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martes, 24 de enero de 2012

Gracias, Dios, por la música

Lectura: 2 Crónicas 5:7-14
Cuando sonaban, pues, las trompetas, y cantaban todos a una, […] la gloria de Señor había llenado la casa de Dios. —2 Crónicas 5:13-14
La música juega un gran papel en la Biblia. Desde Génesis hasta Apocalipsis, Dios prepara a músicos para que trabajen para Él. Utiliza la música para convocar al pueblo a adorar y para enviarlo a la guerra, para suavizar lasemociones descontroladas e incentivar la pasión espiritual, para celebrar victorias y condolerse ante las pérdidas. La música es una forma de arte completa y para todas las ocasiones. Hay seguidores y líderes, canciones sencillas y complicadas, instrumentos fáciles y difíciles de ejecutar, melodías y armonías, ritmos rápidos y lentos, notas agudas y graves.
La música es una metáfora maravillosa de la iglesia porque todos participan haciendo lo mejor que saben hacer. Todos cantamos o tocamos notas distintas en momentos diferentes, pero interpretamos la misma canción. Cuanto mejor conocemos nuestra parte y mejor seguimos al director, más hermosa es la música.
Uno de los mejores usos de la música es la alabanza. Cuando el templo de Salomón terminó de construirse, los músicos alabaron a Dios y le agradecieron. Mientras lo hacían, «la gloria del Señor [llenó] la casa de Dios» (2 Crónicas 5:14).
Demos gracias al Señor por la música hermosaporque es un anticipo del cielo, donde la gloria de Dios morará para siempre y la alabanza a Él nunca cesará.
—JAL
Los que alaban a Dios en la tierra se sentirán como en casa en el cielo.

Canaletas y ventanas
Lectura: Mateo 23:23-31
… este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, […], y de fe no fingida. —1 Timoteo 1:5

Mientras dábamos un paseo en coche con la familia, un inmaculado cartel blanco con letras rojas captó mi atención: «Canaletas y ventanas; trabajo de calidad garantizado». El letrero era perfecto, pero temí que la casa y el granero que estaban justo detrás se derrumbasen encualquier momento. ¡La pintura estaba levantándose, las ventanas estaban rotas y las canaletas no existían!
Muchos de nosotros «anunciamos» a Jesús, pero nuestra casa espiritual está destruida. Tal vez asistamos a la iglesia, hablemos la jerga cristiana e interactuemos cortésmente con los demás, pero, cuando nuestra conducta no es coherente con lo que tenemos en el corazón, nuestro sobresaliente comportamiento es tan solo una apariencia de religiosidad. Cuando Jesús confrontó a los fariseos, dijo: «Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad» (Mateo 23:28).
El Señor tenía para sus seguidores un mensaje diferente, pero igualmente directo: «… no seáis […] como los hipócritas» (6:16). La Biblia nos insta a amar «… de corazón limpio, […] y de fe no fingida» (1 Timoteo 1:5). Estas actitudes internas deberían irradiar a través de nuestras palabrasy acciones (Lucas 6:45).
Considera hoy el estado de tu casa espiritual. Si las personas miraran más allá del hermoso aspecto externo, ¿descubrirían un corazón auténtico?
—JBS
Dios desea que nuestras acciones sean el reflejo de un corazón puro.

Una vida plena
Lectura: Deuteronomio 8:7-18
Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. —Juan 1:16

Durante la celebración del Año Nuevo chino se acostumbra usar ciertas palabras, tanto impresas como en las conversaciones. Hay una que suele utilizarse sola: es la palabra plenitud, que significa «abundancia de». Se la emplea para desearle prosperidad material a alguien para el año que va a comenzar.
Antesde que entraran en la tierra prometida, Moisés les contó a los israelitas sobre la riqueza y la prosperidad que encontrarían allí (Deuteronomio 8:7-9). Tendrían todo lo necesario y aún más, pero les advirtió sobre el peligro de olvidar que Dios, Aquel que los había sacado de Egipto y protegido durante el viaje, era el que les había dado esa abundancia (v. 11). Por eso, Moisés les ordenó: «… acuérdate del Señor tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas» (v. 18).
Desde luego, «riquezas» no se refiere solo a cosas materiales. Todo lo que tienes le pertenece a Dios. Nuestro Señor Jesucristo les dijo a sus discípulos: «… yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia» (Juan 10:10).
Nosotros también podemos ser tentados a olvidar que es el Señor el que nos ha bendecido y suplido nuestras necesidades. Nuestra vida será plena y abundante, y estaremos satisfechos solo cuando estemos en comunión conJesucristo. —
—CPH
Jamás permitas que las abundantes dádivas de Dios te hagan olvidar del Dador
NUESTRO PAN DIARIO
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