“4 La mano negligente empobrece; Mas la mano de los diligentes enriquece. 5 El que recoge en el verano es hombre entendido; El que duerme en el tiempo de la siega es hijo que avergüenza.”
Proverbios 10:4-5
Hay una conexión entre las manos y el corazón, porque en el corazón tenemos el potencial que tenemos que desarrollar y nos da la sabiduría para desarrollar eso para ir de nivel a nivel. Es el corazón el que se abre para sembrar y la mano es la que obedece para sembrar. Pero también es la misma mano que va a cosechar algo más grande que lo sembrado.
Tiene que ver con la fe del corazón. Dios tiene cosecha para su vida. Esto hay que tenerlo en el corazón como que es una verdad de Dios y que es algo que nos corresponde y no hay ninguna cosa rara o desmedida en el hecho de creer que me corresponde recibir una cosecha. Si Dios es el que me enseña a dar para recibir, Dios es el que siembra para cosechar y él ha plantado eso en su vida. Así que bendiga su pan y sus aguas, que bendiga su vida, que bendiga su entrada y su salida, que bendiga su trabajo, su prosperidad en todos los órdenes, pero la bendición más grande es que va a llegar a ser un administrador y mayordomo fiel del Rey de reyes y Señor de señores, y va a tener cosecha sobrenatural.
Dios se lo ha prometido y se lo va a dar porque sabe y confía de que usted lo que va recibiendo de la revelación de Dios y lo administra correctamente. No es que malgasta lo espiritual o lo emocional nada le da importancia, total Dios lo va ayudar. ¡No! Él ve que usted se está tornando un buen administrador y El da más, más y más… sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré.
Aplíquelo a todos los órdenes de la vida. Porque hay creyentes que en el desarrollo de su vida espiritual y en la manifestaciones de los dones, habilidades y talentos que Dios le ha dado para fluir en su ministerio, pasan los años y siempre creen que tienen lo mismo, y que es lo máximo que van alcanzar en la vida. Administre bien lo que Dios le ha dado porque lo que ve hoy manifestado mañana será mayor, y el año que viene será mucho más grande todavía. Así Dios lo va llevando de gloria en gloria, de triunfo en triunfo porque ve su responsabilidad de que lo que él ha puesto en sus manos lo está administrando con sabiduría.
Todo lo bueno que viene a su vida viene de Dios y viene para que lo administre bien. Tiene que administrar las cosas espirituales en primer lugar pero también tiene que administrar el alma, la mente, las emociones, la voluntad, tiene que administrarlas con sabiduría. Tiene que empezar a desarrollar la mente de Cristo renovando su entendimiento con la Palabra de Dios, permitiendo que se revele en su interior su palabra y que se vaya formando Cristo para administrar bien sus pensamientos. Eso lo va a ir llevando a otros niveles. Porque a medida que su mente se renueva y se revela la mente de Cristo, los límites que había para la manifestación de las cosas espirituales de las cosas de Dios, se van cayendo y empieza a correr el río de agua viva.
Puede crecer en la prosperidad sobrenatural de Dios cuando sigue la dirección que Dios le da. A veces se tiene algunas cosas pendientes que le quitaron el sueño por alguna razón y lo único que quiere es solucionar el tema. Pero hay que solucionar temas de raíz e ir plantando las bases correctas para desarrollar una casa próspera, una vida próspera y eso transferirlo al ambiente de familia.
Alinee su mente y su corazón con la Palabra de Dios y extienda su mano generosamente hacia el dar. Recuerde que en sus manos está el secreto de alcanzar riquezas prometidas por el Señor.
Oración: Padre, gracias por enseñarme principios para vivir una vida mejor y agradable antes tus ojos. Recibo la sabiduría de lo alto y me alineo a tu Palabra, renuevo mi mente y dejo a mi espíritu gobernar todo mi ser conectado a tu Espíritu. En el nombre de Jesús, amén. Por. Juan O. Crudo, Argentina.
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