…
yo nunca me olvidaré de ti (v. 15).
Lectura:
Isaías 49:13-21
La
biblia en un año: Lucas 24:36-53
Durante
la celebración de los 50 años de su madre, ante la presencia de cientos de
personas, Kukua, la hija primogénita, relató lo que su progenitora había hecho
por ella. Recordaba que habían sido tiempos difíciles y los recursos en el
hogar escaseaban. No obstante, su madre soltera se privó de comodidades
personales, y vendió sus joyas y otros bienes para que ella pudiera estudiar.
Con lágrimas en los ojos, declaró que su madre nunca la había abandonado, ni a
ella ni a sus hermanos, a pesar de lo difícil que era todo.
Dios
comparó su amor por su pueblo con el de una madre por sus hijos. Cuando Israel
sintió que el Señor lo había abandonado durante el exilio, se quejó: «Me dejó
el Señor, y el Señor se olvidó de mí» (Isaías 49:14). Pero Dios afirmó: «¿Se
olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo
de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti» (v. 15).
Cuando
estamos angustiados o decepcionados, tal vez nos sintamos abandonados por la
sociedad, la familia y los amigos, pero Dios no nos abandona. Las palabras del
Señor son un gran aliento: «He aquí que en las palmas de las manos te tengo
esculpida» (v. 16), con lo que indica cuánto sabe y nos protege. Aunque la
gente nos dé la espalda, Dios nunca abandona a los suyos.
Señor,
gracias por acompañarme siempre.
Dios
nunca se olvida de nosotros.
Nuestro
Pan Diario
El
Espíritu prometido
…
Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí (v. 9).
Lectura: 2 Reyes 2:5-12
La
biblia en un año: Lucas 24:1-35
Tenacidad y audacia; a Eliseo le sobraban. Estando con Elías, fue testigo de la
obra del Señor a través del profeta, quien hizo milagros y habló la verdad en
una época de mentiras.
Había
llegado la hora de la temida separación, cuando Elías sería alzado «al cielo»
(1 Reyes 2:1), y Eliseo no quería que lo dejara. Como sabía que, para continuar
con éxito el ministerio, necesitaba lo que tenía su maestro, se atrevió a
decir: «Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí» (v. 9); una
referencia al derecho legal de un heredero (Deuteronomio 21:17). Y Dios le
concedió a Eliseo su deseo de ser reconocido como el heredero de Elías.
Hace
poco, murió una de mis mentoras espirituales. Tras luchar por años con una
enfermedad, estaba lista para disfrutar su fiesta eterna con el Señor. Quienes
la queríamos estábamos agradecidos de que estuviera en la presencia de Dios y
ya no sufriera más, pero lamentábamos no seguir teniendo su amor y su ejemplo.
Sin embargo, aunque se fue, no nos dejó solos, ya que la presencia del Señor
siguió a nuestro lado.
Eliseo
recibió una doble porción del espíritu de Elías; un tremendo privilegio y
bendición. Nosotros, quienes vivimos después de la vida, muerte y resurrección
de Jesús, tenemos la promesa del Espíritu Santo. ¡El Dios trino mora en
nosotros!
Señor,
ayúdame a dar testimonio de que tu Espíritu mora en mí.
Cuando
Jesús ascendió al cielo, envió a su Espíritu.
Nuestro Pan Diario------------------------------------------------------------------------------
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