Lectura: Rut 2:17-23
… [el] Señor, […] no ha rehusado a los vivos la benevolencia que tuvo para con los que han muerto… —Rut 2:20
Si Noemí había soñado con volver próspera y exitosa a su antiguo hogar, entrar en Belén probablemente fue una pesadilla. Mientras vivía en una tierra extraña, había perdido a su esposo y a sus dos hijos, y regresaba con una sola nuera y un corazón inundado de tristeza. «No me llaméis Noemí [placentera], sino llamadme Mara [amargada]», les dijo a sus antiguos vecinos, «porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso» (Rut 1:20).
Pero la historia no terminó allí. Cuando la desanimada Noemí vio la mano de Dios obrando en la vida de Rut, dijo: «… [el] Señor, […] no ha rehusado a los vivos la benevolencia que tuvo para con los que han muerto…» (2:20). Lo que parecía un camino sin salida se había convertido en una puerta abierta para estas dos mujeres que habían perdido tanto.
El libro de Rut, en el Antiguo Testamento, es una historia maravillosa. La constante mención del Señor en el breve relato le infunde una dulzura y una gracia asombrosas.
A través de Noemí y de Rut, se nos recuerda que Dios obra de maneras sorprendentes para dar a conocer su amor y llevar a cabo sus propósitos; aun durante los tiempos difíciles.
Las sorpresas divinas continúan existiendo para que podamos cobrar ánimo. El Señor no ha dejado de mostrar su bondad hacia ti y hacia mí.
—DCM
Las provisiones divinas que vemos nos enseñan a confiar en sus propósitos invisibles.
Atraer a los perdidos
Lectura: 2 Corintios 5:12-21
Yo, la luz, he venido al mundo… —Juan 12:46
A mi amiga Ana, las personas suelen detenerla en la calle para pedirle que les dé indicaciones sobre cómo llegar a alguna parte. Esto le ha sucedido aun en otros países donde es extranjera. Ella se pregunta si será porque tiene cara de buena persona y parece confiable. Yo sugerí que tal vez se debía a que da la impresión de saber hacia dónde está dirigiéndose. Otra amiga dijo que quizá sea porque atrae a los perdidos.
Todos estos atributos deberían ser una realidad en sentido espiritual en el pueblo de Dios. Como creyentes, tenemos un propósito y una meta, sabemos hacia dónde vamos y cómo llegar hasta allí. Esto nos da confianza mientras seguimos adelante cumpliendo el llamado del Señor para nuestra vida. Cuando los demás perciban esta clase de confianza, los perdidos se nos acercarán para que les indiquemos hacia dónde ir.
Dios siempre ha mantenido una presencia en la tierra para que la gente pueda encontrarlo. Su primera manifestación para el mundo fue la nación de Israel (Isaías 42:6). Después, Salomón oró para que el gran nombre de Dios atrajera a la gente hacia Él (1 Reyes 8:41-43). La luz de la nación judía alcanzó su punto culminante con Jesús, «la luz del mundo» (Juan 9:5). Y ahora, los seguidores de Cristo deben ser los que iluminen a la humanidad (Mateo 5:14). Como tales, tenemos la responsabilidad de mostrarle a la gente qué debe hacer para reconciliarse con Dios (2 Corintios 5:18).
—JAL
Para sacar a otros de la oscuridad del pecado, deja que vean tu luz.
NUESTRO PAN DIARIO
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Amor heredado
“Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.”
1 Juan 4:19
Seguramente alguna vez se haya puesto a pensar en el amor que le han brindado sus padres, o quizá en el que le han negado. Pero hoy yo no lo estoy invitando a volver al pasado. No, sino que lo invito a mirar el mayor amor que alguien pudo haber tenido por su vida. El amor de Dios por nosotros.
Es que usted hoy puede amar como Dios lo ama porque ya ha recibido ese amor. Dios lo amó primero y le dio a su hijo Jesucristo, como muestra de ese amor. Y a través de Cristo le entregó ese amor. Ahora nosotros lo estamos aprendiendo de la Palabra para activarlo y poder fluir en el amor. Entonces muchas veces va a haber gente que no le va a caer bien o que le haga algo malo, y es ahí donde será desafiado a moverse en el amor de Dios. Es muy fácil atrapar la cultura de este mundo que dice: la cosa no va en la familia, nos separamos, vos te llevas a unos de los chicos, yo a otro, cada uno por su lado. Eso hace el sistema del mundo, el del reino de Dios es restitución y restauración. Esta es una familia y en la familia hay de todo. Tenemos que crecer en amor para ser como nuestro hermano mayor, el primogénito. Tenemos que amar como el ama, perdonar, bendecir y es un desafío. Tiene mucho poder congregarse con la familia correcta de Dios, recibir la Palabra de destino y aceptar el desafío de caminar en la fe.
… [el] Señor, […] no ha rehusado a los vivos la benevolencia que tuvo para con los que han muerto… —Rut 2:20
Si Noemí había soñado con volver próspera y exitosa a su antiguo hogar, entrar en Belén probablemente fue una pesadilla. Mientras vivía en una tierra extraña, había perdido a su esposo y a sus dos hijos, y regresaba con una sola nuera y un corazón inundado de tristeza. «No me llaméis Noemí [placentera], sino llamadme Mara [amargada]», les dijo a sus antiguos vecinos, «porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso» (Rut 1:20).
Pero la historia no terminó allí. Cuando la desanimada Noemí vio la mano de Dios obrando en la vida de Rut, dijo: «… [el] Señor, […] no ha rehusado a los vivos la benevolencia que tuvo para con los que han muerto…» (2:20). Lo que parecía un camino sin salida se había convertido en una puerta abierta para estas dos mujeres que habían perdido tanto.
El libro de Rut, en el Antiguo Testamento, es una historia maravillosa. La constante mención del Señor en el breve relato le infunde una dulzura y una gracia asombrosas.
A través de Noemí y de Rut, se nos recuerda que Dios obra de maneras sorprendentes para dar a conocer su amor y llevar a cabo sus propósitos; aun durante los tiempos difíciles.
Las sorpresas divinas continúan existiendo para que podamos cobrar ánimo. El Señor no ha dejado de mostrar su bondad hacia ti y hacia mí.
—DCM
Las provisiones divinas que vemos nos enseñan a confiar en sus propósitos invisibles.
Atraer a los perdidos
Lectura: 2 Corintios 5:12-21
Yo, la luz, he venido al mundo… —Juan 12:46
A mi amiga Ana, las personas suelen detenerla en la calle para pedirle que les dé indicaciones sobre cómo llegar a alguna parte. Esto le ha sucedido aun en otros países donde es extranjera. Ella se pregunta si será porque tiene cara de buena persona y parece confiable. Yo sugerí que tal vez se debía a que da la impresión de saber hacia dónde está dirigiéndose. Otra amiga dijo que quizá sea porque atrae a los perdidos.
Todos estos atributos deberían ser una realidad en sentido espiritual en el pueblo de Dios. Como creyentes, tenemos un propósito y una meta, sabemos hacia dónde vamos y cómo llegar hasta allí. Esto nos da confianza mientras seguimos adelante cumpliendo el llamado del Señor para nuestra vida. Cuando los demás perciban esta clase de confianza, los perdidos se nos acercarán para que les indiquemos hacia dónde ir.
Dios siempre ha mantenido una presencia en la tierra para que la gente pueda encontrarlo. Su primera manifestación para el mundo fue la nación de Israel (Isaías 42:6). Después, Salomón oró para que el gran nombre de Dios atrajera a la gente hacia Él (1 Reyes 8:41-43). La luz de la nación judía alcanzó su punto culminante con Jesús, «la luz del mundo» (Juan 9:5). Y ahora, los seguidores de Cristo deben ser los que iluminen a la humanidad (Mateo 5:14). Como tales, tenemos la responsabilidad de mostrarle a la gente qué debe hacer para reconciliarse con Dios (2 Corintios 5:18).
—JAL
Para sacar a otros de la oscuridad del pecado, deja que vean tu luz.
NUESTRO PAN DIARIO
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Amor heredado
“Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.”
1 Juan 4:19
Seguramente alguna vez se haya puesto a pensar en el amor que le han brindado sus padres, o quizá en el que le han negado. Pero hoy yo no lo estoy invitando a volver al pasado. No, sino que lo invito a mirar el mayor amor que alguien pudo haber tenido por su vida. El amor de Dios por nosotros.
Es que usted hoy puede amar como Dios lo ama porque ya ha recibido ese amor. Dios lo amó primero y le dio a su hijo Jesucristo, como muestra de ese amor. Y a través de Cristo le entregó ese amor. Ahora nosotros lo estamos aprendiendo de la Palabra para activarlo y poder fluir en el amor. Entonces muchas veces va a haber gente que no le va a caer bien o que le haga algo malo, y es ahí donde será desafiado a moverse en el amor de Dios. Es muy fácil atrapar la cultura de este mundo que dice: la cosa no va en la familia, nos separamos, vos te llevas a unos de los chicos, yo a otro, cada uno por su lado. Eso hace el sistema del mundo, el del reino de Dios es restitución y restauración. Esta es una familia y en la familia hay de todo. Tenemos que crecer en amor para ser como nuestro hermano mayor, el primogénito. Tenemos que amar como el ama, perdonar, bendecir y es un desafío. Tiene mucho poder congregarse con la familia correcta de Dios, recibir la Palabra de destino y aceptar el desafío de caminar en la fe.
Declare: Voy a sembrar semillas de amor y perdón, voy a sembrar semillas financieras que traerán una cosecha sobrenatural. Voy a sembrar semillas de fe en la gente.
Comience hoy a sembrar semillas de amor en corazón de la gente. A dondequiera que vaya dé amor, sea un testimonio vivo del amor que Dios tuvo por usted. Recuerde que él lo amó primero y que como muestra de ese amor entregó a su único hijo, a Jesucristo. Ese es el mayor amor que alguien pudo haber tenido por su vida. Si sus padres le negaron amor, perdónelos y ámelos como Dios lo amó a usted. Si un enemigo lo lastimó, perdónelo y ámelo como Dios lo amó a usted primero. El amor de Dios tiene poder para cambiar todo su entorno. Comience a manifestarlo hoy y verá grandes cambios.
Oración: Padre, hoy conozco que tengo tu amor en mi vida que tiene poder para cambiar vidas, familias, ambientes. Comenzaré a manifestarlo cada día perdonando a aquellos que me hacen daño porque tú me amaste primero aún siendo pecador. Gracias por amarme. Seré un testimonio vivo de tu amor, en el nombre de Jesús, amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo, Argentina.
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