegado el entendimiento de los incrédulos, a fin de que no vean la luz del glorioso evangelio de Cristo, el cual es la imagen de Dios, que debe brillar dentro de ellos” [Biblia Amplificada]. Una vez que se percate que el diablo es el verdadero problema (no su ser amado); tendrá claro cuál debe ser su primer paso en la oración.
Usted necesita sacar al diablo del camino de su ser amado. QUIERO unir en la oración de Acuerdo a mis seres queridos :
:CLIC AQUI: Para anotar sus nombres. Luego de orar por ellos, comparta su testimonio personal con ellos e Invítelos a nuestras reuniones de este fin de semana:
Cristo la Solución, Flores: Sábado 18hs y Domingo 10hs y 18hs (Juan B. Alberdi 2260)
Cristo la Solución, San Justo: Sábado 17hs y Domingo 10hs y 19hs (Juan M. de Rosas 4357)Cristo la Solución, Lomas de Zamora: Domingo 10hs (Hipólito Yrigoyen 9070)
(En cada lugar habrá servicio especial para los niños)
¡Lo esperamos!
Iglesia Cristo la Solución
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La tierra del «y»
Lectura: Apocalipsis 22:1-5
Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. —2 Pedro 3:13
En una publicidad de televisión que vi hace poco, los niños discutían en el asiento trasero del automóvil acerca de dónde pararían a comer. Uno quería pizza, y el otro, pollo. La madre, sentada en el asiento delantero del acompañante, dijo: «No, vamos acomer hamburguesas».
El padre resolvió inmediatamente el desacuerdo familiar con esta idea: «Iremos a un restaurante de comida buffet “y” cada uno podrá comer lo que quiera y cuanto quiera». El anuncio termina con estas palabras: «Acaba con las peleas familiares sobre qué comerán. Vengan al restaurante, la Tierra del “y”».
Cuando vi esa publicidad, pensé en otra «Tierra del “y”»: el cielo. Es un lugar donde tendremos todo lo que necesitemos. Y lo más importante es que estaremos en la presencia del Dios Todopoderoso. Al describir el cielo, el apóstol Juan dijo: «… el trono de Dios y del Cordero estará en [él]» (Apocalipsis 22:3). Nuestra alma sedienta será totalmente satisfecha en el «río limpio de agua de vida» que sale de su trono (22:1), porque el Señor le dice a su pueblo: «Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente» (21:6). Otro «y» de esa tierra será el árbol de la vida «para la sanidad de las naciones»(22:2). Lo que no encontraremos en esa «Tierra del “y”» serán maldición (22:3), muerte, dolor y lágrimas (21:4).
En esa celestial «Tierra del “y”», estaremos completamente satisfechos. ¿Estás preparado para ir allá? —AMC
Este mundo: la tierra de las pruebas; el cielo: la tierra del gozo.
NUESTRO PAN DIARIO
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¿Existen los “divos” en el ministerio cristiano?
En la edición 201, Pulso Cristiano mencionó un artículo escrito por Phil Cooke, un consultor de medios de comunicación, publicado en la revista norteamericana Charisma News, en el que asegura que en laiglesia o en el ministerio existen divos y divas porque “se centra másen sí mismos que las personas que atienden”.
En la nota, que puedeleer aquí, Cooke apunta a “hombres y mujeres que son pastores, oministerio, o líderes espirituales”, que presentan entre otros, los siguientes síntomas de divismo: “No participa en el culto. Sólo vienea predicar. Es escoltado dentro y fuera de la plataforma, lo que indica que en realidad no tiene que mezclarse con la gente. Cuando visita otras iglesias, naturalmente, asume un asiento en la plataformao un asiento de primera fila.
Cuando promueve sus libros, siempre dice que un 'best-seller', aunque no lo sea (…) Cuando se anuncia una conferencia, su imagen en las revistas o en otros lugares es la cosa más grande en el anuncio”. ¿Estas características también se registranen la Argentina y América latina? ¿O este “divismo” es más bien unfenómeno propio de los Estados Unidos? ¿Cuáles otros síntomas de“divismo” se pueden advertir? ¿Usted qué opina?
Y además lea en la nueva edición de Pulso Cristiano
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¿QUÉ ES UNA ORACIÓN DE INTERCESIÓN?
Por. Pablo Sosa, Buenos Aires
Faltan quince minutos para empezar el culto. Estoy terminando de acomodar algo en el púlpito cuando veo que por el pasillo central entra precipitadamente una mujer con cara de angustia.
-¿En esta iglesia oran por la gente?
-Sí, le digo.
-¿Podrían orar por mi hijo, que ayer se cayó de un andamio y está grave en el hospital?
-Sí, claro… ¿cómo se llama? Vamos a orar por él en el culto.
Y así nace una oración de intercesión. Es decir, una oración para interceder, pedir, por alguien, o algo. Diferente a las oraciones que hacemos pensando en nosotros mismos, en las que pedimos, agradecemos, contamos, suplicamos… pero siempre dentro del marco de nuestras propias necesidades.
Los cristianos evangélicos, o protestantes, siempre hemos hecho hincapié en dos principios básicos de nuestra práctica de la oración. El primero, el derecho de toda persona a hablarle a Dios libremente, por sí misma, sin necesidad de intermediarios, utilizando sus propias palabras, en forma privada o pública. Y nuestras congregaciones han sido escuelas en las que hemos aprendido desde chicos a “dirigirnos a Dios en oración”, junto a hombres y mujeres que de manera natural y espontánea lo hicieron y lo siguen haciendo, no importa su condición social, educación, edad, género, etc. Los fundamentos y los ejemplos bíblicos de esta práctica son innumerables, desde los salmos que nos enseñan a “clamar al Señor” (p.ej., Salmo 3:4) hasta las cartas de Pablo que nos aconsejan “orar sin cesar”. (I Tesalonicenses 5:17)
El segundo principio es complementario de éste. Tiene que ver con la responsabilidad de todo hombre y mujer cristiano de orar por el otro, por el prójimo. Se basa en lo que los reformadores protestantes denominan el “sacerdocio universal de los creyentes” (I Pedro 2:9-10), es decir, el deber
-y privilegio- de todo cristiano de estar delante de Dios en oración, como un sacerdote, para presentar la necesidad de su prójimo: interceder. (“Pasar entre”, sería el significado original de la palabra “intercesión”. No confundir con “intersección”: el punto en que dos líneas se cortan). Las bases bíblicas, además del obvio mandamiento de “amar al prójimo como a nosotros mismos” (con el agregado más duro de “amar a nuestros enemigos”) las encontramos en pasajes como el de Santiago 5:14: “¿Está alguno enfermo entre ustedes?... Oren por él. …”, o Romanos 15:30: “Les ruego, hermanos… que me ayuden orando por mí a Dios”, y muchos más.
Eso sí, por experiencia sabemos con qué facilidad se confunden los límites de la acción intercesora y se desvirtua totalmente su propósito original. Sucede cuando alguien con la intención de ayudar al prójimo necesitado, conociendo su evidente debilidad, termina dominándolo con fines que aunque parezcan estar consustanciados con la libertad del Evangelio, nunca están muy lejos de la propia satisfacción, así sea el mínimo sentimiento de sentirse poderosos. Nos produce vergüenza ajena verlo diariamente en forma exacerbada en los medios de comunicación y de hecho nos preocupa también sentirlo a veces rozar peligrosamente cerca nuestras propias oraciones. Es el riesgo cierto que corremos de sentirnos los dueños del poder de Dios, y pretender ordenarle que actúe a favor de nuestras intenciones.
En las liturgias más tradicionales, por otra parte, se concede un lugar especial a las oraciones de intercesión. Se las ubica luego de la proclamación del Evangelio y antes de la Cena del Señor, como “oraciones del pueblo de Dios”, o “de los fieles”. Habiendo disfrutado de los diversos elementos que hacen a su propia comunión con Dios (lecturas bíblicas, oración, mensaje), los fieles quitan la mirada de sus propias necesidades (se “des-centran”) y la ponen en el prójimo, a quien encontrarán fuera del santuario, en la vida de todos los días. Muchas de nuestras congregaciones evangélicas también han redescubierto el sentido y el valor de esta práctica, y en sus cultos invitan en un determinado momento a los presentes a expresar de viva voz sus motivos de intercesión para luego reunirlos en una oración a cargo del pastor, la pastora u otra persona designada.
Esas oraciones nos recuerdan entonces que la fe cristiana involucra un ámbito mucho más amplio que el de nuestra experiencia personal, y nos llevan a tener en cuenta como comunidad las múltiples necesidades de la sociedad, desde las más altas autoridades civiles hasta los ciudadanos más vulnerables. (I Timoteo 2:1-2). Es la oración que se hace, como diría Monseñor Angelelli, “con un oído en el evangelio y otro en el pueblo”. Es la oración cristiana por excelencia, a la manera de Jesús, quien no solamente oró sino que vivió (y murió) siempre y absolutamente en función del bien de su prójimo.