…
Dios […] nos diese vida para levantar la casa de nuestro Dios y restaurar sus
ruinas… (Esdras 9:9).
Lectura:
Lamentaciones 5:8-22
La
biblia en un año: Lucas 22:47-71
En
el barrio judío de Jerusalén, se encuentra la sinagoga Tiferet Yisrael. Se
construyó en el siglo xix, pero fue dinamitada por comandos durante la guerra
árabe-israelí en 1948.
Por
años, el lugar estuvo en ruinas, pero, en 2014, comenzó la reconstrucción.
Cuando los funcionarios de la ciudad colocaron un trozo de escombro como su
piedra angular, uno de ellos citó Lamentaciones 5:21: «Vuélvenos, oh Señor, a
ti, y nos volveremos; renueva nuestros días como al principio».
Jeremías
escribió en Lamentaciones este canto fúnebre por Jerusalén. De manera gráfica,
el profeta relató el impacto de la guerra sobre la ciudad. El versículo 21
refleja su sentida oración por la intervención divina. Aun así, se pregunta si
sería posible. Entonces, con esta temerosa advertencia, concluyó su angustioso
lamento: «a no ser que nos hayas desechado totalmente, y estés enojado en gran
manera contra nosotros» (v. 22). Décadas más tarde, el Señor respondió esa
oración cuando los exiliados volvieron a Jerusalén.
Quizá
nuestra vida también parezca estar en ruinas. Quedamos devastados por problemas
generados por nosotros mismos o conflictos que no podemos evitar. Pero tenemos
un Padre comprensivo, quien, con bondad y paciencia, quita los escombros y
construye algo mejor. Lleva tiempo, pero podemos confiar en Él.
Señor,
gracias por el perdón y la unidad en ti.
Un
día, Dios restaurará toda la belleza perdida.
Nuestro
Pan Diario
Justo
lo que necesito
…
que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación…
(v. 4).
Lectura:
2 Corintios 1:3-7
La
biblia en un año: Lucas 22:21-46
Mientras
escuchaba el coro que dirigía mi hija Lisa, que cantaba en un centro para
personas de la tercera edad, me preguntaba por qué había elegido el himno Está
bien con mi alma, ya que lo habían interpretado en el funeral de su hermana
Melissa, y sabía que solía conmoverme.
Las
palabras de un hombre sentado a mi lado interrumpieron mis pensamientos: «Es
justo lo que necesitaba escuchar». Entonces, me presenté y le pregunté por qué
necesitaba esa canción. «La semana pasada perdí a mi hijo en un accidente de
motocicleta», respondió.
¡Vaya!
Estaba tan concentrado en mí mismo que nunca pensé en las necesidades de los
demás, y Dios estaba usando esa canción exactamente donde Él quería. Llevé
aparte a mi nuevo amigo, un empleado del centro, y le hablé del cuidado de Dios
en ese tan momento difícil de su vida.
Estamos
rodeados de personas necesitadas, y, a veces, debemos dejar nuestros
sentimientos de lado y ocuparnos de ellas. Una manera de hacerlo es recordar
cómo nos consoló el Señor «para que podamos también nosotros consolar a los que
están en cualquier tribulación» (2 Corintios 1:4). Es fácil olvidar que alguien
cercano puede necesitar una oración, una palabra de consuelo, un abrazo o una
muestra de misericordia en el nombre de Jesús.
Señor,
ayúdame a ver las necesidades y transmitir el consuelo que recibí de ti.
Debemos
compartir el consuelo que recibimos.
Nuestro
Pan Diario
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NOTICIAS CRISTIANAS
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