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miércoles, 21 de diciembre de 2011

El Mejor Regalo de Navidad

Carlitos estaba sentado mirando la pequeña montaña de regalos que estaban cerca de la chimenea. Su madre entró y le dijo: ¿En que piensas Carlitos?
Carlitos dijo… estaba pensando en cuál de estos será el mejor regalo.
Carlitos-respondió su madre- el valor de los regalos no se mide ni por el tamaño, ni por el color, el precio o la simple envoltura, ni siquiera por la utilidad del mismo. El valor de un regalo se mide por el corazón.
¿Por el corazón, mami? Los regalos no tienen corazón.
Carlitos, los regalos si tienen corazón.
No mami… mira -tomando un regalo lo puso en el oído y dijo -Mira mami, no se escuchan latidos.
Oh Carlitos. Los regalos si tienen corazón. Es el corazón de quién lo da, que se extiende hasta el regalo mismo. Cuando alguien te da un regalo, solo por compromiso o con motivaciones erradas, ese regalo llega a ti sin corazón. Pero, cuando alguien te da un regalo con todo su corazón, ese palpitar viene al regalo y ese es el verdadero valor del mismo.
Carlitos sonrió y dijo: Ahhh, entonces tengo que volver a hacer otro regalo, porque el regalo que tengo para Rosita, no tiene corazón.
La madre sonrió y le dijo: Mira, nunca un ser humano ha recibido un regalo de más valor que el regalo que Dios nos dio. Nos dio a su único hijo y nos lo dio con todo su corazón, para que tú ahora tuvieras tu corazón vivo y vibrante.
¿De verdad? preguntó Carlitos.
Seguro hijo. Por eso tienes que amar ese regalo con todo tu corazón, porque ese regalo trae el corazón de Dios. Vive con ese regalo y para ese regalo.
Si mami-dijo Carlitos- Lo haré y salió corriendo para jugar con Rosita.
Un pensamiento: ¿Has visto a Jesús como el más grande regalo para tu vida? ¿Vives para él y por él?
Este es una buena época para entender el corazón de Dios y tener el mejor regalo.
“Por eso, el Señor mismo les dará una señal: La joven concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamará Emanuel”. Isaías 7:14
“Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él”. Juan 3:16,17
Desconozco su Autor


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No se escape de la Palabra


“Y olvidarás tu miseria, o te acordarás de ella como de aguas que pasaron.”Job 11:16


Hoy lo invito a olvidarse de los problemas que le causaron sufrimiento. Algunos, quizás no la pasamos bien en nuestra infancia, tal vez éramos pobres. ¡Olvídese de eso! A través de usted hay mucha gente que va a ser bendecida. El tema es que no se escape de la Palabra; algunos no sólo huyen del problema sino de la Palabra. Si se escapa de los principios de la Palabra, se volverá a encontrar con los cambios que no hizo y al llegar a la vejez dirá: “¡Si le hubiera hecho caso a Crudo!...” En ese lugar de sufrimiento fue donde aprendió lecciones de fe, lecciones de sabiduría y no para que diga: “Me parece que no saldré nunca”, “Mejor cambio de iglesia”. Lo que usted no cambia por dentro, lo llevará por siempre a donde quiera que vaya. Los cambios son para que usted haga decisiones internas. Algunos dicen: “Siempre fuimos pobres y orgullosos de ser pobres…” Ese lugar donde estuvo fue para aprender lecciones de fe. Alguna vez las cosas no fueron bien, pero en ese lugar aprendió lecciones de fe para avanzar hacia su destino. En ese lugar usted le permitió a la Palabra que sea lo más importante de su vida.

En nuestra iglesia hay cantidad de personas que se iban a suicidar y recuerdo que algunas de ellas se iban a tirar debajo de un tren. No sabían cómo alcanzar su destino. Si usted aplica la Palabra, verá la bendición de Dios. Deje de hablar de su miseria y olvídese. Se acordará de sus miserias “… como de aguas que pasaron.” A Job le llegó la Palabra cuando estaba agobiado y oprimido. La Palabra lo sacó adelante y sólo se acordaría de ella como aguas que pasaron. Hay que olvidarse de las miserias pero acordarse de que Dios fue el que nos sacó de la cautividad. No sólo nos sacó de la cautividad sino que nos llevó por el camino de los sueños.

Diga: “¡Señor, yo declaro hoy que tu Palabra me revela algo poderoso, voy a cambiar mi manera de pensar, voy a cambiar mis prioridades, tu Palabra es mi primera prioridad y mi máxima autoridad! ¡No me escaparé de tu Palabra!”

Oración: Padre, hoy me regocijo en tu Palabra, es lumbrera a mi camino. Me olvidaré de las miserias pasadas, porque como agua pasaron. Hoy estoy bendecido, próspero, sano, en victoria. Lo creo y lo declaro en el nombre de Jesús, amén.



Fluyendo en la Palabra


“Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.”Juan 15:7

Hay mucho poder en su boca, y ha llegado allí porque primero se reveló en su corazón. ¿A qué me refiero? A la Palabra de Dios que entra en su vida cuando usted la oye, luego pasa a su corazón donde es guardada para que finalmente salga por su boca y bendiga no sólo su vida sino la de los demás.

Lo que en este día quiero dejarle como enseñanza es que tiene que tener la autodeterminación de que siempre fluya la Palabra de Dios a través de su boca. De día y de noche, en todo tiempo y bajo cualquier circunstancia debe hablar la Palabra de Dios. En cuanto a lo que Dios quiere revelarse en nuestro interior, no hay un fluir de eso si no nos ponemos a meditar día y noche en la Palabra. Puede ir colocando los pensamientos de Dios en su manera de pensar. Tal cual son sus pensamientos, así será su vida. Y esos pensamientos tienen que estar de acuerdo a lo que Dios piensa de usted. Olvídese de la vieja historia de su vida ¡Deje el pasado atrás y viva de acuerdo a los pensamientos de Dios!

Mire, cuando el pueblo de Israel salió de la esclavitud, salió del desierto, y tenía que entrar a la tierra prometida, ellos tuvieron que cambiar su manera de pensar. ¿Por qué? Porque estaban atados al pasado. Necesitaban renovar su mente con lo que Dios les iba hablando para poder fluir a diario y no salirse de los planes que Dios tenía para ellos.

Dios quiere ver fluir a través de su vida cosas grandes. Por eso es necesario que de día y de noche medite en su Palabra. A veces, cuando se despierta en medio de la noche, es para que medite en la Palabra y no para que se ponga a pensar en algunos conflictos que tiene en su vida. Porque eso lo llenará de preocupación y no podrá dormirse con gozo y con alegría sino estará pensando y aceptando cosas que no cambiarán. Tiene que reflexionar en aquello que tenga que ver con la Palabra de Dios. En Juan 15:7 Jesús nos dejó una promesa maravillosa: si permanecemos en él y en su Palabra, todo lo que pidamos será hecho. Debemos poseer las promesas de Dios para meditar en Su ley día y noche y poder fluir en ella siempre. “Estoy seguro que usted va a caminar en niveles de autoridad espiritual donde el enemigo sabrá que hay más a favor de su vida que los que están en su contra, y que tiene una garantía de triunfo.”

Oración: Padre, gracias porque me hiciste un victorioso. Quiero fluir a diario en tu Palabra y hacer tu voluntad siempre. Meditaré en tu Palabra de día y de noche y lo lograré, en el nombre de Jesús, amén.



Fuente: Cristo la solución

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Siempre de servicio


Lectura: Hechos 20:22-32
Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta… —Hebreos 13:17
Mientras mis hijos estaban arrojando los restos de comida en un cesto para desperdicios en un centro de compras local, un hombre que, evidentemente, estaba apurado por algo, casi se chocó con el mayor de ellos. Mi hijo menor dijo en broma: «Quizá robó algo». Pensé que podría usar la situación como una oportunidad para enseñarles algo, y dije: «Eso es lo que la Biblia llama juzgar a los demás». Entonces, él me preguntó sonriendo: «¿Por qué estás siempre “pastoreándome”?». Cuando dejé de reírme, les dije a mis hijos que nunca podía tomarme vacaciones de mi labor de guiarlos y cuidarlos.
El apóstol Pablo les dijo a los ancianos de Éfeso que ellos tampoco podían tomarse vacaciones de la tarea de pastorear al pueblo de Dios (Hechos 20). Estaba convencido de que los falsos maestros tratarían de devastar la iglesia (v. 29) y que los líderes debían proteger al grupo de tales embestidas. Cuidar al pueblo del Señor incluye alimentarlo espiritualmente, guiarlo con bondad y advertirlo con firmeza. El incalculable precio que Cristo pagó en la cruz debería motivar a los líderes de la iglesia (v. 28).
Los que lideran a las congregaciones tienen la gran responsabilidad de vigilar nuestras almas porque, un día, tendrán que rendirle cuentas al Señor de su labor entre nosotros. Hagamos que hoy se sientan gozosos al ver que los obedecemos y nos sometemos a su liderazgo fiel y piadoso (Hebreos 13:17).
—MLW
Después de oír la Palabra de Dios, deberíamos comprometernos a hacer Su obra.


Fuente: NUESTRO PAN DIARIO

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