“Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.” Jeremías 1:4-5
Las palabras tienen poder. Poder para levantar y poder para derribar. Y cada uno de nosotros es responsable de ese poder. Cada uno de nosotros puede elegir qué hablar. Como hijos de Dios estamos llamados a hablar bendición, palabras que despierten el potencial y los sueños en las personas y sobre todo, los sueños en la vida de nuestros hijos.
Como padres podemos amar mucho a nuestros hijos pero estar diciéndoles palabras que los frenan. Esto no debe ser así. Palabras negativas tales como: “Siempre el mismo torpe”, “no haces nada bien”, “¡Qué tonto eres!” y otras similares, frenan el potencial de nuestros hijos; sino recuerde, seguramente en algún momento le sucedió a usted mismo como niño, sus padres o algún maestro le dijeron algo que lo hirió, que lo avergonzó y usted retrocedió. Gloria a Dios que ahora está en Sus caminos y se ha limpiado de todo concepto equivocado. Hoy Dios le dice que usted es su tesoro escogido, que lo ha llamado desde el vientre de su madre con un propósito y que usted lo logrará unido a Él. Ahora, lo mismo que está recibiendo de su padre celestial, déselo a sus hijos naturales y espirituales. No los maldiga hablando cosas negativas sobre ellos. Dios lo hace responsable de lo que usted habla. (Mateo 12:36-37)
Sus hijos deben sentir en usted el amor de Dios y su aprobación.
Siembre palabras de fe, de esperanza, de sueños, palabras que liberen su potencial, valorícelos y ayúdelos a alcanzar el propósito por el cual Dios los hizo nacer.
Puede hacerlo, como padre usted tiene la unción y la sabiduría de Dios para llevar esta hermosa tarea a cabo.
Oración: Padre, gracias por la vida de mis hijos. Los bendigo en tu nombre, ayúdame a guiarlos en el propósito que Tú tienes para ellos, ayúdame a instruirlos en tus caminos para ser poderosos en tu reino. En el nombre de Jesús. Amén.
Como padres podemos amar mucho a nuestros hijos pero estar diciéndoles palabras que los frenan. Esto no debe ser así. Palabras negativas tales como: “Siempre el mismo torpe”, “no haces nada bien”, “¡Qué tonto eres!” y otras similares, frenan el potencial de nuestros hijos; sino recuerde, seguramente en algún momento le sucedió a usted mismo como niño, sus padres o algún maestro le dijeron algo que lo hirió, que lo avergonzó y usted retrocedió. Gloria a Dios que ahora está en Sus caminos y se ha limpiado de todo concepto equivocado. Hoy Dios le dice que usted es su tesoro escogido, que lo ha llamado desde el vientre de su madre con un propósito y que usted lo logrará unido a Él. Ahora, lo mismo que está recibiendo de su padre celestial, déselo a sus hijos naturales y espirituales. No los maldiga hablando cosas negativas sobre ellos. Dios lo hace responsable de lo que usted habla. (Mateo 12:36-37)
Sus hijos deben sentir en usted el amor de Dios y su aprobación.
Siembre palabras de fe, de esperanza, de sueños, palabras que liberen su potencial, valorícelos y ayúdelos a alcanzar el propósito por el cual Dios los hizo nacer.
Puede hacerlo, como padre usted tiene la unción y la sabiduría de Dios para llevar esta hermosa tarea a cabo.
Oración: Padre, gracias por la vida de mis hijos. Los bendigo en tu nombre, ayúdame a guiarlos en el propósito que Tú tienes para ellos, ayúdame a instruirlos en tus caminos para ser poderosos en tu reino. En el nombre de Jesús. Amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo, Argentina.
Gran Palabra. Gloria a Dios
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