Léase el Salmo 46.1-11
El Señor cuida de los hombres honrados y presta oído a sus clamores. - Salmo 34.15 (VPEE)
Mi sobrina siempre me llamaba cuando tenía un problema que resolver. Una mañana, ella tenía un problema particularmente complicado que tomó algún tiempo para explicar. Estaba escuchando con atención, sin interrumpirla, con el fin de entender de forma precisa su preocupación. Repentinamente, se detuvo y preguntó: «¿Estás ahí?».
«Sí», respondí. «Te escucho». Sintiéndose segura, continuó. Hablamos hasta que sintió que su problema se había resuelto.
A veces sentimos que Dios no está escuchándonos o se ha olvidado de nosotros/as. Al igual que mi sobrina, preguntamos: «¿Estás ahí?». La respuesta es sí. Dios siempre está con nosotros, escuchándonos, cuidándonos, dirigiéndonos en cada situación. «Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; nuestra ayuda en momentos de angustia» (Salmo 46.1).
Necesitamos simplemente estar quietos y escuchar la voz de Dios. Eclesiastés 3.7 dice que hay «un momento para callar, y un momento para hablar». Dios escucha y Dios habla, a veces directamente y a veces a través de otras personas.
Sra. Meedie Monegan (California, EUA)
Pensamiento para el día
Aunque sintamos que nadie está presente, Dios está escuchando.
Oración
Dios de misericordia, ayúdanos a ser buenos oidores de modo que tu inspiración fluya de nosotros hacia quienes necesitan dirección. Amén.
OREMOS: Por quienes sienten que no tienen con quien hablar.
Tomado de http://elaposentoalto.upperroom.org/es/devotionals/2011-12-15
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Papel secundario
Lectura: Romanos 12:9-21
Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. —Romanos 12:10
Después de la muerte de Ed McMahon, un personaje de la televisión norteamericana, en 2009, el título de un periódico decía: «En lo referente a ser el N.º 2, él era el N.º 1». Famoso por sus 30 años de labor como compañero de Johnny Carson en su programa nocturno, McMahon colaboró de manera destacada para que Carson triunfara entre el público. Mientras la mayoría de los presentadores luchan para ganar más, McMahon estaba contento con su papel secundario.
Cuando el apóstol Pablo dio instrucciones sobre cómo ejercer nuestros dones como miembros del cuerpo de Cristo (Romanos 12:3-8), reafirmó el valor de los papeles secundarios. Empezó diciendo que deberíamos tener un concepto personal realista (v. 3) y concluyó con un llamado a desplegar un amor genuino y sin egoísmo: «Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros» (v. 10). O, como lo traduce J. B. Phillips: «estar dispuestos a que la otra persona reciba el reconocimiento».
Nuestros dones y talentos nos llegan por la gracia de Dios y deben usarse por medio de la fe (vv. 3, 6), por amor a Cristo y para servirlo a Él, no para conseguir reconocimiento personal.
Que Dios nos conceda la capacidad de asumir con entusiasmo los papeles secundarios a los que nos ha llamado. La meta suprema es Su gloria y no la nuestra.
—DCM
La iglesia funciona mejor cuando nos consideramos participantes en vez de espectadores.
FUENTE: NUESTRO PAN DIARIO
El Señor cuida de los hombres honrados y presta oído a sus clamores. - Salmo 34.15 (VPEE)
Mi sobrina siempre me llamaba cuando tenía un problema que resolver. Una mañana, ella tenía un problema particularmente complicado que tomó algún tiempo para explicar. Estaba escuchando con atención, sin interrumpirla, con el fin de entender de forma precisa su preocupación. Repentinamente, se detuvo y preguntó: «¿Estás ahí?».
«Sí», respondí. «Te escucho». Sintiéndose segura, continuó. Hablamos hasta que sintió que su problema se había resuelto.
A veces sentimos que Dios no está escuchándonos o se ha olvidado de nosotros/as. Al igual que mi sobrina, preguntamos: «¿Estás ahí?». La respuesta es sí. Dios siempre está con nosotros, escuchándonos, cuidándonos, dirigiéndonos en cada situación. «Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; nuestra ayuda en momentos de angustia» (Salmo 46.1).
Necesitamos simplemente estar quietos y escuchar la voz de Dios. Eclesiastés 3.7 dice que hay «un momento para callar, y un momento para hablar». Dios escucha y Dios habla, a veces directamente y a veces a través de otras personas.
Sra. Meedie Monegan (California, EUA)
Pensamiento para el día
Aunque sintamos que nadie está presente, Dios está escuchando.
Oración
Dios de misericordia, ayúdanos a ser buenos oidores de modo que tu inspiración fluya de nosotros hacia quienes necesitan dirección. Amén.
OREMOS: Por quienes sienten que no tienen con quien hablar.
Tomado de http://elaposentoalto.upperroom.org/es/devotionals/2011-12-15
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Papel secundario
Lectura: Romanos 12:9-21
Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. —Romanos 12:10
Después de la muerte de Ed McMahon, un personaje de la televisión norteamericana, en 2009, el título de un periódico decía: «En lo referente a ser el N.º 2, él era el N.º 1». Famoso por sus 30 años de labor como compañero de Johnny Carson en su programa nocturno, McMahon colaboró de manera destacada para que Carson triunfara entre el público. Mientras la mayoría de los presentadores luchan para ganar más, McMahon estaba contento con su papel secundario.
Cuando el apóstol Pablo dio instrucciones sobre cómo ejercer nuestros dones como miembros del cuerpo de Cristo (Romanos 12:3-8), reafirmó el valor de los papeles secundarios. Empezó diciendo que deberíamos tener un concepto personal realista (v. 3) y concluyó con un llamado a desplegar un amor genuino y sin egoísmo: «Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros» (v. 10). O, como lo traduce J. B. Phillips: «estar dispuestos a que la otra persona reciba el reconocimiento».
Nuestros dones y talentos nos llegan por la gracia de Dios y deben usarse por medio de la fe (vv. 3, 6), por amor a Cristo y para servirlo a Él, no para conseguir reconocimiento personal.
Que Dios nos conceda la capacidad de asumir con entusiasmo los papeles secundarios a los que nos ha llamado. La meta suprema es Su gloria y no la nuestra.
—DCM
La iglesia funciona mejor cuando nos consideramos participantes en vez de espectadores.
FUENTE: NUESTRO PAN DIARIO
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