Si
el Señor no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican… (Salmo
127:1).
Lectura:
Génesis 11:1-9
La
biblia en un año: Salmos 137–139; 1 Corintios 13
A
dos obreros les preguntaron qué estaban construyendo. Uno dijo que era un
garaje, pero el otro contestó que edificaba una catedral. Al día siguiente,
había uno solo poniendo ladrillos. Cuando le preguntaron dónde estaba el otro,
respondió: «Ah, sí, lo despidieron. Insistía en construir una catedral en lugar
de un garaje».
Algo
similar sucedía en la antigua obra de Babel. Un grupo decidió edificar
una ciudad, y una torre que llegara hasta el cielo y uniera su mundo
(Génesis 11:4). Sin embargo, Dios no quería que trabajaran en ese grandioso
plan egocéntrico, basado en que podrían ponerse a la altura del Altísimo y
resolver todos sus problemas. Entonces, el Señor descendió, detuvo el proyecto,
dispersó a la gente «sobre la faz de toda la tierra» y le dio idiomas
diferentes (vv. 8-9).
Dios
quería que todos lo vieran a Él como la solución de sus problemas y le reveló a
Abraham sus planes para ellos (12:1-3). Mediante la fe de Abraham y sus
descendientes, le mostraría al mundo cómo buscar una ciudad «cuyo arquitecto y
constructor es Dios» (Hebreos 11:8-10).
Nuestra
fe no surge de nuestros sueños y soluciones personales, sino que su fundamento
está únicamente en Dios y en lo que Él puede hacer en y a través de nosotros.
Padre
celestial, ayúdame a consultarte sobre mis sueños y planes.
Dios
quiere llevar a cabo lo que solamente Él puede hacer en y por nosotros.
Nuestro
Pan Diario
La
edad no importa
…
si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él… (v. 26).
Lectura:
1 Corintios 12:12-26
La
biblia en un año: Salmos 135–136; 1 Corintios 12
Después
de trabajar durante 50 años en su consultorio dental, Dave Bowman planeaba
jubilarse y descansar. La diabetes y una cirugía cardíaca confirmaron su
intención. Sin embargo, cuando escuchó sobre un grupo de refugiados
jóvenes en Sudán, que necesitaban ayuda, tomó una decisión que transformó
su vida: accedió a patrocinarlos.
A
medida que conocía más detalles de estos jóvenes sudaneses, descubrió que nunca
habían sido atendidos por un médico o un dentista. Poco después, alguien
mencionó este versículo en su iglesia: «si un miembro padece, todos los
miembros se duelen con él» (1 Corintios 12:26). No podía sacarse el texto de la
mente. Los creyentes en Sudán estaban sufriendo porque necesitaban asistencia
médica, y Dave sintió que Dios le decía que hiciera algo. Pero ¿qué?
A
pesar de su edad y su mala salud, empezó a averiguar sobre la posibilidad de
construir un centro médico en ese país. Poco a poco, Dios reunió personas y
recursos, y, en 2008, el hospital Memorial Christian abrió sus puertas,
como un recordatorio del interés del Señor por los que sufren. Desde entonces,
miles han sido atendidos allí.
A
menudo, Dios obra a través de personas como nosotros, aun cuando pensemos que
ya terminó nuestra labor.
¿Está
Dios llamándote hoy para suplir alguna necesidad?
A
Dios le importa el sufrimiento de la gente.
Nuestro
Pan Diario
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