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jueves, 5 de enero de 2012

Enfrentar el futuro

Lectura: Santiago 4:13-17
… Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. —Santiago 4:15
Mientras revisaba unos viejos archivos, encontré un número especial de 1992 de la revista Time titulado «Más allá del año 2000: Expectativas para el nuevo milenio». Fue fascinante leer las predicciones de hace dos décadas sobre lo que pasaría en el futuro. Se exponían algunas consideraciones generales, pero nadie anticipaba ninguno de los acontecimientos ni de las innovaciones que han cambiado radicalmente nuestra vida. La declaración que más me impactó fue esta: «La primera regla de la pronosticación es que lo imprevisto hace que el futuro sea imprevisible».
Santiago nos recuerda que cualquier opinión sobre el futuro que deje de lado a Dios es insensata y soberbia. «¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. […]. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello» (Santiago 4:13-15).
Muchas personas solían empezar sus declaraciones sobre los planes diciendo: «Si Dios quiere» o «Dios mediante». Quizá la frase se haya vuelto trillada, pero no sucede así con el hecho de reconocer la presencia de la mano soberana del Señor.
Cuando miramos al futuro manteniendo firmemente a Dios en la mira, podemos enfrentar los días venideros confiando en su plan amoroso.
—DCM
Los que conocen a Cristo como Salvador pueden enfrentar el futuro con gozo.

La búsqueda
Lectura: Proverbios 2:1-9
Si como a la plata buscares [sabiduría], y la escudriñares como a tesoros. —Proverbios 2:4
Cuando mi esposo Carl quería formalizar el noviazgo conmigo, se lo tomó realmente en serio. Llamaba, escribía notas, hacía preguntas profundas, me compraba flores, dulces, libros, otros regalos y me invitaba a cenar. Dedicaba mucho tiempo y esfuerzo en disuadirme.
Hace mucho, en el siglo x a.C., Salomón ya había recomendado practicar esta clase de ardua dedicación al procurar otra cosa: sabiduría. Una definición que el diccionario da sobre esta palabra es «entender lo que es verdadero, correcto y duradero», lo cual suena crucial si deseamos tener una vida que glorifique a nuestro santo Dios.
Quizá por esta razón, Salomón usó en Proverbios 2 tantos verbos que requieren acción, para describir los esfuerzos que debemos hacer a fin de obtener sabiduría. Dijo: «haciendo estar atento tu oído», «si inclinares tu corazón», «si clamares», si «dieres tu voz», «si […] buscares» y «escudriñares» (vv. 2-4).
Buscar la sabiduría exige esfuerzo, y las Escrituras nos dicen dónde podemos encontrarla: «Porque el Señor da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia». Dios no está almacenando sabiduría para sí mismo, sino que «Él provee de sana sabiduría a los rectos» (vv. 6-7).
Busca al Señor de todo corazón. Él es la fuente de toda sabiduría para tu vida.
—AMC
Puedes adquirir mucho conocimiento, pero la sabiduría verdadera solo viene de Dios.

NUESTRO PAN DIARIO
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A favor del que cree
“15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.”Colosenses 2:15

La obra de la redención es a favor del que le cree. ¿Usted cree? Hoy lo invito a reflexionar en esto.Hay gente que dice que es cristiana pero que no le cree a Dios porque con sus actos demuestra que no le está creyendo. Cuando usted respeta la victoria de Cristo es porque le cree. Entonces debe hacer respetar la victoria de Cristo con autoridad. Esto es un tema serio y debe reconocerlo, tiene que crear respeto por la obra que Cristo hizo en su vida. Porque sólo funciona para el que cree. Todos los beneficios son para los que creen. Ya despojó a sus enemigos, lo plantó en el reino de Dios, Cristo vive en su vida habiendo un respaldo de autoridad divina. ¿Eso usted lo cree? Si es así ya estará gozando de todos esos beneficios.

Estamos recuperando la posición de estar en un espacio de dominio, lo que perdió Adán en el jardín del Edén y cada hijo de Dios va a ir caminando hacia ese lugar para que la iglesia de Cristo sobre la tierra alcance el nivel que Dios ha planeado y pueda vivir en la gloria de Dios. Usted es algo grande que Dios planeó desde la eternidad y que ahora lo vamos viendo en desarrollo y vamos a ver cosas grandes que vienen a manifestarse en su vida y a través de su vida. Va a liberar bendición sin prejuicios de que el enemigo le está haciendo cosas, porque ya han sido despojados. Acá lo importante es que cuando usted cree todo lo que dice Dios no puede deshabilitarlo con palabras y con creencias. Porque como le decía anteriormente si usted lo cree siempre actuará en esa dirección. Si en medio de la tormenta usted teme, es que no le está creyendo a Dios.

Jesús le hace saber a todo creyente la autoridad que le ha dado sobre toda fuerza del enemigo y nada tiene poder desde afuera para controlar su vida. Si hay alguien que tiene la idea de que no se puede deshacer de un vicio hoy es su día, porque la verdad lo hace libre. El evangelio le da la paz sobrenatural del cielo. La autoridad que Jesús nos ha dado es para que ate en la tierra o desate en la tierra con el poder de la palabra, hay un futuro glorioso para su vida y sus herederos. Lo que el Señor Jesús quiere que operen en autoridad y que no sean sacudidos por el enemigo.

La autoridad que le dio tiene que utilizarla. Cuando hay cosas en su vida que de alguna manera no son benditas y quieren trabajar en su vida, use autoridad. Cuando hay emociones negativas que quieren controlar su espíritu, use esa autoridad que lo pone por arriba de esas emociones y lo hace manifestar la palabra a través del espíritu. Usted tiene que tomar autoridad espiritual sobre lo que se ha determinado de acuerdo y en línea con la palabra. Eso es creerle a Dios

Recuerde: todos lo beneficios que le ha otorgado la redención son a favor de aquellos que le creen. Espero que hoy usted haya comprendido y se encuentre entre los que creen.

Oración: Padre, gracias por el favor que me das por creerte. Soy tu hijo bendecido, con autoridad y vuelo por encima de las tormentas. Lo creo y recibo toda bendición, en el nombre de Jesús, amén.

Por. Rev. Juan O. Crudo, Argentina

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