“En el principio creó Dios los cielos y la tierra. 2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. 3 Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.” Génesis 1:1-3
En estas primeras palabras del libro de Génesis podemos observar al Espíritu de Dios desde el comienzo. Vemos que tenía control sobre el mundo físico, y para manifestar ese control le fue necesario hablar. Si sigue leyendo va a observar que todo el tiempo dice: “dijo Dios”. Dios habló palabra y aparecen las plantas, los animales y todo el resto en la tierra. Ese Dios que es espíritu manifestó su poder hablando.
Ahora, nosotros que estamos hechos a imagen y semejanza de él, tenemos que manifestar las cosas de Dios en nuestra vida hablando. No se permita así mismo hablar de manera incorrecta acerca de su vida, de su mañana o de su futuro. No se resigne a vivir una vida regular o mediocre, porque está destinado para vivir una vida de poder y autoridad. Donde vea desorden y vacío, lo que corresponde es llenarlo con el poder de la Palabra. Entonces en su vida todo se va a ir modificando, lo desordenado se va a ordenar por la Palabra.
Su corazón está lleno de Dios, de la Palabra, es el templo del Espíritu Santo, es un espíritu, Dios le ha dado autoridad espiritual y cuando usted habla se empiezan a ordenar cosas. Esas palabras tienen autoridad, si hay algo vacío se va a llenar con las palabras. En su vida hay un poder creativo porque usted está en pacto con Dios y es uno con el Señor. No hable de la manera que habla el mundo porque cuando somos uno con el Señor, tenemos que hablar como él habla y tomar la autoridad que nos dio.
Note que Dios habló y fue hecho. Cuando usted hable se van a romper y destruir todas las ataduras espirituales que han puesto en palabras y en palabra las han afirmado. Las maldiciones generacionales que ya fueron redimidas y todavía se están manifestando, usted les ordenará que desaparezcan, que sea libre de las consecuencias. No acepte maldiciones generacionales para usted ni para su familia. Recuerde que Cristo lo hizo libre de ellas en la cruz. Ahora usted tiene el control de las situaciones. Así como el espíritu de Dios ordenó todo al comienzo y tomó el control, tome usted el control de toda situación contraria en su vida y en la de su familia.
Suelte palabras de bendición, de paz, de autoridad. Verá como todo comienza a cambiar.
Oración: Padre, hoy creo que con la autoridad que tú me diste y el poder de tu palabra voy a revertir toda circunstancia contraria que se levante en mi vida y en la de mi familia. Creo que fui creado para manifestar tu gloria aquí en la tierra y comenzaré poniendo orden en todo lo que no lo tenga. Veré tu gloria en mi vida. Lo creo, en el nombre de Jesús, amén.
En estas primeras palabras del libro de Génesis podemos observar al Espíritu de Dios desde el comienzo. Vemos que tenía control sobre el mundo físico, y para manifestar ese control le fue necesario hablar. Si sigue leyendo va a observar que todo el tiempo dice: “dijo Dios”. Dios habló palabra y aparecen las plantas, los animales y todo el resto en la tierra. Ese Dios que es espíritu manifestó su poder hablando.
Ahora, nosotros que estamos hechos a imagen y semejanza de él, tenemos que manifestar las cosas de Dios en nuestra vida hablando. No se permita así mismo hablar de manera incorrecta acerca de su vida, de su mañana o de su futuro. No se resigne a vivir una vida regular o mediocre, porque está destinado para vivir una vida de poder y autoridad. Donde vea desorden y vacío, lo que corresponde es llenarlo con el poder de la Palabra. Entonces en su vida todo se va a ir modificando, lo desordenado se va a ordenar por la Palabra.
Su corazón está lleno de Dios, de la Palabra, es el templo del Espíritu Santo, es un espíritu, Dios le ha dado autoridad espiritual y cuando usted habla se empiezan a ordenar cosas. Esas palabras tienen autoridad, si hay algo vacío se va a llenar con las palabras. En su vida hay un poder creativo porque usted está en pacto con Dios y es uno con el Señor. No hable de la manera que habla el mundo porque cuando somos uno con el Señor, tenemos que hablar como él habla y tomar la autoridad que nos dio.
Note que Dios habló y fue hecho. Cuando usted hable se van a romper y destruir todas las ataduras espirituales que han puesto en palabras y en palabra las han afirmado. Las maldiciones generacionales que ya fueron redimidas y todavía se están manifestando, usted les ordenará que desaparezcan, que sea libre de las consecuencias. No acepte maldiciones generacionales para usted ni para su familia. Recuerde que Cristo lo hizo libre de ellas en la cruz. Ahora usted tiene el control de las situaciones. Así como el espíritu de Dios ordenó todo al comienzo y tomó el control, tome usted el control de toda situación contraria en su vida y en la de su familia.
Suelte palabras de bendición, de paz, de autoridad. Verá como todo comienza a cambiar.
Oración: Padre, hoy creo que con la autoridad que tú me diste y el poder de tu palabra voy a revertir toda circunstancia contraria que se levante en mi vida y en la de mi familia. Creo que fui creado para manifestar tu gloria aquí en la tierra y comenzaré poniendo orden en todo lo que no lo tenga. Veré tu gloria en mi vida. Lo creo, en el nombre de Jesús, amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo, Argentina.