Y
poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que
[…] abundéis para toda buena obra (2 Corintios 9:8).
Lectura:
Marcos 6:7-12
La
Biblia en un año: Mateo 15:1-20
Imagina
salir de viaje sin equipaje. Nada de artículos básicos ni de ropa para
cambiarnos; nada de dinero ni tarjetas de crédito. Suena bastante insensato y
aterrador, ¿no?
Sin
embargo, esto es exactamente lo que Jesús les dijo a sus doce discípulos que
hicieran cuando los mandó en su primer viaje misionero a predicar y a sanar: «Y
les mandó que no llevasen nada para el camino, sino solamente bordón; ni
alforja, ni pan, ni dinero en el cinto, sino que calzasen sandalias, y no
vistiesen dos túnicas» (Marcos 6:8-9).
Incluso,
tiempo después, cuando los estaba preparando para la labor después de que Él se
fuera, les dijo: «el que tiene bolsa, tómela, y también la alforja; y el que no
tiene espada, venda su capa y compre una» (Lucas 22:36).
¿Cuál
es la idea en todo esto? Se trata de confiar en que Dios suplirá todo lo
necesario.
Cuando
el Señor volvió a referirse a aquel primer viaje, preguntó: «Cuando os envié
sin bolsa, sin alforja, y sin calzado, ¿os faltó algo? Ellos dijeron: Nada» (v.
35). Los discípulos tuvieron todo lo necesario para llevar a cabo lo que Dios
los había llamado a hacer. Él tenía la capacidad de darles poder para hacer la
obra (Marcos 6:7).
¿Confiamos
en que Dios suplirá todo lo que necesitamos? Tengamos fe en que lo hará.
Señor,
ayúdame a confiar en tus planes y en tu provisión.
«La
voluntad de Dios hecha a la manera de Dios nunca carecerá de la provisión de
Dios». Hudson Taylor
No
es en vano
Así
que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, […] sabiendo que vuestro
trabajo en el Señor no es en vano (v. 58).
Lectura:
1 Corintios 15:50-58
La
Biblia en un año: Mateo 15:21-39
Un
asesor financiero, a quien conozco, describe así la realidad de las inversiones
de dinero: «Espera lo mejor y prepárate para lo peor». En casi todas las
decisiones de la vida, queda la incertidumbre respecto a los resultados. Sin
embargo, hay un camino que podemos seguir, al final del cual y sin importar lo
que suceda, el esfuerzo no será en vano.
El
apóstol Pablo pasó un año con los creyentes de Corinto, una ciudad conocida por
su corrupción moral. Cuando se marchó, les mandó una carta donde los exhortaba
a no desanimarse ni sentir que su testimonio para Cristo carecía de valor. Les
aseguró que el Señor volvería un día y que aun la muerte sería conquistada (1
Corintios 15:52-55).
Permanecer
fieles al Señor quizá sea difícil, desalentador e, incluso, peligroso, pero
nunca carece de propósito ni implica tiempo o esfuerzo malgastados. Cuando caminamos
con el Señor y damos testimonio de su presencia y poder, ¡nuestra vida no es en
vano! Podemos estar totalmente seguros de que es así.
Señor,
en estos días de incertidumbre, que nos aferremos a tu promesa de que nuestro
trabajo para ti cumplirá tu propósito y será de enorme valor ante tus ojos.
Nuestra
vida y testimonio para Cristo nunca son en vano.
Nuestro
Pan Diario
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