¿Se fijó que cuando usted mira mucho los noticieros que están cargados de malas noticias, luego termina hablando negativamente? ¿De qué me está hablando Apóstol? Mire, muchas veces nos pasamos todo el día viendo el noticiero y no estoy diciendo que no lo mire. Pero cuando miramos tantas cosas negativas: robos, inseguridad, asesinatos, pobreza y muchas cosas más, entran en nuestra mente y nos atemorizan. Entonces si usted deja que lo negativo vaya entrando, sus palabras van a empezar a alinearse a esa forma negativa de pensar y va a hablar y actuar de manera negativa. ¿No se encontró hablando en el almacén o con una vecina sobre lo que había oído en la radio o visto en la televisión? Cuando dejamos entrar el temor en nuestra vida estamos rechazando la fe, porque no estamos creyendo lo que Dios dice en su Palabra. Él dice que tenemos salud, estamos bendecidos, que sus ángeles nos guardan, que moramos bajo sus alas. Cuando usted no cree está dudando y cualquier cosa de duda que usted piensa hace que dentro suyo se vaya construyendo un muro de duda.
Cuando usted recibe por su oído la Palabra de Dios y la planta en su interior, lo negativo va a tener que salir. Pero si le da lugar a lo negativo y lo confiesa, un día le pone un ladrillo de duda y otro día otro. Fíjese el versículo de Job. Dice que le vino lo que tanto temía. Observe esto: cuando le da lugar a un pensamiento de temor en su vida, va expandiendo el temor. El temor tiene el mismo poder que la fe, pero a la inversa. El temor atrae al enemigo y a la desgracia. Usted tiene la Palabra para echar fuera el temor. No hable palabras negativas acerca de su propia vida, porque se expanden en su interior. Eso lo hacen los insensatos.
Por eso cuando usted se congrega se conecta con gente de fe, que habla fe, que escucha fe y va recibiendo Palabra de sabiduría, va renovando pensamientos y su visión, tiene un llamado de Dios para prosperar y tener una familia bendita.
Viva éste presente haciendo cambios con la Palabra. Entonces usted mismo le va a ir cerrando puertas a la negatividad en su manera de pensar, y eso va a dar como resultado que tampoco la negatividad esté en su manera de hablar. Se estará alineando correctamente a la Palabra de Dios. Usted puede hacerlo. Comience hoy mismo declarando palabras de fe para su vida y la de su familia.
Oración: padre, hoy me alineo a tu Palabra. Creo que tu me guardas, que estoy bendecido, que tengo salud y que voy de gloria en gloria. Lo creo y lo recibo. En el nombre de Jesús, amén.
Cuando usted recibe por su oído la Palabra de Dios y la planta en su interior, lo negativo va a tener que salir. Pero si le da lugar a lo negativo y lo confiesa, un día le pone un ladrillo de duda y otro día otro. Fíjese el versículo de Job. Dice que le vino lo que tanto temía. Observe esto: cuando le da lugar a un pensamiento de temor en su vida, va expandiendo el temor. El temor tiene el mismo poder que la fe, pero a la inversa. El temor atrae al enemigo y a la desgracia. Usted tiene la Palabra para echar fuera el temor. No hable palabras negativas acerca de su propia vida, porque se expanden en su interior. Eso lo hacen los insensatos.
Por eso cuando usted se congrega se conecta con gente de fe, que habla fe, que escucha fe y va recibiendo Palabra de sabiduría, va renovando pensamientos y su visión, tiene un llamado de Dios para prosperar y tener una familia bendita.
Viva éste presente haciendo cambios con la Palabra. Entonces usted mismo le va a ir cerrando puertas a la negatividad en su manera de pensar, y eso va a dar como resultado que tampoco la negatividad esté en su manera de hablar. Se estará alineando correctamente a la Palabra de Dios. Usted puede hacerlo. Comience hoy mismo declarando palabras de fe para su vida y la de su familia.
Oración: padre, hoy me alineo a tu Palabra. Creo que tu me guardas, que estoy bendecido, que tengo salud y que voy de gloria en gloria. Lo creo y lo recibo. En el nombre de Jesús, amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo, Argentina.
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