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jueves, 29 de diciembre de 2016

Vivir en la luz



… las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra (v. 8).
Lectura: 1 Juan 2:3-11
La Biblia en un año: Apocalipsis 5
Era una mañana oscura. El cielo estaba cubierto de nubes bajas y grises, y la atmósfera estaba tan sombría que tuve que encender las luces para leer. Acababa de sentarme, cuando, de repente, la habitación se iluminó. Levanté la mirada y vi que el viento estaba llevando las nubes, y el cielo se había limpiado y aparecido el sol.
Mientras iba hacia la ventana para contemplar la escena, me vino a la mente un pensamiento: «las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra» (1 Juan 2:8). El apóstol Juan escribió estas palabras a los creyentes para transmitirles ánimo. Y agregó: «El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo» (v. 10). Por contraposición, equiparó el odiar a las personas con deambular en la oscuridad. El odio desorienta; nos quita el sentido de rumbo moral.
No siempre es fácil amar a las personas. Sin embargo, mientras miraba por la ventana, recordé que, tanto la frustración como el perdón y la fidelidad, forman parte del proceso de mantenerse en comunión plena con el amor y la luz de Dios. Cuando decidimos amar en vez de odiar, demostramos nuestra relación con el Señor y reflejamos su fulgor ante quienes nos rodean. «Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él» (1 Juan 1:5).
Señor, ayúdame a reflejar tu luz de gracia y misericordia.
Decidir amar a las personas muestra al mundo cómo es Dios.
                                
¡Buena noticia!
He aquí sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz… (v. 15).
Lectura: Nahum 1:7-15
La Biblia en un año: Apocalipsis 4
Internet, televisión, radio, dispositivos portátiles… todos nos bombardean con noticias que, en su mayoría, son malas: crímenes, terrorismo, guerras, problemas económicos. Pero también aparecen noticias buenas que alivian la tristeza y la desesperación: actos de abnegación, descubrimientos médicos y posibles acuerdos de paz.
Las palabras de dos hombres del Antiguo Testamento llevaron mucha esperanza a personas abrumadas por los conflictos. Nahum declaró en medio de un inminente juicio: «Ya se oyen sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz» (Nahum 1:15 RVC). E Isaías expresa una frase similar: «¡Cuán hermosos son, sobre los montes, los pies del que trae buenas nuevas! Los pies del que anuncia la paz, del que trae buenas noticias, del que anuncia salvación» (Isaías 52:7 RVC).
Las palabras de esperanza de ambos profetas se cumplieron definitivamente en la primera Navidad, cuando el ángel les dijo a los pastores: «No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor» (Lucas 2:10-11).
El titular más importante cada día es la mejor noticia de todas: ¡Nació Cristo, el Salvador!
Dios, gracias por la buena noticia de la salvación en Jesús.
¡El nacimiento de Jesús es la mejor noticia que ha recibido el mundo!
Nuestro Pan Diario

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