¡Vos podes ayudarnos!

---

Translate


lunes, 27 de febrero de 2017

La tierra de «si hubiese…»



Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis… (1 Tesalonicenses 4:13)..
Lectura: Salmo 46:1-7
La Biblia en un año: Marcos 5:1-20
A un después de años de haber perdido a nuestra hija de 17 años en un accidente automovilístico en 2002, me encuentro a veces sumido en el mundo del «si hubiese…». En medio del dolor, es fácil imaginar cambios en los sucesos de aquella trágica tarde de junio, que habrían traído a mi hija de vuelta a casa sana y salva.
Sin embargo, la tierra del «si hubiese…» no es un buen lugar para nadie. Allí hay remordimiento, sentimientos encontrados y desesperanza. Aunque el dolor es verdadero y la tristeza no termina, la vida es mejor y Dios es honrado si permanecemos en el mundo de «esta es la realidad».
En esta realidad, podemos encontrar esperanza, ánimo y consuelo. Tenemos la esperanza segura (1 Tesalonicenses 4:13) y la certeza de que, como Melissa había aceptado a Cristo como Salvador, está en un lugar «muchísimo mejor» (Filipenses 1:23). También disfrutamos de la presencia del Dios de toda consolación (2 Corintios 1:3) y de su «pronto auxilio en las tribulaciones» (Salmo 46:1). Además, solemos recibir ánimo de parte de otros creyentes.
Nadie desea experimentar tragedias en la vida, pero, cuando estas aparecen, nuestra mayor ayuda es confiar en Dios, la esperanza segura en la tierra de «esta es la realidad».
Señor, consuela mi corazón con la esperanza en ti.
Nuestra mayor esperanza viene de confiar en Dios.

Sigue avanzando
Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús (v. 14).
La Biblia en un año: Marcos 4:21-41
Uno de mis programas favoritos de televisión podría llamarse en español Sublime audacia. En este programa de telerrealidad, diez parejas van a otro país, donde deben correr —usando trenes, autobuses, taxis, bicicletas, y a pie— de un lugar a otro para obtener las instrucciones para el próximo desafío. La meta es que una pareja alcance el punto de llegada antes que las demás, y el premio es un millón de dólares.
El apóstol Pablo comparó la vida cristiana con una carrera y admitió que aún no había llegado a la meta: «Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio…» (Filipenses 3:13-14). Pablo no miró atrás ni dejó que sus fracasos del pasado lo agobiaran por la culpa. Tampoco permitió que sus logros del presente lo dejaran satisfecho. En cambio, continuó avanzando hacia la meta de ser cada vez más como Jesús.
Nosotros también corremos esta carrera. Independientemente de los fracasos y los éxitos, sigamos avanzado hacia el objetivo de volvernos más semejantes a Cristo. El premio no es terrenal, sino que disfrutaremos una suprema recompensa eterna.
Señor, muéstrame qué debo hacer y cambiar para seguir avanzando hacia la meta de asemejarme cada día más a Cristo.
Nunca dejes de seguir a Jesús.
Nuestro Pan Diario
---------------------------------------------------------------------
NOTICIAS CRISTIANAS





























domingo, 26 de febrero de 2017

Acceso total



En quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él (v. 12).
Lectura: Efesios 3:7-13
La Biblia en un año: Marcos 6:1-29
Hace unos años, un amigo me invitó a acompañarlo a ver un torneo profesional de golf. Como era la primera vez que yo iba, no tenía idea de qué esperar. Cuando llegamos, me sorprendió que me dieran regalos, información y mapas del campo de juego. Pero lo que superó todo fue que pudimos entrar en la tienda VIP, detrás del hoyo 18, donde había comida gratuita y lugar para sentarse. Sin duda, no podría haber disfrutado de toda esa hospitalidad por mi cuenta. La clave fue mi amigo; solo por él, tuve acceso total.
Si fuera por nosotros, estaríamos irremediablemente separados de Dios. Pero Jesús, quien cargó con nuestro castigo, nos ofrece vida y acceso a Dios. El apóstol Pablo escribió: «la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia» (Efesios 3:10). Esta sabiduría unió a judíos y gentiles en Cristo, quien nos abrió el camino para llegar al Padre: «en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él» (v. 12).
Cuando ponemos nuestra fe en Cristo, recibimos el mayor acceso de todos: al Dios que nos ama y desea relacionarse con nosotros.
Padre, gracias porque puedo llamarte así y entrar en tu presencia al haber puesto mi fe en tu Hijo Jesús, quien abrió el camino al morir en la cruz por mí. ¡Qué regalo tan maravilloso!
Gracias a la cruz de Cristo, podemos hacernos amigos de Dios.

¡De todo corazón!
Pero a mi siervo Caleb, por cuanto […] decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró… (14:24).
La Biblia en un año: Marcos 5:21-43
Caleb era una persona «de todo corazón». Con Josué, formaron parte del equipo de doce espías que exploraron la tierra prometida. Dijo: «Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos» (Números 13:30). Sin embargo, los otros diez afirmaron que era imposible conquistarla. A pesar de las promesas de Dios, solo vieron obstáculos (vv. 31-33).
Diez hombres hicieron que el pueblo se desanimara y se quejara contra Dios, y peregrinaron 40 años por el desierto. Pero Caleb nunca se rindió. El Señor declaró: «Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión» (14:24). Después de 45 años, Dios cumplió su promesa, cuando Caleb, de 85 años, recibió Hebrón «por cuanto había seguido cumplidamente al Señor Dios de Israel» (Josué 14:14).
Siglos más tarde, un experto de la ley le preguntó a Jesús: «Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento» (Mateo 22:36-38).
Caleb sigue inspirándonos por su confianza en un Dios que merece nuestro amor, confianza y compromiso de todo corazón.
Señor, quiero tener el corazón de Caleb.
El compromiso con Cristo es un llamado diario.
Nuestro Pan Diario
---------------------------------------------------------------------
NOTICIAS CRISTIANAS