En un mundo sobrecargado de stress, presiones, decepciones y sufrimientos personales, el ministerio de la consolación llega a ser una tarea primordial en la actividad pastoral. El Pastor José M. Martines autor español describe su propia experiencia con la consolación: “En el ejercicio de este ministerio, dos bendiciones se hacen manifiestas: el bien que el consolador hace y el bien que recibe. Entre muchos motivos de gozo en el ministerio cristiano, el que me ha producido una satisfacción más profunda ha sido el del contacto pastoral con personas que sufrían intensamente”.
La vida tiene tantos momentos de dolor, que inclusive los miembros de nuestras congregaciones, que son cristianos ya por años, pueden sumergirse fácilmente en la tristeza e incluso en la desesperación. En tales situaciones es necesario que los hermanos y las hermanas estén preparados para este ministerio y enfrentar el sufrimiento del individuo con la Biblia y la oración. El pastor no podrá estar presente, cada vez que se derrame una lágrima. Pero usted como pastor si puede preparar a su congregación para un servicio de consolación mutuo entre hermanos.
Para un corazón doliente y afligido recibir consolación significa recibir la paz de Dios, recibir esperanza para el futuro y por sobre todo la seguridad de la salvación. Aunque el consuelo puede llegar a través del pastor o algún hermano en la fe, debemos estar conscientes de que la consolación siempre viene de Dios, del Padre: “Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren. Pues así como participamos abundantemente en los sufrimientos de Cristo, así también por medio de él tenemos abundante consuelo.” 2 Corintios 1:3-5, NVI.
Pablo presenta a Dios como “el Dios de todo consuelo”. El término griego traducido “consuelo” se refiere al hecho de “reconfortar a quien se encuentra en aprietos o está triste, y también animarlo o ayudarlo”. Pero quizás nos preguntemos: “¿Cómo nos reconforta Dios? ¿Cómo nos da aliento para sobrellevar el dolor?”. Dios conforta principalmente, dándonos su Palabra, la Biblia, y la oportunidad de comunicarnos con Él, mediante la oración. En efecto, Pablo explica que Dios nos proporciona su Palabra “para que [...] mediante el consuelo de las Escrituras tengamos esperanza”. Y además muestra que uno de los beneficios de orar con sinceridad es disfrutar de “la paz de Dios que supera a todo pensamiento” (Romanos 15:4; Filipenses 4:7).
A continuación algunas sugerencias para desarrollar el ministerio de consolación en la iglesia:
6 diferentes maneras de consolar. 7 textos bíblicos para dar consolación al afligido. 8 textos que refieren a Dios como el consolador.
1. Job 21:1-2
2. Job 42:11
3. Rut 2:13
4. Salmo 119:52
5. 1 Corintios 14:3
6. Filemón 1:7 1. Juan 1:12
2. Isaías 58:11
3. Jeremías 33:3
4. Isaías 41:10
5. Filipenses 4:6-7
6. Juan 8:32
7. Deuteronomio 31:8 1. Isaías 51:12
2. Isaías 66:13
3. Salmo 86:17
4. Salmo 94:19
5. Salmo 119:50
6. Jeremías 31:13
7. 2 Corintios 1:3-5
8. Romanos 8:26
Fuente: Liderazgo pastor. El blog de la Revista La Fuente
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