Observación

Lectura: Rut 2:13-20
… Bendito sea el que te ha reconocido… —Rut 2:19
Mientras estaba haciendo cola para pagar, calculaba cuánto sería y trataba de impedir que mi hijo se perdiera. Casi ni me di cuenta cuando la mujer que estaba delante de mí salió rápidamente y dejó todos sus artículos en el mostrador. La empleada me comentó que aquella mujer no tenía suficiente dinero para pagar. Me sentí tremendamente mal; si tan solo me hubiera percatado de lo que pasaba, la habría ayudado.
En el libro de Rut, Booz vio a una mujer cosechando en el campo y se enteró de su apremiante situación (2:5). Supo que poco antes había enviudado y que estaba ganándose el pan para ella y para su suegra. También vio que necesitaba protección y les advirtió a sus segadores de que no la molestaran (v. 9). Le proveyó más comida al indicarles a sus empleados que dejaran caer grano a propósito (v. 16), e incluso se ocupó de consolarla y de suplir sus necesidades emocionales (vv. 11-12). Cuando Noemí, la suegra de Rut, oyó sobre todo esto, dijo: «Bendito sea el que te ha reconocido» (v. 19).
¿Eres consciente de las necesidades de las personas que te rodean… en la iglesia, en el vecindario o debajo de tu propio techo? Considera hoy cómo podrías ayudar a alguien a sobrellevar su carga. Entonces, estarás cumpliendo el plan de Dios para tu vida (Gálatas 6:2; Efesios 2:10).
—JBS
Dios obra a través de nosotros para suplir las necesidades de los que nos rodean.
NUESTRO PAN DIARIO
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EL RINCONCITO PARA EL CONSEJO PASTORAL
El Problema del Reciclaje
Por. Rev. Joel Galán
Toda organización en la tierra, sin importar su enfoque, desea ver su trabajo multiplicarse y expandirse en todos los aspectos. Estoy seguro que todos nosotros, de una forma u otra, queremos ser fructíferos en aquello que realizamos.
En el caso ministerial se puede decir lo mismo de cada ministerio e iglesia; todos quieren ver sus ministerios expandirse sin límites y crecer a magnitudes sorprendentes para extender al máximo nivel la visión que Dios les ha dado.
¿Habrá algún problema o peligro con querer crecer y multiplicarse? ¡Por supuesto que no! La “Parábola de los talentos” nos dice que Dios se deleita cuando en nosotros hay pasión por multiplicar lo que El ha puesto en nuestras manos (Mateo 25:14-30). Creo más bien que el problema o peligro en este caso, reside en cual es la forma en que estamos creciendo y si el mismo beneficia de algún modo al Reino de Dios en la tierra.
Desafortunadamente el gran fenómeno de crecimiento que experimentan algunos ministerios en el día de hoy, es a base de lo que yo llamo “Reciclaje”, que no es nada más y nada menos que cristianos pasándose de una congregación a otra. Estas son las personas que sin echar raíces se mueven de un lugar a otro con la misma excusa de siempre de que “allá se siente mejor” olvidando que aquí Dios no ha llamado a nadie a sentir, ¡El nos ha llamado a creer!
Esta parece ser una de las razones por la cual hemos visto como algunas congregaciones experimentan un “boom” de crecimiento momentáneo, para luego drenarse casi por completo hasta quedar con el mismo grupo con el cual comenzaron.
Estadísticas recientes dicen que solamente el 15% de las congregaciones que experimentan crecimiento logran mantenerse relativamente estables, y que aquellas que se mantienen estables son las que han canalizado su crecimiento a través del alcance de nuevos creyentes para Jesucristo.
Es una necesidad entender que, en nada se beneficia el evangelio si el fenómeno de crecimiento de la iglesia actual sigue siendo a base de “Reciclaje”. Es por eso que nuestros formatos de Igle-crecimiento deben ir dirigidos en alcanzar nuevas vidas para Cristo y no en atraer cristianos de otras congregaciones. ¡Hay demasiada gente perdida que podemos ganar para Cristo, como para tener que estar buscando las ovejas que ya están en el redil!
Por otro lado, y para ser balanceado en el asunto, esto no quita que nunca tendremos que recibir a alguien de otra congregación. Será algo que no podremos impedir, pero el punto clave en este asunto es que si logramos que por lo menos el 80% de nuestro crecimiento sea a través del alcance de nuevas vidas para Jesucristo; estaremos logrando entonces una multiplicación saludable la cual tendrá mayores posibilidades de mantenerse estable, y también estaremos ayudando al crecimiento del reino de Dios en la tierra.
¡No basta solo con predicar reino, hay que actuar y vivir como hombres y mujeres de reino!
Hoy Dios nos lanza el reto de tomar la antorcha de la visión de un mundo sin alcanzar, no la del mundo que ya ha sido alcanzado. Por amor a Jesucristo, prediquemos a otros de la misma forma que alguien lo hizo por nosotros. ¡Que se llenen nuestras reuniones cristianas de gente redimida por la sangre de Jesús! ¡Que se llenen de familias restauradas! ¡Que se llenen de jóvenes transformados! ¡Que el mundo sepa que todavía Jesucristo salva, liberta y restaura! ¡Y que “La Gran Comisión” vuelva a ser una prioridad en la Iglesia de hoy!
No olvides lo siguiente: El “reciclaje” es bueno para el medio ambiente, pero dañino para el crecimiento de la iglesia….

Fuente: El blog de Pensamiento de Bendición-Joel Galán
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