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viernes, 25 de marzo de 2016

En alta estima



… ¿No valéis vosotros mucho más que [las aves]? (v. 26).
Lectura: Mateo 6:25-34
La biblia en un año: Marcos 14:54-72
Hace años, tenía una oficina en Boston, desde donde se veía el Cementerio de Granary, donde están sepultados varios héroes norteamericanos. Aunque las lápidas mencionan sus nombres, nadie sabe realmente dónde está el cuerpo de cada uno de ellos, ya que esas piedras se han movido muchas veces, tanto para hacer que el lugar fuera más pintoresco como para que quienes cortaban el césped tuvieran más espacio para trabajar. Aunque en el cementerio hay unos 2.300 epitafios, ¡casi 5.000 personas están sepultadas! Pareciera que, aun muertas, no se sabe bien quiénes son algunas personas.
A veces, nos sentimos como esos residentes anónimos de Granary: desconocidos e invisibles. La soledad puede hacernos sentir ignorados, incluso por Dios. Sin embargo, debemos recordar que, aunque pensemos que nuestro Creador se olvidó de nosotros, no es así. Dios no solo nos hizo a su imagen (Génesis 1:26-27), sino que también nos tiene en alta estima, y envió a su Hijo para salvarnos (Juan 3:16).
Aun en las horas más oscuras, podemos descansar en la certeza de que nunca estamos solos, porque nuestro Dios amoroso está con nosotros.
Señor, gracias por saber todo de mí y no abandonarme nunca. Que pueda compartir la verdad de tu presencia permanente, para consolar a aquellos que se sienten solos.
Nuestro Pan Diario

Mirar hacia arriba
… El Señor levanta a los caídos… (v. 8).
Lectura: Salmo 146:1-10
La biblia en un año: Marcos 14:27-53
Un artículo de una revista de tecnología quirúrgica afirma que inclinar la cabeza para mirar un teléfono celular equivale a colocar unos 27 kilogramos de peso en el cuello. Al considerar que millones de personas en todo el mundo pasan un promedio de dos a cuatro horas diarias leyendo y enviando mensajes de texto, el daño en el cuello y la columna vertebral se convierte en un problema de salud creciente.
También es fácil que las cargas de la vida nos agobien espiritualmente. El salmista era consciente del peso de la preocupación, pero también veía una esperanza. Por eso, escribió: «El Señor creó los cielos y la tierra, y el mar y todos los seres que contiene. El Señor siempre cumple su palabra; hace justicia a los oprimidos, y da de comer a los que tienen hambre. El Señor da libertad a los cautivos, y les devuelve la vista a los ciegos; el Señor levanta a los caídos; y ama a los que practican la justicia» (Salmo 146:6-8 RVC).
Cuando consideramos el cuidado de Dios, su gran poder y su corazón amoroso, empezamos a mirar hacia arriba y alabarlo. Podemos vivir cada día sabiendo que «reinará el Señor para siempre […], de generación en generación» (v. 10).
El Señor nos levanta cuando estamos agobiados. ¡Alabado sea Dios!
Señor, levanta mis ojos para ver hoy tu poder y amor, y para alabarte con gratitud.
Nuestro Pan Diario
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NOTICIAS CRISTIANAS






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