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jueves, 15 de julio de 2010

Se hizo pobre para que fuésemos enriquecidos

“Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.” 2 Corintios 8:9

¿Sabía que Dios nos salvó para llevarnos a nosotros a su nivel de pensamiento? Dios, descendió a esta tierra a través de Cristo, al nivel de los hombres para revelar su amor. Y en este acto, al hacerse hombre, se humilló al máximo hasta la muerte de cruz obedeciéndole al Padre. Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo y le dio un nombre que es sobre todo nombre, ante el cual se doblará toda rodilla que está en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra y ese nombre es Jesucristo. Dios lo levanta a lo máximo para que nosotros podamos ser levantados también. Y una de las cosas que nos levanta, es nuestro nivel de pensamiento.
En el versículo de 2 Corintios 8, dice la escritura que Dios siendo rico se hizo pobre, para que nosotros que creemos en él fuésemos enriquecidos. Si su nivel de pensamiento choca con eso, usted tiene un problema. Tiene que aceptar que eso es una verdad de la Palabra de Dios. Porque cuando recibimos la Palabra y el amor de Dios, tenemos que saber que primero nos salvó para que nuestro pensamiento vaya al nivel de él. Esto quiere decir que nuestro pensamiento tiene que ser igual al de Dios.
La escritura dice que tenemos que renovar nuestro entendimiento para ver la transformación en todas las áreas de nuestra vida. Para ir pensando cada día más como él piensa. Si no, hay una distancia cada vez más grande entre como piensa Dios y piensa los hombres. Si habla las cosas que va entendiendo de Dios con gente que no es creyente le van a decir que está loco. Para el mundo está loco pero para Dios cada vez está más sabio porque piensa como él ¿Entiende?
Lo que hoy quiero dejarle como enseñanza es que Dios quiere que usted sea enriquecido. Para eso él se empobreció haciéndose hombre, dejando su reino en los cielos. Nunca piense que la pobreza le pertenece. Si todavía no está disfrutando de las bendiciones de Dios, revise qué es lo que tiene que cambiar. Pero tenga bien en claro que Dios quiere que usted disfrute de todo lo que él a través de Cristo le ha dado. Recíbalo y comience a disfrutar de su herencia.
Oración: Padre, hoy entendí cuál es la vida que preparaste para mí y no es la pobreza. Te doy gracias porque me diste tu Palabra que me enseña que puedo ser enriquecido. Caminaré hacia esa vida de bendiciones. La alcanzaré, en el nombre de Jesús, amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo, Argentina.

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