Marcos 2:1-5; Miqueas 2:13
Aquí tenemos a cuatro personas que están cargando con un amigo que está lisiado, lo cargan en la camilla: Llegan donde está Jesús hablando, pero hay tanta gente que no pueden entrar. Entonces dan la vuelta por la casa, consiguen una escalera, suben al techo, hacen un agujero en el techo, y lo bajan. Jesús está enseñando y al ver la fe de los cuatro hombres que bajan al paralítico, le dice a éste: "tus pecados te son perdonados", y el hombre es sanado.
Siempre vamos a llegar a un techo.
El techo representa un límite, representa algo que nos frena, representa el final de una etapa. Siempre nosotros vamos a llegar a un techo en todas las áreas, a un techo económico, a un límite vocacional, a un límite intelectual, a un estado de meseta espiritual. Siempre en todo recorrido hay un techo. El techo no es un castigo ni una puerta, es un límite al que todos vamos a llegar. Porque todo crece y alcanza un momento de meseta donde aparece un freno, un límite. Detrás de ese techo siempre hay una bendición.
Detrás del techo está Jesús esperando.
Cuando vos rompés tu techo y quebrás tu límite, siempre el Señor te va a estar esperando detrás. Él te va a estar esperando detrás del límite económico, del límite familiar, del límite afectivo. Dios va a marcar un antes y un después, cuando rompas el techo. Siempre en los techos van a aparecer los estados de meseta. ¿Cuántas veces te sentiste estancado, sentiste que llegaste a un momento donde no pudiste avanzar más en un área? Eso es normal. Lo importante es que rompas el techo, porque detrás del techo está el gran milagro que estabas esperando. John Maxwell dice que hay personas que pelean por un souvenir, aquello que se regala en un evento; otras personas pelean por un trofeo, lo que se regala en un campeonato; pero hay otras personas que pelean por un legado, esto es lo que se deja en las próximas generaciones.
Dios va a ungir tus manos.
Nosotros no estamos para un souvenir, ni para un trofeo. Estamos aquí para dejar una bendición que perdure para nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos. Entonces cuando llegamos al techo, que es el límite, el freno, el estancamiento, ¿Qué hacemos? ¿Lo aceptamos o lo rompemos? Ellos rompieron el techo y recibieron su milagro. Dios va a ungir tus manos con fuerza divina para que todo límite que aparezca sea roto por tus manos en el nombre del Señor.
Cierto hombre recibió la visita de un ángel que le comunicó que le esperaba un futuro glorioso. Se le daría la oportunidad de hacerse próspero, de lograr una posición importante y respetada dentro de la comunidad, y de casarse con una mujer muy hermosa y buena. Ese hombre pasó su vida esperando los milagros, pero nunca ocurrieron, se murió sólo y pobre. Cuando llegó a las puertas del cielo vio al ángel que lo había visitado tiempo atrás y protestó: "Me mentiste, me prometiste riquezas, una buena posición social, una bella esposa. Me he pasado la vida esperando en vano". "Yo no te hice esa promesa", replicó el ángel, "te prometí la oportunidad de riquezas, una buena posición social y una esposa hermosa". El hombre estaba intrigado. "No entiendo lo que quiere decir", confesó.
"¿Recuerdas que tuviste una vez la idea de poner un negocio pero el miedo al fracaso te detuvo, y nunca lo pusiste en práctica?". El hombre asintió. "Al no decidirte unos años más tarde, se le dio la idea a otro hombre que no permitió que el miedo al fracaso le impidiera ponerlo en práctica. Recordarás que se convirtió en uno de los hombres más ricos del reino".
"Recordarás", prosiguió el ángel, "en una ocasión que un terremoto sacudió la ciudad, derrumbó muchos edificios y miles de personas quedaron atrapadas en ellos; tuviste la oportunidad de ayudar a encontrar a alguien y rescatar a los sobrevivientes, pero no quisiste dejar tu hogar, sólo por miedo a que los saqueadores robasen tus pertenencias. Así que ignoraste la petición de ayuda y te quedaste en casa." El hombre asintió con vergüenza. "Esa fue tu gran oportunidad de salvarle la vida a cientos de personas con lo que hubieras ganado el respeto de todos ellos", continuó el ángel.
"Por último ¿recuerdas aquella mujer pelirroja que te había atraído tanto, la creías incomparable con cualquier otra y nunca conociste nadie igual. Sin embargo pensaste que esta mujer no se casaría con alguien como tú, y para evitar el rechazo, nunca te le declaraste". El hombre volvió a asentir pero entre lágrimas dijo: "¡Sí, amigo mío, a todos se nos ofrecen a diario muchas oportunidades pero muy a menudo tomamos malas decisiones y las dejamos pasar por nuestros miedos e inseguridades".
Cuando aparezca un límite vos tenés que orar por tus manos porque ese límite tiene que ser roto en el nombre del Señor.
Cuando estos hombres subieron al techo, empezaron a romperlo, esto es una actitud. Lo más importante en la vida es nuestra actitud . Nuestra actitud es cómo reaccionamos a las cosas que nos pasan. Todos tenemos una manera de reaccionar, una actitud, y nuestra manera de reaccionar es más importante que aquello que nos pasa ¿Cuando alguien te insulta, qué hacés? ¿Cuando alguien te desprecia, qué hacés? ¿Cuando te engañan, qué hacés? ¿Cuando te mienten, qué hacés?. Lo que hacés es más importante que lo que te han hecho; porque Dios siempre va a mirar no lo que te hicieron, sino lo que vos vas a hacer. Antes de que Dios te bendiga, Él va a ver tu reacción.
Jesús sabía que venía el paralítico y no lo dejaban pasar, ¿no era más fácil que Jesús dijese: "Muchachos, el Padre me está mostrando que todos están tapando la puerta por donde quiere pasar el paralítico. Paralítico, levántate y camina". Si Jesús sabía, ¿ por qué no lo sanó así? Porque Él observó la reacción de estos cuatro que pudieron haber reaccionado enojándose con la gente, pudieron haber reaccionado de muchas formas. Pero ellos subieron, y eso es un símbolo importante porque hay tres lugares desde donde podemos reaccionar:
1º-Desde abajo
Cuando viene un problema, te pasa algo malo, o alguien dice algo de vos, podés reaccionar desde abajo, desde el instinto. Reaccionás impulsivamente y decís lo que te venga a la boca, sin pensar. Es una reacción automática.
2º-Desde al lado
Hay gente que reacciona desde al lado. Si alguien te saluda, saludás; si alguien te escupe, escupís; si alguien te insulta, insultás; si alguien te trata bien, tratás bien. Es una reacción desde al lado de la persona.
3º-Desde arriba
O podemos colocarnos arriba de la situación, y reaccionar desde arriba porque Dios nos ha puesto arriba, por cabeza y no por cola. Estamos arriba y no abajo. Nosotros no reaccionamos instintivamente, no nos movemos mal con el "ojo por ojo y diente por diente".
Cuando alguien nos insulte, nos engañe, nos obstaculice, nos trate mal, nos ponemos arriba porque Dios nos ha puesto arriba para que desde allí rompamos los límites. El techo sólo lo rompe la gente que está arriba. Si estás arriba en la pobreza, la pobreza se va a romper; si estás arriba en la enfermedad, la enfermedad se tiene que ir. Y tengo una buena noticia: Dios nos ha sentado arriba en el cielo con Cristo para que gobernemos con Él. ¿Qué significa desde arriba? Que sigas aunque nadie te reconozca. Estar arriba significa que no devuelvas mal por mal, que aunque seas nadie para la gente, para Dios siempre serás amado y bendecido. Jesús estaba allí para sanar. La gente vio que traían un paralítico, ellos deberían haber hecho paso ya que éste era el que más necesitaba; cuando llegaron no los dejaron pasar, pero ellos se fueron arriba.
Cuando la gente te frene, andá arriba, vos no podes reaccionar en la carne, bajo impulso, bajo emoción. Nuestra ciudadanía es de arriba. La Biblia dice que estamos sentados arriba, que Dios nos colocó arriba. Somos como las águilas que cuando viene la tormenta nos vamos arriba, cuando nos viene la enfermedad nos vamos arriba, cuando viene la dificultad nos vamos arriba. Y desde allí rompemos todo techo.
Declará: "¡Voy a romper mis techos!"
Veamos ahora las puertas.
¿Cómo te imaginás vos a Jesús?
Hay personas que se imaginan a Jesús depresivo, como el de la película. Otros se imaginan que caminaba lento. Pero Jesús no era así, porque dice la Biblia que los niños lo seguían, y ellos no siguen a un depresivo, siguen a alguien alegre, a un payaso, a alguien carismático. Jesús hablaba horas, y la gente se quedaba y decían: "guau cómo habla esta persona". Algunos se lo imaginan a Jesús pobre, porque el hijo del hombre no tiene donde recostar su cabeza. Jesús le dio de comer a doce personas durante tres años, y el tesorero le robaba pero no quebró. Si vos tenés un almacén, le das de comer a doce de tu familia, y el tesorero te roba, quebrás. Jesús no quebró.
¿Cuántos saben que los poderosos no siguen a los pobres? Un poderoso no atiende a un pobre. Zaqueo era poderoso y millonario, y se subió a un árbol cuando pasaba Jesús, por que él vio que había más poder en Jesús que en los amigos poderosos que él tenía. Jesús no era pobre.
Otras personas se imaginan a Jesús flaco. Jesús nunca tuvo una gripe, nunca se enfermó. Lo único que hizo fue caminar, caminar, caminar y caminar. .Jesús caminaba y ministraba veinticuatro horas, estaba fuerte físicamente. Era carpintero. Debemos sacarnos esa imagen.
Otros se lo imaginan sin educación. Jesús hablaba de hogar, de dinero, de artesanías. Era un hombre brillante a nivel intelectual. Algunas personas se imaginan a Jesús el super-místico. Jesús iba a los casamientos, iba a los velatorios, se juntaba con los chicos, con las prostitutas, con los ladrones, con los pobres, con los poderosos, con los romanos. Se juntaba con todos, no era un místico aislado de la sociedad.
Jesús: el que abre brecha.
En este pasaje dice que el que abre brecha marchará al frente. La frase "el que abre brecha" es uno de los nombres para Jesús: "Abrir brecha" quiere decir "romper, despedazar, triturar y moler". Jesús es un rompedor. Tenés que dejar todas las ideas falsas de Jesús, y verlo hoy como el rompedor, aquél que va a romper, triturar y quebrantar todas las puertas que no nos dejan entrar. Él tiene un mazo en la mano, es el que quiebra, el que aplasta , el que tritura. ¿Y qué son las puertas? Puerta es tu imposible, algo que no podés abrir. Es esa enfermedad terminal por la cual no podés hacer nada; es esa miseria por la cual no podes hacer nada.
Los techos Dios no los rompe. Los techos los rompemos nosotros; las puertas las rompe Él. Orá por tu imposible para que Él lo rompa, y que se te revele como el demoledor, el rompedor. Vamos a decirle: "Padre, esta puerta no se abre pero declaramos que vos la vas a quebrar: ese diagnostico terminal, lo vas a romper, esa pobreza la vas a quitar. Y esa puerta se va a demoler en el nombre del Señor".
Mientras preparaba esta palabra, el Señor me hablaba: "Vos Bernardo no ores por techos, techos son lo que vos podés hacer. Vos tenés que orar por puertas". Hay personas que oran: "Padre, ayudame a estudiar" No, ese es tu techo, estudiá vos, eso lo podés hacer vos. Ahora Dios dice: "Los techos los rompen ustedes porque la puerta la voy a romper yo". Una puerta es un imposible, algo que humanamente nadie puede modificar, pero tenemos la promesa de que Él está parado delante del imposible y lo va a demoler.
Mi vida está marcada por mis expectativas imposibles, porque Dios es el demoledor de imposibles, y no por mis experiencias. Mis experiencias no me hacen elegir, yo elijo cosas imposibles porque mi Dios hace posible lo imposible. Mi vida está marcada por mis expectativas imposibles, no por los ejemplos ajenos. A mí no me importa si alguien lo logró, o si alguien no lo logró: Lo que me importa es que este imposible el Señor lo va a derribar. La palabra dice que Él va a demoler las puertas del imposible, porque para el que cree todo es posible. Mi vida está marcada por mis expectativas imposibles, no por mis emociones. No importa si soy negativo o positivo, lo que importa es que Dios va a derribar las puertas que están cerradas.
Nosotros entraremos por la puerta
Dios va a derribar primero nuestros imposibles, hoy vamos a confiar que el Espíritu santo los va a quebrar. "¡Esto es imposible!". Para esto lo llamamos al Señor, porque Él es el que demuele y abre las brechas. En segundo lugar dice que el pueblo va a entrar por la puerta, vas a capturar todas las bendiciones una vez que Dios derribe lo imposible. Hay personas que estuvieron orando por techos, y los techos se rompen. Pero cuando se derriben las puertas, nosotros entraremos por ellas, cruzaremos las puertas. La palabra cruzar en hebreo, significa "cruzador".
¿Cuál es la enseñanza? Dios no te va a dejar en el mismo lugar que hoy estás parado, al lado de la puerta. Porque cuando el Señor la rompa, los que estamos al lado vamos a entrar.
Mantenete al lado de tu imposible. Decí: "Imposible, no me voy a ir de acá, no me vas a robar la fe, puerta no me vas a echar por que el Señor te va a derribar y cuando te derribe, hoy estoy acá, pero mañana estaré adentro. Dios me hará un cruzador de ríos. ¡Gloria a Dios!".
Se viene un rompimiento de las puertas imposibles.
Debés estar al lado para que cuando caiga, captures la bendición. Algunos abandonaron su imposible, se fueron, y el Señor rompió su imposible y entró otro en su lugar. Nosotros nos vamos a quedar al lado. Te dijeron que no, el diablo te dijo que no. Vos decíle: "Diablo no, el que abre brecha va a quebrar la puerta y yo pasaré". Ajustáte los cordones para que no te tropieces, porque Dios te va a hacer cruzar por aquel lugar que parecía imposible. Creé que Aquél que resucitó de la muerte, Él que vive, es el que va a demoler todo.
Tomá esto de parte de Dios:
Va a ver un rompimiento de ciudades. Dios va a romper las ciudades para que vos las transites en victoria. La ciudad no te dejó ir a muchos lugares, no te dejó salir para que viajes a otros países. Dice la Biblia que Dios nos va a dar las ciudades asoladas. ¿Qué significa las ciudades asoladas? Dios nos dará todo lo que el diablo usó, lo asoló, lo desgastó. Dios nos lo volverá a dar y lo vamos a redimir, en su nombre. Vamos a recuperar las artes, la televisión mal utilizada. Nosotros repartiremos las ciudades asoladas, vamos a tomar las cosas que están mal, música, arte, profesiones destruidas vendrán a nuestra mano.
Viene un rompimiento de espacio. El que vivía en un ambiente se va a ir a tres, el que vivía en tres, se va a vivir a cinco, y el que vivía en cinco se va a ir a diez. El que tenía un coche de dos puertas va a tener uno de cuatro, el que tenía de cuatro, va tener dos de cuatro, y el que tenía dos de cuatro va a tener seis de cuatro, porque viene un rompimiento de espacio. Tu almacén vendía para uno, se viene un rompimiento sobrenatural. Se viene un rompimiento de carácter, todo lo que te asustaba, lo que te molestaba, ya no te va a molestar, porque Dios nos va a dar un mazazo en la cabeza.
Cuando captures tu bendición, no habrá quien te la quite, se viene un rompimiento. Dice David: "Mis enemigos y mis adversarios me han perseguido". Adversario quiere decir estrecho. Son los tóxicos, los que te estrechan, los que te achican. Y luego están los enemigos, los malos. Malo es el que piensa en cómo te va a dañar. Jesús estaba ensangrentado en la cruz y la gente lo escupía y se burlaba. ¿Quién se puede burlar de alguien que está agonizando? ¿Quién se puede burlar de alguien que está desangrándose? Sólo una persona mala. David dice que esos malos lo persiguieron, pero aquí está lo mejor: "Tú fuiste escudo alrededor". Cuando te tiren una piedra, va a pegar en el escudo, nada te dañará, para todo lo que tiren los malos y los estrechos , tú eres escudo.
Una vez que el Señor rompa lo imposible, lo imposible quedará roto para siempre. Una vez que se rompa lo imposible, la puerta que se caiga no volverá a cerrarse nunca más. El que el que abre brechas, romperá, triturará, demolerá la puerta, y los que somos de Él, entraremos, y Él estará adelante y nosotros con Él. Isaías 60 dice que Él va a dejarnos las puertas abiertas de día y de noche. Eso quiere decir que no va a ver horarios para tu bendición, te va a llegar a las nueve de la mañana, o a las tres. Porque las puertas estarán abiertas de día y de noche, no hay horarios.
Continúa diciendo que a nosotros serán traídas las riquezas de la tierra. No vas a salir a pedir, te van a ofrecer. Una vez que lo imposible se quiebre, la gente va a tomar contacto con vos para venir a ofrecerte las bendiciones que ellos han guardado para vos, porque cuando una puerta se cae, vienen las bendiciones. Nos van a traer las riquezas para que nosotros embellezcamos la casa del Señor. Dios te va a hacer bello, te va a hacer brillar, te va a hermosear y tu alabanza va a ser olor fragante, tu oración va a ser preciosa, tu servicio va a ser hermoso. Durante años la gente iba a la iglesia para pelear, pero ese tiempo se ha secado, se ha quebrado. La gente vendrá aquí para ver la belleza que el Señor nos ha regalado.
Y dice que vendrán a inclinarse los hijos de tus opresores, y el Espíritu Santo me habló: "yo voy a cortar la generación de la maldad sobre tu vida, los padres te habrán atacado, pero los hijos te servirán."
Yo profetizo que a tus enemigos se les acaba el tiempo, porque sus hijos y sus nietos trabajarán para vos. Dios va a demoler todas las puertas y cambiará el bronce por el oro, y el hierro por la plata. Dios lo va a cambiar por algo mejor.
Y el Señor será por luz siempre. Todos tenemos nuestras puertas. Declará: "Yo voy a estudiar, voy a poner ganas para trabajar, decido llevarme bien, voy a hablar bendición. Rompé vos los techos, porque el Señor me dijo que cuando oremos por las puertas, Él podrá tener permiso para derribarlas, porque Dios no hace nada si nosotros no se lo pedimos en oración.
Y ellos rompieron el techo y el paralítico salió caminando, permiso, la puerta quedó abierta.
Aquí tenemos a cuatro personas que están cargando con un amigo que está lisiado, lo cargan en la camilla: Llegan donde está Jesús hablando, pero hay tanta gente que no pueden entrar. Entonces dan la vuelta por la casa, consiguen una escalera, suben al techo, hacen un agujero en el techo, y lo bajan. Jesús está enseñando y al ver la fe de los cuatro hombres que bajan al paralítico, le dice a éste: "tus pecados te son perdonados", y el hombre es sanado.
Siempre vamos a llegar a un techo.
El techo representa un límite, representa algo que nos frena, representa el final de una etapa. Siempre nosotros vamos a llegar a un techo en todas las áreas, a un techo económico, a un límite vocacional, a un límite intelectual, a un estado de meseta espiritual. Siempre en todo recorrido hay un techo. El techo no es un castigo ni una puerta, es un límite al que todos vamos a llegar. Porque todo crece y alcanza un momento de meseta donde aparece un freno, un límite. Detrás de ese techo siempre hay una bendición.
Detrás del techo está Jesús esperando.
Cuando vos rompés tu techo y quebrás tu límite, siempre el Señor te va a estar esperando detrás. Él te va a estar esperando detrás del límite económico, del límite familiar, del límite afectivo. Dios va a marcar un antes y un después, cuando rompas el techo. Siempre en los techos van a aparecer los estados de meseta. ¿Cuántas veces te sentiste estancado, sentiste que llegaste a un momento donde no pudiste avanzar más en un área? Eso es normal. Lo importante es que rompas el techo, porque detrás del techo está el gran milagro que estabas esperando. John Maxwell dice que hay personas que pelean por un souvenir, aquello que se regala en un evento; otras personas pelean por un trofeo, lo que se regala en un campeonato; pero hay otras personas que pelean por un legado, esto es lo que se deja en las próximas generaciones.
Dios va a ungir tus manos.
Nosotros no estamos para un souvenir, ni para un trofeo. Estamos aquí para dejar una bendición que perdure para nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos. Entonces cuando llegamos al techo, que es el límite, el freno, el estancamiento, ¿Qué hacemos? ¿Lo aceptamos o lo rompemos? Ellos rompieron el techo y recibieron su milagro. Dios va a ungir tus manos con fuerza divina para que todo límite que aparezca sea roto por tus manos en el nombre del Señor.
Cierto hombre recibió la visita de un ángel que le comunicó que le esperaba un futuro glorioso. Se le daría la oportunidad de hacerse próspero, de lograr una posición importante y respetada dentro de la comunidad, y de casarse con una mujer muy hermosa y buena. Ese hombre pasó su vida esperando los milagros, pero nunca ocurrieron, se murió sólo y pobre. Cuando llegó a las puertas del cielo vio al ángel que lo había visitado tiempo atrás y protestó: "Me mentiste, me prometiste riquezas, una buena posición social, una bella esposa. Me he pasado la vida esperando en vano". "Yo no te hice esa promesa", replicó el ángel, "te prometí la oportunidad de riquezas, una buena posición social y una esposa hermosa". El hombre estaba intrigado. "No entiendo lo que quiere decir", confesó.
"¿Recuerdas que tuviste una vez la idea de poner un negocio pero el miedo al fracaso te detuvo, y nunca lo pusiste en práctica?". El hombre asintió. "Al no decidirte unos años más tarde, se le dio la idea a otro hombre que no permitió que el miedo al fracaso le impidiera ponerlo en práctica. Recordarás que se convirtió en uno de los hombres más ricos del reino".
"Recordarás", prosiguió el ángel, "en una ocasión que un terremoto sacudió la ciudad, derrumbó muchos edificios y miles de personas quedaron atrapadas en ellos; tuviste la oportunidad de ayudar a encontrar a alguien y rescatar a los sobrevivientes, pero no quisiste dejar tu hogar, sólo por miedo a que los saqueadores robasen tus pertenencias. Así que ignoraste la petición de ayuda y te quedaste en casa." El hombre asintió con vergüenza. "Esa fue tu gran oportunidad de salvarle la vida a cientos de personas con lo que hubieras ganado el respeto de todos ellos", continuó el ángel.
"Por último ¿recuerdas aquella mujer pelirroja que te había atraído tanto, la creías incomparable con cualquier otra y nunca conociste nadie igual. Sin embargo pensaste que esta mujer no se casaría con alguien como tú, y para evitar el rechazo, nunca te le declaraste". El hombre volvió a asentir pero entre lágrimas dijo: "¡Sí, amigo mío, a todos se nos ofrecen a diario muchas oportunidades pero muy a menudo tomamos malas decisiones y las dejamos pasar por nuestros miedos e inseguridades".
Cuando aparezca un límite vos tenés que orar por tus manos porque ese límite tiene que ser roto en el nombre del Señor.
Cuando estos hombres subieron al techo, empezaron a romperlo, esto es una actitud. Lo más importante en la vida es nuestra actitud . Nuestra actitud es cómo reaccionamos a las cosas que nos pasan. Todos tenemos una manera de reaccionar, una actitud, y nuestra manera de reaccionar es más importante que aquello que nos pasa ¿Cuando alguien te insulta, qué hacés? ¿Cuando alguien te desprecia, qué hacés? ¿Cuando te engañan, qué hacés? ¿Cuando te mienten, qué hacés?. Lo que hacés es más importante que lo que te han hecho; porque Dios siempre va a mirar no lo que te hicieron, sino lo que vos vas a hacer. Antes de que Dios te bendiga, Él va a ver tu reacción.
Jesús sabía que venía el paralítico y no lo dejaban pasar, ¿no era más fácil que Jesús dijese: "Muchachos, el Padre me está mostrando que todos están tapando la puerta por donde quiere pasar el paralítico. Paralítico, levántate y camina". Si Jesús sabía, ¿ por qué no lo sanó así? Porque Él observó la reacción de estos cuatro que pudieron haber reaccionado enojándose con la gente, pudieron haber reaccionado de muchas formas. Pero ellos subieron, y eso es un símbolo importante porque hay tres lugares desde donde podemos reaccionar:
1º-Desde abajo
Cuando viene un problema, te pasa algo malo, o alguien dice algo de vos, podés reaccionar desde abajo, desde el instinto. Reaccionás impulsivamente y decís lo que te venga a la boca, sin pensar. Es una reacción automática.
2º-Desde al lado
Hay gente que reacciona desde al lado. Si alguien te saluda, saludás; si alguien te escupe, escupís; si alguien te insulta, insultás; si alguien te trata bien, tratás bien. Es una reacción desde al lado de la persona.
3º-Desde arriba
O podemos colocarnos arriba de la situación, y reaccionar desde arriba porque Dios nos ha puesto arriba, por cabeza y no por cola. Estamos arriba y no abajo. Nosotros no reaccionamos instintivamente, no nos movemos mal con el "ojo por ojo y diente por diente".
Cuando alguien nos insulte, nos engañe, nos obstaculice, nos trate mal, nos ponemos arriba porque Dios nos ha puesto arriba para que desde allí rompamos los límites. El techo sólo lo rompe la gente que está arriba. Si estás arriba en la pobreza, la pobreza se va a romper; si estás arriba en la enfermedad, la enfermedad se tiene que ir. Y tengo una buena noticia: Dios nos ha sentado arriba en el cielo con Cristo para que gobernemos con Él. ¿Qué significa desde arriba? Que sigas aunque nadie te reconozca. Estar arriba significa que no devuelvas mal por mal, que aunque seas nadie para la gente, para Dios siempre serás amado y bendecido. Jesús estaba allí para sanar. La gente vio que traían un paralítico, ellos deberían haber hecho paso ya que éste era el que más necesitaba; cuando llegaron no los dejaron pasar, pero ellos se fueron arriba.
Cuando la gente te frene, andá arriba, vos no podes reaccionar en la carne, bajo impulso, bajo emoción. Nuestra ciudadanía es de arriba. La Biblia dice que estamos sentados arriba, que Dios nos colocó arriba. Somos como las águilas que cuando viene la tormenta nos vamos arriba, cuando nos viene la enfermedad nos vamos arriba, cuando viene la dificultad nos vamos arriba. Y desde allí rompemos todo techo.
Declará: "¡Voy a romper mis techos!"
Veamos ahora las puertas.
¿Cómo te imaginás vos a Jesús?
Hay personas que se imaginan a Jesús depresivo, como el de la película. Otros se imaginan que caminaba lento. Pero Jesús no era así, porque dice la Biblia que los niños lo seguían, y ellos no siguen a un depresivo, siguen a alguien alegre, a un payaso, a alguien carismático. Jesús hablaba horas, y la gente se quedaba y decían: "guau cómo habla esta persona". Algunos se lo imaginan a Jesús pobre, porque el hijo del hombre no tiene donde recostar su cabeza. Jesús le dio de comer a doce personas durante tres años, y el tesorero le robaba pero no quebró. Si vos tenés un almacén, le das de comer a doce de tu familia, y el tesorero te roba, quebrás. Jesús no quebró.
¿Cuántos saben que los poderosos no siguen a los pobres? Un poderoso no atiende a un pobre. Zaqueo era poderoso y millonario, y se subió a un árbol cuando pasaba Jesús, por que él vio que había más poder en Jesús que en los amigos poderosos que él tenía. Jesús no era pobre.
Otras personas se imaginan a Jesús flaco. Jesús nunca tuvo una gripe, nunca se enfermó. Lo único que hizo fue caminar, caminar, caminar y caminar. .Jesús caminaba y ministraba veinticuatro horas, estaba fuerte físicamente. Era carpintero. Debemos sacarnos esa imagen.
Otros se lo imaginan sin educación. Jesús hablaba de hogar, de dinero, de artesanías. Era un hombre brillante a nivel intelectual. Algunas personas se imaginan a Jesús el super-místico. Jesús iba a los casamientos, iba a los velatorios, se juntaba con los chicos, con las prostitutas, con los ladrones, con los pobres, con los poderosos, con los romanos. Se juntaba con todos, no era un místico aislado de la sociedad.
Jesús: el que abre brecha.
En este pasaje dice que el que abre brecha marchará al frente. La frase "el que abre brecha" es uno de los nombres para Jesús: "Abrir brecha" quiere decir "romper, despedazar, triturar y moler". Jesús es un rompedor. Tenés que dejar todas las ideas falsas de Jesús, y verlo hoy como el rompedor, aquél que va a romper, triturar y quebrantar todas las puertas que no nos dejan entrar. Él tiene un mazo en la mano, es el que quiebra, el que aplasta , el que tritura. ¿Y qué son las puertas? Puerta es tu imposible, algo que no podés abrir. Es esa enfermedad terminal por la cual no podés hacer nada; es esa miseria por la cual no podes hacer nada.
Los techos Dios no los rompe. Los techos los rompemos nosotros; las puertas las rompe Él. Orá por tu imposible para que Él lo rompa, y que se te revele como el demoledor, el rompedor. Vamos a decirle: "Padre, esta puerta no se abre pero declaramos que vos la vas a quebrar: ese diagnostico terminal, lo vas a romper, esa pobreza la vas a quitar. Y esa puerta se va a demoler en el nombre del Señor".
Mientras preparaba esta palabra, el Señor me hablaba: "Vos Bernardo no ores por techos, techos son lo que vos podés hacer. Vos tenés que orar por puertas". Hay personas que oran: "Padre, ayudame a estudiar" No, ese es tu techo, estudiá vos, eso lo podés hacer vos. Ahora Dios dice: "Los techos los rompen ustedes porque la puerta la voy a romper yo". Una puerta es un imposible, algo que humanamente nadie puede modificar, pero tenemos la promesa de que Él está parado delante del imposible y lo va a demoler.
Mi vida está marcada por mis expectativas imposibles, porque Dios es el demoledor de imposibles, y no por mis experiencias. Mis experiencias no me hacen elegir, yo elijo cosas imposibles porque mi Dios hace posible lo imposible. Mi vida está marcada por mis expectativas imposibles, no por los ejemplos ajenos. A mí no me importa si alguien lo logró, o si alguien no lo logró: Lo que me importa es que este imposible el Señor lo va a derribar. La palabra dice que Él va a demoler las puertas del imposible, porque para el que cree todo es posible. Mi vida está marcada por mis expectativas imposibles, no por mis emociones. No importa si soy negativo o positivo, lo que importa es que Dios va a derribar las puertas que están cerradas.
Nosotros entraremos por la puerta
Dios va a derribar primero nuestros imposibles, hoy vamos a confiar que el Espíritu santo los va a quebrar. "¡Esto es imposible!". Para esto lo llamamos al Señor, porque Él es el que demuele y abre las brechas. En segundo lugar dice que el pueblo va a entrar por la puerta, vas a capturar todas las bendiciones una vez que Dios derribe lo imposible. Hay personas que estuvieron orando por techos, y los techos se rompen. Pero cuando se derriben las puertas, nosotros entraremos por ellas, cruzaremos las puertas. La palabra cruzar en hebreo, significa "cruzador".
¿Cuál es la enseñanza? Dios no te va a dejar en el mismo lugar que hoy estás parado, al lado de la puerta. Porque cuando el Señor la rompa, los que estamos al lado vamos a entrar.
Mantenete al lado de tu imposible. Decí: "Imposible, no me voy a ir de acá, no me vas a robar la fe, puerta no me vas a echar por que el Señor te va a derribar y cuando te derribe, hoy estoy acá, pero mañana estaré adentro. Dios me hará un cruzador de ríos. ¡Gloria a Dios!".
Se viene un rompimiento de las puertas imposibles.
Debés estar al lado para que cuando caiga, captures la bendición. Algunos abandonaron su imposible, se fueron, y el Señor rompió su imposible y entró otro en su lugar. Nosotros nos vamos a quedar al lado. Te dijeron que no, el diablo te dijo que no. Vos decíle: "Diablo no, el que abre brecha va a quebrar la puerta y yo pasaré". Ajustáte los cordones para que no te tropieces, porque Dios te va a hacer cruzar por aquel lugar que parecía imposible. Creé que Aquél que resucitó de la muerte, Él que vive, es el que va a demoler todo.
Tomá esto de parte de Dios:
Va a ver un rompimiento de ciudades. Dios va a romper las ciudades para que vos las transites en victoria. La ciudad no te dejó ir a muchos lugares, no te dejó salir para que viajes a otros países. Dice la Biblia que Dios nos va a dar las ciudades asoladas. ¿Qué significa las ciudades asoladas? Dios nos dará todo lo que el diablo usó, lo asoló, lo desgastó. Dios nos lo volverá a dar y lo vamos a redimir, en su nombre. Vamos a recuperar las artes, la televisión mal utilizada. Nosotros repartiremos las ciudades asoladas, vamos a tomar las cosas que están mal, música, arte, profesiones destruidas vendrán a nuestra mano.
Viene un rompimiento de espacio. El que vivía en un ambiente se va a ir a tres, el que vivía en tres, se va a vivir a cinco, y el que vivía en cinco se va a ir a diez. El que tenía un coche de dos puertas va a tener uno de cuatro, el que tenía de cuatro, va tener dos de cuatro, y el que tenía dos de cuatro va a tener seis de cuatro, porque viene un rompimiento de espacio. Tu almacén vendía para uno, se viene un rompimiento sobrenatural. Se viene un rompimiento de carácter, todo lo que te asustaba, lo que te molestaba, ya no te va a molestar, porque Dios nos va a dar un mazazo en la cabeza.
Cuando captures tu bendición, no habrá quien te la quite, se viene un rompimiento. Dice David: "Mis enemigos y mis adversarios me han perseguido". Adversario quiere decir estrecho. Son los tóxicos, los que te estrechan, los que te achican. Y luego están los enemigos, los malos. Malo es el que piensa en cómo te va a dañar. Jesús estaba ensangrentado en la cruz y la gente lo escupía y se burlaba. ¿Quién se puede burlar de alguien que está agonizando? ¿Quién se puede burlar de alguien que está desangrándose? Sólo una persona mala. David dice que esos malos lo persiguieron, pero aquí está lo mejor: "Tú fuiste escudo alrededor". Cuando te tiren una piedra, va a pegar en el escudo, nada te dañará, para todo lo que tiren los malos y los estrechos , tú eres escudo.
Una vez que el Señor rompa lo imposible, lo imposible quedará roto para siempre. Una vez que se rompa lo imposible, la puerta que se caiga no volverá a cerrarse nunca más. El que el que abre brechas, romperá, triturará, demolerá la puerta, y los que somos de Él, entraremos, y Él estará adelante y nosotros con Él. Isaías 60 dice que Él va a dejarnos las puertas abiertas de día y de noche. Eso quiere decir que no va a ver horarios para tu bendición, te va a llegar a las nueve de la mañana, o a las tres. Porque las puertas estarán abiertas de día y de noche, no hay horarios.
Continúa diciendo que a nosotros serán traídas las riquezas de la tierra. No vas a salir a pedir, te van a ofrecer. Una vez que lo imposible se quiebre, la gente va a tomar contacto con vos para venir a ofrecerte las bendiciones que ellos han guardado para vos, porque cuando una puerta se cae, vienen las bendiciones. Nos van a traer las riquezas para que nosotros embellezcamos la casa del Señor. Dios te va a hacer bello, te va a hacer brillar, te va a hermosear y tu alabanza va a ser olor fragante, tu oración va a ser preciosa, tu servicio va a ser hermoso. Durante años la gente iba a la iglesia para pelear, pero ese tiempo se ha secado, se ha quebrado. La gente vendrá aquí para ver la belleza que el Señor nos ha regalado.
Y dice que vendrán a inclinarse los hijos de tus opresores, y el Espíritu Santo me habló: "yo voy a cortar la generación de la maldad sobre tu vida, los padres te habrán atacado, pero los hijos te servirán."
Yo profetizo que a tus enemigos se les acaba el tiempo, porque sus hijos y sus nietos trabajarán para vos. Dios va a demoler todas las puertas y cambiará el bronce por el oro, y el hierro por la plata. Dios lo va a cambiar por algo mejor.
Y el Señor será por luz siempre. Todos tenemos nuestras puertas. Declará: "Yo voy a estudiar, voy a poner ganas para trabajar, decido llevarme bien, voy a hablar bendición. Rompé vos los techos, porque el Señor me dijo que cuando oremos por las puertas, Él podrá tener permiso para derribarlas, porque Dios no hace nada si nosotros no se lo pedimos en oración.
Y ellos rompieron el techo y el paralítico salió caminando, permiso, la puerta quedó abierta.
Fuente: Bernardo Stamatea, Presencia de Dios.
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