Por Poh Fang Chia
Alabad al Señor, naciones todas; pueblos todos,
alabadle (v. 1).
Leer: Salmo 117
La Biblia en un año: Zacarías 1–4; Apocalipsis
18
Cuando recién había creído en Jesús como Salvador,
un consejero espiritual me instó a escribir un diario de agradecimiento: un
librito que llevaba a todas partes. A veces, registraba un motivo de
gratitud de inmediato. Otras, lo escribía el fin de semana mientras
dedicaba un tiempo a reflexionar.
Registrar notas de alabanza es una buena costumbre;
algo que estoy considerando volver a hacer. Me ayudaría a tomar conciencia de
la presencia del Señor y dar gracias por su cuidado y provisión.
En el salmo más corto de la Biblia, el 117, el
escritor insta a todos a alabar al Señor «porque ha engrandecido sobre
nosotros su misericordia» (v. 2).
¿Cómo te ha mostrado el Señor su misericordia hoy,
esta semana, este mes o este año? No busques cosas espectaculares. Su
misericordia se ve en las circunstancias comunes y corrientes de cada día.
Piensa en cómo la ha mostrado hacia tu familia, iglesia y otras personas.
Inunda tu mente de la grandeza de su misericordia para todos.
El salmista agregó: «Y la fidelidad del Señor es
para siempre» (v. 2, énfasis agregado). En otras palabras, ¡Él seguirá
amándonos! Por eso, tendremos muchas cosas para alabar al Señor en el futuro.
¡Que la gratitud a Dios caracterice nuestras vidas!
Señor, hoy quiero decirte: «¡Gracias por tu
misericordia y fidelidad!».
Da gracias a Dios por lo común y corriente así
como por lo extraordinario.
Situaciones cotidianas
Por Em
El corazón alegre hermosea el rostro; mas por el
dolor del corazón el espíritu se abate (v. 13).
La Biblia en un año: Zacarías 5–8; Apocalipsis
19
Coloqué las bolsas en mi auto y, con cuidado, salí
del estacionamiento. De repente, un hombre se cruzó, sin darse cuenta de que yo
salía. Apreté el freno a fondo y evité atropellarlo. Sobresaltado, él levantó
la vista y se encontró con mi mirada… En ese momento, supe que debía decidir entre
responderle enojada o sonreírle a manera de perdón. Sonreí.
El alivio se le vio en la cara, y
sonrió agradecido.
Proverbios 15:13 dice: «El corazón alegre hermosea
el rostro; mas por el dolor del corazón el espíritu se abate». ¿El escritor
está diciendo que debemos sonreír frente a toda interrupción, decepción e
inconveniente de la vida? ¡Por supuesto que no! Hay momentos para el lamento
genuino, la desesperación e, incluso, el enojo ante las injusticias. Pero, en
las situaciones cotidianas, una sonrisa puede brindar alivio, esperanza y la
gracia necesaria para seguir adelante.
Quizá la idea del proverbio es que una sonrisa
brota naturalmente de la condición de nuestro ser interior. Un «corazón alegre»
está en paz, satisfecho y confiado en que Dios siempre hace lo mejor. Con esta
clase de corazón, podemos reaccionar ante las circunstancias sorprendentes con
una sonrisa franca, que invita a los demás a abrazar la esperanza y la paz que
pueden experimentar en Dios.
Señor, ayúdame a reflejar un corazón gozoso.
«… animaos unos a otros, y edificaos unos a
otros…». 1 Tesalonicenses 5:11
Nuestro Pan Diario
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