“Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.”
2 Corintios 9:6
Hoy lo invito a reflexionar en la ley de la siembra y la cosecha. Quizá usted hoy, nunca antes haya oído hablar sobre esta ley, o quizá haya oído mucho. Pero sabe algo, cuando Dios nos habla algo una y otra vez es porque todavía no lo hemos entendido o creído por completo. A lo mejor todavía no lo aplicó en su vida.
Por eso hoy tendrá la oportunidad de meditar esta palabra y hacer los cambios que sean necesarios. Cuando usted siembra una semilla en buena tierra, cosecha. Esa cosecha viene multiplicada. Entonces si sembramos lo mejor, vamos a recibir lo mejor. Por eso es muy importante que seleccionemos bien nuestras semillas. Mire este ejemplo. Observe lo que siembra en su casa.
A veces nos preparamos para hablar las mejores palabras en casa, el trabajo, en el estudio, en la profesión. Pero después no lo hacemos. Si siembra buenas palabras, eso mismo recibirá. Si usted a su esposo/a le vive diciendo que no sirve para nada, que es un desastre ¿Qué piensa que va a recibir de su parte? Seguramente también le dirán cosas malas ¿No cree? En cambio, si usted reparte semillas de amor, de bendición, a través de palabras, recibirá un buen trato también.
Usted en su casa tiene que hablar las mejores palabras. Tiene que valorar a la gente que está a su alrededor. Sea su familia, sus compañeros de trabajo, sus compañeros de estudio, sus vecinos. En el mundo lo más normal es el desprecio,se desvaloriza. Como cristianos debemos darle valor a nuestra vida.
La vida suya no se merece soltar semillas malas. Se merece soltar la Palabra de Dios que fluyan en su corazón. Cuando llegue a su casa si tiene esposo, esposa, hijos e hijas hábleles palabra de bendición. Y también siembre semillas en las almas que están perdidas. Eso es lo que más le gusta a Dios.
Porque Dios tiene todo, lo único que no tiene son esos que se le escaparon de las manos. Si usted se los trae, Dios lo va a tratar a usted como su hijo mimado. Cada vez que usted le habla a alguien en el trabajo, en la calle para que venga al reino de Dios, Dios está emocionado. Y se imagina qué cosecha le va a venir ¿no? Porque sembró lo mejor.
El Dios de lo mejor le va a dar de lo mejor y lo va a bendecir. Él quiere que nosotros veamos el dar como un acto de amor. ¿Que dice la Biblia en Juan 3:16? De tal manera amó Dios al mundo que nos dio a su hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda sino que tenga vida eterna. Me amó y me dio lo mejor. Él es el ejemplo de dar lo mejor. Entonces sepa que cuando usted siembra lo mejor, cosechará indefectiblemente lo mejor.
Oración: Padre, a partir de hoy comenzaré a sembrar lo mejor porque sé que tengo la cosecha asegurada y viene en sobreabundancia. Gracias por dar lo mejor y enseñarme a hacerlo también. En el nombre de Jesús, amén. Por. Rev. juan O. Crudo, Argentina
2 Corintios 9:6
Hoy lo invito a reflexionar en la ley de la siembra y la cosecha. Quizá usted hoy, nunca antes haya oído hablar sobre esta ley, o quizá haya oído mucho. Pero sabe algo, cuando Dios nos habla algo una y otra vez es porque todavía no lo hemos entendido o creído por completo. A lo mejor todavía no lo aplicó en su vida.
Por eso hoy tendrá la oportunidad de meditar esta palabra y hacer los cambios que sean necesarios. Cuando usted siembra una semilla en buena tierra, cosecha. Esa cosecha viene multiplicada. Entonces si sembramos lo mejor, vamos a recibir lo mejor. Por eso es muy importante que seleccionemos bien nuestras semillas. Mire este ejemplo. Observe lo que siembra en su casa.
A veces nos preparamos para hablar las mejores palabras en casa, el trabajo, en el estudio, en la profesión. Pero después no lo hacemos. Si siembra buenas palabras, eso mismo recibirá. Si usted a su esposo/a le vive diciendo que no sirve para nada, que es un desastre ¿Qué piensa que va a recibir de su parte? Seguramente también le dirán cosas malas ¿No cree? En cambio, si usted reparte semillas de amor, de bendición, a través de palabras, recibirá un buen trato también.
Usted en su casa tiene que hablar las mejores palabras. Tiene que valorar a la gente que está a su alrededor. Sea su familia, sus compañeros de trabajo, sus compañeros de estudio, sus vecinos. En el mundo lo más normal es el desprecio,se desvaloriza. Como cristianos debemos darle valor a nuestra vida.
La vida suya no se merece soltar semillas malas. Se merece soltar la Palabra de Dios que fluyan en su corazón. Cuando llegue a su casa si tiene esposo, esposa, hijos e hijas hábleles palabra de bendición. Y también siembre semillas en las almas que están perdidas. Eso es lo que más le gusta a Dios.
Porque Dios tiene todo, lo único que no tiene son esos que se le escaparon de las manos. Si usted se los trae, Dios lo va a tratar a usted como su hijo mimado. Cada vez que usted le habla a alguien en el trabajo, en la calle para que venga al reino de Dios, Dios está emocionado. Y se imagina qué cosecha le va a venir ¿no? Porque sembró lo mejor.
El Dios de lo mejor le va a dar de lo mejor y lo va a bendecir. Él quiere que nosotros veamos el dar como un acto de amor. ¿Que dice la Biblia en Juan 3:16? De tal manera amó Dios al mundo que nos dio a su hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda sino que tenga vida eterna. Me amó y me dio lo mejor. Él es el ejemplo de dar lo mejor. Entonces sepa que cuando usted siembra lo mejor, cosechará indefectiblemente lo mejor.
Oración: Padre, a partir de hoy comenzaré a sembrar lo mejor porque sé que tengo la cosecha asegurada y viene en sobreabundancia. Gracias por dar lo mejor y enseñarme a hacerlo también. En el nombre de Jesús, amén. Por. Rev. juan O. Crudo, Argentina
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