¡Vos podes ayudarnos!

---

Translate


martes, 9 de febrero de 2016

Vino a buscarte



… El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres… (v. 18).
Lectura: Lucas 4:14-21
La biblia en un año: Mateo 20:17-34
En sus novelas El proceso y El castillo, Franz Kafka (1883-1924) describe la vida como una existencia deshumanizada que torna a las personas en un mar de rostros vacíos, sin identidad ni valía. Escribe: «La cinta transportadora de la vida te lleva, quién sabe adónde. Uno se transforma en un objeto, una cosa, en lugar de una criatura viviente».
Al principio de su ministerio, Jesús fue a la sinagoga de Nazaret, se puso en pie ante la multitud y leyó en Isaías: «El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor» (Lucas 4:18-19).
Luego, se sentó y declaró: «Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros» (v. 21). Siglos antes, el profeta había proclamado esas palabras (Isaías 61:1-2). Ahora, Jesús anunciaba que Él era el cumplimiento de aquella promesa.
Observa a quiénes vino Jesús a rescatar: pobres, quebrantados de corazón, cautivos, ciegos y oprimidos; personas deshumanizadas por el pecado y el sufrimiento, el quebrantamiento y la angustia. ¡Vino por nosotros!
Señor, ten piedad de nosotros, pecadores y sufrientes.
Nuestro Pan Diario

Refugio verdadero
Torre fuerte es el nombre del Señor; a él correrá el justo, y será levantado (Proverbios 18:10).
Lectura: Josué 20:1-9
La biblia en un año: Mateo 8:1-17
En marzo de 2014, se desató un conflicto tribal en la zona donde nací, lo cual obligó a mi familia y otros refugiados a resguardarse cerca de la ciudad capital. A lo largo de la historia, infinidad de personas que se sintieron inseguras en sus tierras viajaron a otros lugares para encontrar protección y una vida mejor.
Mientras visitaba y hablaba con personas de mi pueblo natal, pensé en las ciudades de refugio, en Josué 20:1-9, las cuales se establecieron para brindar seguridad a quienes, tras un homicidio accidental, huían de algún pariente «vengador de la sangre» (v. 3). Allí encontraban paz y protección.
En la actualidad, la gente sigue buscando refugio, aunque por otras razones. Sin embargo, por más beneficios materiales que ofrezcan esos santuarios, no pueden suplir por completo las necesidades de los refugiados y los fugitivos, ya que tal reposo solo puede encontrarse en Dios. Aquellos que caminan con Él encuentran verdadero amparo y seguridad. Cuando Israel fue exiliado, el Señor declaró: «seré para ustedes un pequeño santuario en los países adonde lleguen» (Ezequiel 11:16 rvc).
Podemos unirnos al salmista para decirle confiadamente al Señor: «Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia; con cánticos de liberación me rodearás» (32:7).
— 
Señor, que siempre recordemos tu protección.
Nuestro Pan Diario
-------------------------------------------------------------------
NOTICIAS CRISTIANAS





 



No hay comentarios:

Publicar un comentario