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domingo, 14 de noviembre de 2010

Dos modelos de reflexión: Humanista y Espiritual

Un Ganador
Cuando un ganador comete un error, dice: "Yo me equivoque"
Cuando un perdedor comete un error, dice: "No fue mi culpa"
Un ganador trabaja mas fuerte que el perdedor y tiene mas tiempo.
Un perdedor esta siempre "muy ocupado" para hacer lo que es necesario.
Un ganador enfrenta y supera el problema.
Un perdedor le da vueltas y nunca logra pasarlo.
Un ganador se compromete.
Un perdedor hace promesas.
Un ganador dice, "Yo soy bueno, pero no tan bueno como a mi me gustaria ser"
Un perdedor dice, "Yo no soy tan malo como lo es mucha otra gente"
Un ganador escucha, comprende y responde.
Un perdedor solo espera hasta que le toque su turno para hablar.
Un ganador respeta a aquellos que son superiores a él y trata de aprender algo de ellos.
Un perdedor se resiente con aquellos que son superiores a él y trata de encontrarle los defectos.
Un ganador se siente responsable por algo mas que su trabajo solamente.
Un perdedor no colabora y siempre dice, "Yo solo hago mi trabajo"
Un ganador dice, "Debe haber una mejor forma de hacerlo..."
Un perdedor dice, "Esta es la manera en que siempre lo hemos hecho"
Un ganador como tu, comparte este mensaje con sus amigos...
Un perdedor como los otros es egoista y se lo guarda para si mismo...
Fuente: Buenos pensamientos
Ampliando la capacidad para recibir
“Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos.” Mateo 25:14 y 15
Hoy quiero transmitirle algunos puntos clave para que pueda ampliar su capacidad de recibir.
1. Usted debe descubrir que tiene esa habilidad
2. Usted debe descubrir los recursos que hacen que la habilidad crezca
3. Lo importante para ampliar la capacidad de recibir es la actitud
4. Usted tiene que ser un buen administrador.
Cuando usted renueva sus pensamientos con la Palabra de Dios va descubriendo las cosas que tiene, que puede y que es en Dios. Entonces, se da cuenta que tiene que obtener todo lo que Dios ha preparado para su vida para poder disfrutarlo. Es ahí cuando descubre que tiene dones, talentos, habilidades que Dios ha depositado dentro suyo para que las desarrolle. Por eso es muy importante que sepa que tiene que ampliar su capacidad de recibir.
Todo lo que usted desee y sueñe vendrá a su vida si está en línea con la Palabra de Dios. Pero tiene que desarrollar su capacidad de recibir para poder multiplicarlo.
Fíjese que Jesús les dijo a sus discípulos que el Reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos le deja a sus siervos talentos, que eran sus bienes. Los deja en manos de ellos para que los administren.
No a todos les dejó la misma cantidad porque cada uno tenía una capacidad diferente. Si usted quiere recibir mucho, tiene que ampliar su capacidad de recibir. Nadie le podrá confiar mucho si no sabe administrar lo poco que tiene.
En la parábola el hombre que había recibido un solo talento no lo supo administrar bien. Y al regreso de su Señor seguía teniendo lo mismo. Dios le entrega cosas en sus manos para que usted las multiplique, usted tiene ese poder.
Por eso le repito: tiene que descubrir la habilidad que tiene para recibir, tiene que descubrir qué recursos Dios le ha dado para multiplicar lo que recibe, tiene que tener una buena actitud frente a la situación y tiene que ser un buen administrador con lo que ha sido dado.
Haga todo lo posible para que su Señor le pueda decir: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor” (Mateo 25: 23)
Descubra las habilidades fuera de lo común que tiene. Traiga beneficios, utilidades al Reino de Dios. Si es fiel en lo poco se le podrá confiar mucho.
Oración: Padre, gracias por enseñarme una vez más cómo ir en aumento en mi vida. Tú eres un Dios que todo lo multiplica y me has dado esa habilidad. la voy a desarrollar y sé que podrás decir que soy un buen siervo y fiel. Me convertiré en un buen administrador de todo lo que pones en mis manos. En el nombre de Jesús, amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo, Argentina.

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