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miércoles, 12 de enero de 2011

Entienda que Dios es su fuente de prosperidad

“17 Así ha dicho Jehová, Redentor tuyo, el Santo de Israel: Yo soy Jehová Dios tuyo, que te enseña provechosamente, que te encamina por el camino que debes seguir.” Isaías 48:17
No es su trabajo, no es su jubilación, no es su mamá, es Dios. A través de los evangelios el Señor Jesús cita ciento treinta y seis casos donde él reconoce al Padre como la fuente de la provisión. Nosotros no podemos hacer menos que lo que hizo Jesús. Hasta en el Padre nuestro lo añadió dentro de la oración. Hablando con el Padre lo reconoció como fuente de toda bendición y de toda gloria y honra, pero también dijo: “el pan nuestro de cada día dánoslo hoy”.
Dijo: “hoy” como para acordarse que cada día la provisión viene de Dios, cada día hay que acordarse de que Él es fuente de provisión, cada día hay que acordarse que la bendición en cada área de su vida viene de parte de Dios. Sólo Dios puede hacer que la provisión sobrenatural fluya de sus manos. Igual que José va a ver en sus manos la bendición de la provisión sobrenatural.
Así como él es la fuente de la provisión, sólo él le enseña a usted cómo se puede entrar al terreno de lo sobrenatural. Tome esta palabra como algo muy importante para su vida. Él es su redentor, Él es su Dios, Él es su Señor, pero también es el que le enseña. Se lo revela el Espíritu Santo, enseñándole provechosamente. Lo que le enseña el Señor siempre es para provecho y para bendición para la gloria de Dios. Y si aplica sus principios va a vivir una vida plena, una vida abundante, una vida bendecida y llena de todas las bendiciones del Señor.
Él es el que lo encamina por el camino que debe de seguir. Ahí está la prosperidad de su alma, en su alma está su voluntad. Dios le puede enseñar y le puede mostrar el camino, pero el que decide entrar y caminar por ese camino es usted. Porque usted tiene una voluntad, tiene una decisión, tiene determinación. Y si al conocer la palabra, los principios, las enseñanzas reconoce que lo que Dios le enseña es provechoso para su vida tiene que disponer su voluntad para caminar por ese camino que en cual el lo está encaminando. Porque ese camino, es el camino de la gloria de Dios, de la manifestación de su gloria. Si usted transita por ese camino hará que sus hijos, su familia transiten por ese camino.
Dios quiere hacer algo más que resolver una crisis inmediata, él quiere llenar sus manos con abundancia y sus manos están conectadas con su corazón. Si las cosas no funcionan bien en el corazón, sus manos no harán lo que deben de hacer. Hay que darle lugar a la Palabra de nuestro Dios en el corazón que se revele, que se manifieste y permitir que el potencial divino comience a liberarse para ser de bendición y tiene que crecer en los caminos de avance que Dios tiene para su vida. Permita que Dios lo encamine por el camino que hay que transitar. No lo haga a su manera con fuerza humana, con ideas humanas naturales, razonamientos naturales, hágalo como Dios se lo enseña. Ponga primero lo que va primero, dé su diezmo que es un fundamento, es la base para todo lo demás que va a desarrollar. Recuerde que reconociendo quién es el dueño y Señor de todo se está conectando con la fuente de toda bendición, respetando su palabra, poniendo en orden su vida. Usted va a estar bendecido, va a ser un canal de bendición, su hogar va a estar bendecido. Verá los cielos abiertos y las bendiciones fluyendo en su vida y la de sus herederos. Usted está haciendo una cobertura de bendición. Porque entiende quién es su fuente de prosperidad.
Oración: Padre, hoy me conecto a ti que eres mi fuente de prosperidad. Seré obediente y cumpliré con todo lo que me mandas. Pondré primero lo primero y pondré orden en todas las áreas de mi vida. Me declaro un bendecido y viviré en prosperidad. Lo creo y le recibo, en el nombre de Jesús, amén. Por. Rev. Juan O. Crudo, Argentina.

Ilustración
El valor de la obediencia en la oficina
Escrito por: Chuck Swindoll
"Para ayudarnos a ver el valor de la obediencia supongamos que tu trabajas para mí. De hecho, tú eres mi asistente ejecutivo en una compañía que está creciendo rápidamente. Yo soy el dueño y yo estoy interesado en expandirme en el extranjero. Para sacar esto adelante, hago planes para viajar al extranjero y permanecer allí hasta que una nueva sucursal se establezca. Puedo hacer todos los arreglos para mi familia y trasladarnos a Europa durante seis a ocho meses. Y te dejo a cargo de la organización en Estados Unidos. Yo te digo que voy a escribir con regularidad y te daré las instrucciones para seguir adelante.
Pasan los meses. Un flujo de cartas se envían desde Europa y recibidas por ti en la sede nacional. Escribí todas mis expectativas.
Por último, vuelvo. Poco después de mi llegada, voy a la oficina y me sorprende lo que veo. La hierba ha crecido alto. Algunas ventanas frente la calle están rotas. Entro en la habitación de la recepcionista. Ella está haciendo las uñas, mastica chicle y escucha su estación de discoteca favorita. Miro a mi alrededor y observo que las papeleras se desbordan. La alfombra no se ha aspirado durante semanas, y nadie parece preocupado de que el propietario ha vuelto.
Pregunto, "¿Qué diablos está pasando aquí? ¿No tiene alguno de ustedes las cartas que escribí desde Europa?"
"Cartas? Oh, sí! ¡Claro! Tengo cada una de ellas. Hemos estudiado sus cartas todos los viernes por la noche desde que se fue. Incluso hemos dividido al personal en grupos pequeños para discutir muchas de las cosas que escribió. Algunas de las cosas eran realmente interesantes. Usted estará encantado de saber que algunos de nosotros hemos aprendido de memoria algunas de sus frases y párrafos. "
"Pero ¿han hecho lo que pedí en esas cartas?"
"No. No hemos hecho nada.”
¿Estamos obedeciendo la Palabra de Dios o solamente la conocemos bien? Si quieres compartir con nosotros favor de ir a este ENLACE.
Seamos fieles pasando tiempo a diario con Dios,

Scott Yingling
Director General de ObreroFiel.com

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