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viernes, 10 de noviembre de 2017

Esa famosa sonrisa

Por Dave Branon
La esperanza de los justos es alegría… (Proverbios 10:28).
Leer: Salmo 28:6-9 
La Biblia en un año: Jeremías 32–33; Hebreos 1
Después de que mi esposa y yo visitamos el Louvre en París, llamé por teléfono a nuestra nieta Addie. Cuando le conté que había visto el famoso cuadro de da Vinci, la Mona Lisa, Addie preguntó: «¿Está sonriendo?».
¿Acaso no es esta la gran pregunta que rodea esa pintura? Más de 600 años después de que Leonardo la pintara, todavía no sabemos si la señora estaba sonriendo o no.
La «sonrisa» es parte de lo intrigante de la pintura. Pero ¿cuál es la importancia de esto? ¿Acaso la Biblia habla de sonreír? En realidad, la palabra aparece menos de cinco veces en la Escritura, y nunca como algo que se nos manda hacer. Sin embargo, la Biblia sí sugiere que tengamos una actitud que nos lleva a sonreír, y se usa la palabra alegría. Casi 250 veces leemos sobre esta idea: «Mi corazón se llena de alegría», dice David al pensar en el Señor (Salmo 28:7 NTV). Debemos «[cantar] de alegría al Señor» (33:1 NTV); los testimonios de Dios son «el gozo de [nuestro] corazón» (119:111); y estamos «alegres» porque «grandes cosas ha hecho el Señor con nosotros» (126:3).
Sin duda, la alegría que Dios nos da a través de todo lo que ha hecho por nosotros puede dibujarnos una sonrisa en el rostro.
Querido Dios, nos haces sonreír. Tu gozo trasciende todo lo que el mundo puede ofrecer.
La esperanza en el corazón pone una sonrisa en el rostro.

Gozo y justicia
Por Bill Crowder
… juzgarás los pueblos con equidad, y pastorearás las naciones en la tierra (v. 4).
Leer: Salmo 67 
La Biblia en un año: Jeremías 34–36; Hebreos 2
En una conferencia en Asia, tuve en pocas horas dos conversaciones reveladoras. Primero, un pastor contó que había pasado once años en la cárcel por una sentencia errónea de asesinato, hasta que lo liberaron. Después, un grupo de familias relató que habían pagado una fortuna para escapar de la persecución religiosa en su país, pero los habían traicionado. Ahora, después de años en un campamento de refugiados, se preguntan si alguna vez encontrarán un hogar.
En ambos casos, la crisis se intensificó por falta de justicia… una prueba del estado de nuestro mundo. Sin embargo, este vacío de justicia no es una situación permanente.
El Salmo 67 llama al pueblo de Dios a darlo a conocer a nuestro mundo que sufre. El resultado será alegría y gozo, por al amor de Dios y por su justicia. «Alégrense y gócense las naciones porque juzgarás los pueblos con equidad, y pastorearás las naciones en la tierra» (v. 4).
Los escritores de la Biblia entendían la «equidad» como un componente clave del amor de Dios, pero sabían que solo se cumplirá a la perfección en el futuro. Entretanto, podemos señalar a los demás la justicia divina del Señor. Su venida verá correr «el juicio como las aguas, y la justicia como impetuoso arroyo» (Amós 5:24).
Padre, ayúdanos a practicar obras de justicia mientras esperamos que vuelvas.
Que tus obras apunten a la justicia y tu oración a la misericordia.
Nuestro Pan Diario

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