¡Vos podes ayudarnos!

---

Translate


lunes, 30 de mayo de 2016

Paz abundante



La paz os dejo, mi paz os doy… (v. 27).
Lectura: Juan 14:16-27
La biblia en un año: Juan 10:1-23
«No me sorprende que lideres retiros —dijo alguien en mi clase de gimnasia—. Tienes un aura positiva». Su comentario me sorprendió, pero también me agradó, ya que me di cuenta de que lo que ella veía como un «aura» en mí, yo lo consideraba la paz de Cristo. Cuando seguimos a Jesús, Él nos da una paz que supera todo entendimiento (Filipenses 4:7) y que brota de nuestro interior… aunque quizá no nos demos cuenta.
Después de la última cena, cuando Jesús preparaba a sus seguidores para su muerte y resurrección, prometió darles paz. Les dijo que, aunque tuvieran problemas, el Padre enviaría el Espíritu de verdad para que viviera con ellos y en ellos (Juan 14:16-17). El Espíritu les enseñaría al recordarles su verdad y los consolaría al concederles su paz. Aunque pronto enfrentarían pruebas, que incluirían una feroz oposición de los líderes religiosos y la ejecución de Jesús, les dijo que no tuvieran miedo. El Espíritu Santo nunca los abandonaría.
Si bien experimentamos dificultades como hijos de Dios, también tenemos el Espíritu Santo que mora en nuestro interior y fluye desde nuestro ser. La paz de Dios puede ser un testimonio de Él ante aquellos con quienes nos encontramos, ya sea en el mercado local, la escuela, el trabajo o el gimnasio.
Señor, que comparta tu paz hoy con alguien de mi entorno.
Cuando mantenemos la mente concentrada en Dios, su Espíritu la mantiene en paz.

Como las ovejas
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino… (v. 6).
Lectura: Isaías 53:1-6
La biblia en un año: Juan 9:24-41
Una de mis tareas diarias, cuando vivía con mi abuelo en Ghana, era cuidar ovejas. Las llevaba a pastar todas las mañanas, y volvía al anochecer. Allí noté por primera vez lo tercas que pueden ser las ovejas. Por ejemplo, cuando veían una granja, el instinto las llevaba hacia allí, lo cual me ocasionó varios problemas con los granjeros.
A veces, mientras descansaba bajo un árbol, agotado por el calor, las observaba irse entre los arbustos hacia las colinas. Entonces, tenía que perseguirlas, y raspaba mis delgadas piernas en los matorrales. Era difícil alejarlas del peligro; en especial, cuando aparecían ladrones que querían robarlas.
Por eso, entiendo bien cuando Isaías dice: «Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino» (53:6). Nos descarriamos de muchas maneras: deseando y haciendo lo que a Dios le desagrada, perjudicando a otros con nuestra conducta, y dejando de pasar tiempo con Él y su Palabra porque estamos demasiado ocupados o no nos interesa. Nos comportamos como las ovejas en el campo.
Gracias a Dios que tenemos al buen Pastor que entregó su vida por nosotros (Juan 10:11), llevando nuestros dolores y pecados (Isaías 53:4-6). Además, nos llama a pastos seguros, para que lo sigamos más de cerca.
Pastor de mi alma, gracias por buscarme y acercarme a ti.
Si quieres que Dios te guíe, debes estar dispuesto a seguirlo.
Nuestro Pan Diario
----------------------------------------------------------------------------------
NOTICIAS CRISTIANAS







Iglesia propone bautismo y santa cena en línea

Leer más







Iglesia ofrece “meditación budista”, como parte del culto por demonios.
Leer más







Entrenador canta música cristiana para motivar a atletas
Leer más 
Una de las ciudades más antiguas del mundo sobrevivió a invasión de ISIS. Video
Leer más







No hay comentarios:

Publicar un comentario