Por Fred Smith
Identificar correctamente a las personas con potencial en nuestro medio es uno de los desafíos que nos presenta el ministerio.
Los más destacados deportistas no suelen ser buenos directores técnicos, ni es común que los mejores músicos se conviertan en reconocidos directores de orquesta. Es vital que el pastor sepa diferenciar entre las personas con habilidad y aquellas con capacidad para ser líderes, pues no son equivalentes.
Quisiera compartir algunas características que me han servido para identificar a potenciales líderes.
Trayectoria
La mejor forma de saber cómo se desenvolverá un líder en el futuro es conocer su desempeño en el pasado, especialmente cuando no gozaba del reconocimiento oficial de la institución. Un líder no se convierte en tal simplemente porque le asignamos una tarea o responsabilidad. El que es líder por naturaleza siempre lo es; no requiere de un título para ejercer su ministerio.
Visión
Al líder con potencial se le iluminan los ojos cuando habla del futuro. Es alguien con la facultad de ver lo que aún no existe y de imaginar cómo sería la iglesia si esa realidad se alcanzara. Y no solamente se entusiasma con sus propias visiones sino que —lo más importante— es capaz de abrazar las visiones y los sueños de otros.
Insatisfacción santa
Existen muchas personas insatisfechas hoy, pero solamente unas pocas se sienten impulsadas por su insatisfacción a mejorar lo que poseen en el presente. La mayoría simplemente se queda en la fase de la crítica, pero los líderes en potencia siempre se preguntan cómo podrían perfeccionar lo que existe en la actualidad. Más que señalar lo infuncional se especializan en buscar las formas de optimizar los procesos y perfeccionar los proyectos en que trabajan.
Propuestas prácticas
Una de las objeciones a las ideas de la mayoría es su atascamiento en el plano de lo teórico, porque desconocen o ignoran las dificultades y complicaciones de la realidad. Proponen soluciones, sencillamente inaplicables. El buen líder lo es precisamente porque entiende las dinámicas de ejecución de una idea y, por esto, sabe identificar claramente los pasos necesarios para alcanzar un objetivo.
Cargar con el peso
Cuando una persona aspira solamente a los privilegios del puesto, revela poca capacidad para el ministerio. El líder legítimo se muestra dispuesto a cargar con la responsabilidad de su liderazgo, de manera que trabaja más allá de las exigencias mínimas para un empleado.
Tenacidad
Otro rasgo del potencial de un líder que busco observar es su disposición a persistir en explorar respuestas valientes y acertadas para un desafío. Cuando una persona muestra una tendencia a claudicar con facilidad ante los retos de la vida difícilmente alcanzará el éxito en el ministerio, en el cual la perseverancia es un factor crucial. Un líder en potencia muestra tal tenacidad ante los obstáculos inesperados que es capaz de inspirar a los más tímidos a no darse por vencidos.
Disciplina emocional
El liderazgo siempre acarrea cierto grado de soledad, la cual se experimenta cuando se sufren las críticas o la incomprensión. Para poder afrontar estas situaciones un líder necesita la capacidad de distanciarse, en alguna medida, de sus emociones, para disponer su corazón a perseverar por el buen camino en medio de semejante realidad. El líder no debe desentenderse por completo de sí mismo, pero sí debe moverse con certidumbre en lugar de la confusión que deja la fluctuación de sus propias emociones.
Respeto de colegas
Un líder con potencial será reconocido como tal por otros líderes, quienes también trabajarán para que esa persona madure. El respeto que ellas le brinden será vital a la hora de emprender nuevos proyectos, pues el líder no podrá avanzar si no sostiene buenas relaciones con otros en el equipo.
Respeto de la familia
Cuando evalúo el potencial de una persona también suelo analizar el respeto que su propia familia siente por ella. La clase de relación que un líder sostiene con quienes goza mayor intimidad expresa a las claras la forma en que trabajará con su propio equipo. Las actitudes necesarias para alcanzar el éxito en el Reino se cultivan en el seno del hogar.
Carisma natural
El líder natural tiende a llamar la atención sin proponérselo, aun cuando se encuentra en reuniones informales. No porque sea una persona egocéntrica, sino porque otros tienden a gravitar hacia ella, pues posee un magnetismo y una autoridad que resultan irresistibles. Podemos identificar con facilidad al líder en potencia porque siempre está rodeado de otras personas.
Metas realistas
Uno de los factores que descarrilan a muchos líderes es su aspiración a exigir cierto nivel de perfección en sus seguidores, el cual simplemente no es alcanzable. Un buen líder sabe aceptar las imperfecciones de sus consiervos y asume que en el proceso del trabajo con ellos se escaparán algunos errores. Esta posibilidad no lo paraliza, ni tampoco lo lleva a un sofocante control sobre los demás. Más bien asume esta realidad como parte del precio que debe pagar por trabajar en equipo.
Conclusión
Cuando veo a una persona con estas características sé que he descubierto a un líder en potencia y me dispongo a invertir en la vida de ella. Los resultados de mi inversión no siempre serán inmediatos, pero sé que indudablemente esta persona enriquecerá mi propia experiencia de servir al Señor. Con el tiempo, por la gracia de Dios, se convertirá en una verdadera bendición para la iglesia, pues ayudará a muchos a crecer hacia la plenitud de la medida de Cristo.
Se adaptó de «Spotting a New Leader», por Fred Smith. © Christianity Today, 1996. Todos los derechos reservados.
Los derechos de la adaptación pertenecen a Desarrollo Cristiano Internacional. Se publicó en Apuntes Pastorales XXVII-6, edición de julio – agosto de 2010.
© Copyright 2003-2010, Desarrollo Cristiano Internacional. Todos los derechos reservados. Prohibido el uso parcial o total de este material sin expresa autorización.
Identificar correctamente a las personas con potencial en nuestro medio es uno de los desafíos que nos presenta el ministerio.
Los más destacados deportistas no suelen ser buenos directores técnicos, ni es común que los mejores músicos se conviertan en reconocidos directores de orquesta. Es vital que el pastor sepa diferenciar entre las personas con habilidad y aquellas con capacidad para ser líderes, pues no son equivalentes.
Quisiera compartir algunas características que me han servido para identificar a potenciales líderes.
Trayectoria
La mejor forma de saber cómo se desenvolverá un líder en el futuro es conocer su desempeño en el pasado, especialmente cuando no gozaba del reconocimiento oficial de la institución. Un líder no se convierte en tal simplemente porque le asignamos una tarea o responsabilidad. El que es líder por naturaleza siempre lo es; no requiere de un título para ejercer su ministerio.
Visión
Al líder con potencial se le iluminan los ojos cuando habla del futuro. Es alguien con la facultad de ver lo que aún no existe y de imaginar cómo sería la iglesia si esa realidad se alcanzara. Y no solamente se entusiasma con sus propias visiones sino que —lo más importante— es capaz de abrazar las visiones y los sueños de otros.
Insatisfacción santa
Existen muchas personas insatisfechas hoy, pero solamente unas pocas se sienten impulsadas por su insatisfacción a mejorar lo que poseen en el presente. La mayoría simplemente se queda en la fase de la crítica, pero los líderes en potencia siempre se preguntan cómo podrían perfeccionar lo que existe en la actualidad. Más que señalar lo infuncional se especializan en buscar las formas de optimizar los procesos y perfeccionar los proyectos en que trabajan.
Propuestas prácticas
Una de las objeciones a las ideas de la mayoría es su atascamiento en el plano de lo teórico, porque desconocen o ignoran las dificultades y complicaciones de la realidad. Proponen soluciones, sencillamente inaplicables. El buen líder lo es precisamente porque entiende las dinámicas de ejecución de una idea y, por esto, sabe identificar claramente los pasos necesarios para alcanzar un objetivo.
Cargar con el peso
Cuando una persona aspira solamente a los privilegios del puesto, revela poca capacidad para el ministerio. El líder legítimo se muestra dispuesto a cargar con la responsabilidad de su liderazgo, de manera que trabaja más allá de las exigencias mínimas para un empleado.
Tenacidad
Otro rasgo del potencial de un líder que busco observar es su disposición a persistir en explorar respuestas valientes y acertadas para un desafío. Cuando una persona muestra una tendencia a claudicar con facilidad ante los retos de la vida difícilmente alcanzará el éxito en el ministerio, en el cual la perseverancia es un factor crucial. Un líder en potencia muestra tal tenacidad ante los obstáculos inesperados que es capaz de inspirar a los más tímidos a no darse por vencidos.
Disciplina emocional
El liderazgo siempre acarrea cierto grado de soledad, la cual se experimenta cuando se sufren las críticas o la incomprensión. Para poder afrontar estas situaciones un líder necesita la capacidad de distanciarse, en alguna medida, de sus emociones, para disponer su corazón a perseverar por el buen camino en medio de semejante realidad. El líder no debe desentenderse por completo de sí mismo, pero sí debe moverse con certidumbre en lugar de la confusión que deja la fluctuación de sus propias emociones.
Respeto de colegas
Un líder con potencial será reconocido como tal por otros líderes, quienes también trabajarán para que esa persona madure. El respeto que ellas le brinden será vital a la hora de emprender nuevos proyectos, pues el líder no podrá avanzar si no sostiene buenas relaciones con otros en el equipo.
Respeto de la familia
Cuando evalúo el potencial de una persona también suelo analizar el respeto que su propia familia siente por ella. La clase de relación que un líder sostiene con quienes goza mayor intimidad expresa a las claras la forma en que trabajará con su propio equipo. Las actitudes necesarias para alcanzar el éxito en el Reino se cultivan en el seno del hogar.
Carisma natural
El líder natural tiende a llamar la atención sin proponérselo, aun cuando se encuentra en reuniones informales. No porque sea una persona egocéntrica, sino porque otros tienden a gravitar hacia ella, pues posee un magnetismo y una autoridad que resultan irresistibles. Podemos identificar con facilidad al líder en potencia porque siempre está rodeado de otras personas.
Metas realistas
Uno de los factores que descarrilan a muchos líderes es su aspiración a exigir cierto nivel de perfección en sus seguidores, el cual simplemente no es alcanzable. Un buen líder sabe aceptar las imperfecciones de sus consiervos y asume que en el proceso del trabajo con ellos se escaparán algunos errores. Esta posibilidad no lo paraliza, ni tampoco lo lleva a un sofocante control sobre los demás. Más bien asume esta realidad como parte del precio que debe pagar por trabajar en equipo.
Conclusión
Cuando veo a una persona con estas características sé que he descubierto a un líder en potencia y me dispongo a invertir en la vida de ella. Los resultados de mi inversión no siempre serán inmediatos, pero sé que indudablemente esta persona enriquecerá mi propia experiencia de servir al Señor. Con el tiempo, por la gracia de Dios, se convertirá en una verdadera bendición para la iglesia, pues ayudará a muchos a crecer hacia la plenitud de la medida de Cristo.
Se adaptó de «Spotting a New Leader», por Fred Smith. © Christianity Today, 1996. Todos los derechos reservados.
Los derechos de la adaptación pertenecen a Desarrollo Cristiano Internacional. Se publicó en Apuntes Pastorales XXVII-6, edición de julio – agosto de 2010.
© Copyright 2003-2010, Desarrollo Cristiano Internacional. Todos los derechos reservados. Prohibido el uso parcial o total de este material sin expresa autorización.
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