Lectura: Juan 1:1-13
Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles… —Colosenses 1:16
Los científicos han estado buscando la «teoría de todo». El que piensa que la encontró es el físico Brian Greene, que escribió El universo elegante: supercuerdas, dimensiones ocultas y la búsqueda de una teoría final. Su «teoría de la cuerda» es un concepto complicado que sugiere que todas las cosas, en su nivel más diminuto, son una combinación de filamentos vibratorios o cuerdas. Ha descrito su teoría como «una estructura con la capacidad de responder a cada aspecto sobre el cual está construido el mundo».
A través de los años, pensadores desde Newton, pasando por Einstein y Hawking, y llegando a Greene, han dedicado gran parte de su vida a averiguar cómo funciona el universo, y han propuesto teorías fascinantes.
En realidad, para que una teoría explique de manera adecuada todo lo que existe en el universo, debe empezar y terminar en Dios. «… todas las cosas, […] visibles e invisibles» (Colosenses 1:16) se originan en Él y existen para su gloria (Salmo 72:19). Los primeros versículos del Evangelio de Juan nos dicen que nuestro Señor creó el universo y que, sin su mano creadora, no existiría nada.
Por esta razón, cuando pensamos en el mundo y en todo lo que contiene, podemos exclamar con Isaías: «Toda la tierra está llena de su gloria» (6:3). ¡Alabemos su santo nombre!
—DCE
Toda la creación es un dedo extendido que apunta hacia Dios.
NUESTRO PAN DIARIO
Una imagen de Él
Lectura: Hebreos 12:3-11
Porque el Señor al que ama, disciplina… —Hebreos 12:6
Un día, mi hijo le quitó el capuchón a un marcador anaranjado y dibujó a su padre. La interpretación del niño mostraba ojos, una nariz y una boca, todo dentro de un círculo encima de dos palos largos (él me informó que eso eran las piernas). Aunque mi pequeño recibió una buena calificación por el esfuerzo, su imagen no mostraba ningún rasgo que tan siquiera reflejara algún parecido con mi esposo: ojos azules, una sonrisa confiada y un cabello salpicado de canas.
Como hijos de Dios, nosotros a veces creamos imágenes de nuestro Padre celestial que no son correctas. Quizá lo vemos como un Dios falto de afecto cuando corrige conductas pecaminosas en nuestra vida. Y, como la disciplina es dolorosa (Hebreos 12:11), podemos suponer que su corrección es una forma de venganza divina o el resultado de su enojo. En realidad, es una prueba de su amor a nosotros. La Biblia dice: «Porque el Señor al que ama, disciplina» (v. 6). Él nos disciplina para nuestro beneficio, para que «participemos de su santidad» (v. 10) y para que experimentemos la paz que surge de vivir una vida recta (v. 11).
Si hoy estás enfrentando la disciplina de Dios, recuerda que no está mirándote con el ceño fruncido ni sacudiendo el puño en venganza. Píntalo como un Padre que se preocupa por ti y que corrige con amor a su hijo en quien se deleita (Proverbios 3:12).
—JBS
Dios disciplina con su mano de amor.
NUESTRO PAN DIARIO
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“¿Hay que engañar para Evangelizar?”
Reflexiones sobre una estrategia evangelística muy usada
Por Wilbur Madera
Hace algunos años estaba con mi esposa paseando por la zona hotelera de Cancún, cuando nos interceptó un hombre muy entusiasta que nos dio la gran noticia que éramos los invitados de honor de cierto hotel. La invitación incluía un desayuno para toda la familia y un paseo por sus instalaciones. Nos sentimos verdaderamente afortunados y aceptamos gustosos, ignorando lo que nos aguardaba. En efecto, sí hubo un desayuno y una rápida visita a las instalaciones, pero no sin antes haber pasado dos horas en un conato de venta de un “tiempo compartido” por varios miles de pesos al mes. Acabamos todos frustrados. Ellos por no haber logrado una venta y nosotros, por haber perdido un tiempo invaluable de nuestras vacaciones.
Este evento, por haber sido tan desagradable, lo había enviado al archivo muerto de mi mente, hasta que hace algunas semanas, fue traído al proscenio de nueva cuenta, por otro incidente que me lo recordó.
En esta ocasión no se trataba de una venta o un desayuno, sino de un evento evangelístico. Con una organización impecable y una publicidad de primera calidad se anunciaba un evento que prometía ser de mucha ayuda para los asistentes. Veladamente se dejaban ver algunos ambiguos rasgos de espiritualidad cristiana, pero que a la vez, podrían interpretarse por una mente no creyente como algo de superación personal, espiritualidad genérica o inclusive, Nueva Era. Es decir, la publicidad no anunciaba un evento distintiva y claramente cristiano.
Una de las asistentes confesó con sinceridad, “Si hubiera sabido que era algo religioso, no hubiera venido”. Más tarde, una de las organizadoras mencionó a otra compañera comentando del caso, ”¡Ya ves, funcionó la estrategia!”. No quiero ni por un minuto poner en tela de juicio las buenas intenciones de los organizadores del evento ni su celo por el Reino de Dios, pero sí debo confesar que esa estrategia me recordó mucho mi experiencia con el vendedor del “tiempo compartido” que me ofreció una cosa y luego me entregó otra. Que me llevó a un hotel pensando que recibiría un desayuno y paseo gratis, para luego descubrir que todo lo que quería era venderme algo que no necesitaba ni quería en ese momento.
Estas conexiones me hicieron recordar cuántas veces había hecho lo mismo con amigos, vecinos y conocidos con tal de que asistieran a eventos que eran en apariencia una cosa, para luego darles la sorpresa de que se trataban de otro asunto completamente. Por supuesto, omitía deliberadamente información para que no se dieran cuenta de que los estaba llevando a un evento donde se les hablaría de Cristo. En mi defensa puedo decir que lo hice porque pensaba que si les hablaba con la verdad no asistirían. Por eso usaba una estrategia de “engaño” para lograr que escucharan acerca de la salvación en Jesús.
En fechas recientes, he estado reflexionando más y más en el uso de esta estrategia de “guardar las apariencias” o de “velar el mensaje”, y la conclusión a la que he llegado es que debemos dejar de usarla. Aunque muchos de los que leen este artículo quizá se convirtieron a Cristo a través de una estrategia como la mencionada, no por eso queda validada. Quiero defender mi postura argumentando que usar una estrategia como la que hemos descrito nos lleva a caer en los siguientes errores graves:
1.Usar el engaño para hablar de la Verdad
Aunque suene muy fuerte, debemos llamar las cosas por su nombre. Cuando le digo a mi compañero incrédulo que iremos a un campamento juvenil muy divertido, donde habrá juegos, música y risas, pero omito decirle, que además de todas estas cosas, nos compartirán cómo una relación con Dios es importante para nuestras vidas, estaré llevando a mi amigo, a base de engaño, para que le hablen de la verdad. Cuando lo vemos así, nos damos cuenta que la esencia de esta estrategia es la habilidad que tengamos para esconder la verdad, de tal manera que los incrédulos incautos no se percaten anticipadamente que nuestro propósito es que escuchen de Cristo. La estrategia se considera un éxito, si logramos engañarlos.
Para nuestra vergüenza, esta estrategia es similar a la del vendedor del “tiempo compartido”. Pero la Biblia dice: “Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Corintios 10:3-5). La Escritura enseña que nuestra estrategia no puede ser según la carne, sino según Dios. Esas son las armas que destruyen fortalezas y llevan todo pensamiento cautivo a los pies de Cristo.
Cuando usamos como estrategia básica el engaño, nos parecemos al “Padre de las mentiras”, a Satanás, cuya estrategia fundamental es el engaño. Por eso, debemos dejar de usar la mentira para hablar de la verdad. La verdad de Dios es gloriosa, es atractiva, es irresistible. Andemos en la verdad aun en nuestras estrategias para hablar de la verdad. Continúe leyendo
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libro gratis en español sobre la Tentación Sexual
Estimados amigos (as), hermanos (as) y consiervos Le comparto este mensaje del
Ministerio Logoi.
El interés de este ministerio es "“perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo" (Efesios 4:12). Es por eso que les traemos recursos bíblicos y pastorales que te asistirán tanto en tu vida personal como en tu ministerio público.
Con esto en mente, me complace ofrecerte este importante y GRATUITO libro en español sobre la Tentación Sexual, por Randy Alcorn. Es un panfleto claro y conciso que discute el tema francamente, comenzando con tres factores críticos:
1. Tú (y yo) estamos orientados a la inmoralidad sexual.
2. Tú (y yo) somos vulnerables a la inmoralidad sexual.
3. Tú (y yo) somos responsables por nuestras decisiones morales.
Por el bien de tu vida y ministerio, por favor toma el tiempo para descargar y leer este importante libro. Estoy seguro que lo podrás leer muy rápidamente. También será de gran ayuda para tí como consejero sobre el tema de la tentación.
Para descargar este libro, simplemente necesitas registrarte en logoi.org si no lo has hecho aún. Una vez ingreses a la página puedes descargarlo aquí.
Como dice el autor: “La lucha por la pureza sexual es mucho más feroz y estratégica que cualquier batalla jamás forjada en el campo físico... nadie gana una batalla para la cual no se prepara"."
Nos complace ser tu colega en el ministerio
Por siempre,
Ed Thompson
Presidente
www.logoi.org
P.D. Para más ayuda sobre cómo usar nuestro portal, visita LOGOI.org o escríbenos.
Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles… —Colosenses 1:16
Los científicos han estado buscando la «teoría de todo». El que piensa que la encontró es el físico Brian Greene, que escribió El universo elegante: supercuerdas, dimensiones ocultas y la búsqueda de una teoría final. Su «teoría de la cuerda» es un concepto complicado que sugiere que todas las cosas, en su nivel más diminuto, son una combinación de filamentos vibratorios o cuerdas. Ha descrito su teoría como «una estructura con la capacidad de responder a cada aspecto sobre el cual está construido el mundo».
A través de los años, pensadores desde Newton, pasando por Einstein y Hawking, y llegando a Greene, han dedicado gran parte de su vida a averiguar cómo funciona el universo, y han propuesto teorías fascinantes.
En realidad, para que una teoría explique de manera adecuada todo lo que existe en el universo, debe empezar y terminar en Dios. «… todas las cosas, […] visibles e invisibles» (Colosenses 1:16) se originan en Él y existen para su gloria (Salmo 72:19). Los primeros versículos del Evangelio de Juan nos dicen que nuestro Señor creó el universo y que, sin su mano creadora, no existiría nada.
Por esta razón, cuando pensamos en el mundo y en todo lo que contiene, podemos exclamar con Isaías: «Toda la tierra está llena de su gloria» (6:3). ¡Alabemos su santo nombre!
—DCE
Toda la creación es un dedo extendido que apunta hacia Dios.
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Porque el Señor al que ama, disciplina… —Hebreos 12:6
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Como hijos de Dios, nosotros a veces creamos imágenes de nuestro Padre celestial que no son correctas. Quizá lo vemos como un Dios falto de afecto cuando corrige conductas pecaminosas en nuestra vida. Y, como la disciplina es dolorosa (Hebreos 12:11), podemos suponer que su corrección es una forma de venganza divina o el resultado de su enojo. En realidad, es una prueba de su amor a nosotros. La Biblia dice: «Porque el Señor al que ama, disciplina» (v. 6). Él nos disciplina para nuestro beneficio, para que «participemos de su santidad» (v. 10) y para que experimentemos la paz que surge de vivir una vida recta (v. 11).
Si hoy estás enfrentando la disciplina de Dios, recuerda que no está mirándote con el ceño fruncido ni sacudiendo el puño en venganza. Píntalo como un Padre que se preocupa por ti y que corrige con amor a su hijo en quien se deleita (Proverbios 3:12).
—JBS
Dios disciplina con su mano de amor.
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“¿Hay que engañar para Evangelizar?”
Reflexiones sobre una estrategia evangelística muy usada
Por Wilbur Madera
Hace algunos años estaba con mi esposa paseando por la zona hotelera de Cancún, cuando nos interceptó un hombre muy entusiasta que nos dio la gran noticia que éramos los invitados de honor de cierto hotel. La invitación incluía un desayuno para toda la familia y un paseo por sus instalaciones. Nos sentimos verdaderamente afortunados y aceptamos gustosos, ignorando lo que nos aguardaba. En efecto, sí hubo un desayuno y una rápida visita a las instalaciones, pero no sin antes haber pasado dos horas en un conato de venta de un “tiempo compartido” por varios miles de pesos al mes. Acabamos todos frustrados. Ellos por no haber logrado una venta y nosotros, por haber perdido un tiempo invaluable de nuestras vacaciones.
Este evento, por haber sido tan desagradable, lo había enviado al archivo muerto de mi mente, hasta que hace algunas semanas, fue traído al proscenio de nueva cuenta, por otro incidente que me lo recordó.
En esta ocasión no se trataba de una venta o un desayuno, sino de un evento evangelístico. Con una organización impecable y una publicidad de primera calidad se anunciaba un evento que prometía ser de mucha ayuda para los asistentes. Veladamente se dejaban ver algunos ambiguos rasgos de espiritualidad cristiana, pero que a la vez, podrían interpretarse por una mente no creyente como algo de superación personal, espiritualidad genérica o inclusive, Nueva Era. Es decir, la publicidad no anunciaba un evento distintiva y claramente cristiano.
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1.Usar el engaño para hablar de la Verdad
Aunque suene muy fuerte, debemos llamar las cosas por su nombre. Cuando le digo a mi compañero incrédulo que iremos a un campamento juvenil muy divertido, donde habrá juegos, música y risas, pero omito decirle, que además de todas estas cosas, nos compartirán cómo una relación con Dios es importante para nuestras vidas, estaré llevando a mi amigo, a base de engaño, para que le hablen de la verdad. Cuando lo vemos así, nos damos cuenta que la esencia de esta estrategia es la habilidad que tengamos para esconder la verdad, de tal manera que los incrédulos incautos no se percaten anticipadamente que nuestro propósito es que escuchen de Cristo. La estrategia se considera un éxito, si logramos engañarlos.
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Cuando usamos como estrategia básica el engaño, nos parecemos al “Padre de las mentiras”, a Satanás, cuya estrategia fundamental es el engaño. Por eso, debemos dejar de usar la mentira para hablar de la verdad. La verdad de Dios es gloriosa, es atractiva, es irresistible. Andemos en la verdad aun en nuestras estrategias para hablar de la verdad. Continúe leyendo
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El interés de este ministerio es "“perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo" (Efesios 4:12). Es por eso que les traemos recursos bíblicos y pastorales que te asistirán tanto en tu vida personal como en tu ministerio público.
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1. Tú (y yo) estamos orientados a la inmoralidad sexual.
2. Tú (y yo) somos vulnerables a la inmoralidad sexual.
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Como dice el autor: “La lucha por la pureza sexual es mucho más feroz y estratégica que cualquier batalla jamás forjada en el campo físico... nadie gana una batalla para la cual no se prepara"."
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Por siempre,
Ed Thompson
Presidente
www.logoi.org
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