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martes, 6 de abril de 2010

Sanidad para las culpas

Por. Bernardo Stamateas*, Argentina.

Los seres humanos, a lo largo del día, experimentamos distintas emociones; por eso es importante entender cómo funciona nuestro mundo interior. Emoción no es igual a sentimiento. Una emoción viene y se va, aparece en el cuerpo para luego desaparecer. Un enojo, llanto, miedo, alegría, por ejemplo, duran unos minutos para irse nuevamente. En cambio un sentimiento permanece a través del tiempo. La culpa es un sentimiento y, generalmente, puede durar toda la vida, especialmente si se origina en el núcleo familiar.
¿Cuándo una familia puede originar culpa?
Por desgracias familiares.
Nacer en una familia donde los padres se separan, o si uno de los progenitores estaba enfermo o con depresión, o si un hermano murió de pequeño, o cualquier otra desgracia genera culpas. Y, sobre todo, si a la persona le va bien en la vida y en su familia continúan las dificultades.
Por sucesos negativos.
Cuando la familia sufre y no hace nada, indirectamente se siente culpable por una demanda no explícita: "me tenés que ayudar". Conocí a una chica que su marido era un vago, no trabajaba; para obtener dinero vendía las cosas de la casa: el sillón, la jarra, la máquina de coser con la que ella trabajaba... Ella vino llorando y a pedirnos que habláramos con él; entonces le pregunté: "¿y vos, qué estás haciendo? ¿Hablaste con él?" No, ella no hacía nada. Debemos saber que la persona que llora y no hace nada para salir de su situación dolorosa, está transmitiendo culpa.
Porque otros sufren más.
Una nena tenía un globo inflado con helio y se le escapó, fue corriendo donde estaba su mamá y ésta sacó de su escritorio una foto de dos niños africanos muertos de hambre, y le dijo:"éstos sí que sufren, sos una desagradecida". La niña quedó traumatizada durante toda su vida por aquella afirmación: "te quejás por un globo mientras hay tanta gente que sufre de hambre". Las personas como esta niña, serán los que luego dirán:"te robo un minutito", "te puedo molestar cinco minutos", siempre se sentirán mal frente a los demás, como si estuvieran de sobra en la vida.
Por ser distinto.
Cuando son distintos al resto de la familia, porque piensan diferente lo consideran como un traidor: "y... se casó con "esa" que la familia no acepta", "se mueve en un medio que no es como el ámbito familiar". Hay gente que se hizo atea porque su familia era muy religiosa y por eso estuvo condenado, por pensar diferente. Si una persona crece con culpa, podrá transformarse en un sentimiento que llevará por siempre y sin darse cuenta. Se identifican por tres características:
1º- Buscan ser lastimados.
Eligen relaciones donde los maltratan: pastores que los lastimen, iglesias que castigan, mensajes que sancionan... porque necesitan sufrir. Dicen:"siempre ocurre lo mismo, me engancho con hombres golpeadores, manipuladores, con los peores". Es que se siente una basura, entonces, inconscientemente, buscan condenación o juicio.
2º- Buscan lastimarse.
La crítica es una semilla que entra en el corazón y crece para convertirse en una voz interna que condena. Hay personas que se auto castigan, no necesitan que otro les pegue:"¡cómo pude haber dicho eso!, estuve muy mal"; "tendría que haberme callado"; "por qué lo hice así, podría haberlo hecho mejor"... La auto crítica es el resultado de las culpas incorporadas y que se transformaron en voces internas condenatorias permanentemente. Una chica me decía: "me violaron porque estaba vestida provocativa". Y le dije: "no, nada tiene que ver una cosa con la otra". Pero ella seguía insistiendo: "si me hubiese tapado, no habría provocado". La culpa, por lo que le pasó, la condena.
3º- Lastiman a los demás.
Lucas Márquez dice:" David venció a Goliat con un cascotazo, pero un problema fue para David vencer el ataque, la crítica, de sus hermanos, de su familia. Las crisis son un trámite y, lo más importante, es saltear toda culpa que viene desde la familia. Lastiman y después se quejan: no hay iglesias que les venga bien, ni hijo que le venga bien, y si son tratados bien, ¡peor!
Juan el bautista le dijo a Herodes:"te estás acostando con la esposa de tu hermano, y eso está mal". Juan, lo estaba ayudando, lo quería hacer reflexionar que no podía estar en adulterio, que era malo para su vida; y Herodes, en lugar de agradecerle, le cortó la cabeza. Así actúa la gente culpable, les corta la cabeza a los que los quieren y quieren ayudarle. El culpable siempre busca el dolor, que lo lastimen, lastimarse así mismo o lastimar a los demás; porque detrás de la culpa se encubre la omnipotencia que lo hacer revisar el pasado para manejar su vida.
Para sacar las culpas debe aceptar que es impotente.
Debemos ser libres de las culpas familiares porque el dolor no es nuestra herencia sino la abundancia. Mi herencia no es lastimar a otro, ni auto lastimarme ni ser lastimado por otro sino bendecir a las familias de la tierra, ser bendecido, bendecir y bendecirme.
Si me equivoco, pedir perdón
El pecado es algo que te va a ser mal, dice Dios, "no peques porque te vas a lastimar y el dolor no es tu herencia sino la bendición". Dios dice: no adulteres; no engañes; no mientas; no maltrates; no odies por te va dañará. Y puso la sangre de Cristo por si desobedecemos y lo confesamos, Él nos perdona rápidamente. Enseñanza: si pecamos, rápidamente debemos arrodillarnos y confesar: "Padre perdóname, reconozco que me equivoqué", y la sangre de Cristo te limpia.
Miles Monroe -uno de nuestros mentores-, contó que el capellán de una universidad cristiana muy importante en los Estados Unidos había dicho algo fuera del lugar. El rector lo llamó y le dijo:"usted dijo algo malo, por favor reconózcalo". El hombre empezó a justificarse, por veinte minutos trataba de explicar por qué lo había hecho y le dijo: "Mire hermano, está reunión ya tendría que haber terminado, usted debería haber reconocido que se equivocó, pedir perdón y ya se hubiera terminado el tema, pero tratando de dar explicaciones sólo está embrollando." "Cuando nos equivoquemos resolvamos rápido, dejemos de echar culpas, reconocer, pedir perdón, y la sangre de Cristo, automáticamente, nos limpia de todo pecado".
Reparar el daño producido.
Si mandaste una carta como misil a alguien, ahora debes mandar otra carta de bendición para "reparar"; si robaste lo devolverás con intereses; si hablaste mal de otro, ahora vas a hablar bien, eso es reparar. Zaqueo dijo:" yo le robé a los pobres, se lo voy a devolver triplicado", eso es reparar. Hay momentos en los que necesitamos reparar.
Explicitar mi culpa.
Había un empresario muy prosperado, que fue a esquiar. El hombre se enamoró de ese deporte y fue a ver a sus padres, ya viejitos, porque sentía culpa. Le dijo a su padre: "siento culpa porque me gusta esquiar y, además estoy trabajando todo el día. Me siento mal porque no vengo a verlos". Y el padre le dijo:"Hijo, ve tranquilo y disfruta. No te preocupes, hablaremos por teléfono; pasala bien, nosotros estamos bien". ¿Qué hizo el padre? Lo liberó de la culpa. Así debemos liberar a los demás de toda culpa. Si algo te hace sentir mal, declaralo, porque la culpa trabaja en soledad y silencio. Debes entender que naciste para sobresalir y para la abundancia, no para el dolor. ¡Preparate para ser destacado!
Existen millones de flores y cada una es distinta; de la misma manera Dios no reproduce gente con una máquina, Él es un diseñador y somos, cada uno, un modelo único construido por sus manos, somos exclusivos. Louis Armstrong, cuando era joven, asistió a una prueba de música, se puso a cantar y le dijeron:"usted no sabe nada de música, no va a llegar a ningún lado", y él se fue llorando. Pero dejó de llorar y se dijo "Yo sé, que dentro mío hay música". No permitas que te escondan en el montón, hay gloria, bendición, luz, dones en tu interior, porque Cristo habita en vos.
Vivir al ciento por ciento.
La gente es responsable de sus propios pensamientos, decisiones y acciones. Si te dicen:"vos me dijiste que yo haga esto", respondé: No, sos el responsable de tus decisiones, no me hagas cargo".
"Estoy enojado con vos". Ése, es tu problema, el enojo está adentro tuyo, no tengo nada que ver.
No sos responsable de las decisiones de nadie; ni veas al otro como una víctima cuando dice:"me tenés que ayudar porque estoy sufriendo"; "me tuvo cinco horas en el teléfono" No, estuviste cinco horas porque quisiste. "Me tratan como la criada". Vos decidís serlo. Hay gente experta en acusar, y cada uno es responsable ciento por ciento de su vida, tiene libre albedrío, no te sientas mal por lo que otros deciden.
Guiesi, el criado del profeta Eliseo, habría recibido la herencia espiritual de su maestro según la ley. Un día llegó el general del ejército enemigo, enfermo de lepra y le dijo a Eliseo: "yo sé que tu Dios vive y quiero que me sane". Eliseo le indicó que se sumergiera siete veces en el río. Aunque primero se enojó porque el río era muy sucio, luego obedeció y, en la séptima vez que salió del río, su piel quedó sana como la de un bebé. El general quiso darle regalos a Eliseo, y no aceptó (es que quería aprovechar ese contacto para otra oportunidad) a pesar de la insistencia de Naamán. Guiesi estaba escuchando y cuando el general se alejaba, lo persiguió y le dijo, mintiendo, que su maestro aceptaba lo que quería darle. Le dio dinero y unos vestidos (como diez millones de dólares), y el criado se lo escondió.
Eliseo, que sabía lo que había hecho su siervo, lo estaba y le preguntó:"¿dónde estuviste? Vi en el espíritu que tomaste la plata que yo no acepté, por eso la lepra de Naamán se te pegará, y a toda tu familia, para siempre". Siete capítulos más adelante, leemos que estaba el rey y a su lado un consejero -que era Guiesi- que le contaba de cuando Eliseo resucitó al hijo de la mujer. Justo en ese instante llega una mujer a pedir que le devuelvan su casa que se la habían quitado, y el consejero dijo: "esta es la mujer que te hablaba", y le cuenta la historia.
¿Cómo es que Guiesi, que quedó leproso cuando robó el dinero ya no lo estaba más?, ¿qué pasó, si la palabra de Eliseo era que estaría leproso toda la vida? La respuesta está en el relato intermedio. Cuenta la historia, que había un hambre muy grande en la ciudad, ¡tanto! que dos mamás se pusieron de acuerdo en matar a sus hijos y comérselos, tal era el grado de locura. Una de las madres mató a su bebé, lo cocinaron y comieron. Pobreza, locura, miseria, espanto... y cuando terminaron la otra dijo que mataran al otro bebé y la primera dijo que "no" (porque ya estaba llena). Cuando el rey se enteró se volvió loco, la gente desfallecía, los animales se morían, entonces mandó a preguntar al profeta por qué ocurría todo eso. Y Eliseo respondió:"mañana, a esta hora todo se normalizará". El criado le dijo: "es una tontería, esto no se arregla ni aunque baje Dios", y el profeta respondió: "mañana lo vas a ver, pero no lo disfrutarás". El criado llegó ante el palacio para trasmitir el mensaje del profeta, y en la puerta había cuatro leprosos, mendigos, que se estaban muriendo, y dijeron: "de todas formas moriremos, así que vayamos al campamento enemigo, tal vez tengan misericordia y nos den de comer. Los cuatro fueron al campamento enemigo y descubrieron que allí no había nadie, pues durante la noche Dios les hizo ruido, y huyeron pensando en un ataque. Los leprosos comieron de todo, empezaron a reunir plata y la escondían, hasta que se dijeron: "no está bien lo que hacemos, compartamos con el rey y su pueblo"
Esos cuatro leprosos eran Guiesi y sus hijos. Guiesi recordó haber vivido aquella situación cuando corrió a Naamán para pedir los regalos que luego guardo y quedó leproso; entonces fueron a comunicarlo al rey. Dios te va a dar la revancha, te pondrá en el mismo escenario donde caíste para que te vuelvas a levantar, pasarás la misma prueba que te hundió en el infierno; te dará una prueba igual para que vuelvas a subir al cielo. Quiero hablarle a los que hicieron algo malo y se hundieron por culpa, Dios te dará otra oportunidad y, no importa que estés con lepra, o que nadie te conozca, que no tengas nombre, tendrás otra oportunidad y serás el consejero del rey. El criado que no creyó a Eliseo la profecía, fue enviado por el rey a investigar al campamento enemigo, y cuando el pueblo se enteró donde había comida corrieron y pisaron al que estaba en la puerta y se murió. Ese siervo representa a la iglesia incrédula, a los cristianos que Dios les prometió prosperidad y no creyeron, verán la abundancia pero no la disfrutarán.
Y Guiesi fue consejero del rey.
¿Estabas enfermo?, quedarás sano; ¿tus hijos estaban en bancarrota?, quedarán bendecidos. Guiesi representa a los cristianos que hemos caído, nos ha dolido, hemos sufrido, pero creímos que Dios da nuevas oportunidades. Preparate porque el pueblo muerto de hambre se va a enterar que han descubierto la abundancia en la casa del Señor, vendrán corriendo a buscar el pan de vida y terminaremos al lado del rey, hablando maravillas. Dolor no es tu herencia sino abundancia. Cuando pensás en la gente, Dios siempre te dará grandes oportunidades, volverás de la muerte pero te levantarás, y en la nueva oportunidad, Dios pone tu nombre adelante.
*Rev. Bernardo Stamatea, es Licenciado en Psicologia y Teología, pastor bautista. Iglesia Bautista Presencia de Dios, Bs As. Argentina.

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