Sea siempre fructífero

“1Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; 2Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. 3Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.” Salmo 1: 1-3
¿Por qué hay gente que comienza el camino siendo muy fructífero y con el tiempo se vuelve infructífero? Son personas que comenzaron desarrollando cosas lindas y después van por el camino de la distracción, poniendo excusas de tipo religioso y le eso les hace perder su enfoque. Entonces dejan de dar fruto y no revelan el carácter de Cristo, la unción, la bendición y las buenas obras que Dios preparó para que cada uno de sus hijos realice en esta tierra.
Para cerrar las puertas a la distracción:
1º Enfóquese en las cosas que le van a dar resultado positivo a su vida.
2º Enfóquese en lo que puede hacer y no en lo que no puede hacer. Cuando se enfoca en lo que no puede, no disfruta lo que tiene.
3º Enfóquese en lo que tiene y no en lo que no tiene. Gócese con lo que tiene y hágalo multiplicar. Desarróllelo con la guía de Dios.
4º Recuerde de dónde viene, pero enfóquese hacia donde va. La historia es poderosa si la usa para no cometer los mismos errores. No se queje del pasado y en qué falló, sino enfóquese en Dios y en la Palabra: que ha sido redimido, limpiado y posicionado para un futuro de bendición. No os acordéis de las cosas pasadas ni traigáis a memoria las cosas antiguas porque yo hago un camino nuevo dice el Señor.
5º Desarrolle la actitud de valorizar. Tanto su vida como la de los demás. Cuando desvaloriza o rechaza a los demás, está dañando su propia vida. No lo debe hacer porque a usted no lo hace mejor cuando empeora el testimonio de los demás. Usted se valoriza cuando valoriza la vida de los demás y le da importancia como Dios se lo da, porque usted es único para Dios, es un hijo amado y por usted vino Cristo y le dio toda la bendición.
Elija ser de bendición y fructífero en su vida. Solo confíe en él. El apóstol Pablo dijo: no que lo haya alcanzado ya ni que sea perfecto, sino que prosigo a ver si logro hacer aquello por lo que fui hecho por Cristo Jesús. Enfóquese en eso, en lo que tiene por alcanzar, en dar todo el fruto posible y el mejor. Cuide se vida de la distracción que no hace más que desenfocarlo de todo lo hermoso que tiene Dios para su vida.
Oración: Padre, hoy quiero estar bien plantado para dar fruto. Por eso meditaré en tu palabra y veré qué áreas tengo que cambiar. Dispongo mi vida y mi corazón para ser moldeado por ti. No quiero ser infructífero. Quiero ser como árbol plantado junto a las corrientes. Todo lo que haga prosperará. En el nombre de Jesús, amén. Por Rev. Juan O. Crudo, Argentina.